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Los pueblos han ordenado el fluir del tiempo que quedan reflejadas en los calendarios, que responde a las actividades culturales, folcklóricas y festivo-religiosas que tiene planteadas el hombre a lo largo del año.
Algunos autores consideran que varios ramos de los equinoccions han congregado históricamente gran cantidad de celebraciones festivas, asociadas a los ciclos de vida (primavera) y de muerte (otoño)[1]. La proliferación de otras fiestas menores –por llamarlas de alguna manera– pueden deberse a diferentes causas que poseen especial relieve la ausencia de trabajo o las condiciones climáticas.
Según los antropólogos, nada mejor que la fiesta para conocer los seres humanos y los modelos culturales que los hombres construyen[2].
El calendario festivo de Candelario comenzaba el 17 de enero, fiesta de San Antón (Día del Chorizo) la tradición acerca el campo con los vecinos de Candelario, pues se celebraba la bendición de los ganados en las eras y se iba a asar el chorizo campo.
El dia 19 enero, víspera de San Sebastián, el tamborilero recorría las calles del pueblo al anochecer[3]. Atrás han quedado en el recuerdo los tambolireros locales, como Faustino y Suceso, Miguel, Roberto Martín, David y Luis. Un músico destacado, natural de Candelario, es Carlos Muñoz Sánchez, que interpretó canciones de la mano de las hermanas Vallejera e incluso actuó en obras de teatro y en la rondalla. También formó parte de grupos musicales[4].
El 2 de febrero se celebraba el día de la Candelaria, con misa y procesión, las madres presentan a los niños que han nacido en el año. Coincide esta festividad con la típica matanza del cerdo. La fiesta en honor a la Candelaria, imagen que recibe culto en un retablo del muro de la Epístola de la iglesia parroquial, es importante en la población. Esta fiesta que se celebra el 2 de febrero, marcaba el fin de la temporada de matanzas, que comenzaba en diciembre, por la Purísima.
Este día se celebra la presentación del Niño Jesús ante la Virgen así es que las madres que en el año anterior han dado a luz a un hijo, lo presentan ese día ante la Virgen de la Candelaria donde el sacerdote coge a los niños de uno en uno y lo pone delante de la Virgen.
Se hace una procesión antes de la misa. La Virgen lleva una vela encendida y la tradición dice que si la vela se apaga, es mal año de producción de castañas.
Después de la misa se hace una puja en el atrio de la iglesia con productos típicos que compran los mayordomos de la Virgen para recaudar dinero para el mantenimiento de la misma así como para comprar flores, velas, etc.
La tradición más típica es que se rifan dos roscones y antiguamente dos chicas jóvenes recorrían todo el pueblo de casa en casa para apuntar a las personas que entrarían en la rifa. En cada casa había que escribir tantas veces como les dijeran los nombres de las personas que querían (en su mayoría apuntaban a niños) pero podía ser cada nombre hasta 50 veces.
Se apuntaban los nombres en tiras de papel rayado para luego cortar por las líneas y meter nombre a nombre en una vasija que luego en el atrio de la iglesia sacaría una mano inocente. Los dos nombres que salieran, serían los agraciados con cada roscón.
En esta fiesta hay muchas personas que se visten con el traje típico de Candelario. Traje que estuvo presente en la «Exposición de Londres», en 1915, trajes de la Sierra de Francia, de Candelario y charros (hasta un total de 21, incluida la presencia de un tamborilero) viajaron hasta la capital inglesa para dejar testimonio de este rico patrimonio.
En el mes de febrero se celebran los carnavales. En otros años, el domingo anterior era el de los espantajos. Los muchachos se meten en un saco, los acaban y por un roto que hacían sacaban un palo y pegaban a las chicas, corriendo por las calles detrás de ellas. Los tres días de carnaval se celebraban con bailes y disfraces en los casinos. El primer domingo de Cuaresma se celebraban la piñata y las familias lo festejaban con una romería en el prado.
Según el calendario, unos años se celebra la Semana Santa en marzo y otros en abril. El Viernes Santo hacia las 23:00 h tiene lugar en Candelario la representación viviente de la Pasión de Cristo, como actividad incluida dentro de los actos de la Semana Santa, organizado por la Asociación de la Cuesta de la Romana y con la colaboración del Ayuntamiento de la localidad.
El Vía Crucis Viviente se inició el 1 de abril de 1994, por iniciativa de las Hermanas Vallejera, Ana y Emilia junto con voluntarios del pueblo, que actuaron como figurantes.
La representación de este Vía Crucis en la Cuesta de la Romana se hacía a las 12 del mediodía y en 2011 se comenzó a hacer a las 11 de la noche, pero siempre ha tenido mucho éxito debido al buen hacer de los actores y al marco incomparable en el que se realiza. La Asociación tomó el relevo de las Hermanas en 1997, para continuar con sus actividades. Esta representación necesita de 40 a 50 actores para poder realizarse; todos ellos son voluntarios del pueblo y amantes de Candelario, que año tras año se visten y representan la pasión de Cristo.
Los primeros trajes de la representación fueron realizados por las hermanas Vallejera con la ayuda de varias personas. A lo largo de los años se han ido actualizando los trajes y los objetos que se utilizan para la representación, como cruces, clavos, mantas, cuerdas, picas, antorchas, etc.
Personajes que intervienen en el Vía Crucis:
De 1994-1998: en los primeros años, el personaje principal, Jesucristo, fue representado por Luis Alberto Muñoz. Al Cristo le acompañan el buen ladrón y el malo. Estos tres personajes son los que más sufren las inclemencias del tiempo, cuando son crucificados en lo alto de la cuesta.
De 1999 a 2003 el personaje principal va a ser representado por Rafael Jiménez, que ya venía participando, como romano o ladrón.
Entre 2004 y 2006 el Cristo estará escenificado por José Francisco Pérez, que también había actuado varios años como sayón. El voluntario que más años ha recorrido el Calvario de la Cuesta de la Romana con la cruz a cuestas ha sido Javier Hernández, que también había hecho de ladrón y que ha protagonizado la pasión durante ocho años.
De 2007 a 2009 protagonizó el Vía Crucis que aún se realizaba por la mañana.
En 2010, Agustín Hernández sustituyó puntualmente a Javier Hernández y se metió en el papel de Jesucristo. Anteriormente había participado como ladrón.
En el 2011, la Asociación cambia el horario de la representación y el Vía Crucis Viviente se comienza a hacer por la noche; a las 23 horas, con iluminación y antorchas.
El protagonista vuelve a ser Javier, que continúa hasta 2016. Debido a un problema, en 2015, Luis Alberto Muñoz tiene que sustituir puntualmente a Javier, lo que hace que el primer Cristo del Viacrucis vuelva a meterse en la piel de Cristo, pero esta vez por la noche.
Desde 2017 hasta 2021, el Cristo es Eduardo Simón, que tenía experiencia como ladrón.
En 2018 el Vía Crucis cumplía su 25 aniversario, pero debido a las inclemencias del tiempo fue imposible celebrarlo. En su lugar se proyectó un audiovisual de esos 25 años, realizado por la productora Flash, a la cual debemos también la iluminación y el sonido del Viacrucis por la noche.
En 2019, sí se pudo celebrar dicho aniversario; pero, lamentablemente en los años 2020 y 2021 la pandemia Covid-19 privó a la villa del evento, pero en el 2022 se volvió a retomar con fuerza, teniendo de nuevo como protagonista a Javier García.
En 2023, la participación ha sido extraordinaria. 61 figurantes acompañando al Cristo de nuevo representado por Javier Hernández.
Se celebra el Domingo de Resurrección el «día del Hornazo». Antiguamente se iba al campo a comer el hornazo que lo hacían las madres en el horno de la panadería.
El hornazo es una masa de pan con azafrán (que es el que le da el color amarillo). Se rellena con chorizo y un huevo cocido y con la misma masa se ponía encima la inicial del nombre del niño o niña. Se comía en un prado.
Una fiesta que dejó raigambre en la población fue la de los Quintos. Todos los jóvenes que entraban en la edad de ir al servicio militar, eran tallados en el ayuntamiento por el médico y el alguacil para saber lo que pesaban y medían o si tenían que alegar algo que les impidiera hacer la «mili».
Varios meses antes se reunían para ir preparando la fiesta que celebraban antes de irse. El lunes de la celebración iban a la escuela para sacar a los niños y los llevaban al río donde se quemaba un muñeco de paja que llevaban montado en un burro. Estaban una semana de fiesta, recorriendo las calles con el tamborilero.
El 1 de mayo tiene lugar la subida del Cristo del Refugio a la iglesia parroquial. Con una novena a las dos semanas, en domingo, se vuelve a la ermita. La tradición dice que los de arriba invitan a los que vienen de abajo y después los de abajo invitan a los que lo traen de arriba en procesión solemne. Es lo que se ha llamado en la villa «La Muda» del Bendito Cristo. Todos los días, por la mañana, había fiesta de iglesia (misa cantada con sermón) de los devotos ofrecían al Cristo del Refugio.
El primer domingo de mayo se celebra la romería de la Cruz del Herrerito, en la que se bendicen los campos.
El domingo al Corpus Christi se hacía la profesión del Santísimo. Se hacían altares en los portales y en los callejones, se echaban pétalos de flores y tomillo o cantueso, por las calles por donde pasaba la procesión.
El 24 junio, día de San Juan y del Rocío, se iba al campo de madrugada a tomar el chocolate. Las amigas dormían todas en la misma casa para ir de madrugada al Rocío.
En julio se celebran las fiestas patronales y duran varios días. El día 25 julio es la festividad de Santiago Apóstol, por la mañana se llevaba a cabo el encierro de los toros que se iban a lidiar por la tarde. El día 26, festividad de Santa Ana, patrona de la villa, se celebraba previamente una misa y una procesión oficiada por varios sacerdotes. El día 27, se hacía encierro como en el día de Santiago. El ganado se encerraba en los antiguos corrales de la plaza. Para que los vecinos pudieran presenciar la capea, se colocaban hablados de madera con asientos alrededor de la plaza. También estos días se tomaba leche «helá», que se elaboraba con la nieve de la Sierra, arroz con leche y las típicas perrunillas. Los bailes típicos del pueblo se denominaban: La María Antonia y El Trincabarrigas, y se bailaban en las eras, al son del tamboril, desde la cruz hasta la portillera estaba a la entrada de las eras.
En agosto se celebra la típica boda. Se representa el rito nupcial como antiguamente, ataviados con los trajes tradicionales de Candelaria de ella y de choricero para él. En otros tiempos organizaba la fiesta la Asociación Cultural. La boda típica se empezó a representar en 1989, por iniciativa de las Hermanas Vallejera, Ana Y Emilia junto con voluntarios del pueblo. Antiguamente las bodas se celebraban normalmente en las casas y como no había suficiente vajilla para todos los invitados, las amigas de la novia iban de casa en casa pidiendo que les prestaran cubiertos, platos, vasos, sillas, etc para poder dar la comida a todos los invitados.
Hace unos años los vecinos decidieron representar ese momento y vestidas de diario como iban antiguamente vestidas las candelarias, hacemos una representación y a la vez que vamos por algunas casas (ya concertadas) pidiendo cosas, vamos haciendo una visita guiada por distintos rincones del pueblo.
La Asociación tomó el relevo de las Hermanas Vallejera en 1997, para continuar con este evento. Esta representación necesita de 40 a 50 voluntarios del pueblo y amantes de Candelario que se visten con el traje típico y representan una boda a la antigua usanza.
Personajes:
Se celebra el segundo domingo de agosto. En la víspera, el sábado por la tarde, se celebra una despedida de soltero en la que hay un convite de sangría, embutidos y dulces, para todo el que se acerque, a la Plaza Vieja. Este día no se atavían con los trajes. El domingo se realiza el evento.
Se reparten a los participantes en tres casas. La del Novio, la de los padrinos y la de la novia. El recorrido comienza en la casa del novio. Algunos mozos van a buscar a los padrinos a su casa y en señal de respeto brindan con aguardiente y perrunillas.
Luego, todos juntos van en busca del novio, «pa’ que no se escape».
Después, el novio y los padrinos van a buscar a la novia y a su puerta cantan canciones tradicionales, para que la novia salga. A continuación, se dirigen a la iglesia por la calle Mayor o calle de la Regarera (dependiendo del recorrido), pasando por El Cantón, hasta la Cuesta de la Romana, cantando por la calle hasta llegar a la iglesia.
Cuando llegan al templo, llaman a la puerta y el sacerdote les abre y les casa en el pórtico de la Iglesia. Luego se sube al altar, donde continúa la ceremonia con el rito de las velambres, arras y besamanos. Cuando termina la ceremonia, la comitiva se dirige al convite, al cual estamos todos invitados. Se celebra en la Plaza Vieja y consiste en vino, vainillas y perrunillas. Cuando acaba el convite, suben a la Plaza del Solano y allí se realiza el Tálamo, que es el momento en el que los invitados a la boda hacen sus regalos y desean la felicidad a los novios con un chascarrillo picante y desenfadado. Para terminar se baila en honor a los recién casados. Por último, se celebra un banquete de bodas para los invitados, en el que se cantan canciones tradicionales alusivas al matrimonio.
En el mes de septiembre, los vecinos de candelario acuden a la romería de Nuestra Señora del Castañar, patrona de Béjar y su comarca. Son fiestas y romerías que tienen una tradición de siglos.
El 1 de noviembre (día de Todos los Santos), se va al campo para asar los calvotes (calvotero es una sartén con agujeros para asar las castañas). Se asan las castañas en el campo.
Por último, en el mes de diciembre se celebra la Navidad. En Candelario se monta un belen viviente en la Cuesta de la Romana, fin de semana entre Navidad y Fin de Año.
La representación del Belén viviente de Candelario tiene muchos años. Ya en los años 70 se vestían de pastorcitos y pastorcitas los niños de Candelario y recorrían las calles de candelario, junto a San José, la Virgen y el Niño, y los Reyes Magos. Evento creado también por las hermanas Vallejera, que hacían los trajes junto a vecinos del pueblo.
En años posteriores se comenzó a representar el Belén en la Cuesta de la Romana y la Asociación recogió el relevo de las Hermanas. El último Belén Viviente se realizó en 2015. Actualmente se está intentando reactivar para realizarlo en las Navidades de este 2023. Se visten los vecinos de San José, la Virgen y el Niño y se pone un portal con estos personajes y el buey y la mula, en la cuesta de la romana.
Muchos otros vecinos, sobre todo niños se visten de pastoras y pastoras, y durante la representación ofrecen enseres al niño en el portal, diciendo algún chascarrillo. Los reyes y pajes también están representados y llegan al portal para ofrecer oro, incienso y mirra. Además se recrean chozos, puentes, un pozo etc para que se coloquen los pastores y hagan migas torreznos etc, en hogueras mientras se representa el belén.
En los últimos años también se hizo chocolate y se repartió a los asistentes a cambio de alimentos o un euro para Cáritas.
La Asociación cultural «Cuesta de la Romana» es una asociación sin ánimo de lucro que se creó en 1997 para continuar con las actividades organizadas por las Hermanas Vallejera y realizar otras actividades. Organiza el Vía Crucis Viviente, la Boda Típica y el Belén Viviente, además de realizar colaboraciones en actividades culturales con el ayuntamiento y el colegio de Candelario y otros eventos como exhibiciones del traje típico, exposiciones, excursiones culturales, cabalgata, etc.
Desde 1988 se celebra una exhibición del traje típico. La organizaban las hermanas Vallejera. Los turistas disfrutan un día en el que pueden conocer los trajes de Candelario: el de diario, el de ir a misa, el de novia, el de fiesta, paseo, carnaval, choriceras (mujeres que hacían los chorizos en las casas chacineras) y como no el traje masculino que se llama de choricero.
El traje tradicional de Candelario, concretamente el traje de gala[5], presenta jubón de terciopelo brochado de manga larga muy bordado con hilos de seda; la abertura de las mangas llega hasta el codo y se puede atar con unas botonaduras de filigrana de oro.
Sobre la falda o guardapiés que es lisa y sin adornos, se coloca el mantenido, una falda abierta por detrás, cuya hechura está formada por cuatro grandes pliegues o candelejas. Está confeccionado con paño de Béjar. La parte de arriba suele ser de color verde y la parte de abajo, llamada «alrededor», de otro color. Esta parte la bordan con hilos dorados y de seda. El borde de esta falda está rematado con el repulgo, banda de terciopelo negro que da por concluso el borde de la falda y las aberturas. El mantenido se ata a la cintura con una banda de seda, que se aluda en forma de lazada por la parte delantera. La tradición exige que la falta caiga en un pliegue por delante, acampanado a los lados y liso por detrás. Esta distribución de los vuelos se consigue mediante unas almohadillas rectangulares que se atan a las carreras. En la cadera derecha se lleva la faltriquera, confeccionada con satén brocado, terciopelo de color bordado con hilos de seda y lentejuelas, y rematada con terciopelo negro. Se ata a la cintura con cordón de seda y es una de las prendas más decoradas del traje. Dentro, se guardan el abanico, el pañuelo y el dinero.
En los vestidos de gala nos utilizan mandil. En el traje de media gala si se utiliza esta prenda, que suele ser de satén, y de percal en el traje de faena.
Sobre el jubón, y cubriendo los hombros, se coloca el serenero, otra de las piezas de este traje que exige una gran decoración. Es un cuadrado de paño verde, si la mujer que lo lleva es una viuda, o amarillo se lo lleva una casada. Está bordado con hilos plateados, lentejuelas y toda suerte de pasamanería, formando un diseño floral. Se forma de un percal estampado. Antes de colocárselo, la mujer recoge un pequeño pliegue que evita que se caiga de los hombros. Sus dos puntas están sujetas por delante con un rico broche. Tanto éste como los pendientes son de oro labrado y forma un dibujo floral. La gargantilla es de oro. El traje se remata con unas medias de algodón, generalmente blancas y hechas a mano, y con unos zapatos de terciopelo negro y punteras de charol, adornados con unas grandes presillas, llamadas majuelas.
Lo más característico llamativo de este conjunto es el peinado de la mujer. La candelaria se peina con cocas y con un moño largo e inclinado hacia adelante que se denomina «picaporte». Sobre este moño existen cantares y coplillas. Del moño cuelgan anchas y lujosas fincas, bien de encaje, o bien de terciopelo brochado al modo de ínfulas sacerdotales. Para ir a la iglesia, la mujer que marca su rostro con un pañuelo blanco de seda y se coloca encima una especie de mantilla de brocado terciopelo, que mantiene enhiesto el alto moño. Esta mantilla está rematada en una ancha cinta que llaman tirana, y termina por delante en un volante de encaje negro que cobija el rostro.
El traje de luto es igual al que hemos descrito. Exige que el serenero sea verde y esté menos adornado. Un pañuelo de seda negro se lleva atado alrededor del cuello, sobre una camisa o chambra de satén negro. También es negra la faltriquera de terciopelo, adornada con hilos de seda negros, lo mismo que las lentejuelas, y con azabache.
El traje masculino presenta una conjunción del traje serrano, pastor y de ganadero. Es de paño negro, a excepción de una especie de chaqueta de felpa, con solapas y punta cuadrada. Se caracteriza por llevar anguarina larga y abotonada, chaleco, calzón y polainas. Lo más destacable del traje masculino es una gorrilla de alas tan pequeña que casi parece montera andaluza.
José Antonio Ramos Rubio
Doctor en Historia. Académico
NOTAS
[1] Rodríguez Pascual, F: «Introducción a las fiestas», en Las Edades del Hombre, Remenbranza, 2001,344.
[2] Luis de Hoyos Sáinz (1868-1951) forma con Telesforo de Aranzadi y Unamuno la primera generación de antropólogos que han tratado en sus escritos la importancia de la fiesta en el ser humano.
[3] Encontramos varias composiones musicales en la obra de Dámaso Ledesma. Ledesma, D: Folklore o Cancionero Salmantino, Madrid, 1907. También en la obra de recopilación de Kurt Schindler: Música y poesía popular de España y Portugal. Hispanic Institute, Columbia University. New York, 1941; así como o los corresponsales de The Hispanic Society of América, de Nueva York, que se ocuparán de la recogida de materiales y reportajes fotográficos en Candelario. En 1931 la «Hispanic Society of America» edita diversos desplegables Women’s jewelry Candelario, Salamanca; Women’s dress for church Candelario, Salamanca; Women’s coiffuse Candelario, Salamanca; Women’s festival dress Candelario, Salamanca; Choricero costume Candelario, Salamanca. También Jewelry necklaces La Alberca, Salamanca; Wedding costume La Alberca, Salamanca; Jewlry brazaleras La Alberca, Salamanca; Men’s capes and cloaks La Alberca, Salamanca... En color y formato de láminas en 1932 publica Costume of Candelario, Salamanca. Vid. Carril Ramos, A: «Etnografía, folklore y cultura tradicional en la Salamanca del siglo xx», Salamanca, revista de Estudios, 45, 2000,336.
[4] Hernández Díaz, J. M. et allí: Historia de Béjar, Centro de Estudios Bejaranos, Salamanca, 2012-2013, 650.
[5] García Martínez, C: Guía Béjar y Candelario. Ed. Studio, Madrid, 1992; García Martínez, C: Candelario, parada y fonda, Madrid, 1993.