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La frase con la que finaliza su colaboración Javier Barreiro en el presente número de la Revista de Folklore nos invita a una reflexión. Es más, nos invita a utilizar un verbo reflexivo, «rascarse», como si padeciéramos una dermatilomanía que nos impulsara a aliviar la comezón incidiendo una y otra vez sobre nuestra piel y sus carencias. Tenemos que rascarnos en la memoria y rascar en las hemerotecas para obtener una placentera sensación que calme nuestra inquietud investigadora al tiempo que nos proporciona el alivio a insuficiencias y escaseces en la información. Parece evidente que las referencias a un baile tan popular en el siglo XIX como la jota se reflejaron en publicaciones periódicas –particularmente a partir de la segunda mitad de la centuria en que comienzan a proliferar los diarios en España–, de modo que las posibilidades de hallar datos directos y a veces especializados sobre el género se hacen mayores a medida que se avanza en el tiempo y se profundiza en los archivos. Marcel Bataillon daba la bienvenida en 1950 a la Colección de Índices de publicaciones periódicas que comenzó a estudiar el CSIC bajo la dirección de Joaquín de Entrambasaguas y José Simón Díaz. Bataillon escribía en su recensión de la Revue Hispanique: «¿Quién de nosotros… no ha deseado tener a mano un índice del Semanario Pintoresco? He aquí ese deseo colmado con sobreabundancia». En efecto, si atendemos al asunto concreto del que nos habla Javier Barreiro obtendremos los primeros resultados: en los índices de aquel precioso Semanario Pintoresco español (publicados en pdf por la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes siguiendo la edición de 1946 que editó el Instituto Nicolás Antonio http://www.cervantesvirtual.com/obra/semanario-pintoresco-espanol-madrid-1836-1857/) podemos encontrar un artículo publicado en 1839 por Juan Arias Girón titulado «Costumbres salamanquinas. Los estudiantes de la Tuna», en el que aparece un grabado de Alenza con el pie «La jota estudiantina». Las revistas semanales o de diversa periodicidad de la primera mitad del siglo XIX, por tanto, también son testigos iconográficos del interés por la jota. El libro de Georges le Gentil (https://studylib.es/doc/5823468/pdf-les-revues-littéraires-de-l-espagne-pendant-la-première) publicado en 1909 por la librería Hachette sobre las revistas literarias españolas de la primera mitad de esa centuria nos pondrá en la pista de cuánto queda por rascar y volver a rascar en este tema y en otros. A modo de ejemplo, podríamos entrar en la Colección de publicaciones seriadas de la Biblioteca Nacional de España, integrada por la Sección de Revistas encargada por el Patronato de la BN en 1933 a Miguel Artigas y por los fondos de la Hemeroteca Nacional creada en 1943 (http://www.bne.es/es/Colecciones/PublicacionesPeriodicas/Historia/index.html). Los picores, lejos de calmarse se acrecientan y llega a producir irritación lo que nos queda por investigar y conocer.