Revista de Folklore • 500 números

Fundación Joaquín Díaz

Si desea contactar con la Revista de Foklore puede hacerlo desde la sección de contacto de la Fundación Joaquín Díaz >

Búsqueda por: autor, título, año o número de revista *
* Es válido cualquier término del nombre/apellido del autor, del título del artículo y del número de revista o año.

Revista de Folklore número

466



Esta visualización es solo del texto del artículo.
Puede leer el artículo completo descargando la revista en formato PDF

Arguedas: «El antropólogo con alma de poeta, que recaló en Sayago y Aliste en 1958»

JAMBRINA LEAL, Alberto

Publicado en el año 2020 en la Revista de Folklore número 466 - sumario >



El próximo 18 de enero de 2021 se cumplirán 110 años del nacimiento del más importante escritor peruano, y uno de los antropólogos que dejarían huella tanto en Perú, como en España. Arguedas fue polifacético, realizando también labores de educador, investigador, traductor, folklorista recopilador, promotor cultural y poeta quechua.

Puede decirse que yo tenía una deuda personal con José María Arguedas Altamirano. Mi primer artículo, escrito en esta Revista de Folklore en 1982, nº 19 se titulaba: «La Gaita y el tamboril en las comunidades del antiguo Reino de León». Si nos fijamos en el título, guarda cierto parecido con Las Comunidades de España y del Perú.

Tras la lectura de las notas y párrafos recogidos en el mencionado libro por el amauta Arguedas en 1958, durante su estancia en Bermillo de Sayago y en La Muga, y «vaciar» los datos que me interesaban para la confección de mi artículo, algo debió que quedar en mi inconsciente para trasladar la palabra «comunidades» al título de mi artículo, que para Arguedas y el resto de las personas de cultura andina es «ayllu»[1].

En 2011 se cumplieron 100 años del nacimiento de Arguedas; en Bermillo de Sayago, durante aquel verano se realizaron actos en torno a su estancia en la zona. Asistí a una de esas actividades y escuché una charla del antropólogo y escritor peruano Gabriel Arriarán, quien por entonces terminaba su tesis en Barcelona.

Recordó Arriarán que Arguedas comenzó su carrera literaria como folklorista, recopiló canciones, los bailes, los mitos, las historias que él había escuchado durante su infancia en Ayacucho, para posteriormente recoger otras tradiciones de forma más consciente. Siempre hallaremos una vocación musical en todas sus obras, decía Arriarán.

En aquella misma sesión oí hablar del Arguedas literato y de sus obras más importantes: Los ríos profundos, Todas las sangres, y El zorro de arriba y el zorro de abajo. Así como de su «truculenta» muerte anunciada y el posterior robo de su cuerpo y «peregrinaje en procesión clandestina» desde Lima a Andahuaylas, tras 35 años de su entierro, por tanto en 2004.

Para Gabriel Arriarán la vida de Arguedas había sido profética, o mesiánica. Los indígenas del Perú consideran aún hoy a Arguedas un mártir y un santo, a partir sobre todo de la ritualización de su muerte.

El 8 de agosto de 2019 volví a Bermillo de Sayago con mi amigo hispanista y americanista Enrique Thierry Müller, Luis Barrueco, y Benito Martín Pozo (amigos, compañeros e intérpretes, como yo, de música sudamericana). Allí nos esperaban Jesús Santiago Panero «Cuqui», nieto de Sabina Hernández González, quien hospedó a Arguedas en la Posada de Arrieros, y Lorenzo Ferrero, ambos miembros de la Asociación Cultural «La Mayuela», entidad que había preparado los actos de 2011 junto con Arriarán. El 16 de agosto de aquel año 2011 se puso en la mencionada posada una primera placa por parte de la embajada de Perú, con la asistencia del Ministro Consejero de Asuntos Económicos financieros y de Cooperación de la Embajada de Perú en España, así como el cónsul honorario del Perú en Salamanca: Juan Carlos Palomino. El 4 de julio de 2019 el Ayuntamiento de Bermillo le dedicó otra placa; a este acto asistieron el Excmo Sr. Embajador de Perú en España Don Claudio de la Puente Ribeyro, así como el Ministro Consejero de la embajada de Perú en España, Alonso Ruiz Rosas.

Al ver de primera mano los fondos sobre Arguedas existentes en Bermillo de Sayago, que habían sido enviados por su viuda Sybila Arredondo tras el homenaje de 2011, puse de nuevo en relación a Gabriel Arriarán y a los citados miembros de La Mayuela, a la vez que surgió la idea de crear una página en Facebook con el título: José María Arguedas en Sayago y Aliste[2].

Como nos dijo Jesús Santiago Panero, «puso a Sayago en el mapa internacional», por el constante reguero de investigadores, sobre todo peruanos, que han seguido visitando estas tierras. Entre ellos citamos a: Rodrigo Montoya, Joan Bestard, Jesús Contreras (prologuista de Las Comunidades de España y del Perú en su edición española), Pedro Tomé, Jesús Morales, Alejandro Ortiz Rescaniere, discípulo y amigo de Arguedas desde su infancia, Carmen María Pinilla (principal biógrafa), Laura Elías, y Camilo Pajuelo.

Además, tal como nos dijeron ese mismo día Jesús Santiago Panero y Lorenzo Ferrero, en la Universidad de Salamanca existe un Máster de Antropología Iberoamericana que dirige el doctor Ángel Barrio Espina, y que aglutina a estudiantes de todo el mundo: chinos, peruanos, ecuatorianos, argentinos, españoles que suelen pasar por Bermillo casi todos los veranos.

Tres años antes del centenario del nacimiento de Arguedas, no en verano, sino diez días después del cumpleaños de Arguedas llegó a Bermillo el guitarrista peruano afincado en Finlandia Camilo Pajuelo. Realizó el viaje el 28 de enero de 2008 junto con el etnógrafo y folklorista Carlos Antonio Porro. Camilo había realizado un Máster Interuniversitario de Música Hispana en la Universidad de Valladolid y tras unas sesiones dirigidas por Joaquín Díaz y Carlos A. Porro que impartió la asignatura de «Patrimonio Musical Autonómico y Músicas Tradicionales de España e Hispanoamérica», se propuso realizar trabajo de campo en Bermillo. Allí entrevistaron a Isabel Bernardo, tamborilera, Ramón Bernardo, padre de Isabel y tamborilero también, y a Jesús Santiago Panero, Blanca Redondo y Ángel Martín. El resultado de esta recopilación puede escucharse en los fondos de la Fundación Joaquín Díaz, donde hay alojados hasta 35 audios[3].

Como en los grandes personajes, hay aspectos de la vida de Arguedas que aún siguen siendo fruto de discusión y polémica. El escritor peruano Hugo Chacón Málaga (2018)[4], dice que su posible madre biológica, Juanita Tejada Gutiérrez, era una india de tez blanca y con ojos claros. Para él no sería Victoria Altamirano; Arguedas habría nacido probablemente en la hacienda Karkeki, en Huanipaca (otro distrito de Abancay colindante con la selva), no en Andahuaylas.

Su padre Víctor Manuel Arguedas Arellano era un abogado cuzqueño[5], ejercía de juez de primera instancia, y su madre Victoria Altamirano Navarro pertenecía a la alta sociedad de Andahuaylas. Su madre muere cuando él tenía tres años, su padre se casa en segunda nupcias con una viuda que lo maltratará cuando su padre no está en casa. Él había vivido en Viseca con su abuela materna, pero después lo hicieron ir a casa de su madrastra a Puquio. Aquí le hacían dormir en la cocina con los indios. Arguedas muchas veces reconoció ser una persona agraviada y menospreciada, igual que la servidumbre indígena de su casa. Pero ya desde bien pequeño le asombraban los cuentos y canciones que le cantaban en quechua. Particularmente su nodriza Luisa Sedano Montoya, a quien luego le escribirá cartas de agradecimiento. Del mismo modo, vivió siempre esa dicotomía, su infancia fue desdichada y a la vez inmensamente feliz. Según él, habló solamente el quechua hasta los seis años[6].

A los 13 años realiza un viaje con su padre desde Puquio a Andahuaylas y Ayacucho a caballo. Durante ese viaje, se comunica de una manera especial con el paisaje y con los indios, este episodio de su vida será la base de una de sus obras maestras: Los ríos profundos.
Por otra parte, su padre padecía neurosis y depresiones, enfermedades que de alguna manera va a transmitir a su hijo.

En 1924 comienza sus estudios primarios en el colegio Miguel Grau de Abancay con su hermano mayor Arístides (dos años mayor que él), José María Arguedas tiene otros dos hermanos, uno Pedro, dos años menor que él y su hermana paterna Nelly Arguedas Ramírez de Carbajal, dieciocho años más joven que él, a quien conocerá en el año 1957, un año antes de su viaje a Sayago. Su sobrino José Abel Carbajal Arguedas, es hijo de Nelly y es quien nos ha proporcionado estos datos.

En 1931 ingresa en la Universidad de San Marcos de Lima. Sus estudios secundarios realizados en Huancayo y Lima fueron notorios, muere su padre en Puquio sin que esté presente José María. En ese momento ingresa como auxiliar de la Administración Central de Correos de Lima permaneciendo hasta 1937. Recordemos este detalle de que Arguedas por un tiempo trabajo en Correos, para retomarlo más adelante.

En 1935 había escrito su novela Agua. En 1936 es director y cofundador de la Revista Palabra en defensa de la cultura, donde redacta dos importantes artículos sobre los mineros y otro sobre Federico García Lorca[7]. Termina su especialización en literatura en 1937. De ese mismo año data su tesis de Bachiller en Antropología por la Universidad Mayor de San Marcos: «La evolución de las comunidades indígenas. El Valle del Mantaro y la ciudad de Huancayo: un caso de fusión de culturas no comprometidas por la acción de las instituciones de origen colonial». Observamos ya al Arguedas que manifiesta su vocación de antropólogo, que confirmará entre los años 1937-39.

Igual que muchos de sus compañeros universitarios, Arguedas perteneció al CADRE (Comité de Acciones para la Defensa de la República Española), grupo de jóvenes simpatizantes de los republicanos españoles, durante la guerra civil.

A mediados de ese mismo año 1937 es encarcelado como preso político durante ocho meses en la prisión de El Sexto. Fue apresado por participar con unos compañeros en un episodio contra la visita del general italiano Camarotta, jefe de una misión policial de la Italia fascista de Mussolini.

Este episodio lo reflejará también en su novela con el mismo título de la prisión, El sexto.
En 1938 publica Canto quechua, en edición bilingüe.

En 1939 ingresa en el magisterio oficial en el colegio Nacional Mateo Pumaccahua de Sicuani (Cuzco). Se casará en junio de ese mismo año con Celia Bustamante. Vivió pues en Sicuani con su mujer. Hizo importantes trabajos de recopilación con los alumnos: canciones, mitos, y leyendas. Se trata de la Revista Pumaccahua. Será en este destino cuando Arguedas termina de confirmar su vocación de etnólogo y antropólogo[8].

En el prólogo de esta revista encontramos un manifiesto real a favor de la pedagogía activa y popular, Arguedas habla de la necesidad de despertar en los alumnos la inquietud de investigar, de saber, de encontrar la intimidad espiritual del pueblo, así como de la riqueza geográfica y de la unión con el paisaje, sensaciones y emociones, que él ya había percibido en el viaje realizado con su padre a los 13 años desde Puquio a Andahuaylas y Ayacucho a caballo. Este episodio lo describirá siempre como uno de los más felices de su vida.

En 1941 publica su novela Yawar Fiesta, que había escrito durante su estancia en Sicuani. La novela transcurre en Puquio, donde con el tiempo han realizado una escultura de un toro con un cóndor, tal como Arguedas describía en su obra.

Según José Carlos Vilcapoma[9] José María Arguedas en conversaciones con una sobrina de Celia Bustamante, Cecilia, dice que tenía lisiada una mano, le decían «mocho» por un accidente que tuvo en 1925 con la rueda de un «trapiche» (molinillo), a consecuencia del cual perdió dos dedos de la mano derecha; sin embargo, esto no le impedía tocar y cantar en el charango el Carnaval de Tambobamba recogido por él, con ese particular estribillo «wifala, wifala»[10].

En 1942, a la edad de 32 años padece su primera gran crisis depresiva, de la que, según él, nunca más se curaría. Le diagnostican «surmenage» (fatiga crónica).

Justo Alejo (1973) deja por escrito que en 1944 tiene una discusión con Juan Mejía Baca, principal editor de las obras de Arguedas hasta ese momento.

En 1945 decide inscribirse en el recientemente fundado Instituto de Etnología de la Universidad Mayor de San Marcos. Su cuñada Alicia Bustamante había sido nombrada asistenta de José Sabogal en el Museo de la Cultura Peruana. Ocho años más tarde, Arguedas dirigirá el Instituto de Etnología perteneciente a dicho Museo. En 1947 es contratado por la sección de folklore del Ministerio de Educación. Rescata y recopila numerosas expresiones artísticas tradicionales de Los Andes. Crea un gran archivo a la vez que publica cuentos y canciones en quechua. Concluye sus estudios de Etnología en 1950. En 1958 se publica su novela Los Ríos Profundos, en la editorial Losada, y logra un éxito rotundo. Su mujer, Celia Bustamante le ayuda a conseguir una beca de la UNESCO para realizar investigaciones en Europa[11]. Viaja a París, Madrid y Sayago para recabar datos que incorporaría su tesis de Antropología comparada: Las Comunidades de España y del Perú, que defendió en 1963 y que finalmente se publicará en 1968 (un año antes de su fallecimiento).

Y aquí tenemos a Arguedas ya en París[12] Isabelle Tauzin-Castellanos relata que:

... permanece fuera del Perú casi diez meses hasta los primeros días de noviembre, transitando por España, Francia e Italia. Antes de salir del Perú, Arguedas confiesa el malestar físico que siente y el gran temor por «encontrarse con otro mundo tan lejano» […]. La Madre Patria, entonces bajo la tutela franquista, no le parece nada acogedora: a Valcárcel [historiador cuzqueño] le refiere el desinterés de los estudiosos españoles por el trabajo de campo: «gente señorita y cómoda [mientras] las zonas más ricas en tradiciones son gravísimas de clima».

En esta etapa de su vida, Arguedas llega a España a sus 47 años atraído por la obra de Joaquín Costa[13] que con sus obras Derecho consuetudinario, y Colectivismo agrario había sido dado a conocer en Perú por Unamuno, a quien según Arriarán (2013) le habían dado en Perú un Premio «Inca Garcilaso de la Vega». Fermín del Pino (2013) aclara que:

... eran populares sus tesis krausistas en la generación hispanoamericana llamada del 900 (especialmente en manos de Víctor Andrés Belaunde, un abogado arequipeño que llegó a ser presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas en 1959-1960). Ponemos el acento en esta popularidad colectiva para explicar el caso excepcional de un éxito reciente en la antropología peruana, que tuvo lugar cuando el conocido escritor y antropólogo José María Arguedas, alumno de estos costistas peruanos, creyó ver en Costa una inspiración y visitó España en 1958, gracias a una beca de la Unesco, para elegir alguna comunidad tradicional que pudiera servirle de comparación con otra del Perú como tema de su tesis doctoral. Y la halló en la región de Sayago, una vieja zona zamorana objeto de burla en el teatro clásico por su rusticidad aldeana que sirvió a Costa para reflexionar sobre el destino moderno de estos enclaves arcaicos.

Para Pedro Tomé (2011):

José María Arguedas hubo de limitar la [estancia] suya a un semestre de ese 1958: «el mes de enero y parte de febrero en Madrid, y recorriendo Andalucía, Castilla y Extremadura. Hacia mediados o finales de febrero debieron llegar a la comunidad de estudio elegida, la comarca de Sayago en Zamora, del reino de León, y próximo a Portugal. […]

El mismo autor señala que Arguedas realizó previamente, con ayuda del personal de conservadores del Museo Español y del Centro de Estudios de Etnología peninsular de Madrid:

[…] un análisis bibliográfico inicial en Madrid que le abrió nuevas perspectivas y con un trabajo de campo que se vería interrumpido justamente en el momento en que hubiera podido generar mayor rendimiento. Un tiempo en el que la sorpresa, la dureza del trabajo de campo y el rigor del clima lo atenazarán de tal modo que no dedicará esfuerzo alguno al quehacer literario. No es cuestión menor el clima sayagués y la impresión que le produjo.

Pedro Tomé (2011) continúa escribiendo que:

Lo que atrajo la atención de Arguedas fue la constatación vertida por Costa de que la modernización de España había sido en realidad un largo proceso de destrucción de los sistemas de propiedad comunal.

El mismo autor deja estas reflexiones:

[…] si el trabajo de campo realizado en España coincidió con una época de esterilidad literaria, la redacción de su tesis doctoral, acometida en Chile, se hará al mismo tiempo que escribe su obra Todas las sangres. Tal vez por ello, cuando finalmente se publique su libro Las comunidades de España y del Perú, dedicado a Lola Hoffman, seis años después de conseguir el grado de doctor, la disputa entre el antropólogo y el novelista se manifieste desde la primera línea.

A decir de J. Murra (1983): «para Arguedas, no hay una separación entre su etnología y su obra artística».

Y de nuevo Pedro Tomé (2011) recalca que el prologuista de la edición en España de Las Comunidades… Jesús Contreras deja por escrito:

Arguedas tenía sensibilidad y en muy grandes dosis. Ella le permitía escuchar sin prejuicios y sin complejos de superioridad; y esa sensibilidad le permitió dejarse cautivar por la personalidad de algunos de sus informantes que, como él dice, le instruyeron y le transmitieron de manera cálida y dramática el modo de vida de las comunidades sayaguesas. Esa sensibilidad, también, y su curiosidad, más humana que académica, le permitieron estar en condiciones de descubrir por qué, en realidad, no estaba obsesionado por confirmar, actitud esta última que parece guiar a muchos antropólogos profesionales, académicos o no.

Pedro Tomé (2011) puntualiza que Arguedas llegó a Bermillo hacia mediados o finales de febrero y se encuentra ya el 10 de junio en Madrid, y el 15 en París. Por tanto, Arguedas está en Bermillo, Muga de Sayago y San Vitero de Aliste sólo cuatro meses, y no seis.

Según Arriarán (2013) Arguedas encuentra que «las comunidades indígenas del Perú fueron creadas bajo el paraguas de los Ayuntamientos comunales hispánicos y adaptadas a los Ayllus durante la época de la colonia». Arguedas con Las Comunidades… establece una especie de juego de identificación con los habitantes de Bermillo [además de Muga de Sayago y San Vitero] dado que en Las Comunidades… sólo vienen las iniciales de los informantes[14].

En 1959 Arguedas comienza a ejercer como profesor de Etnología en la Universidad Mayor de San Marcos de Lima. Según José Carlos Vilcapoma[15] tuvo entre sus alumnos a Alejandro Vivanco, pionero quenista de Ayacucho, a Jaime Guardia, charanguista ayacuchano. Como principal discípulo en Antropología tuvo a Alejandro Ortiz Rescaniere, hijo de su compañero de celda en la prisión de El Sexto José Ortiz Reyes. Me consta que Ortiz Rescainiere en su viaje a Sayago contactó con la arquitecta sayaguesa, natural de Escuadro, Esther Prada Llorente dado que ella realizó su tesis con el título: Sayago: evolución histórica y proyección futura de su estructura territorial.

Alejandro Ortiz terminaría sus estudios en La Sorbona, de París y ejerce en actualidad como catedrático en la Pontificia Universidad Católica del Perú, sección de Antropología del Departamento de Ciencias Sociales.

Pero, situémonos en Bermillo de Sayago hacia mediados o finales de febrero de 1958. Según nos cuenta Jesús Santiago Panero «Cuqui» en la entrevista inédita realizada el 08 de agosto de 2019.

AJL: ¿Conociste a Arguedas?

JSP: Yo llegué a conocerle, pero no le di la menor importancia, porque no tenía edad. Tenía 15 años. Vino con su esposa, Celia Bustamante, prácticamente no salían de casa.

Hay una ventana en la cocina de la Posada de Arrieros desde la que se ve medio pueblo, y ahí esperaba a los informantes que le decían cualquier cosa, que él anotaba en la libreta que llevaba siempre a mano.

AJL: ¿Cómo llevaba la cuestión del clima en Sayago?

JSP: El invierno, para él fue muy duro, no asumió [fácilmente] la temperatura de Sayago. Por las tardes se ponía a la solana. La pared de la cocina da a poniente, y pega el sol de una forma agradable.

Él se sentaba allí sobre un tronco de roble que teníamos en la puerta, y ahí escribía…

Hacía unos paseítos por la carretera de Torrefrades, pero no llegaba muy lejos. Llevaba la merienda y decía: «vamos a merendar al campo».

AJL: ¿Cómo es que vino a parar a Sayago?

JSP: Él venía becado por la UNESCO para hacer el trabajo, venía de París, y volvió a París, y realmente el objetivo no era Bermillo, sino Babia, una región del norte de León.

[Sin duda, atraído por las lecturas de Elías López Morán (1900). Derecho consuetudinario y Economía Popular de la Provincia de León].

AJL: Pienso yo que también influiría para la elección de ese objetivo, que Babia como Ayacucho y Apurimac son lugares de sierra o montaña y tal vez Arguedas creyese que una orografía o relieve parecido le ayudase a su estudio comparativo»

JSP: Entonces le aconsejaron que Babia tenía un clima muy extremo, que mejor viniera un poco más al sur, y cuando llegó aquí en febrero se debió morir de frío.

AJL: ¿Dónde se alojó?

JSP: Él tenía la oportunidad, cuando llegó a Bermillo de estar en la fonda, o en la posada. La fonda era un lugar para personas de un status más acomodado. La posada era un lugar de arrieros. Sólo había una habitación disponible. Y el resto de la planta baja, llegaba el vinatero, como decíamos antes, o el cacharrero, o el que fuera, y alquilaban.

Mi abuela, le permitía llenar la saca de paja y extenderla donde pudiera. El más espabilao la extendía en la cocina, y el último que llegaba, en el portal.

El lugar donde está ubicada la posada fue en tiempos la ermita del Cristo de la Vega o el Humilladero. El Cristo se conserva actualmente en la iglesia parroquial» por eso la posada está en el barrio del Cristo.

Entonces, para un antropólogo, supongo que la posada era un lugar más apropiado que la fonda, por estar en contacto con más variedad de personas.

Rescato aquí otro pasaje pronunciado por Jesús Santiago Panero en el programa de la Cadena SER «Perú mucho más cerca»[16].

Él es un señor marcadamente de izquierdas, entonces opta por estar en casa de mi abuela que tenía un hijo que había estado en la «División Azul», un hijo militar, un hijo policía, y se rodea de una especie de parapeto… Se aseguró pronto de dónde estaba. Teniendo en cuenta que luego, él tenía que presentarse diariamente al cuartel de la guardia civil.

En la posada, la gente llevaba la saca, que mi abuela les dejaba llenar en el pajar, y la tiraban allí donde podían, el que tenía más suerte dormía al lado del fuego, y el que no en el portal, no había más. Entonces cuando él llega, mi abuela es un rato reticente a recibirlo porque su casa no reúne condiciones, el hombre debió de insistir lo suyo, y entonces tuvo la habitación que llamábamos nosotros de «en medio» en el piso de arriba, que era una habitación con alcoba, y tal, tenía su mesa de trabajo.

AJL: ¿Cuánto costaba alojarse en la Posada de Arrieros?

JSP: Supongo que pagó muy poco, probablemente ahorraría dinero. Él comía en la cocina con el resto de la gente, con mi abuela y mi tía que eran las que vivían aquí. Mi tía se llamaba Resurrección Santiago Hernández, conocida por Chon. Mi abuela era Sabina Hernández González, (aparece una foto suya en Las Comunidades…).

Arriarán, Gabriel (2011). «El culto al libro» en Fronterad Revista digital[17]:

Para cuando el andahuaylino llegó a Bermillo de Sayago en 1958 un abono anual de una afeitada por semana y un corte de pelo al mes en la barbería del pueblo costaba una ochava de grano que luego podía venderse por 200 pesetas al molino de la región.

AJL: ¿Qué gente le interesaba a Arguedas para escribir su trabajo?

JSP: A la posada acudían generalmente arrieros, gentes que venían a las ferias o vendedores ambulantes, cacharreros, pimenteros; por lo general traían sacas que llenaban con paja y en ellas dormían. Solían dormir en la cocina, o en una sala adyacente, o en el portal.

AJL: ¿Cómo transcurrían los días?

JSP: En la Posada, mi abuela les hacía la comida (generalmente, la cena) que ellos encargaban. Comían de la misma fuente central (cucharada y paso atrás) y al final siempre había largas tertulias al amor del brasero.

En estas tertulias siempre participaba algún vecino del barrio y mi tía Chon (Resurrección Santiago Hernández). Mi abuela Sabina nunca la vi participar, siempre estaba pegada al fogón.

AJL: ¿Y en la fonda qué tipo de gente había?

JSP: A la Fonda acudían gentes de más categoría. Sobre todo viajantes de comercio o profesionales de cualquier tipo. Comían tipo restaurante y dormían en cama.

AJL: ¿En qué parte de la posada se alojó?

JSP: Y entonces tenía la que llamábamos «la habitación de arriba», que ya no existe, que era un saloncito con una alcoba. En aquel saloncito había una mesa, donde el señor escribía lo que tuviera que escribir en cada momento.

AJL: ¿Siguió teniendo trato después con tu familia?

JSP: Con mi familia tuvo una correspondencia relativamente larga hasta que se suicidó, pero esa correspondencia se ha perdido cuando hicieron algún tipo de reformas en el interior de la casa.

La parte exterior de la posada, está tal cual. Bueno, no había servicio en la casa. Había que hacer sus necesidades en la cuadra, o en el campo.

AJL: ¿No había agua corriente?

JSP: En lugares como Zamora, eso ya estaba resuelto. Pero aquí tardó algunos años.

Pero, volviendo al título y al énfasis que quiere resaltar este artículo: «El antropólogo con alma de poeta…».

Recordemos que John Murra (1983) deja por escrito que no hay dicotomía entre el antropólogo y el escritor: «para Arguedas no hay separación entre etnología y su obra artística». Como dice Arriarán (2013) Arguedas comenzó siendo folklorista y etnólogo, y terminó siendo escritor, y además hay una vocación lírica y musical en todas sus obras.

Nos llama mucho la atención de que en el mismo año que viene a España, 1958, se publica su obra Los Ríos Profundos, que se convertiría rápidamente en un éxito literario.

Para Carla Sagástegui[18] la manera de describir la sociedad española (en su tesis Las Comunidades de España y del Perú) es la misma en la que escribe Los ríos profundos. El pájaro que él ve en las mañanas y lo despierta. Las canciones que cantan las personas en la comunidad cuando hacen el trabajo a), cuando hacen el trabajo b).

Durante su estancia en Sayago y Aliste, sólo toma notas, no redacta, pero Pedro Tomé (2011) deja escrito que cuando redacta Las Comunidades de España y del Perú, en Chile, en el año 1962 se halla inmerso en la redacción de su mejor novela: Todas las sangres. La tesis la defenderá en 1963 en la Universidad Mayor de San Marcos, de Lima.

Así pues, sea de una manera u otra, en la recogida de notas (1958), o en su redacción final (1962), Las Comunidades de España y del Perú se verá impregnada por el mejor Arguedas literato.

Transcribo aquí tres pasajes: el de La Higuera que brota de las paredes de la iglesia románica de Bermillo[19], el del Canto de la «Tutubía» (la alondra), y una anécdota sucedida en una pescadería de Zamora.

Escribe Arguedas (1968, 24:)

Una higuera apareció en una rajadura del muro del templo; la descubrí en abril, cuando el árbol apenas había logrado estirar una débil rama hacia el aire. Me acerqué y la contemplé detenidamente. Era el tiempo en el que el famoso negrillo de la plaza, tan reseco, empezaba también a brotar. En mayo la higuera había extendido vigorosamente sus ramas cubriendo un buen trecho de la pared. Aparecía como un alarde verdaderamente exagerado de la naturaleza. Los niños no podrían coger sus frutos porque quedarían muy altos, ni podrían dañarlo en lo menor. La sombra de este fantástico árbol se proyectaba toda en el muro. Y en este tiempo en que la higuera había alcanzado su mayor desarrollo, contemplaba con regocijo muy semejante el vuelo y el canto de la «tutubía».

Para entender el hecho de que le conmoviera a Arguedas esta higuera que él pensaba que no sobreviviría al siguiente invierno, hemos de tener en cuenta que el creció imbuido en la cultura quechua, que tiene un especial respeto por toda forma de vida humana, animal, o vegetal.

Transcribo ahora el párrafo referido a la «tutubía», la alondra (1968, 24-25):

Es un pequeño pájaro que vuela a golpes de ala, y va elevándose muy alto; a cada movimiento fuerte de sus alas, emite lo mejor de su canto. Estuve una vez, cerca de Villamor de la Ladre, cuarenta y cinco minutos oyéndolo cantar y embriagarse, a mi parecer, entre música, velocidad y evoluciones aéreas. El inmenso cielo, con densas nubes, que el viento llamado «de Arriba» en Sayago, podía convertir en cualquier momento en tempestad, y los bosques de negrillos, robles y algunas encinas que rodean a Villamor, así como los campos de centeno bordeados por infinitas flores, toda la naturaleza parecía atenta, como vibrando al compás del juego y el canto aéreo de ese pajarillo.

Otro relato de Arguedas nos aporta sensaciones y emociones respecto a cómo se encontraba en su estancia en Bermillo. Pero primero hagamos hincapié en que Carla Sagástegui[20] resalta que Arguedas viene a España a estudiar la cultura de «los conquistadores», de igual a igual, sin complejos de inferioridad por parte de la cultura andina. Pero Arguedas se encuentra con el pueblo llano campesino y esto es lo que deja por escrito.

Arguedas está en Zamora comprando en una pescadería (el pescado no llegaría con regularidad a Bermillo y probablemente algún día quisieron hacer algún extra). Relata así el suceso (1968, 25-26):

Sayago tiene fama de ser región pobre. «Se ha ido Ud. a meter a lo último de España, ¿por qué?», me dijo la dueña de una pescadería, en Zamora, cuando al advertir, por mi modo de hablar, que era extranjero, me pidió que le dijera de dónde venía y con qué objeto. Le repliqué que me sentía feliz en Sayago y que no me parecía «lo último» sino uno de los distritos más bellos de España, y que sus vecinos eran amables y generosos.

Cerrando este artículo daré cuenta de las averiguaciones que hemos podido conseguir a través de la página de Facebook: «José María Arguedas en Sayago y Aliste» en una continua búsqueda de material, y compartiendo fotos en distintos grupos y páginas en esa red social:

Pero primero hemos de recordar que Arguedas venía investigando sobre el sistema de propiedad y tenencia de la tierra y Justo Alejo (1973) dice que en 1958 en Bermillo el 60% de la tierra era del común, mientras que Arguedas considera que Muga es una aldea «quiñonizada», es decir, repartida en parcelas casi al 100% de propiedad privada.

En Bermillo, los datos referidos a la recopilación y el viaje de Camilo Pajuelo el 28 de enero de 2008, se los debemos a Carlos Antonio Porro, que realizó el viaje con él. Arriarán (2011) deja por escrito que el principal informante de Arguedas fue el padre de Consuelo Escalero, Cipriano Escalero, así como el padre de María San Lucas.

María Jesús Carvajal, nieta de «El gordo», que tenía tienda, llamó a su hijo Pachacuti, que en quechua significa revolución. También viven en Bermillo Carmen y Florida, hijas de Marcelino San José. Otro informante importante fue Ricardo Alonso.

En Muga de Sayago, a través de Teresa Martín Marino sabemos que Arguedas estuvo en otra posada. Justo Alejo nombra a la posadera doña Felicidad Fadón Heras[21], a la que le escribió cartas Celia Bustamante. Por estas cartas dedujo Justo Alejo insomnios, quebrantos, atenciones fraternales y la estimación por los animales de José María Arguedas. Recientemente hemos conocido a José Antonio Martín Fontanillo, nieto de la posadera, su madre Felicidad Fontanillo Fadón es la niña que describe Arguedas en Las Comunidades… y tiene ahora 75 años. En entrevista con José Antonio, nos dice que recuerda el paso por Muga de la doctora Carmen María Pinilla, principal biógrafa de Arguedas.

El negocio de la posada lo heredó mi abuela de su padre, Marcelino Fadón Barrueco, casado con Lucía Heras Garrote. El abuelo Marcelino debió de ser un personaje en su época, bien conocido por sus afinadas loas, del que aún guardan recuerdo algunos de los mayores de Muga.

Constituía la posada un lugar de encuentro también como bar, restaurante y tienda, que se surtía del material que traían en carro desde Zamora, o el buen vino de Fermoselle. En la parte baja se alojó durante muchos años la zapatería y la cartería que atendía mi tío Lisardo Fontanillo Fadón. Finalmente el mayor negocio de los últimos tiempos eran las comidas del día primero de feria en Muga.

Me comenta también José Antonio los siguiente:

He confirmado con mi madre que conservamos todos los muebles de la estancia donde se alojó José María Arguedas (la cama, mesillas, baúl, armario, etc.) y que el párroco Don José Luis Gutiérrez se reunió varias veces alrededor de una mesa camilla con Arguedas y su esposa en esa misma estancia donde estaban alojados». En actualidad el Instituto de Educación Secundaria de Muga de Sayago (I. E. S. «José Luis Gutiérrez») lleva el nombre de aquel cura bueno del que habló Arguedas en Las Comunidades… y con el que debatió sobre religión, y sobre las penurias de las clases más desfavorecidas.

A través de las redes sociales nos hemos puesto en contacto con los hermanos Sonia y Félix Guerra Amores, nietos de Fernando Guerra Ortiz, tamborilero y tejedor de Muga de Sayago, y de su mujer Josefa Rodríguez Trufero, que aparece manejando el telar en una foto de Las Comunidades…

En otra foto en la que están bailando «El Charro» al son de la flauta y el tamboril volvemos a ver al tamborilero Fernando Guerra Ortiz, a su mujer Josefa Rodríguez Trufero que bailan junto a María Lastra, Benigno Miguel, Julián Pérez, y Encarnación Alberca. (Todos estos datos han sido proporcionados por Teresa Martín).

En San Vitero de Aliste, al que dice Arguedas que le dedicó «algunos días de estudio» y escribe que en este pueblo encontró supervivencias más abundantes de estas costumbres de organización comunal descritas por Santiago Méndez Plaza (1900).

Aparecen tres fotos tomadas en San Vitero (Aliste) en Las Comunidades de España y del Perú[22], una foto de tres personas, otra de una casa, y otra de una mujer arando. Cuando hemos compartido esas fotos en grupos de Facebook de Aliste, hemos logrado dar con sus nietas residentes en Montevideo (Uruguay), se trata de las hermanas Valentina y Herminia Leal Lorenzo quienes nos proporcionaron los nombres de sus abuelos maternos que fueron informantes de Arguedas en San Vitero. Son Miguela Fidalgo Manzanal (es la mujer que aparece arando, y la que tiene una rueca en la foto del trío), su marido Victoriano Lorenzo Martín, quien a decir de Valentina, hacía y tocaba la flauta de tres agujeros, la otra señora que aparece en la foto se llamaba Micaela. La casa de San Vitero que aparece en Las Comunidades… a decir de Mercedes del Buey Pérez era la casa de la «Tí Teresa» y Miguel. En entrevista con Jesús Romero Pérez comenta que en San Vitero había Feria «los 4» de cada mes: «Era una Feria comarcal. Además de mercado de animales, había también una feria de trueque. La gente llevaba una cesta de huevos y los cambiaba por aceite o por azúcar, el dinero apenas circulaba todavía, a esa feria también venía Argimiro Crespo desde Codesal de la Carballeda. En San Vitero no había como tal una posada, sí había tres o cuatro casas de comidas».

Jesús Romero se entrevistó con Laura Lorenzo Fidalgo, de 84 años, hija de Miguela y tía de Valentina Leal Lorenzo.

Recuerda que un señor estuvo en aquella época haciendo fotos a sus padres Miguela y Victoriano. Arguedas probablemente se alojó en la Casa del «Tío Perico» (Pedro Fernández), que linda con la suya. Era taberna a diario, carnicería en las ferias (todos los 4 de mes, además de dos semestrales, 19 de marzo y 14 de septiembre) y fonda ocasional. Tenía hasta seis habitaciones.

Respecto a las Costumbres Comunales que relata Santiago Méndez Plaza. Probablemente se hubieran perdido muchas, pero Jesús Romero recuerda de cuando él era pequeño en los años 50, éstas: el Arreglo de caminos, la Limpieza de fuentes, y cuando alguien se hacía una casa, el resto de los vecinos (todo el pueblo) en uno o dos días acarreaban la piedra y las vigas de chopo. A ese acarreo colectivo se le llamaba hacer los Carretos. Otra faena colectiva consistía en que los vecinos de cada parva en la era, ayudaban al que fuera más retrasado, para prevenir una posible tormenta y que la mies quedara a salvo.

Y para terminar, resalto que Justo Alejo (1973) dejó escrito que Arguedas había redactado un artículo en el Diario «Imperio» (de la Falange y de las JONS) bajo el título: «El admirable servicio de Correos y de Telegrafos de España»[23].

Cuando le comenté este tema a Alberto Martín Márquez (Archivero Municipal de Zamora) y a Jesús Caramazana Carrera, dieron enseguida con él. Resultó ser de fecha 17 de mayo de 1958. Arguedas está ya casi a punto de terminar su estancia en Bermillo.

Es hora de volver a recordar que Arguedas trabajó en la administración de Correos de Lima entre 1931 a 1937. Pues bien, el mismo Arguedas «fichado» por el gobierno franquista, y al que hacían presentarse todos los días en el cuartelillo de la guardia civil de Bermillo es capaz de escribir a favor del Servicio de Correos y Telégrafos diciendo que un cartero a pie, o en bicicleta, es capaz de hacer llegar una carta o un giro en un día a una aldea lejana de la ciudad, y este proceder podría ser trasladado en la época al Servicio de Correos del Perú. Nos consta que Arguedas le pidió a su hermano que le enviara periódicos de Perú para estar informado de los aconteceres de su país, estando en Sayago.

Arguedas escribe: «España no es sajona ni germana; es nosotros mismos. […] Tiene la misma entraña; las mismas grandes virtudes y defectos; las mismas contradicciones».

Agradezco a los miembros de la Asociación Cultural «La Mayuela» de Bermillo de Sayago, a Gabriel Arriarán, Isabel y Ramón Bernardo, Enrique Thierry Müller, Andy Quijano, Bernardo Rafael Álvarez, David Acevedo, Teresa Martín, Valentina Leal, Jesús Romero, Carlos Porro, Camilo Pajuelo, Alberto Martín, Jesús Caramazana, Pepe Calvo (director del Museo Etnográfico de Castilla y León), Carmen Ramos, a don Herminio Ramos Pérez (natural de La Tuda de Sayago y Cronista de la Ciudad de Zamora), Felicidad Fontanillo Fadón (la niña de la posadera de Muga de la que habla Arguedas) y a su hijo José Antonio Martín Fontanillo, Esther Prada Llorente, Agustín Remesal, a José Abel Carbajal Arguedas, y a las personas que interactúan con la página para seguir ahondando en el conocimiento de la estancia de José María Arguedas Altamirano en tierras de Sayago y Aliste (Zamora), así como su legado. Sirvan estas letras como homenaje al 110 natalicio de este antropólogo con alma de poeta.

Alberto Jambrina Leal

Coordinador de la Escuela de Folklore, CFM, de Zamora

BIBLIOGRAFÍA

Acevedo R., David. 2013. «Vigencia de los aportes de José María Arguedas». Lima. En Revista de Análisis, Ciencia y Cultura Resplandores Año 6, nº 11.

Alejo, Justo. (1973). «El fin del Comunalismo» en Revista Triunfo Num 586 Año XXVIII 22-12-73.

Álvarez, Bernardo Rafael. 2019. «¿Arguedas indigenista?». Blog: [https://berafalvarez.blogspot.com/2019/07/arguedas-indigenista.html?fbclid=IwAR2tmmOscC3XMahMwRK8PUvApdafREHSLpoCdJgY5IrK0dA8aFc4p13DXBg]

Arguedas, José María. 1968. Las Comunidades de España y del Perú. Lima, Ed. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Arguedas Ramírez, Nelly y Carbajal Arguedas, José Abel. 2017. José María Arguedas: recuerdos y añoranzas. Lima. Editorial Soluciones Gráficas.

Arriarán, Gabriel. 2011. «El culto al libro» en Fronterad Revista digital.

Arriarán, Gabriel. 2013. Un escritor de culto. Ed. Magoak.

Chacón Málaga, Hugo. 2018. Arguedas biografía y suicidio. Lima. Editorial IIPCIAL.

Del Pino Díaz, Fermín. 2013. «La influencia de Joaquín Costa en el planteamiento etnográfico de América Latina: el caso peruano». Huesca. En Anales de la Fundación Joaquín Costa nº 27.

Espina Barrio, Ángel Baldomero. 1995. «La influencia latinoamericana en la antropología española: el caso de José María Arguedas». Salamanca 1994. En IV encuentro de Latinoamericanistas.

Forgues, Roland. 1986: José María Arguedas de la pensée dialectique a la pensée tragique. Histoire d’une utopie. Université de Toulouse 565 páginas (Collection «Thesès et recherches»).

López Morán, Elías. 1900. Derecho consuetudinario y Economía Popular de la Provincia de León. Real Academia de las Ciencias Morales y Políticas. Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús.

Méndez Plaza, Santiago. 1900. Costumbres comunales de Aliste. Memoria que obtuvo el primer accésit en el primer concurso especial sobre derecho consuetudinario y economía popular, abierto por la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas para el año 1897. Madrid. Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús.

Montoya, Rodrigo. 1999. «Arguedas en España, crónicas de un viaje de la nostalgia» Blog [https://andes.missouri.edu/andes/arguedas/rm_espana.html]

Murra, John V. 1983. «José María Arguedas: dos imágenes. Revista Iberoamericana. Vol. XLIX. Num. 122. Enero-Marzo.

Pinilla, Carmen María. 2002. «Cartas del Archivo José María Arguedas de la Pontificia Universidad Católica del Perú». Anthropológica, 20, pp. 121-176.

Pinilla, Carmen María. 2004. ¡Kachkaniraqmi! Sigo siendo. Lima: Fondo del Congreso.

Tauzin-Castellanos, Isabelle. 2011. Arguedas en Francia: el viaje de 1958.

Tomé Martín, Pedro. 2011. «Arguedas y los inicios de la Antropología contemporánea en España» En Revista Tema y variaciones de literatura nº 37. México. UAM. Universidad Autónoma Metropolitana.

[1] Definición de «ayllu» en Ecured: conjunto de individuos o de familias unidas por ciertos vínculos como un origen común real o ficticio, que eran descendientes de un antepasado común. En España y Portugal diríamos pueblo, o aldea, sin más, pero en el mundo andino tiene ese amplio significado.

[2] Esta página fue creada por el propio Gabriel Arriarán. Hemos conseguido más de 800 «me gusta» en un año, desde su creación el 10 de agosto de 2019.

[https://www.facebook.com/arguedasensayago/]

En actualidad está administrada por Enrique Thierry Müller, desde Privas, Francia. Andy Quijano, desde Sihuas, Ancash, Perú, y Alberto Jambrina Leal, desde Zamora, España. Lo más importante es que, de una forma o de otra, tienen relación con ella varios especialistas peruanos como: David Acevedo, Bernardo Rafael Álvarez, Hugo Chacón Málaga, el guitarrista peruano afincado en Finlandia Camilo Pajuelo, la documentalista de la «Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas» July Sánchez Fuentes, Melquiades Aléndez Carrión, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, la poetisa en quechua y profesora multicultural Gloria Cáceres Vargas, la doctora en arte literatura y pensamiento Carla Sagástegui, y de este modo tenemos incluso relación con el sobrino de Arguedas José Abel Carbajal Arguedas. En los apartados de bibliografía y notas aparecen reflejados escritos y vídeos de estas mismas personas.




NOTAS

[3] En este enlace pueden escucharse las recopilaciones de Camilo Pajuelo y Carlos Antonio Porro en Bermillo: [https://funjdiaz.net/fono1.php?pag=38]

[4] Consultar bibliografía, Chacón Málaga (2018), o ver el vídeo «Suicidio de Arguedas: Una mirada polémica».

[https://www.youtube.com/watch?v=8UZGk9O6xIA&feature=youtu.be]

[5] Para la biografía de Arguedas puede visionarse el vídeo Hombres de bronce José María Arguedas: [https://www.youtube.com/watch?v=eXwEoAcGMrs]

Una biografía bastante pormenorizada puede descargarse en pdf de la página: [www.congreso.gob.pe] CE JMArguedas > biografia. También extraigo datos de su biografía del artículo escrito por el poeta sayagués Justo Alejo: «El fin del Comunalismo», en Revista Triunfo, diciembre de 1973: [http://www.triunfodigital.com/resbcombinada.php?autor=Alejo, Justo, 1936-1979&inicio=0&paso=10&orden=titulo&fbclid=IwAR2whDBAnKQvoU9M-UUPxSfoUNwoC-Zqx9iBNcLMCKbj_zqr9Qof_2zEx3Y]

[6]Este pormenor ha sido rebatido por el peruanista Roland Forgues (1986), analizando la estructura de varias novelas escritas por Arguedas. Ver bibliografía.

[7]Tal vez por este posicionamiento hacia García Lorca el gobierno franquista redactó una ficha sobre Arguedas en 1936 en la que consta: [...] escritor peruano, manifiesta su aprecio por «el pueblo rojo».

[8]Revista Pumaccahua, editada por José María Arguedas con los trabajos de sus alumnos en el colegio de Sicuani (Cuzco). [http://www.casadelaliteratura.gob.pe/presentacion-la-edicion-facsimilar-la-revista-pumaccahua/]

[9]Conferencia de Jose Carlos Vilcapoma: José María Arguedas entre dos mundos «Los de arriba y los de abajo». Vídeo. Youtube: [https://youtu.be/2LwMfgor_e0]

[10]Voz de José María Arguedas cantando el Carnaval de Tambobamba:

[https://youtu.be/XM9Drs6a_Lo]

[11]Pedro Tomé (2011) señala que esta beca que le proporcionó la UNESCO fue posible gracias al apoyo de escritores y colegas franceses.

[12]Arguedas en Francia, el viaje de 1958 (Ver bibliografía Tauzin-Castellanos. 2011). Ver biliografía (Pinilla, 2002, p. 175) y (Pinilla, 2004, pp. 448-451).

[https://halshs.archives-ouvertes.fr/halshs-00671860/document?fbclid=IwAR2Sc0acorrukr3PDrL5Q_r3LuBb-BXRq-E2K24LPEqSKOgiWMOBUB9W-Nc]

[13] Del Pino, Fermín. La influencia de Joaquín Costa en el planteamiento etnográfico de América Latina: el caso peruano. [http://revistas.iea.es/index.php/AFJC/article/view/1696?fbclid=IwAR117MiDOfMLSsFz18mOWWcCW5IkEmJIb-1KLSVIxjdk6uEfpiBIp2ECldo]

[14] Vídeo «Un autor de culto» del escritor Gabriel Arriarán sobre José María Arguedas. [https://youtu.be/hkOUxTCmuTg]

[15]Conferencia de Jose Carlos Vilcapoma: José María Arguedas entre dos mundos «Los de arriba y los de abajo». Vídeo. Youtube: [https://youtu.be/2LwMfgor_e0]

[16] Perú mucho más cerca Cadena SER. 16 de Agosto de 2011. SoundCloud de Gabriel Arriarán: Reportaje de Juanma de Saá para Radio Zamora sobre el paso de José María Arguedas por Bermillo de Sayago.

https://soundcloud.com/gabrielarriaran/per-mucho-m-s-cerca?fbclid=IwAR2_VepBnwu-o7CIDIKPcfW4n7462QsvejeBQNtVufPPMRjJUEdJFd6cM7w

[17] Arriarán (2011) «El culto al libro» en Fronterad Revista digital [https://www.fronterad.com/el-culto-al-libro-arguedas-en-zamora/]

[18] Vídeo de Youtube Conversatorio: Antropología y cambio cultural en la obra de José María Arguedas Ministerio de Cultura Perú: Carla Sagástegui, Guillermo Nugent, Jaime Urrutia:

[https://www.youtube.com/watch?v=VPMG0SyvUhU&feature=youtu.be&fbclid=IwAR3K2FCCj1GITfcSc6tkgEH8C4zAAYzcSeR1ihLAXOz7Iot9YQw-wFXiNjg]

[19] Aparece muy bien descrito este pasaje en: «Arguedas en España, crónicas de un viaje de la nostalgia», Rodrigo Montoya. «Sí, está la higuera que conmovió a Arguedas. Me atrevo a decir que Arguedas lloró al verla. Difícilmente podría haberlo confesado en una tesis de doctorado. Pero Arguedas era capaz de echarse a llorar por esa y muchas razones. Esta higuera brota de la pared de piedra del templo romano de Bermillo, una iglesia del siglo xi. De una pared brota, como por encanto, una higuera. Crece con la lluvia, florece en primavera, da frutos en verano, se pela por el frío en otoño y se ennegrece en invierno. Parece que se muriera. Arguedas pensó que esa pobre higuera estaba ya muerta y podía no florecer después. Los niños de Bermillo le dijeron “no se preocupe, señor, esta higuera volverá a florecer de todas maneras”. La higuera está allí todavía, treinta años después. Dicen que es un milagro del cielo. Lo más prudente es suponer que es un milagro de la lluvia». [https://andes.missouri.edu/andes/arguedas/rm_espana.html?fbclid=IwAR2lhaeRMVFylYFRb-gMsnSCmhdNviR25gFonNWig8VphRxu6YFKKEBAO7g]

[20] Vídeo de Youtube Conversatorio: Antropología y cambio cultural en la obra de José María Arguedas Ministerio de Cultura Perú: Carla Sagástegui, Guillermo Nugent, Jaime Urrutia:

[https://www.youtube.com/watch?v=VPMG0SyvUhU&feature=youtu.be&fbclid=IwAR3K2FCCj1GITfcSc6tkgEH8C4zAAYzcSeR1ihLAXOz7Iot9YQw-wFXiNjg]

[21] Apellidos proporcionados por Teresa Martín Marino. Del mismo modo Tere nos confirma que Felicidad Fadón Heras era la posadera de Muga.

[22] Para visionar las fotos de Las Comunidades de España y del Perú puede clickearse en el siguiente enlace: [https://www.facebook.com/pg/arguedasensayago/photos/?tab=album&album_id=120473685977203]

[23] El mencionado artículo escrito por Arguedas en el Diario «Imperio» el 17 de mayo de 1958 lo podemos leer integro como final de este artículo.



Arguedas: «El antropólogo con alma de poeta, que recaló en Sayago y Aliste en 1958»

JAMBRINA LEAL, Alberto

Publicado en el año 2020 en la Revista de Folklore número 466.

Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz