Revista de Folklore • 500 números

Fundación Joaquín Díaz

Si desea contactar con la Revista de Foklore puede hacerlo desde la sección de contacto de la Fundación Joaquín Díaz >

Búsqueda por: autor, título, año o número de revista *
* Es válido cualquier término del nombre/apellido del autor, del título del artículo y del número de revista o año.

Revista de Folklore número

502



Esta visualización es solo del texto del artículo.
Puede leer el artículo completo descargando la revista en formato PDF

Cantares funestos y humorísticos de Adeje, isla de Tenerife

MONROY CABALLERO, Andrés

Publicado en el año 2023 en la Revista de Folklore número 502 - sumario >



Resumen:

Tercera entrega de los cantares que le transmitió Concepción Alemán Alayón a su nieto Miguel Pérez Carballo, sobre la temática funesta y humorística, antítesis que intenta compensar la negatividad de los primeros con la jocosidad de los segundos. En total, 89 composiciones: 57 coplas, 14 redondillas, 12 cuartetas, 3 quintillas y 3 composiciones de estructuras diferentes. Una de las coplas es una variante de otra. Este corpus de textos funestos y humorísticos ejemplifica fielmente lo que debió de ser la tradición de cantares de Adeje, municipio de la isla de Tenerife.

Palabras clave: cantares, tradición, oralidad, Tenerife, Canarias.

Abstract:

Third installment of the songs that Concepción Alemán Alayón transmitted to her grandson Miguel Pérez Carballo, on the dismal and humorous theme, an antithesis that tries to compensate the negativity of the former with the jocularity of the latter. In total, 89 compositions: 57 couplets, 14 redondillas, 12 quatrains, 3 quintillas and 3 compositions with different structures. One of the couplets is a variant of another. This corpus of dismal and humorous texts faithfully exemplifies what must have been the tradition of singing in Adeje, a municipality on the island of Tenerife.

Keywords: songs, tradition, orality, Tenerife, Canary Islands.

1. Introducción

En esta tercera entrega de los cantares que recordaba Concepción Alemán Alayón, recogidos y transcritos en formato digital por su nieto Miguel Pérez Carballo, nos centramos en dos temas aparentemente antitéticos: la muerte y el humor, Thanatos frente al vitalismo del Bios, de la vida. Lo negativo de la muerte es contrapuesta a la positividad del humor, lo que compensa ampliamente la visión de los cantares de Adeje, en la isla de Tenerife. Los datos biográficos y una parte de los cantares de Concha Alemán, para quien los quiera consultar, se encuentran recogidos en los artículos «Cantares amorosos de Adeje, en la isla de Tenerife», Revista de Folklore nº 490 del año 2022; y «Cantares de amor no correspondido de Adeje, en la isla de Tenerife», Revista de Folklore nº 501 del año 2023.

En total, 89 composiciones formadas por: 57 coplas, 14 redondillas, 12 cuartetas, 3 quintillas y 3 composiciones con otras estructuras métricas. Se trata de cantares inéditos, a excepción de los mencionados como recogidos anteriormente en obras como La copla: folías, isas, malagueñas y seguidillas (1946) de Sebastián Padrón Acosta, Poesía tradicional canaria (1968) de José Pérez Vidal, Lírica tradicional canaria (1990) de Maximiano Trapero, La música tradicional canaria, hoy (1998) de Talio Noda, Coplas y canciones (1999) de Juan Brito Martín, obras principales en donde se recogen coplas en Canarias.

2. Cantares funestos

2.1. Cantares donde se atiende a lo luctuoso, de ahí la proliferación de palabras como: muerte, cementerio, tumba, sepultura, sepulcro, luto, duelo, etc.:

Las palabras que más siento

son aquellas que no digo

y por no echarlas al viento,

quiero que mueran conmigo.

Si pasares por mi tumba

levanta la losa y di:

aquí está la desgraciada

que de amor murió por ti.

Quién fuera bruma de brisa

y en el cementerio entrara,

y con lágrimas regara

tu sepulcro y tu ceniza.

A la sepultura abierta,

para echarme o no echarme,

vino la muerte y no pudo

de tu querer apartarme.

Quítate ese luto niña,

que me da pena de verte;

guárdalo en un cofrecito

para el día de mi muerte.

De llorar me quedé ciego

cuando supe de tu muerte.

¿De qué me sirven los ojos

si no volveré a verte?

Ojitos de color negro

pintados por el dolor

decide si llevas luto

por mi pobre corazón.

Yo no sé qué tiene, madre,

las flores del cementerio;

que cuando les da la brisa

parece que están de duelo.

Si me vieras malherido

y la sangre derramando,

ese sería tu gusto

al verme morir penando.

Sola soy, sola nací;

sola me tuvo mi madre

y sola tengo de andar

hasta que compaña[1] halle.

Cuando yo desperté y no vi

la que me tuvo en el vientre,

al cementerio me fui

a llorar amargamente

y un beso en la tumba di.

Al pasar por el cementerio

pisé un hueso y dio un crujido.

Me respondió mi madre,

¡no me pises, hijo mío!

En Santa Cruz tengo mi alma,

del muelle pa fuera nada,

en la calle del Castillo

me están haciendo la caja.

En esta última composición hay una personificación de la muerte, a la manera de las Danzas de la Muerte medievales, en donde el yo lírico establece una comunicación con la Parca:

Muerte, ¿cómo te atreviste,

cómo tuviste valor,

de llevarte aquella flor

que ahora empezaba a abrirse?

2.2.- Composiciones que vinculan la muerte con la acción de cantar, aunque su número es poco significativo:

Si piensas que porque canto

tengo el corazón alegre,

mira que soy como el cisne

que cuando canta se muere[2].

Solía en un tiempo yo

cantar, pero ya no canto;

porque la pena y el llanto

hasta el cantar me quitó[3].

Mi madre mala en la cama,

yo en una gran diversión:

cantando la jota estaba

cuando el entierro pasó[4].

Canta el pobre en el trabajo,

y cantando tiene alivio,

y cantando se divierte

el triste corazón mío[5].

2.3.- La naturaleza y los fenómenos atmosféricos

Los cantares funestos relacionados con la naturaleza y los fenómenos atmosféricos siguen un patrón muy acorde a la lírica de los Siglos de Oro, del tipo de la expresión de sentimientos al estilo de Garcilaso De la Vega en «las piedras enternecen», con abundante uso de la personificación, la repetición y la hipérbole.

Con el silencio apacible

la noche clara y serena[6],

andaba el amor buscando

alivio para sus penas.

Hasta los árboles visten[7]

del color que se le antojan,

visten de una verde hoja

de un color pálido y triste.

Aclara, lucero, aclara[8];

aclara[9], que viene el día;

que el aire de la mañana

quita la melancolía.

Dime, mujer, por qué tú,

me niegas tu luz tan bella;

estando la luna viuda[10]

y huérfanas las estrellas.

Si las piedras de la calle

tuvieran lengua y hablaran[11]:

cuando yo paso por ellas,

de sentimiento lloraran.

Quién quiera los horizontes

donde tengo mis retiros,

allá vieron más suspiros

que de árboles tiene el monte[12].

La transmisora nos aporta otra versión, con ligeras variantes:

Quién viera los horizontes

donde tengo mis retiros,

allí diera más suspiros

que de árboles tiene el monte.

Pregunta[13] al cielo y al mar,

a la Luna y a las flores,

si hay en el mundo dolores

que igualen a mi penar.

Yo[14] me arrimé a un pino verde[15]

por ver si me consolaba

y como el pino era verde

en verme triste lloraba[16].

Si piensas que tengo pena[17],

no tengo pena maldita;

que la mancha de la mora

con otra verde se quita[18].

2.4.- El mar

El mar rodea por todas partes al archipiélago de las islas canarias, lo que lo convierte en un elemento caracterizador propio de estas islas, de ahí que sea normal la mención del elemento acuático marino en este tipo de cantares:

Adiós, Santa Cruz de mi vida,

puerto de mar escondido,

donde lloran las mujeres

lágrimas por sus maridos.

En el mar sobre una peña

púseme a llorar un día,

como si la peña fuese

causa de la pena mía[19].

En las peñas más ocultas,

donde el mar tiene su centro,

me tengo de retirar

a llorar mi sentimiento.

La pena de mi dolor

la tendí sobre la arena:

donde no me he muerto yo,

nadie se muere de pena.

Ojos que te vieron ir

por esos mares afuera.

¿Cuándo te verán venir

para alivio de mis penas?[20]

2.5.- La religión

Lo funesto tiene mucha relación con la religión; y esto es así, porque la muerte en Canarias va de la mano de lo religioso, incluso como modo de reunión entre las personas.

En el cielo hay angelitos,

en el mar viven corales,

en tu pecho anidan perlas

y en el mío, pesares.

¡Válgame Dios de los Cielos!

¡Que larga es la pena mía!

Que me he caído en un pozo

y no encuentro la salida[21].

2.6.- Otros temas

Todo lo triste me agrada

porque se iguala a mi suerte,

la tristeza me divierte

y la alegría me enfada[22].

En el mundo no ha nacido

ni ha nacido, ni nació[23],

una de menos fortuna

más desgraciada que yo.

¡Qué grande es la pena mía

que me he caído en un pozo

y no encuentro la salida[24].

Si me quieres ver morir

dame un vaso de veneno

y después ponte a decir:

yo fui quien maté a mi dueño

con veneno que le di.

3.- Cantares humorísticos

Cualquier tema es propicio verterlo con humor en un cantar, de ahí que tengamos composiciones de amor, de desamor, de muerte, etc. con un tono humorístico.

3.1.- Lugar

Curiosamente, muchos cantares tratan asuntos relacionados con un lugar determinado de la geografía canaria (La Laguna, el Teide, Lanzarote, Gran Canaria, Tacoronte, Triana) o cubana (La Habana, Pinar del Río, Cuba), por la gran relación que siempre ha existido entre ambas zonas:

En Canaria sale el sol

primero que en La Laguna,

y por eso los canarios

tienen color de aceituna[25].

Canto aquí, canto en la Habana,

canto en Pinar del Río;

como todo el mundo es mío

canto donde me da gana.

Si tienes envidia al Teide

mándalo a hacer de madera

y tendrás en las Canarias

una torre bambanera[26].

¿Qué quieres que te traiga

de Lanzarote?

Una cabra morisca

con su grillote[27].

Cuando yo te quise a ti

no había leña en el monte,

ni cardos en la montaña,

ni coles en Tacoronte[28].

El mozo de Cuba me escribió un papel

a ver si quería casarme con él,

yo le contesté en otro papel

que quería ser monja de Santa Isabel.

Mi padre lo supo, de palos me dio,

mal haya sea el hombre que lo inventó[29].

En la calle de Triana,

enfrente de la botica,

está un pájaro canario

que con los ojitos pica.

3.2.- La naturaleza

Las flores, las plantas y la naturaleza en general también son fuente de humor:

Elita, flor misteriosa,

mantente siempre en capullo

y no pierdas el arrullo

de tu mamá cariñosa.

A las espaldas de un risco,

si ese risco[30] tiene espaldas,

lloraba un pobre pastor

la pérdida de sus cabras.

Salió el sol, me dio en la frente,

y me quiso convertir;

el agua se echó a reír

al verme tan impaciente.

Todo aquel que juega, pierde;

el que bebe, se emborracha;

el que se acuesta en el suelo,

le pican las cucarachas.

Presa en la cárcel estoy[31],

presa y sin ningún delito,

presa por una manzana

que picó un pajarito[32].

Tinito me dio una rosa

y la puse en mi ventana.

El viento me la llevó,

¡adiós, Tinito del alma!

Yo me subí a una columna

por tirarle un tiro a un pato,

salió diciendo del charco:

ya falleció mi fortuna.

Agua serenita llueve,

que se mojan las canales:

abre la puerta, bien mío,

que se moja quien tú sabes.

No te subas tan arriba,

que te vuelves a bajar,

que yo nunca he pretendido

racimo de tal parral.

3.3.- El mar

Uno de los temas más comunes en la literatura canaria, tanto popular como culta, es el del mar. No es de extrañar que muchos cantares hablen de este elemento capital para entender la cultura canaria.

Yo vi una concha en el mar,

concha que yo no he visto,

¡Viva Concha[33], viva Cristo,

viva quien la sabe amar!

A orilla del mar nací

una concha fue mi cuna

al no casarme con Concha

no me caso con ninguna[34].

Por la orilla de la mar

vi caminar un piojo

con una escama en un ojo

que venía de pescar.

En el mar de tu hermosura

navego y tú no me ves,

una corriente de celos

que lleva el barco a través.

Cómo quieres que yo vaya

a la marina contigo,

si soy casada y no puedo

olvidar a mi marido.

3.4.- La comida

Curiosamente, también es fuente de humor alimentos como el huevo, el pan, la calabaza, la pera, las uvas o el vino.

Si piensas que con lisonjas,

me has de ablandar como engrudo;

mira que soy como el huevo:

que cuanto más fuego, más duro.

Si me diste calabaza

me la comí con pan tierno,

más quiero la calabaza

que no mujer sin gobierno.

Manténgase la pera en el peral

y no empudrezca,

Que no faltará galán

que la merezca.

Pajarito capirote

no vayas a viña ajena,

porque te comen las uvas

y tú pagas la patena.

Cansado estoy de mirar,

de mirar para el camino,

a ver si veo venir

la botella con el vino.

3.5.- La acción de lavar y la mención a la vestimenta

El humor también viene propiciado por el hecho de lavar la ropa o por el estado en que ésa se encuentra: sea ropa nueva o ropa vieja.

Margarita me picó

con un alfiler de plata,

yo le dije a Margarita

picada de amor no mata.

La ropa de los Manueles

no se cuelan con lejía,

sino con agua de olor

como se cuela la mía.

Soy pobre porque me pongo

una camisa sin mangas,

sin cuello ni delanteras,

ni nada por las espaldas[35].

Contento estoy que me privo

porque me hizo mi madre

unos pantalones nuevos

de unos viejos de mi padre.

Yo te quisiera querer

pero vives en un monte

y de tu casa a la mía

muchos zapatos se rompen[36].

El anillo que me diste

en el barranco lavando,

se lo llevó la corriente

y en el mar está nadando[37].

3.6.- La religión

La religión es motivo de tratamiento humorístico, siempre bajo el respeto a lo sagrado que supone para el creyente. De ahí las menciones de la Virgen del Pilar, de la Candelaria, de los santos, de Dios, de San Juan y de María. En los casos de Candelaria y María, en la doble alusión al personaje sagrado y a una persona así llamada.

La Virgen del Pilar dice

que no quiere ser condesa,

que quiere ser capitana

de la tropa aragonesa.

Allá arriba, no sé dónde,

había no sé qué santo

que cantando no sé qué

ganaba no sé cuánto.

Cómo quieres Candelaria

que te dé mi corazón

si lo tengo repartido

como la gracia de Dios.

San Juan fue quien adoró

a María en el paseo,

ahora le adoro yo

a San Juan, por lo que veo.

3.7.- Otros temas

La comicidad abarca temas muy diversos, como se puede comprobar en las composiciones siguientes:

Cuando paso por tu calle,

paso corriendo, corriendo,

para que no diga tu madre

que por ti me estoy muriendo.

Si la fortuna me ayuda

he de contar al revés:

nueve, ocho, siete, seis,

cinco, cuatro, tres, dos y uno.

Zapaterito goloso,

jugador de la baraja,

dime qué demonios tienes

que los lunes no trabajas.

Subí a la sala del príncipe

a preguntarle al fiscal

que el querer una mujer

era causa criminal.

Estas son las casas blancas

donde mi suegra vivía,

cuando mi suegra se muera

son las casas blancas mías.

Una morena con gracia

puede salir a la calle

una blanca fea, no,

porque no la mira nadie[38].

Cuando en prisiones me viste[39]

el alma se te alegró,

a tu madre le dijiste:

ya este pájaro cayó

en la jaula y sin alpiste[40].

Al carro de la amistad

se le ha caído la rueda,

la rueda era de plata

y no pudo dar con ella[41].

Mi padre y mi madre lloran

porque me voy a casar

no llores padre ni madre

que no me van a matar.

Con tu saquito encarnado

vas pregonando la guerra,

y yo como buen soldado

voy siguiendo tu bandera[42].

Cuando una canaria quiere

a quien la sepa querer

de tanto querer se muere[43]

muerta está y quiere también[44].

Sueño tengo, dormir quiero,

porque anoche no dormí;

hazme la cama en tus brazos

y si no me acuesto aquí.

Amas una y amas dos,

pensando de más valer

y te has de quedar en blanco

cómo se quedó el papel[45].

Domingo nació un domingo,

un domingo se murió,

¡qué desgraciado domingo

que para morir nació![46]

Si las mujeres mandasen,

en vez de mandar los hombres,

serían vasos de aceite

los pueblos y las naciones[47].

4.- Conclusión

Esta investigación se ha centrado en dos aspectos muy opuestos; pero a la vez, muy unidos entre sí, la dicotomía bios/thanatos[48], contrastando lo funesto de la muerte con lo vital del humor. Por tanto, el artículo se ha dividido en dos apartados: cantares funestos y cantares humorísticos.

En cuanto al primer apartado, el de los cantares funestos, hemos encontrado numerosos textos que hacen referencia a lo luctuoso (muerte, tumba, sepultura, cementerio, luto, etc.), otros se centran en vincular la muerte con la acción de cantar, los más comunes son los que hablan de la naturaleza y los fenómenos atmosféricos como traslación del sentimiento interno del yo lírico en el poema, los hay que tratan del mar y todo lo relacionado con el océano como contextualización canaria de estos cantares, y los menos comunes son los que hablan de la religión o de otros temas minoritarios.

En el apartado de los cantares humorísticos, cuya clasificación es más extensa puesto que el humor puede verse desde todas las temáticas posibles, encontramos los que se centran en un lugar en concreto para extraer la vena humorística (La Laguna, La Habana, Tacoronte, Triana, Lanzarote, etc.), los que hablan de la naturaleza o del mar, aquellos que basan su humor en la comida (huevo, pan, calabaza, pera, uvas, vino), otros se mofan de la acción de lavar y de todo lo relativo a la ropa, junto a temas como la religión, la cárcel de amor o el feminismo vertido en los versos de los cantares. Toda una muestra de lo que supusieron los cantares funestos y de humor en Adeje, en la isla de Tenerife, una temática entre lo vivo y lo muerto, lo vital y lo mortal, que no son más que la cara y la cruz de una moneda: la vida misma.

Bibliografía

Academia Canaria de la Lengua. Diccionario Básico de Canarismos. En https://www.academiacanarialengua.org/diccionario/, 07/07/2023.

Brito Martín, Juan. Coplas y canciones. Tenerife: Centro de la Cultura Popular Canaria, 1999.

Luzarraga, Jesús. Cantar de los Cantares. Navarra: Editorial Verbo Divino, 2005.

Monroy Caballero, Andrés. «Por verte, Virgen Sagrada, hizo el sol una parada: la simbología erótica de los estribillos romancescos canarios», Revista de Poética Medieval, nº 14 (2005), Universidad de Alcalá de Henares: 11-46.

Monroy Caballero, Andrés. Estribillos romancescos canarios: Estudio literario, lingüístico y etnográfico. Las Palmas de Gran Canaria: Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Servicio de Publicaciones y Difusión Científica, 2017.

Monroy Caballero, Andrés. «Cantares amorosos de Adeje, en la isla de Tenerife», Revista de Folklore, nº 490, diciembre de 2022, Valladolid, pp. 54-67.

Monroy Caballero, Andrés. «Cantares de amor no correspondido de Adeje, isla de Tenerife», Revista de Folklore, nº 501, noviembre 2023, Valladolid, pp. 4-13.

Noda Gómez, Talio. La música tradicional canaria, hoy. Las Palmas de Gran Canaria: Ediciones de la Fundación Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, 1998.

Padrón Acosta, Sebastián. La copla: folías, isas, malagueñas y seguidillas. La Orotava: Cuadernos de Folklore Drago, Musa Popular Canaria, 1946.

Pérez Vidal, José. Poesía tradicional canaria. Las Palmas: Ediciones del Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria, 1968.

San Pedro, Diego de. Cárcer de amor. Arnalte y Luscenda. Sermón. Edición de José Francisco Ruiz Casanova. Madrid: Editorial Cátedra, Letras Hispánicas, 2005.

Trapero, Maximiano. Lírica tradicional canaria. Islas Canarias: Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, Biblioteca Básica Canaria, 1990.




NOTAS

[1] Muy bien puede referirse a la Santa Compaña, las almas del Purgatorio que vienen a llevarse a los vivos al Más Allá.

[2] La creencia popular, ya desde la época de la Grecia antigua, habla de que el cisne al morir canta una bella melodía.

[3] Se produce un juego de palabras a través de la figura de la políptoton a partir de cantar.

[4] La cuarteta se mueve entre lo funesto y lo humorístico.

[5] Otro juego de palabras a través de dos recursos literarios de repetición: la políptoton y la anáfora.

[6] Recuerda este verso al poema «Noche oscura del alma» de San Juan de la Cruz, pero en este caso la noche se caracteriza por su claridad y serenidad, lo que lo alejan de este autor.

[7] Personificación: los árboles no pueden vestirse, puesto que es una acción humana.

[8] Epanadiplosis: repetición de «aclara» al principio y la final del verso.

[9] Anáfora con el comienzo del verso anterior.

[10] Personificación en «luna viuda» y «huérfanas las estrellas».

[11] Personificación: piedras que hablan.

[12] Hipérbole.

[13] Personificación al realizar preguntas a objetos no humanos.

[14] En Trapero (1990: 88): «Yo me arrimé a un pino verde,/ por ver si me consolaba:/ y el pino, como era verde,/ al verme llorar, lloraba».

[15] Sobre el valor simbólico del color verde, se remite al artículo «Por verte, Virgen Sagrada, hizo el sol una parada: la simbología erótica de los estribillos romancescos canarios» (Monroy, 2005).

[16] Personificación: el pino que llora.

[17] Repetición de la palabra pena.

[18] En Trapero (1990: 92): «Porque me hayas olvidado/ no tengo pena maldita,/ que la mancha de la mora/ con otra verde se quita».

[19] En Padrón (1946: 38): «En las orillas del mar/ me puse a llorar un día,/ como si la peña fuese/ causa de la pena mía».

[20] En Trapero (1990:86): «Ojos que te vieron ir/ por estos mares afuera,/ ¡cuándo te verán venir/ para alivio de mis penas!».

[21] Alegoría de la vida como un pozo, al que caes cuando estás apenado.

[22] Además de la derivación de triste/tristeza, obsérvese la antítesis entre tristeza que divierte y alegría que enfada, invirtiendo el orden normal en las dos oposiciones: tristeza/alegría y divertir/enfadar.

[23] Políptoton a partir del verbo nacer y sus derivados.

[24] Repetición del final de un cantar anterior, pero la transmisora lo anota como estribillo. Mas, la estructura y la temática recuerdan a las endechas canarias que circularon por España en los siglos xv y xvi.

[25] En Padrón (1946: 19): «En Canaria nace el sol/ primero que en La Laguna,/ y así los canario tienen/ el color de la aceituna».

[26] En Padrón (!946: 20): «Si tienes envidia al Teide,/ mándalo hacer de cartón,/ y tendrán en Gran Canaria/ un hermoso pabellón». Desconocemos el significado de bambanero.

[27] El Diccionario Básico de Canarismos define grillote como ‘especie de cencerra, generalmente de tamaño más pequeño que esta’.

[28] En Padrón (1946: 42): «Cuando yo te quise a ti/ no había leña en el monte,/ ni retamas en la cumbre,/ ni coles en Tacoronte».

[29] Se trata de una canción infantil cubana, con una rima inusual en aaaabb.

[30] Repetición de la palabra risco y personificación en «ese risco tiene espaldas».

[31] Sigue el tópico de Cárcel de amor de Diego de San Pedro.

[32] Con el doble sentido de la pérdida de la virginidad. Sobre el valor erótico de muchas de estas composiciones recomendamos la consulta del artículo «Por verte, Virgen Sagrada, hizo el sol una parada: la simbología erótica de los estribillos romancescos canarios» (Monroy, 2005).

[33] Se produce un juego de palabras entre la concha marina y el nombre de la amada. No hay que olvidar que la transmisora se llama Concha. Al igual que ocurre en el cantar siguiente. Repetición anafórica de «viva».

[34] En Padrón (1946: 41): «Nací en la orilla del mar/ y una concha fue mi cuna;/ si no me caso con Concha,/ no me caso con ninguna».

[35] En fin, que no lleva nada por camisa.

[36] En Noda (1998: 93): «Yo te quisiera querer/ pero vives en el monte/ y de tu casa a la mía,/ muchos zapatos se rompen».

[37] Se produce una metamorfosis en el anillo en forma de pez.

[38] Antítesis entre guapa/fea y morena/blanca. En este caso, sigue el modelo bíblico de «nigra sum, sed formosa», siguiendo El Cantar de los Cantares (CT: 1, 5).

[39] Se retoma el tópico de la Cárcel de amor que hizo famoso Diego de San Pedro.

[40] Alegoría con caer bajo el yugo del matrimonio.

[41] Alegoría del amor con el carro que pierde una rueda, y que ya no puede retomarse.

[42] Alegoría bélica sobre el amor.

[43] Políptoton con querer y derivación con morir.

[44] Confrontación amor/muerte, es decir, bios/thanatos.

[45] Alegoría entre la escritura en papel y el amor.

[46] Juego de palabras: día de la semana frente al nombre de la persona.

[47] Copla muy actual, feminista, que reivindica el valor de la mujer para llegar a los puestos de poder y hacerlo tan bien o mejor que el hombre.

[48] En terminología de Sigmund Freud Eros frente a Thanatos o, lo que es lo mismo, la pulsión de vida frente a la pulsión de muerte.



Cantares funestos y humorísticos de Adeje, isla de Tenerife

MONROY CABALLERO, Andrés

Publicado en el año 2023 en la Revista de Folklore número 502.

Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz