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En pleno realismo social, escribe Miguel Delibes Cinco horas con Mario. Estamos en 1956. Éste no será un libro que hable del campo, de cazatas o de la pesca del cangrejo español, pero el discurso popular-rural de Delibes traspasa la temática concreta de sus novelas y cuentos. Lo impregna todo, surge detrás de cualquier línea y aparece en boca de sus personajes sean de pueblo o de ciudad.
RURALISMO
Menchu dice que es “de clase media más bien alta”. Su madre era una señora acomodada de Santander… pero el campo no está ausente de Cinco horas con Mario. Incluso está más presente de lo que a primera vista pudiera esperarse. Se encuentran más elementos rurales de los que desde un velatorio de ciudad parece que hubiéramos podido esperar.
Hay que pensar que Valladolid, donde discurre el velatorio de Mario, y donde ha vivido su mujer, es un pueblo grande, hasta en la arquitectura de sus casas que no tocó la guerra de 1936-39.
Releída la obra con ojos atentos a los sonidos y detalles del mundo que examina este trabajo, sorprende la relativa abundancia de elementos rurales. Se encuentran, por otra parte, en el habla de Menchu expresiones típicamente vallisoletanas, de normal y acostumbrada circulación en los pueblos de esta provincia:
Modismos, como de perdidos al río (26), ¡madre, qué voces! (29), no hay quien me lo saque de la cabeza (43), que vives en la luna (44) tiene el riñón cubierto (270), de cabo a rabo, de un tirón (270), a la pata la llana (273), de pe a pa (281)… Entendemos por modismo, de acuerdo con el DRAE, la “expresión fija, privativa de una lengua, cuyo significado no se deduce de las palabras que la forman. Llamaremos idiotismo, también con el DRAE, a la “expresión o sintagma privativo de una lengua, contrario a las reglas gramaticales, v.gr. a ojos vistas”.
Sentencias, como: se mueren los buenos y quedamos los malos (32)
Sentencia es, según el DRAE: “Dicho grave y sucinto, que encierra doctrina o moralidad”.
Refranes, como… el que tiene padrinos se bautiza (263), quien dice la verdad ni peca ni miente (277).
Así define el DRAE lo que es un refrán: “Dicho agudo y sentencioso de uso común”. Casares nos ofrece esta otra en su Introducción a la lexicografía moderna: “Una frase completa e independiente, que en sentido directo o alegórico, y por lo general en forma sentenciosa y elíptica, expresa un pensamiento a manera de juicio, en el que se relacionan, por lo menos, dos ideas”.
VOCABLOS Y EXPRESIONES DEL CAMPO Y DE LAS IDEAS QUE ACOMPAÑAN AL MUNDO RURAL
Algunos pueblos, desde fuera, a Menchu le parecen cochambrosos y sus hombres frescos y patanes por falta de “trato”.
… no creas que me eché atrás, que va, por los pueblos más cochambrosos en el coche del tío Eduardo (90).
…Los que sí eran un poco así, como frescos, eran los de los pueblos, a ver, gente sin trato, que yo recuerdo que cuando les clavábamos el Detente (…) todo el tiempo tocándonos y “dadnos suerte”… (97).
Pablo Haza creo que se llamaba, me escribía unas cartas tronchantes, llenas de faltas de ortografía, un patán de la cabeza a los pies (97).
En los pueblos castellanos la mujer prototipo es mujer de su casa, es lo moralmente vigente.
…pero como una es una mujer de su casa, una mujer como debe ser (112).
Menchu se plantea si poner una esquela en el periódico o no ponerla. La muerte de Mario es pérdida que sobrepasa toda pérdida; ante ella las demás no tienen importancia. Perder dinero o hacer algo inadecuado por el hecho de poner la esquela, poco importa. Surge la imagen del río, en que se ahogan los perros y gatos que se arrojan a él recién nacidos y desaparecen las cosas arrastradas por la corriente. Perdido lo más, no importa perder lo menos arrojándose al río en que desaparece cuanto se echa.
Y no es que le agradasen las esquelas pero de perdidos al río (26).
Escarba a dos patas la gallina en el corral, el caballo también escarba, piafa, y con una mano al golpear remueve la superficie de la tierra. Más allá de la superficie, la gallina busca y encuentra qué picotear. En el terreno moral también se puede escarbar.
…y de que escarbas un poco, enseguida asomaba el bruto (70).
En los nidos está el futuro de las aves del campo.
Cuando uno tiene localizado algún nido, se lo sabe: “me sé tantos nidos”. Buena imagen para nidos de ideas.
…a papá sólo le preocupaban las ideas políticas de tu familia, y me lo explico muy bien, menudo nido, hijo, para sabido (71).
En la noche, las cosas que se buscan se encuentran si es que están en su sitio o es fácil dar con ellas o, bien, se desiste de encontrarlas. Cuando hay interés en dar con algo en la noche se encendía, en tiempos en los que no había luz eléctrica, un candil y se acababa dando con el objeto buscado. El candil era el sol de la noche al que nada se resistía.
Aquí se encarece que se trata de algo muy raro y singular, tan extremadamente raro y singular que ni buscado con candil aparecería.
…lo único, los argumentos, que no sé qué maña te dabas, que ni escogidos con candil (51).
Ni buscada con candil… (142).
Te digo, Mario, que ni buscado con candil, ni aposta… (266).
El perro de la aldea es fiel y dócil. Lleva una vida perra, nada regalada, por algo se dice “llevar una vida perra”. Tras una humillación, que puede ser de palos o de escatimarle los huesos que suele comer, caminará dócil, como aquí la Doro detrás de Carmen. La Doro camina detrás de Menchu sin rechistar.
Los ojos del mundo rural encuentran un parecido de La Doro tras Menchu con el andar del perro humillado tras el hombre. Salta la comparación, aunque en el entorno actual de Menchu nada haga pensar en estos animales.
La Doro caminaba tras ella como un perro humillado (28).
El perro quiere una vida perra, no la de señorito de ciudad. Esta “voluntad” del perro la tiene clara Menchu, que los mira nada menos que como a criaturas de Dios …a ver, que los perros son criaturas de Dios y al demonio se le ocurre meterlos en casa (258).
El componente religioso de la vida rural aparece en expresiones cuyo sentido primero ya muchas veces ni se recuerda, pero que siguen empleándose en el sentido de razón de ser que mueve a hacer algo, de preferencia o de solidez, de misterio que se ignora, de verdad indiscutible…
Por ejemplo, el domingo in albis es el primero después del de Pascua de Resurrección. En el pueblo todos, casi todos, iban a misa antaño y habían escuchado esas palabras latinas. Seguramente que el sacerdote les había dicho que primitivamente los bautizados en la noche de Pascua llevaban vestidos blancos toda la semana. Legente se quedó con el blanco y empezó a decir que quedarse in albis era, pues, quedarse en blanco.
…que cuando te ponías a hablar de estructuras y cosas de esas, me quedaba in albis (51).
El saludo, en otro tiempo frecuente, era al comienzo del día: “Buenos días nos dé Dios”. Lo enseñaban en casa y en la escuela. Carmen no recuerda su escuela. Pero sabe que el pan es de Dios y los días son de Dios.
…y todo el día de Dios leyendo o pensando, y leer y pensar es malo, cariño, convéncete (60).
Un sufrimiento es un calvario, recuerdo del calvario de Jesucristo.
¿Crees tú que habrá muchas mujeres que hubieran aguantado este calvario? (112).
Respeto merecen las cosas sagradas. Si se profana una persona, un lugar o una cosa sagrada se comete sacrilegio… A Carmen le asusta la sola posibilidad de que Mario pudiera cometerlo.
…pensando que pudieras estar cometiendo un sacrilegio (77).
El santo es una autoridad y digno de respeto. Más respeto que Eliseo merece San Eliseo. Los santos por serlo tienen razón.
…pero yo, ni caso, como si no fuese conmigo, ni por Eliseo ni por San Eliseo, te lo juro (61).
…tiene más razón que un santo, a las pruebas me remito… (63).
¿a santo de qué armaste el trepe que armaste con Josechu Prados? (109).
…que diga misa si quiere, ¿qué te importa a ti, al fin y al cabo? (110).
…somos humanos (…) acuérdate de lo de la casa, por las buenas, un alma de Dios… (111).
Entre las gentes corre la idea de que quien casa es el cura de la boda, el que bendice a los novios. Como el matrimonio es para siempre, los hombres, “recibidas las bendiciones” descansan, tienen consigo “un seguro de fidelidad”.
…una vez que os echan las bendiciones (39).
Menchu recuerda la parábola evangélica de los talentos Es inclusive pecaminoso desaprovechar los talentos que Dios nos ha dado (120).
Más de santos y de expresiones religiosas.
Yo no sé a santo de qué andan… (140 y 171).
Oyarzun no es santo de tu devoción (154).
…te pones a ver y más razón que un santo (154).
que no sé a santo de qué ahora todo se vuelve proteger a los patanes, los protestantes y las fulanas (188).
…sabe Dios qué disparates, que ni sé… (200).
…a santo de qué le invitas a pasar temporadas (201).
…y por mí, bien lo sabe Dios (202).
¡Qué frío, santo Dios! (224).
…todo para aparentar más joven, que no sé a santo de qué, que todavía en una mujer… (224).
…toda la santa mañana en la cocina (240).
…que no sé a santo de qué, Luis, conociéndote… (247).
…que no sé a santo de qué esa perra… (253).
Carmen rechaza un pensamiento y quiere que conste su interés. Por eso pide ayuda al Cielo. Pero es para que conste su pensamiento, porque, en rigor, está afirmando lo que parece rechazar.
…Dios me libre de pensar que… (53).
…es echarse un novio, como Dios manda (257).
…si tus libros salen a colación, ya se sabe, el evangelio… (270).
Déjales que digan misa (275).
La mujer de Mario no sabe, seguro, qué son las ínfulas que penden de la mitra del obispo, pero conoce su sentido de presunción o vanidad.
¡Qué ínfulas, parece un predicador! (112).
Para demostrar la admiración o la extrañeza por causa de alguna cosa” (DRA) se emplea la frase familiar hacerse cruces. Con la señal de la cruz se aguanta el peligro.
…me hago de cruces pensando cómo… (269).
…todo se volvía a decir “esto es el fin” y se santiguaban (92).
El letrero de la cruz –Iesus Nazarenus Rex Iudeorum – es final y burla.
…y luego para mayor inri, haciéndote el deportista (220).
Al mentar a un difunto, se le desea la paz del descanso eterno.
…yo recuerdo mamá, que en paz descanse (52).
Por mucho que digáis, que mamá, que en paz descanse, ponía… (60).
…ya lo decía la pobre mamá, que en paz descanse… (63).
Mamá, que en paz descanse (270).
De la jerga eclesiástica es la palabra óbolo, pequeña cantidad de dinero que se daba por razones de caridad cristiana. Antes de recibirla, el pobre había de rezar una oración: “Rezaban con toda devoción y besaban la mano que los socorría” (83).
…impedírnosle trato directo con el pobre y suprimir la oración antes del óbolo (83).
El hombre de campo, el campesino de Castilla, es poco expresivo, no hay que esperar de él efusiones, contiene su emotividad, de la que está bastante bien dotado. En las ocasiones de mayor asombro o en las que está implicada su existencia, recordará a su madre. Lleno de asombro no es extraño que exclame:
Madre, qué voces… (29).
Madre, qué lengua… (141).
…que no se te caía de la boca, madre, qué hombre (247).
Aquí, más que en el caso anterior de no sé a santo de qué, se sabe algo de lo que se dice. Se afirma, echando mano de expresiones de la abundante mesa del mundo religioso que visita MD, en este caso que se desconoce lo más importante y elemental.
Queréis arreglar el mundo y no sabéis de la misa la media… (143).
La pánfila de Esther presume de conocer mejor que nadie pero no sabe de la misa la media… (270).
Lluvia sobre lluvia, es fenómeno que se entiende bien en el campo. Llueve sobre mojado: se sobreabunda en algo, en perjuicio de alguien, en este caso –151– del reiterativo Mario; se oye pero no se escucha… que ya llovía sobre mojado (151).
como quien oye llover (192).
pero como quien oye llover, ni caso (213).
La gallina que acaba de poner, el gallo que lanza su kikirikí soberano, el alboroto al disputarse las aves de corral el mismo grano o el mismo espacio en el que escarbar… hacen del corral de las casas de los pueblos de entonces un enorme, disparatado y desigual alboroto de chillidos, ni más ni menos que si a algunas personas les dejasen chillar cuando están en grupo, cerca e intentando imponer su voz …si a todos nos dejaran chillar (…) un gallinero (151).
Si hace frío o un hecho le hiela a uno el alma, la carne se le pone con granitos que recuerdan la piel de la gallina desplumada.
…cada vez que lo leo, se me pone la carne de gallina (78).
En la colmena donde las abejas hacen miel para los hombres y cera para Dios, según el refrán (“Abejitas, santas sois vos, que hacéis miel para los hombres y cera para Dios”), el zángano no se pliega a las leyes del trabajo.
Claro que esas leyes para ti no rigen, ni para el zángano de tu hijo (193).
No es que abunden los zarpazos entre los animales domésticos, pero se adivina lo que será un zarpazo por lo que ocurre cuando se espanta, por ejemplo, el ganado, o ha visitado el zorro el corral propio o la raposa se las ve con una pacífica gallina que desea seguir viviendo. La zarpa del águila y la del buitre vuelan altas y son rápidas. La masonería y el comunismo para la mujer de Mario actuarían de manera semejante, tras la acción previa, tras el zarpazo.
y zas, deshacernos de un zarpazo (152).
El labrador diría escardar en vez de eliminar que emplea Menchu. El campo parece que no está tan cerca de la mente de Menchu, aunque sabe bien que la mala hierba (no sólo la evangélica cizaña) ahoga a la buena. Quizá recuerde más la parábola del sembrador del Evangelio, en la que se fijó su atención más que en otras, por lo que tiene la mujer de Mario aún de alma rural.
no cogeríamos un solo grano de trigo, si previamente no eliminamos la cizaña (152).
Entre el dicho y el hecho hay tanta distancia como la que hay entre el predicar y el cumplir con el precepto o con el buen consejo.
que es lo que yo digo, que una cosa es predicar y otra dar trigo (107).
…que una cosa es predicar y otra dar trigo y del dicho al hecho va un trecho (259).
Palos se ven en el monte y en la leña que sirve para el fuego de la cocina. El palo es seco e insensible, frío como puede ser el comportamiento de Menchu ante los egoísmos de su marido.
que yo como un palo (152).
La choza de los pastores, el chamizo y el cuchitril son sinónimos de tugurio.
…seguimos en este tugurio (168).
El tabaco de Mario no es rubio, le huele mal a su mujer, olor indefinible para ella, desagradable, a pajas, dice ella.
que, luego, ese olor a pajas o qué sé yo (160).
Causas y efectos, en lenguaje labriego: siembra y cosecha.
…que ahora te toca recoger lo que sembraste (96).
Buena cosecha ha sembrado el don Nicolás ese de mis pecados! (162).
Que ahora te toca recoger lo que has sembrado (195).
Mamá(…) solía decir, “recogemos lo que sembramos” (211).
…al fin y al cabo, recogiste lo que sembraste (261).
El orégano normalmente no se siembra. Hay que buscarlo en el monte. Cuesta encontrarlo. No está el monte todo él lleno de orégano. El iluso puede pensarlo. Para desilusionar a alguien que lo encuentra todo sencillo y fácil hay que recordarle lo que se sabe bien en el campo: que no todo el monte es orégano. Al contrario, para quien todo lo tiene a mano, cómodo y fácil el monte todo es orégano.
Así es muy cómodo, que, mientras, vosotros, ¡hala!, todo el monte es orégano, lo que os da la gana (112).
Es más fácil ver los saltones ojos del carnero degollado en el pueblo que tiene rebaños y mata en casa para comer que en la carnicería de la ciudad.
…que menudos ojos de carnero degollado me ponías, hijo (75).
En el campo, el borrico es trabajador, aguanta más el calificativo de tonto que otros animales de carga, que como él no están nada acostumbrados a discurrir. El labriego sabe que, también, el burro es terco.
Oyarzun trabaja como un burro, que si no tiene cinco cargos tiene seis… (62).
borrico, que así sois de tontos los hombres (164).
a ti no hay quien te apee de la burra (207).
…que es a lo que voy, borrico (266).
Los burros son animales que observa el hombre a diario, en su trabajo en el campo. El regalo del burro parece ser el trabajo. Descansará si el amo no le da trabajo. Lo suyo es ir siempre cargado.
La mujer tampoco descansa, como las burras.
Siempre tiene algo que hacer.
…¿Qué la mujer trabaja como una burra y no saca un minuto ni para respirar? (43).
Cuando Mario escribe que no sabe ya lo que dice ni adónde va, a Menchu le parece un caballo desbocado.
…que estabas ya como un caballo desbocado (236).
Nadar a favor de la corriente de las aguas del río es fácil. Río arriba es difícil, sobre todo si las aguas son rápidas. Esto se sabe bien en los pueblos con río.
que tú tienes a gala nadar contra corriente (168).
La imagen de los caminos como trayecto de la vida es tan vieja como el poeta y campesino Homero, entre los griegos; bíblica en el cortesano Isaías, en una corte de pastores, que habla de los caminos de Dios, que no son precisamente los mismos que los de los humanos; se encuentra en los primeros balbuceos escritos del Cristianismo naciente, en la Divagué, por ejemplo: “Dos caminos hay, uno el de la vida y otro el de la muerte…”. Hay que acertar con el camino honrado. Sin indicadores, como hay en la ciudad, en el campo se puede equivocar el camino. En Valladolid se dice de algo sin salida que es como el camino de Villarmentero, que no va a ningún sitio.
…¿Adónde vamos a parar por este camino, si me lo puedes decir? (90).
…el miedo de no acertar con el camino honrado (172).
El perro de caza tiene olfato y maneras de perro; el galgo tiene las suyas propias, se comportará como galgo, porque le viene de casta, por su natural. Así, las personas se comportarán según su natural heredado. Había, pues, que esperar que la hermana de Mario colgase un día los hábitos.
…al fin y al cabo, de casta le viene al galgo (173).
El gallo gallea, alza su canto, sobresale, es orgulloso, mandón en el corral, señor de las gallinas que forman su harén. “Alzar el gallo” dice el DRA que es frase familiar, de sentido figurado, que equivale a “manifestar soberbia o arrogancia en la conversación o en el trato”. La contrapone a “bajar el gallo”, que es deponer la altanería.
…Pero, ¿por qué ponerte gallito? (63).
…porque no sabe obedecer ni sabe callar, por alzar el gallo (173).
…ni hubiese alzado el gallo, ni por descontado, hubiera hablado de… (203).
El gallo canta que todos lo oyen, es vocinglero, no se puede ocultar su grito de júbilo. Mejor suerte tendríamos, mejor cantaría el gallo nuestro triunfo, le dice Carmen a Mario, si se hubiera preocupado de ganar dinero.
…que si (…) te hubieras preocupado un poco más de ganarlo tú, otro gallo nos cantara (54).
…si yo hubiese sido más dura, otro gallo nos cantara (58).
…si en vez de emplear tanto tiempo (…) otro gallo nos cantara (239).
Si los hombres son tontos como los borricos (véase más arriba, en la página 164), también encuentra Menchu que son tontos como los higos. El higo, en el campo, es cosa insignificante, de poco valor. Así ha pasado al DRA. El autor del Auto de los Reyes Magos, del siglo XII–XIII, dice que el razonamiento de Gaspar, uno de sus personajes no vale un figo. El desdén por el higo viene de lejos. Mario es tonto del higo. Vivir en la higuera es vivir en Babia.
…otros que me callo, tonto del higo, que aún estoy para gustar… (44).
…que en la mano lo tuviste tú, tonto del higo (63).
Hay que andarse con más cuidado, Mario, tonto del higo… (111).
¿Es que no sabes decir otra cosa, tonto del higo? (175).
…me río yo de vuestras ayudas y de vuestras satisfacciones, que vivís en la higuera (222).
…tonto del higo, que tú vas con un traje… (246).
…¡hazte cuenta de que ya te has examinado, tonto del higo! (247).
Insiste Menchu en que su marido es bobo, le encuentra cara de ciprés, árbol tan distinto de los otros árboles, serio y tieso, callado.
¡Y si sólo fuera eso!, pero, por si no bastara, siempre con cara de ciprés (176).
El alcornoque también sirve para mentar al bobo.
Marío, pedazo de alcornoque (203).
Pues entonces, alcornoque, que das más guerra que… (227).
En los arroyos y ríos de Castilla había antaño suculentos cangrejos, observados por quienes iban a pescarlos a mano o a retel. Siempre sorprendió su marcha para atrás. A Menchu le parece que empezar a estudiar la Historia por la época contemporánea y remontarse desde ella a la Prehistoria es caminar hacia atrás como los cangrejos. Es una frase hecha del lenguaje coloquial.
…eso de estudiar la Historia para atrás, como los cangrejos… (181).
La reiterada observación de las costumbres de los animales del campo y de los que viven en las edificios de los pueblos son una fuente de comparaciones del lenguaje rural. Las ratas por estar tan escondidas, parece que no se enterarán de nada.
…que no me explico, que se enteraron hasta las ratas (182).
El gato puede prestar el color de sus ojos cuando se trate de precisar un color. En los pueblos escapan más rápidos que en la ciudad.
Los ojos (…) ideales, de un verde raro, entre de gato y de agua de piscina (185).
…hubieras hecho fu como el gato (78).
Al arroyo se echan las cosas sucias o el exceso de perritos recién nacidos de una camada, para que se los lleve el agua. Echarse al arroyo es echarse a la perdición. Vivir en el arroyo es llevar una vida perdida.
…la que no sea digna (…) tampoco es digna de contraer matrimonio, al arroyo (188).
A todos, a quien sea, sin importar el rango, por muy alto que sea. Armando es intrépido, casi un bárbaro y no tiene pelos en la lengua, se atreverá con el más encumbrado y alto. En el campo, alto en el cielo es el lucero del amanecer.
…lo que pasa es que canta las verdades al lucero del alba… (45).
En todo tiempo. En el campo, si el sol aprieta, la sombra descansa y alivia. Si la sombra enfría, el sol calienta. No dejar a uno ni a sol ni a sombra es no dejarle en absoluto en paz. Eliseo San Juan no dejaba de piropear y seguir a Carmen.
…Ni a sol ni a sombra, qué ceguera la de este hombre… (44).
…ni a sol ni a sombra, no te dejaba en paz (196).
A destiempo, pues las viruelas no se suelen dar en edad madura y los besos tienen su momento.
A la vejez, viruelas y (…) besitos sin ton ni son (196).
A tiempo de o a propósito de: a ton de qué.
¿a qué ton dar la nota? (109).
Y besitos sin ton ni son (196).
Hace mucho tiempo.
…antes de hacernos novios, que ya ha llovido (64).
Bueno, pues esta es la hora, y ya ha llovido, que… (98).
¿Sabes lo que dijo la otra noche Higinio Oyarzun y mira que ya ha llovido? (111).
En los sacos en que se echa el grano cabe mucho, son anchos, como la conciencia de Mario. Los fardos llenos, insensibles.
…que tienes una conciencia como un saco (209).
…como atontada (…) como un fardo, lo mismito… (278).
Ideas en desconcierto que uno no tenía antes, cabeza llena de pájaros: la imagen es perfecta.
…los que te han llenado la cabeza de pájaros (209).
Carmen piensa que Encarna, al enviudar de Elviro, andaba detrás de Mario. Es una idea fija en su mente. Las razones en contra que pudieran dársele no la convencerían. Tal idea de su mente es como un objeto en su cabeza que nadie podría sacar por estar fijo en ella. La expresión por concreta es más gráfica.
Eso no hay quien me lo quite de la cabeza (29 y parecido en 39, 43).
Quien tiene facha desarreglada, por su persona o por su atuendo, parece un espantapájaros. Mario era flaco.
…Y Transi, “no me digas, hija, si parece un espantapájaros” (58).
…como Transi, una pesada, “échale, anda, ¿no lo ves?, parece un espantapájaros” (70).
Tirar al monte es volver a lo agreste, a lo que no tiene un orden, como el de los sembrados, el de las eras o el organizado en la aldea por los convecinos.
…pero todos tiran un poquito al monte (212).
El labrador sabe lo que es la plaga de langostas, lo arrasa todo. Viene como nube, cae sobre los trigos y ¡adiós cosecha!
Pero no, todavía teníais que venir vosotros a enmendar la plana, qué plaga, Mario, como la langosta, venga, hay que tirarlo todo… (226).
Otro animal, la pava, desgarbada y sosa, representa a las mujeres sosas y desgarbadas. El pavo es tragón, engullidor.
…no son tan pavas como nosotras (228).
Para ti el caso es engullir, como los pavos, que nunca miraste… (240).
Hay refranes que nacieron de la observación de las huertas y de sus productos, como
Eso es tomar el rábano por las hojas (243).
Abundan las locuciones adverbiales. Aquí, la chita callando viene de chito, voz onomatopéyica para imponer silencio. Chistar, da chitar. De chito y calla, chiticalla, que es persona que calla y no revela lo que ve y sabe.
…que eres un rencoroso, que a la chita callando… (243).
Para barros, entonces en los pueblos. La arcilla o la tierra roja de que hace Dios a Adán en el Génesis a los ojos de los rurales es barro del que estamos hechos todos.
Que estaremos hechos del mismo barro, yo no lo discuto… (246).
…que al fin y al cabo de barro somos (41).
Un nublado es una seria amenaza para los labradores.
Son de temer los nublados, más de lo que hoy sospechamos, entonces.
…que te temo, fíjate, te temo más que a un nublado (260).
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NOTA
Edición empleada de Cinco horas con Mario: Ediciones Destino, vol. 281, Zaragoza, 25º edición, 1980.