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Vuelve el lobo a crear inquietud en la sociedad rural. Durante siglos, el lobo se erigió en símbolo de la astucia, el valor y la tenacidad, características que algunas mitologías emplearon para distinguir al animal de cualquier otro y conferirle en ocasiones reacciones o actitudes casi humanas. Algunos apellidos (Lobón, Lobete, etc.) tuvieron al lobo como origen y muy frecuentemente apareció en la heráldica significando el arrojo de un individuo y de su estirpe. Las leyendas y cuentos populares sobre lobos contribuyeron a acrecentar de forma artificial las virtudes y defectos del animal, creando a su alrededor un halo de misterio y fantasía que sirvió de base para que muchas mentes imaginativas compusieran y recompusieran el mito.
Todavía hoy el nombre del lobo suscita temor en el campo y en el monte. Naturalistas y ganaderos se enfrentan en una moderna polémica cuyas consecuencias afectan a la sociedad misma, dividida ante los razonamientos de unos y otros. El lobo, de nuevo símbolo, de nuevo mito.