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Si pudiéramos recorrer, durante el estío, los numerosos pueblos asturianos y participar en sus fiestas, contemplaríamos con sorpresa que la costumbre de la ofrenda del ramu está total y absolutamente vigente hoy, año 2003. Pero todavía es más llamativo que esta tradición se mantiene viva por la España actual, especialmente a lo largo de la Ruta de la Plata; y así, en el mes de julio de este mismo año, Francisco Gallego nos contaba que allí, en su pueblo de Jerte, las ofrendas de ramos ¡están reservadas hasta el año 2010!
El 13 de junio de 2003 había en Cangas de Onís cinco hermosísimos ramos y, por lo menos dos, eran cumplimiento de promesas que, en momentos de angustia o necesidad, habían hecho las familias y que llevaban agradecidas a San Antonio en el día de la fiesta.
Emociona contemplar el paso de cada ramo, precedido por el ofrecido y sus allegados, que celebran con alegría la salida de una temida enfermedad o, simplemente, haber podido librar de la muerte a aquel hijo, después de un terrible accidente, aunque hubiera perdido en él parte de la salud.
El ofrecimiento o la entrega de un ramo como signo de admiración se remonta al menos a la época romana, cuando se coronaba con ramos de laurel a los vencedores de batallas o competiciones deportivas. La entrega de un ramo fue también símbolo de transferencia de autoridad y posesión para los antiguos pueblos germánicos. En este sentido se encuentran en Asturias documentos de los siglos XIV y XV en los que se pone de manifiesto esta misma costumbre. Hoy día sólo quedan vestigios de ello, como el relevo de la mayordomía de las fiestas patronales, que se efectuaba, en un pasado bastante reciente, entregando el mayordomo saliente el ramo procesional al entrante.
En una visita al museo etnográfico de Varsovia nos encontramos con imágenes de una ofrenda de ramos en 1973, hecha el día de la fiesta de La Asunción (15 de agosto), al terminar la cosecha. Las coincidencias con las ofrendas que se realizan en nuestra tierra son notables: el ramo está hecho con espigas de un cereal, es portado en andas por cuatro mujeres, otras sostienen cintas que penden de la cúspide del ramo, todas ellas visten el traje tradicional de la zona. En otra fotografía pueden verse niños y niñas delante del ramo ofreciendo panes. La evidente similitud con nuestras ofrendas de ramos en el Oriente de Asturias deja poco margen a la duda. Se trata evidentemente del mismo rito practicado por una comunidad distante unos 3.000 Km. de la nuestra.
Explicar las razones de la presencia del mismo rito en culturas tan lejanas requiere un estudio extenso pero, en una primera impresión, podemos plantear dos hipótesis de partida: o bien se trata de un antiguo rito romano, divulgado por el Imperio en sus distintos dominios, o fue la iglesia cristiana la que, asimilándolo como tantas otras cosas, lo divulgó posteriormente. Resulta verosímil relacionar estos ritos con las "Cerialia":ceremonias y festejos propios del culto a la diosa Ceres, entre los romanos, o a su equivalente griega Demeter, entre los griegos. Durante estas celebraciones, el pueblo acudía al santuario tras un sacrificio de toros, cuya carne se ofrecía a la diosa junto con cera y dulces, portados por vírgenes, para pedirle que cuidase la tierra y las cosechas. Entre aquellas ofrendas figuraba el calathus, un enorme cesto repleto de tortas y pastelillos confeccionados con harinas de diversa naturaleza y procedencia, de forma similar a lo que hoy día se hace con las ofrendas de ramos.
En una época en la que tienden a abandonarse todas las prácticas tradicionales, nos encontramos con un rito que, al menos en Asturias, se mantiene con fuerza en muchos lugares o se recupera, después de años en el olvido, en otros. Es curioso que, existiendo en toda España la tradición de ofrecer bienes y productos de la tierra a los santos patronos, sea casi exclusivamente en Asturias donde esa ofrenda se superpone todavía con la de los ramos.
Estos ramos eran, como su nombre indica, ramas o árboles pequeños de los que pendía una cesta con ofrendas o que llevaban éstas colgando directamente del ramaje. Más tarde, fueron evolucionando y haciéndose más sofisticados, como se describirá más adelante.
Hoy día, los ramos cambian de unas zonas a otras de Asturias e incluso de unos pueblos a otros, dándose la paradoja de que muchos ramos actuales no tienen de ramos más que el nombre y ofrecen las formas y representaciones más variadas. En toda la zona oriental y en muchos pueblos de la zona central de Asturias el ramu o ramo consiste en un armazón de madera, con forma de pirámide, formado por cuatro listones que se unen en un vértice y van apoyados en andas, como las que se utilizan en las procesiones para llevar las imágenes de los santos. Este armazón va recubierto generalmente de ramas, hojas y flores y lleva, colgando de los listones, roscas de pan y rosquillas dulces principalmente. En el vértice o extremo lleva un remate que en algunos sitios se denomina "pical", "copitu" o "cerquillo" y suele ser una rosca de pan con un ramo de flores, aunque modernamente llevan, a veces, muñecas vestidas con el traje tradicional u otros motivos. Todo ello va adornado con ga- Herminia Menéndez de la Torre Eduardo Quintana Loché sas de colores, cintas o pañuelos. Al tratarse de una tradición viva, se van superponiendo año tras año, elementos modernos sobre esta estructura tradicional y así, por ejemplo, en la parroquia de Santa Eulalia de Selorio (concejo de Villaviciosa), hemos visto en el año 1994 ramos con forma de hórreos, un cura montado en un burro y ¡hasta un castillo de Eurodisney!, todos ellos junto a otros totalmente tradicionales.
Para dar idea de la importancia que actualmente tienen los ramos en la celebración de las fiestas patronales asturianas, sólo diremos que en Selorio, en el año 94, había doce ramos el día de Santa Eulalia, y en Cangas de Onís, el día de San Antonio del 96, seis enormes, uno de los cuales fue llevado por cuatro soldados destacados en Bosnia como ofrenda y en cumplimiento de la promesa hecha si regresaban de allí con vida.
En la zona occidental de Asturias los ramos son más sencillos y consisten en varias plataformas de madera insertadas en un palo alto, de unos dos o dos y medio metros. De dichas plataformas cuelgan panes, o rosquillas y van adornadas también con cintas, ramas, flores y pañuelos. En la cima llevan, rematándolo, un pan adornado con plumas de ave o un ramo de flores. A veces van recubiertos con un faldón blanco adornado con puntillas, lazos y pañuelos, quedando los panes ocultos debajo de esta especie de enaguas.
Los ramos son transportados en oriente y centro por cuatro mozos o mozas (aunque es más frecuente lo primero) y en occidente por un solo mozo. Pueden ser ofrecidos por todo el pueblo, mediante aportación anónima, o bien por cualquier persona o grupo como cumplimiento de una promesa. En Cangas de Onís y zonas próximas llaman a estos últimos "ramos beatos", en este caso son costeados por la persona que lo ofrece pero tiene la obligación de pedir por el pueblo parte de su coste.
El día de la fiesta sale el ramo de la casa donde se ofrece o del barrio que lo costea, y es llevado a la iglesia. En muchos pueblos existía y existe la costumbre de disparar pólvora cuando inicia su recorrido. Antiguamente eran los mozos llamados "escopeteros" los que disparaban las escopetas con pólvora; esta costumbre fue suprimida por la Iglesia y así está recogido en las Sinodales del Obispo Pisador, aprobadas por Carlos III el 15 de Enero de 1784. Hoy día los escopeteros se sustituyen por los cohetes o "bombas de palenque" y, en algunos lugares como Selorio (Villaviciosa), los cohetes son colocados en grandes bastidores y disparados cada vez que uno de los ramos llega a las proximidades de la iglesia. En otros lugares quedó la costumbre de tirar voladores durante la procesión. Después de la misa vuelve a llevarse el ramo en procesión y queda colocado, generalmente, en el lugar donde va a ser subastado.
En el oriente de Asturias, desde que se inicia la procesión con el ramo hasta que se subasta se ejecutan una serie de ceremonias en las que participa todo el pueblo, vestidos con los trajes tradicionales. Las mujeres acompañan el cortejo con cantos y toques de pandereta durante todo el recorrido. La música es muy antigua, y creemos que, en muchas ocasiones, viene de viejos cantos de peregrinos del Camino de Santiago, uno de cuyos ramales pasaba por esta zona. Las letras pueden cambiar cada año, aunque en algunos lugares como Pendueles conservan siempre la misma. Termina la fiesta con la subasta de los panes y otras ofrendas que lo acompañan aunque no formen parte del ramo, (lacones, pollos, conejos, productos de la huerta etc.). Se puja según la costumbre y, en algunos casos, se conserva la fórmula antigua: por ejemplo, en el pequeño pueblo de Prendes, concejo de Carreño, en vez del consabido a la una, a las dos y a las tres, se dice: "Que buen pro", "Que buen provecho le", "Le haga".
Lo que se saca de la subasta, puja, puya, remate o rifa (que recibe estos distintos nombres), servirá en parte para pagar al cura, sufragar la fiesta del año próximo o arreglar la capilla del Santo.
Como muestra de lo antiguo de esta tradición, que se conserva en algunos lugares al menos desde el año 1522, y de la plena vigencia que mantiene actualmente, exponemos una selección de tres ramos correspondientes a zonas de características muy distintas, situadas en el oriente, centro y occidente de Asturias
LA FIESTA DE LOS RAMOS DE PENDUELES Concejo de Llanes.
La fiesta de los ramos en Pendueles se celebra el día de "La Sacramental" nombre que se da en Asturias a la celebración del Corpus en cada Parroquia. En Pendueles se celebra el día 18 de agosto. Este ramo es ofrecido por los Condes del valle de Pendueles, Don José Luis Suárez- Guanes y su madre, Doña Mercedes. El lema de su escudo es "Ovanti cruces Pelagium" y a ello alude parte de la canción que las mozas del ramo cantan.
La víspera tiene lugar la plantada de la joguera. Llaman así en toda esta zona a un árbol (antes era un castaño o roble, ahora un eucalipto) de unos 35 o 40 m., que los mozos del pueblo cortarán en las proximidades y depositarán delante de la iglesia. Contemplar la plantada es un espectáculo impresionante no sólo por lo que tiene de vistoso o de llamativo. Todavía se percibe con facilidad la magia del rito, incluso para los forasteros que lo presencian: la noche, el esfuerzo común de los mozos ante el desafío de levantar el árbol, que es cada año distinto y cada año parece imposible de realizar, la rivalidad con la joguera de los pueblos vecinos, los cánticos de las mozas, la fiesta…todo se suma y nos sentimos atrapados por ese ambiente que hace de los ritos algo mágico, sin que sepamos exactamente qué es o en qué consiste.
A las 10 de la noche unos sesenta hombres de todas las edades levantan el árbol y marchan en procesión hasta la bolera, que está situada a unos 600 m. Una vez allí comienzan los preparativos para la plantada, que consiste en izarlo a fuerza de brazos y dejarlo plantado dentro de un hoyo de unos 2 m. que tienen preparado.
En el extremo del tronco, que conserva el penacho de ramas y hojas, colocan dos banderas, de España y Asturias; un poco más abajo, sujetan dos ramos de flores, hoy día generalmente hortensias. Atan el tronco a unos 2/3 de la base con cuerdas gruesas, una de ellas doble para poder tirar, y dos a cada lado, al objeto de corregir la trayectoria del tronco según lo van izando. Comienzan a subirlo ayudándose de varios artilugios, especie de rastrillos curvos, que van metiendo debajo del tronco para poder desplazarse e irse colocando debajo según se levanta. Cuando el ángulo que forma el extremo izado con el suelo es lo suficientemente grande, sólo utilizan las cuerdas para levantarlo.
Mientras tanto, las mujeres forman dos filas que se acercan y se alejan al compás de las canciones y al paso de la danza prima, acompañadas de panderetas y dirigidas por una tamboritera. Esta danza no termina hasta que se haya acabado "la plantada". Cuando el árbol está arriba, un mozo del pueblo (el de estos últimos años es Francisco Javier Martínez, "Javi") sube por el tronco y, sin ninguna protección, desata las cuerdas que sirvieron para izarlo.
Es entonces, no antes, cuando termina la ceremonia. La joguera seguirá plantada hasta el día de San Acisclo (patrón de Pendueles) en noviembre, en cuya fecha se derribará y se quemará celebrándose la fiesta con un magüestu (asar castañas).
Al día siguiente será la fiesta del ramu, con la procesión, ofrecimiento, reverencia y subasta. El ramu sale del Palacio de los Condes del valle de Pendueles, donde se pide licencia para llevarlo a la iglesia. Recorre después este trayecto acompañado de las mozas, que cantan al ritmo de las panderetas y el tambor y, después de la misa, sale de nuevo en procesión hasta el palacio.
Una vez hecha la oración, continúa la procesión con varias paradas más, hasta llegar de nuevo a la iglesia, en cuya puerta trasera comienza "la reverencia", para finalizar nuevamente fuera del templo y cantar en recuerdo a los emigrantes.
Por la tarde vuelven las mozas a buscar el ramu y lo acompañan cantando a la bolera, donde tiene lugar la subasta. Terminada ésta, comienza el baile, que dura hasta la noche en que la verbena pone fin a la fiesta hasta el próximo año.
Joguera de la víspera: Canción de la Plantada. (Fragmento)
Anímese el pueblo entero
anímese la bolera
que solteros y casados
ya van a plantar la hoguera
Esta hoguera fue cortada
en una hermosa laguna
de día le daba el sol
de noche la hermosa luna.
Arriba la hoguera arriba
arriba el hermoso leño
ayúdenles los casados
si no pueden los solteros.
Tiren bien de los cordeles
arrimen las escaleras
si no pueden los solteros
vengan los casados vengan.
Ya está la hoguera plantada
anímense subidores
para bajar la bandera
sin estropear las flores.
Si no pueden los solteros
ayúdenles los casados
para no perder el uso
de nuestros antepasados
Salida del ramu. Permiso de los condes, procesión y canción.
Llenas de satisfacción
y también agradecidos
al señor conde y familia
les damos los buenos días.
El Palacio "La Quintana"
luce sus mejores galas
porque espera la visita
del Redentor de las almas.
Al señor Conde y familia
les queremos presentar
cuatro mozos animosos
que nos vienen a ayudar.
Su permiso le pedimos
a la señora condesa
y el ramo de tradición
para llevarlo a la iglesia.
Al salir de La Quintana
tiradores tiren tiros
para que diga la gente
ya viene el ramo florido
Cuatro mozos animosos
os pedimos vuestra ayuda
para llevar este ramo
donde esté la Virgen pura.
A los señores presentes
les damos los buenos días
a nuestras autoridades
y a las demás jerarquías
Entren mozos en el templo
que la misa va a empezar
al pie del altar mayor
la queremos escuchar.
Reverencia
(se vuelven al lado de la imagen de la Dolorosa)
A ti Madre Dolorosa
te pedimos con fervor
que a los que sufren y lloran
los consueles con amor.
(se vuelven hacia el Cristo)
Santo Cristo del perdón
que escucháis nuestras plegarias
en la hora de la muerte
recoge tu nuestras almas.
(se vuelven hacia la Virgen del Rosario)
Virgen santa del Rosario
te pedimos con fervor
que a Pendueles lo protejas
con tu maternal amor.
Reverencia (de rodillas)
Santísimo Sacramento
ya estamos en tu presencia
con fervor y devoción
te hacemos la reverencia.
(de rodillas)
Santísimo Sacramento
de rodillas suplicamos
la parroquia de Pendueles
la tengas bajo tu amparo.
Bendice nuestras familias
y también nuestros hogares
y que a tus plantas se postren
los cristianos a millares.
(de pie)
El ramo que te ofrecemos
es hecho de pan y flores
al devoto que lo dio
concédele tus favores
Adiós recinto sagrado
donde está el Rey de los cielos
que muy pronto en tu presencia
a postrarnos volveremos.
LA FIESTA DE LOS RAMOS DE VILLANUEVA Concejo de Santo Adriano.
En Villanueva, concejo de Santo Adriano, se celebra la romería de San Romano el día 5 de agosto, desde comienzos del s. XVI. La referencia está recogida en el año 1900 por Bellmunt y Canella según el siguiente relato, fechado el 11 de agosto del año 1522, y es interesantísima pues une a su antigüedad la descripción minuciosa de todos los acontecimientos que rodean la celebración de la romería y nos cita los ramos que en ella se ofrecen.
Romería de San Romano de Villanueva. Concejo de Santo Adriano.
"En la apellidada huerta de San Romano, ha una metat efcasa fasta la ilefia de pradera e' la otra decha metat de cellero júntafe a fantificar al gloriofo e bienaventurado martir é soldado el Sinnor San Romano el día 9 de Agofto enfenidad de fieles devotos que defde lugares apartados fafta de Torreftio e' otros concurren con toda fuerte de limosnas e cosas muy compljderas en ramos de pan e manteiga e reciellos e llegan a la ilesia padres é madres e fermanos fincados de hinojos defde muy atras con luminarias é algunos de los dichos llegan plañendo por los sof fillos é germanos que eftan ena guerra é otros porque tarrecen que vayan de modo e manera que efte dia dicho nueve de agofto é su vifpora cuadran muy alegres e en efte mefmo dia hay pueftos de vino de los arrieros de cencerro é de los de campanillas é tamien reponen de sidra e de pan é hay ademas ferias que fon de muy antiguo de fayal blanco é pardo é de mantas é de pannos finos e guadañas é ollas é caços é candiles é tamien de otras muchas zarandajas que traen los xitanos en truxellos y que truecan ablanas. E como todas é las mas de las cabalgadas llegan el vispora armase gran dança rodiando la ilefia angunas veces é fayfe grant foguera con lleña é cada cual tray canciones apresas á onor é gloria del santo é las cantas al compas de la dança é se pasa la noiche muy en vela é enel diya de la fiefta é despues de almorçar na praderia segunt que lo gan de coftumbre é ufo celebrafe la mifa solene con la asistencia de clerigos é de flaires de Tuñon é a veces de Teberga que dan una platica é con grant solenidat é acompañamiento de una trompeta é una caxa (tambor) va la procifion con las limofnas é fieles é cirios encefos é los galanes é los casados que gostan dançan e fan xuegos e vifiones por mas solenizar la procifion e ansi llegan fafta la ville (barrio de San Romano) é della tornafe á la ilefia con el mefmo orden é paraxifmos, é las mulleres que mellor cantan echan villancicos alternando con el canto de los clerigos é el reftante de la xente contefta detras efte é otros parecido:
Gloriofifimo foldado
Mira por los nuefos fillos
Que eftan de nofotros llueñe
Fafta ser al nueso lado.
Acabada la mifa que feya, comienza la feria é toda fuerte de algarabias é danças é bailes que duran ansi fafta tres o mas veces é defpidense del Santo é dalgunos annos fuele acabar la fiefta en mala guifa é hay palos é concefo grandes plañidos.
Salut é gratia nel Siñor hoy once dias andados defte mes de agofto del anno del nuevo falvador mil é quinientos é veinti dos annos… I F é R."
Estuvimos en San Romano el 14 de Abril de 1996. Según nos informó una de las vecinas, Pacita García, la fiesta se celebra actualmente tal como nos la describieron a principios del siglo XVI. Llegada de los romeros la víspera, la hoguera con los cánticos y danzas a su alrededor, las ofrendas, los ramos, la misa y procesión, los cantos, la celebración posterior de la fiesta y el comercio alrededor de ella.
Se ofrece un sólo ramo de pan de escanda, en forma de rosca y alargado. Va rematado con flores y llevado por cuatro mozos del pueblo. La procesión tiene el recorrido alrededor de la iglesia y se acompaña de canciones. Después de la misa tiene lugar "la rifa".
La celebración del ramo se perdió durante la guerra civil y, después de varios años, se recuperó de nuevo.
LA FIESTA DE LOS RAMOS EN EL SANTUARIO DE LA VIRGEN DEL ACEBO. Concejo de Cangas del Narcea.
El Santuario de La Virgen del Acebo, en el municipio de Cangas del Narcea, la antigua Cangas de Tineo, aparece citado en el libro de Luis Alfonso de Carvallo: Antigüedades y cosas memorables del principado de Asturias. Este libro fue editado en el año 1695 pero la referencia a dicho santuario es del reinado de Felipe II (1556–1603). En el título 50, Pág. 467 dice:
"En tierra de Cangas de Tineo, vna legua de la mifma Villa, àzia el Alfoz de Siero, en la cumbre de vn alto monte, y el más encumbrado de los muchos que ay en aquellas partes, que viene defgajado como vn ramo de los Montes que llaman de Europa, de vn fitio que llaman el Azebo, avia vna antiquífsima Ermita de Nueftra Señora, fin memoria de fu primera fundación, tan pequeña, y baxa que era neceffario baxar la cabeça al entrar por la puerta: eftava cubierta de tablilla, y cefpedes, tan pobre que folo en el Altar avia la Imagen de Nueftra Señora, y vna Cruz de palo, fin otro adorno alguno, tan olvidada y defamparada, que aun no fe fabía en que Feligrefía eftava, fobre lo qual huvo grandes pleitos entre los Curas de Linares, y Limes.........otros muchos y maravillofos milagros por no fer largo, de que tienen teftimonio en la mifma ermita, .....con lo qual creciendo la devoción y las limofnas, fe edificó un Templo, harto bueno, con fu Torre, y Colaterales, y muy bién proveída la Sacriftia de ornamentos y recados para los Oficios Divinos, y fiete lámparas de plata. Y es muy frecuentado de Sacerdotes, que allí acuden a dezir Miffa, y muchas perfonas, particularmente el día de Nueftra Señora de Setiembre, que fuele juntarfe innumerable gente......."
Se cree que la imagen de la Virgen del Acebo es del siglo XIII y su devoción, como podemos ver, se remonta por lo menos al siglo XVI.
La fiesta de los ramos se celebra el día 8 de septiembre, coincidiendo con la festividad de la Virgen. Según María Álvarez Fernández, de Fonseca –"la de las avellanas" – antiguamente había no un ramo sino muchos, ofrecidos por los distintos pueblos de alrededor, incluidos los vaqueiros que, aquí, compartían la celebración con los xaldos.
Aunque los vaqueiros de alzada fueron un grupo social discriminado en Asturias hasta mediados del siglo XX, y este hecho hizo que desarrollaran una serie de ritos y hábitos festivos que se diferencian claramente de los del resto de la región, en el caso de las ofrendas de ramos la coincidencia con el resto de los asturianos de su entorno es casi total, limitándose las diferencias a las letras de las canciones y los sones musicales utilizados.
Los vaqueiros ofrecían ramos a sus patronos en las fiestas y romerías en las que unas veces participaban ellos solos, cuando se celebraban en las brañas, como la de Las Estacas, y en otras ocasiones junto con los xaldos, como por ejemplo ocurría en la romería del Acebo en Cangas del Narcea. Según Bernardo Acevedo y Aurelio de Llano las romerías vaqueiras no se distinguían en nada de las del resto de Asturias; sin embargo debía de ser frecuente que las celebraciones conjuntas comenzaran bien pero no terminaran del mismo modo, según muchos de los relatos de la época.
María se acordaba de ramos ofrecidos por los pueblos de Villarín y Trasmonte y tuvo la amabilidad de cantarnos el primero de ellos, que es el que reproducimos más adelante. Días después pudimos ver y oír este ramo, que actualmente se ofrece en Villarín a San Juan, (festividad que se celebraba el 27 de noviembre y se trasladó al segundo o tercer sábado del mes de septiembre a causa del frío y el mal tiempo que solían acompañar a la fiesta). Lo cantan las mujeres, acompañadas de panderos y castañuelas, mientras llevan el ramo desde la casa a la capilla para comenzar la misa. Posteriormente se celebra la subasta. Este ramo estaba formado, como todos los del Occidente de Asturias, por una vara gruesa de la que van colgados los panes, unos alargados y otros con forma de rosca. Todos van ocultos bajo los pañuelos que penden del extremo superior y que, junto con cintas de colores, forman el adorno del ramo. Sujetándolo todo va una cinta que lo rodea a modo de cinturón. Actualmente los mozos de Villarín han cambiado la estructura colocando el ramo sobre unas andas, como los llevan en la zona oriental, para trasladarlo entre cuatro con más comodidad.
En el Acebo la fiesta tenía la estructura habitual: llegada de los ramos, procesión hasta la iglesia, misa, procesión después alrededor de la iglesia y finalmente subasta de los panes y demás ofrendas que hubiera. Al domingo siguiente los vaqueiros llevaban sus ofrendas y sus animales para que el cura los bendijese. Hoy se conserva el día de los vaqueiros y algunas ofrendas pero en escaso número. Los últimos ramos, según María, se llevaron hace unos diez años, aunque muchos siguen cantándose en las fiestas patronales de los distintos pueblos que los ofrecían, como ocurre con el que transcribimos a continuación.
RAMO DE VILLARIN
Este ramo va enramado
ben haya quién lo
enramó
lo enramaron las
doncellas
la Virgen les ayudó
de rosas y de claveles
ben haya quién se las
dio
En el portal de Belén
parió la Virgen María
un Niño como una
estrella
que al cielo
resplandecía
el Niño como era
tierno
no cesaba de llorar
la Virgen como es
piadosa
no deja de acareciar
cállame Hijo bendito
no tengas tanto pesar
que ahí vienen las
doncellas que te vienen
a adorar
unas te traen el vino
otras te traen el pan
otras te traen la cera
para en el templo
alumbrar.
Este ramo que llevamos
de pañuelos e lestones
para dar la
enhorabuena
y a todos estos
señores.
Retírense los señores
dejen el ramo pasar
que el que lo lleva es
cobarde
no se puede retirar.
A vuestro sagrado hijo
ya esperar el
mayordomo
que nos abran estas
puertas
para ver este tesoro
las puertas ya están
abiertas
entremos con alegría
de rodillas por el
suelo
ya ver la Virgen
María
que resplande más
que el sol
que por los campos
venía
allá arriba en el altar
parece que se está
viendo
en los brazos de
María
y el Niño Jesús
dormiendo
este nuestro señor
cura
por cierto viva
cien años
por lo bien que
representa
y el sacramento
en sus manos.
El mayordomo de
este año
se portó como debía
hizo el ramo de San
Juan
con muchísima
alegría.
Quédate con Dios
San Juan
Madre del Verbo
devino
que aunque me voy no
me voy
yo de ti no me
despido
tengo de volver a
verte
pa'l año que vien se
vivo.
Se detecta fácilmente, la graciosa adaptación popular de un canto a la Virgen a otro a San Juan, convirtiendo así a éste en "Madre del Verbo devino".
Dos estrofas son cantadas por las mujeres que tocan los panderos y repetidas después por las que van detrás tocando las castañuelas. Tanto la forma de cantarlo como la letra y música se parecen mucho a las del pueblo de Xedré, aunque aquí el ramo es de cera, no lleva panes sino velas insertadas en un armazón triangular de madera y recuerda mucho a los ramos leoneses y maragatos, cosa que no es de extrañar dada la cercanía del puerto de Leitariegos.
Parece increíble, desde la perspectiva actual, que la celebración de las fiestas patronales asturianas haya mantenido una estructura prácticamente invariable durante, por lo menos, cinco siglos. Sin duda hay vivencias profundas que mantienen sus formas de expresión por debajo, o quizás deberíamos decir mejor por encima, de la superposición progresiva de elementos culturales a lo largo de las distintas épocas, sin duda porque constituyen un elemento común que hace posible la pervivencia de una identidad como pueblo, independientemente de las circunstancias socio políticas que constituyen su historia.
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BIBLIOGRAFÍA
ACEVEDO Y HUELVES, B.: "Los vaqueiros de alzada en Asturias". Esc. tipográfica del hospicio provincial de Oviedo, 1915.
ARCHIVO DIOCESANO DE OVIEDO.
BELLMUNT O., CANELLA F.: "Asturias". Gijón. 1895-1900.
CARVALLO L. A.: "Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias". Ed. Ayalga. Salinas. 1977. (Facsímil de la edición de 1695).
DIEGO SOMOANO ,CELSO: "Pregón de las fiestas de S. Antonio". 10 de Junio de 1981.
G. ATIENZA, J.: "Fiestas populares e insólitas. La España mágica de la A a la Z" .Ed. Mtez Roca, 1997.
LLANO Y ROZA DE AMPUDIA, A. DE: "Bellezas de Asturias de Oriente a Occidente". Excma. Diputación provincial de Oviedo 1928.
MUSEO ETNOGRAFICO DE VARSOVIA.
PEYROUX CELSO: "Las palabras que quedaron mudas".