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1. Iraníes en España
Irán es un país de Oriente Medio que hasta 1935 era conocido como Persia. Hoy día su nombre oficial es República Islámica de Irán desde que en 1979 se aboliera en referéndum la monarquía hereditaria. Su población actual supera los 70 millones de habitantes, y la riqueza del país procede mayoritariamente de la exportación de petróleo. La mayor parte de la población vive gracias a un sector primario autosuficiente. La ganadería que predomina es la ovina. La lana es utilizada en la elaboración de las mundialmente famosas alfombras persas.
La diversidad étnica y lingüística del país explica por sí sola nuestro interés en la cultura oral de una región tan rica, no sólo en recursos naturales, sino también en tradiciones populares, creencias, ritos, etc., transmitidos de manera oral de generación en generación. En Irán cada día, al igual que ocurre en nuestro país y en el resto del mundo, gana importancia el uso y la comunicación a través de Internet1, hasta el punto de que, por ejemplo, Irán es el cuarto país del mundo con más bloggers en la red, desde los que, cómo no, proyectan sus tradiciones hacia el resto del mundo.
Unos cuatro millones de iraníes viven en el extranjero, principalmente en EEUU (en Los Ángeles, por ejemplo, viven más de medio millón de iraníes y cuentan, al menos, con una televisión local propia), Europa Occidental (mayoritariamente en Londres, con unos 100.000), Turquía, el golfo Pérsico (unos 300.000 viven en Dubái) y Australia. La mayor diáspora iraní se produjo después de la Revolución Islámica de 1979.
Algunas familias que viajaron después de la Revolución se asentaron en España, contribuyendo al enriquecimiento de nuestra cultura. En estas familias es donde se suelen encontrar cómodos los iraníes y donde hacen gala de una hospitalidad exquisita. También, y con mayor intensidad, se produce lo contrario: la adaptación de sus costumbres a las nuestras, ya que ha sido imprescindible para los miembros de estas familias conocer nuestra cultura para poder salir adelante en nuestro país. Todos los informantes que han hecho posible este trabajo pertenecen a la misma familia, asentada en España desde 1991, después de la guerra del Golfo Pérsico (EEUU-Irak). Sus edades van desde los 24 a los 60 años, con una lengua familiar a caballo entre el persa o "farsí", y el español. Esta variedad que hablan entre sí la podríamos denominar, con cierta ironía, "farsiñol". Eso sí, en presencia de una persona que no hable el idioma, pondrán mucho cuidado de no utilizar prácticamente nada de farsí, para agradar a su huésped y no incomodarle con la incomprensión de una lengua que no es la suya.
La mayor parte de los datos que hemos registrado los aporta una mujer adulta, que conserva aún en su memoria historias, costumbres, ritos familiares, supersticiones, etc. propias de su país de origen. Puesto que la familia lleva casi veinte años plenamente asentada e integrada en nuestro país, sus miembros sienten también España como su propia tierra, la tierra en la que quieren ver crecer a sus hijos y nietos. De este modo, habrá que tener en cuenta dos cuestiones importantes: la primera es que la mezcla de culturas (al nivel que hemos mencionado antes) ya es un hecho; y la segunda es la evidencia de que los miembros más jóvenes de la familia recuerdan peor cualquier aspecto del patrimonio oral del que son portadores sus padres, lo que a su vez nos lleva a una primera conclusión, y es que, dada esta situación, difícilmente podrán transmitirla a su vez a sus propios hijos, que tendrán que recibir parte de su patrimonio oral iraní casi directa y exclusivamente de sus abuelos de origen persa.
2. Rivalidades entre grupos étnicos
Antes de imbuirnos de lleno en su cultura oral, conviene echar un vistazo al crisol de grupos étnicos que, desde tiempos inmemoriales, han poblado la antigua Persia; así, más de un 50% d la población es persa (arios indoeuropeos). El resto de grupos étnicos son, de mayor a menor representación demográfica: kurdos, beluchos y armenios (también de origen indoeuropeo), azaríes o azeríes, kashgai y turcomanos (de origen turco tártaro), árabes, asirios y judíos (de origen semítico) y otros como gilekis, mazandaraníes y los lor o lur; el 70% d la población habla una lengua irania (persa -la única oficial, escrito en un alfabeto árabe modificado-, kurdo, gilaki, pastún&), mientras que el resto habla alguna lengua de origen túrquico o semítico (principalmente árabe o armenio). En las escuelas, además de la lengua oficial, el persa, se enseña el árabe, por ser la lengua en que está escrito el Corán.
Es fácil imaginar que dentro de tal conglomerado étnico se producen fricciones entre las distintas regiones, tal y como ocurre en numerosas partes del mundo. Así, no faltan en la tradición oral iraní prejuicios en torno a tal o cual pueblo. En este sentido, hemos recogido prejuicios que funcionan de una manera totalmente cotidiana entre los iraníes. Estos prejuicios sirven, fundamentalmente, para clasificar el mundo y también como motivo de chanza, chiste, etc. En España, claro está, también existen estos prejuicios que aluden a características particulares de los habitantes de una región o pueblo: tacaños, torpes, brutos, zalameros, pesados& Por ejemplo, se considera que los habitantes de la ciudad de Isfahan (Esfahan), en el centro del país, son muy tacaños; los de Tabriz, al noroeste del país, como son buenos en levantamiento de peso, tienen fama de brutos. Los del lado del Mar Caspio tienen fama de pasotas; en el lado sur, cerca del golfo Pérsico, son muy salvajes; los kurdos son muy bordes; los teheraníes, farsos o persas son muy listos. Estas afirmaciones se comprenden mejor si tenemos en cuenta que la informante procede de Karaj, un pueblo muy cercano a Teherán. Evidentemente, estos prejuicios se hallan muy arraigados en todos los imaginarios populares y en todas las culturas orales, y los reflejamos sin juzgarlos. Lo que parece claro es que si le preguntáramos a un kurdo, seguramente cambiaría la versión de lo enumerado más arriba. Los turcos son muy burros, les imitan sobre su dialecto. Estas afirmaciones son una clasificación ciertamente simplista (pero clasificación al fin y al cabo) que tiene como objetivo la burla fácil de los otros.
3. Creencias en torno a la religión
Con respecto a la religión, un 89% d los iraníes son musulmanes2 chiítas, mientras que el 9% sn musulmanes suníes (los países que rodean a Irán pertenecen a esta rama del Islam), y el 2% rstante se divide entre bahá''ítas, zoroastrianos, mandeístas, yarsanos, judíos y cristianos.
Para los iraníes, la religión tiene un peso muy importante en su vida y, aunque no se sea muy practicante, suelen ser muy respetuosos con las festividades y ritos religiosos. Uno de ellos es el que trata de atraer la lluvia: atraer lluvia se hace con bandera santa. Los ayatolah (como aquí obispos) salen a rezar. Cogen una estampa y van a una fuente que está seca y dicen "Señor, somos pecadores, tú que eres&" Rezan y así llueve3. Junto a estos ritos más o menos institucionalizados, no faltan algunas supersticiones4. Por ejemplo, dicen que si entras en un sitio sagrado hay que hacerlo con el pie derecho. Si te caes, caes dentro. Si vas a un sitio que no es sagrado, entrar con el pie izquierdo. Si te caes, caes fuera5.
En el límite entre la religión y la superstición encontramos algunas costumbres que tienen su reflejo en nuestra sociedad: en un piso, antes de llevar mudanza (se) lleva un espejo y un libro sagrado (El Corán). Dicen que así da buena suerte y bendición. Luego llevan (la) mudanza6. La creencia de que hay que hacer algún tipo de ritual especial cada vez que se inaugura o estrena un espacio (una construcción de cualquier tipo, un barco, etc.) no nos es ajena, ni mucho menos. Mi familia, la de Silvia Montes, que procede del sur de Córdoba, tiene la costumbre de llevar a una casa nueva (o a la que te vas a ir a vivir por primera vez) ajos y sal (condimentos básicos de cualquier comida andaluza), porque así tendrás suerte en ese lugar.
Según las creencias tradicionales iraníes, los santos y los sabios están presentes en la tierra, y también en las estrellas:
Cuando veían una estrella fugaz decían que ha muerto un sabio o una persona grande, porque ellos tienen (una) estrella.
(Las) estrellas forman como un rosario para contar bondad de Dios, que es infinito y no valoramos.
En todo la tierra hay rastros de santos y sus recuerdos que a su tiempo ni ellos sabían que son santos. Después de siglos, por beneficio de lugar que pasaban inventan historia y allí se aprovechaban de más pobre y más enfermos y locos, que dejaban dinero7.
Mahín nos cuenta que cualquier objeto nuevo que a uno le regalen o se compre, es celebrado por los demás, desde una sencilla camiseta a un coche. Se utiliza la expresión: mobarake, que significa "felicidades". También se pronuncian deseos relacionados con la boda de uno (si no se ha casado): que tengas uno igual/lo estrenes el día de tu boda8, con su larga vida (para que viva muchos años para disfrutar lo que se estrena): que te hagas viejo9. En concreto, cuando se trata de un coche, se celebra la compra con el sacrificio de un cordero10, la "carne de sacrificio". Limpian la carne, hacen paquetes o raciones y entregan a los familiares y vecinos una cantidad suficiente para cocinarlo y comerlo. Esta tradición, se extiende también a otras ocasiones: bodas11, viajes de familiares, partida hacia el servicio militar, entre otros. Aquí, como ya no puede hacerse así (la matanza del cordero no se puede realizar en casa), existen otras formas de celebración. Cuando se estrena un coche ponen un huevo debajo de cada rueda y se mueve el coche hacia adelante para que los huevos revienten. Con la realización de este acto, Mahín está convencida de que tendrás buena suerte para disfrutar del coche y que no te pase nada con él.
Cuando alguien sale de viaje, se le dice: joshgadam bashi, que quiere decir algo así como "que todos los pasos que des en tu vida sean buenos, como los del viaje que vas a emprender".
Un capítulo aparte merece la festividad del Año Nuevo, por la gran cantidad de materiales que he recogido en torno a ella y por ser uno de los acontecimientos festivo-religiosos más importantes en el año iraní.
4. Nowruz, el año nuevo iraní
Con los testimonios aportados podemos hacernos una idea más cercana, veraz y clara de la riqueza cultural de este pueblo y anticipar lo que puede suponer un mayor conocimiento de todo lo que lo rodea, ya que conocer las manifestaciones orales de las que son portadores los miembros de la comunidad supone, entre otras cosas, conocer mejor a otros pueblos, e incluso reconocernos a nosotros mismos en una cultura tan lejana en el espacio. Desde luego que, anticipándonos a los datos que voy a aportar a lo largo de este modesto trabajo (que pretende, entre otras cosas, abrir la senda para otros muchos), podemos decir que los ritos, las costumbres, el ideario y los valores de esta sociedad están estrechamente vinculados a los de otras partes del mundo, como veremos seguidamente. Esto es porque la cultura de Irán es una mezcla entre la cultura preislámica y la cultura islámica.
Uno de los más notables rituales islámicos lo constituye la celebración el Día de Ashura, que conmemora la muerte de los mártires de la batalla de Karbala.
El año nuevo iraní, el Nowruz, es otra de las festividades importantes, cuyo origen en muy antiguo. Se celebra el 21 de marzo, coincidiendo con la entrada de la primavera. Es importante tener en cuenta estas fechas, porque algunos materiales orales recogidos entre los iraníes entrevistados se enmarcan en estas festividades. De hecho, en 2004 el Nowruz fue nombrado por la Unesco como una parte del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. Esta festividad se celebra siempre en las casas iraníes, pero no sólo en el ámbito doméstico, sino también en la calle, y aún más en el campo o en lugares abiertos, donde tiene lugar una serie de actividades que detallamos a continuación.
Aproximadamente una semana antes de la celebración se limpian las casas a fondo, preparándose para el año nuevo, en el que las celebraciones y visitas en casa serán algo muy frecuente. Una noche en esa semana se hacen hogueras en la calle para purificar o "quemar" lo malo del año que sale. Así, los iraníes, saltan por encima del fuego, bailan alrededor de él y tiran fuegos artificiales, al modo en que nosotros celebramos la antiquísima fiesta de San Juan.
En la casa se prepara un pequeño altar, que suele ser una mesita baja, donde se coloca el haftsin, siete objetos que en persa comienzan por la letra "s", como el espejo, una especia que se llama somaj, ajos, monedas dentro de un cuenco con agua, vinagre, manzanas, senyet (un fruto seco parecido al dátil, pero seco por dentro), peces, velas, semillas de trigo germinadas, etc. Se decoran huevos y también se colocan sobre la mesa junto al libro sagrado, el Corán, envuelto en un pañuelo.
El día de año nuevo toda la familia come junta. Se preparan viandas especiales, fundamentalmente arroz, cordero, pollo, frutos secos, frutas y dulces. Los tres últimos alimentos sirven, además, para agasajar a las visitas, muy numerosas, que los iraníes reciben con motivo de esta fecha. Los abuelos suelen dar algo de dinero a sus nietos. Los niños reciben regalos de sus parientes en general. Trece días después del Nowruz, toda la familia sale al campo a tirar las plantas de trigo que formaban parte del haftsin y que han ido creciendo en aquellos días. Llevan comida, hacen juegos y todo el mundo participa. Cada miembro de la familia tiene que hacer un nudo en el tallo de su planta y pedir un deseo a la vez que lo lanza.
5. Etnografía de la infancia: golosinas, cuentos, leyendas y fábulas
A los niños iraníes les encantan las frutas secas, que les son ofrecidas a modo de golosinas naturales. Suelen tener cierto sabor ácido, ya que a la fruta seca no se le añade ningún tipo de edulcorante. La elaboración tiene lugar, sobre todo, durante los meses de verano (que es cuando la fruta se seca fácilmente al sol) y es relativamente sencilla: se hierve la fruta, se tritura, se cuela y se extiende sobre una bandeja o similar, o bien la fruta entera se deja secar al sol y, cuando está completamente deshidratada, se guarda en un recipiente y queda lista para ser consumida. Se suele guardar esta fruta seca para los meses en los que no hay fruta fresca. De este modo se puede seguir consumiendo, aunque en otra variedad.
Al igual que ocurre en todas las partes del mundo, a los niños iraníes también les cuentan cuentos, historias que fomentan su imaginación, les entretienen y les educan. Las que recogemos a continuación han sido contadas por Ashkan Farhangi, varón, que tiene actualmente 30 años.
Mis abuelos me contaron que hace tiempo, cuando había más lobos, en la montaña, un día unos pastores se fueron a llevar a pastar su rebaño y que no volvían. Entonces, al día siguiente salieron a buscarles y encontraron sus botas con los pies dentro cortados a mordiscos.
Hay que señalar que los abuelos de Ashkan viven la mitad del año (durante las estaciones cálidas, primavera y verano) en el norte de Irán, en las montañas de Talegán. Allí, los lobos y otros depredadores viven en total libertad, y el contacto con los humanos es relativamente frecuente. Añade Ashkan que una vez, cuando era pequeño, fue con su abuelo y su tío al redil donde estaban los animales. Cuando su tío encendió las luces del coche y éstas iluminaron la alambrada, se asustó mucho cuando vio muchos pares de ojos asomados. Su abuelo le dijo que eran lobos que venían a comer el ganado, lo que justifica perfectamente el miedo que los niños y adultos de la zona tenían a estos depredadores con los que compartían entorno natural.
En la ciudad también circulan leyendas urbanas, como ésta:
Había un conductor de autobús. Decían que era un tío muy majete, muy serio, pero por lo visto era un asesino que había matado a varias personas. Cuando salió (a la luz), la gente alucinaba, no se lo creían.
Mahín cuenta cómo recuerda ella que se asustaba a los niños:
A los niños se les asusta con miedos de perro. La mayoría (de los niños) se asustan del ladrido de perro. También con mendigo. "Ya viene mendigo y te lleva". Un día había en la calle un mendigo pidiendo dinero (y) cuando cantaba los niños se asustaban.
Las brujas también. Las brujas vuelan encima de (una) escoba. Si haces mal te llevan a su castillo. Se alimentan de niños, se decía también para asustar (a los niños).
Las historias de miedo derivan a veces en supersticiones a las que los niños y los adultos guardan cierto respeto, asentado en el temor, como la siguiente, que también nos cuenta Mahín. Para ahuyentar lo malo se invoca el nombre de Dios o se reza:
Por la noche nunca puedes ir al cementerio porque ahí andan fantasmas, o (de)bajo de los árboles también hay. Si vas andando por la noche, si estás obligado a pasar por ahí siempre tienes que recordar (el) nombre de Dios.
Para entretener a los niños, a la vez que se les enseña, los adultos les cuentan fábulas, como la siguiente, que cuenta Mahín, en la que se destaca el hecho de que la generosidad, la bondad o el sacrificio son recompensados:
Serpiente nunca muere y águila vive siglo y medio porque un santo por andar en el campo se cansó y durmió en el sol, que se quemaba su piel. (Se) acercó un(a) serpiente y le dijo: "me voy (a) estar (colocar sobre) en mi cola para darte sombra. Cuando quede recto seré un palo". Vino un águila y (se) sentó encima de su cabeza y abrió sus palabras y su sombra tapó todo el cuerpo de este santo. Cuando despertó y le vio estos animales cómo cuidaban rezó por ellos para que tengan vida larga, que es hasta que no matan serpiente no muere. Águila que tenga ciento sesenta años de vida, siglo y medio.
También la siguiente, que enseña sobre el poder del amor verdadero y el respeto y a la vez sirve para explicar por qué las cucarachas son negras:
Un(a) cucaracha con las alas de rayas de rojo y verde se puso guapa y salió a buscar novio y en el camino cantaba: "voy a buscar marido, y voy a tener familia", y muy contenta. Le vio una saltamontes y preguntó: "¿adónde vas, guapa?". Cuando dijo a (lo) qué estaba buscando, le dijo (el) saltamontes: "¿quieres casar(te) conmigo?". Le contestó cucaracha: "bueno, y cuando enfadas, ¿cómo me castigas?". Dijo (el) saltamontes: "te doy una patada con mis patas que son como (una) sierra". Dijo (la) cucaracha: "no, no, no te quiero. Contigo me muero". Y se marchó y en el camino vio una araña que se quedó sorprendido de belleza de esta cucaracha y se ofreció que sea su novia y le contestó: "si le acepto, cuando te enfadas, ¿cómo me castigas?". Le dijo araña: "te ataré con mis hilos". Le dijo cucaracha: "no, no, no te quiero. Contigo me muero". Y se marchó y en el camino habló con varios animalitos que todos eran malos y uno picaba, y otro mordía y estaba triste. La vio una ratita que estaba trabajando y limpiando su casa y acercó y saludó con vergüenza. Dijo: "No hay ni un insecto bueno que se puede fiar y estoy solo". Y rato le miró (le miró un rato) y le gustó y dijo: "guapa y bella, ¿quieres un docilla (alguien que te cuide)?". Le dijo cucaracha: "si, pero cuando enfadas, ¿cómo me castigas?" Dijo ratón: "No me enfado nunca. Si tú consigues enfadarme, te doy con esta cola blanda un abrazo." Se rió (la) cucaracha y le dijo que sí, y se casaron y eran felices. Hasta que un día el ratón se ahogó en el bañera cuando estaba lavándose y cucharacha desde entonces se vistió de negro.
6. Conclusión
Este artículo pretende ser un punto de partida para un trabajo más amplio que quiero hacer sobre la cultura oral iraní, un pueblo alejado en el espacio y en el tiempo, con el que no compartimos una base histórico-cultural demasiado cercana, pero que se ha acercado a nosotros como consecuencia de los fenómenos migratorios propios del mundo moderno globalizado, en el que, al fin y al cabo, las personas, indistintamente de su procedencia y de su incardinación espacio-temporal, lo único que pretenden es tener una vida mejor para ellos y para sus hijos. Todo lo que podamos hacer por conocer la cultura de nuestros vecinos redundará sin duda en un mejor conocimiento de la cultura propia.
Es paradójico que en la era de la información en la que nos encontramos inmersos sea tan complicado romper los "tabúes" y prejuicios, y sobre todo el desconocimiento, que existen en torno a otras culturas. Lo cierto es que traspasar las barreras del desconocimiento y del miedo al otro, del temor a lo extraño, siempre reporta gratas sorpresas al investigador y a cualquier persona curiosa que desee acercarse a la cultura de los demás. Sobre todo cuando tiene raíces tan viejas y tan interesantes como la de los iraníes que viven en España.
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NOTAS
1 Internet es en Irán el medio más eficaz de comunicación de sus habitantes con el resto del mundo, sobre todo desde que, a raíz de la Revolución Islámica, otros medios de comunicación (televisión, prensa y radio, fundamentalmente) pasaran a ser controlados por los líderes de la Revolución, que se encargan de seleccionar sus contenidos.
2 La religión musulmana se impuso tras la invasión árabe (637-651) del Imperio Sasánida, cuya religión mayoritaria era zoroástrica o zoroastriana y practicaba la adoración del fuego. Así, el Islam se impuso al zoroastrismo.
3 Mahín Farhangi, mujer, 49 años, Karaj, Irán.
4 Las supersticiones son creencias de tipo irracional que están relacionadas con las tradiciones de la cultura en la que se establecen y que tienen que ver con la magia.
5 M.F., mujer, 49 años.
6 IDEM.
7 Se refiere a la invención de reliquias para beneficiar, mediante la limosna que daban los peregrinos, a una determinada comunidad.
8 Por ejemplo, si estrenas zapatos, te dicen: "que sean los zapatos de tu boda", quiere decir que llegue el momento en que vayas a estrenar los zapatos de tu boda. Literalmente sería: tuie arusit bepushi.
9 Traducción literal del farsí: pir shi.
10 Podemos decir que en los acontecimientos más importantes de la vida de un iraní está presente este sacrificio. En la película de Marc Foster basada en el libro The kite runner (Cometas en el cielo), de Khaled Hosseini, aparece una escena en la que se ve un cordero colgado al que le están extrayendo la sangre y que acaba de ser sacrificado por el cumpleaños del niño, que contempla la escena como si le fuese ajena esta costumbre. La novela está ambientada en los años setenta en el Afganistán boyante previo a la invasión rusa. Afganos y persas comparten muchas costumbres, e incluso utilizan expresiones del idioma "dari", que son exactamente las mismas en farsí, como baba, que significa ''papá''; afarín, que significa ''excelente''; jun o jan que significa ''querido'' o amú, que significa ''señor''.
11 De las bodas tendremos ocasión de hablar en un artículo que dedicaremos íntegramente a esta cuestión.