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INTRODUCCION
Hace ya unos cuantos años veiase por los pueblos de Castilla a muchachos percutiendo entre sus dedos unas tablillas alargadas y planas a modo de castañuelas. Esto mismo se conseguía con un par o dos pares, uno en cada mano, de fragmentos de teja o cerámica. Semejante instrumento se conoce generalmente con el nombre de "tejoletas" y por la zona de Valladolid con el de "palillos castellanos".
Hay que suponerlo muy antiguo y anterior a las castañuelas, según testimonios que veremos a continuación. Precisamente en algunas regiones se llama a las castañuelas "palillos", por creerse que el origen de aquéllas fueron unos palillos o tabletas
Aclaremos aquí que la palabra palillos se emplea en organología musical en cuatro acepciones diferentes: las varillas o baquetas cónicas con que se percuten determinados instrumentos membranófonos, como el tambor, tamboril, caja, etc.; los palos de forma cilíndrica usados por las cuadrillas de danzantes, que los entrechocan marcando el ritmo, en las llamadas "danzas de paloteo" ; las castañuelas o crótalos, tablillas redondeadas y cóncavas, tan extendidas en el folklore español, y las tejoletas, objeto de nuestro estudio. ¿Realmente qué son las tejoletas?. El Diccionario de la Lengua da su definición en el vocablo "tarreña" : "Tarreña". (De terreño) f. Cada una de las dos tejuelas que, metidas entre los dedos y batiendo una contra otra, hacen un ruido como el de las castañuelas". Y admite más vocablos, como los siguientes: "Tejoleta". (d. de tejuela) f. / /3. Castañuela de barro, tarreña; "Tejuela" f. d. de teja / /2. Tejoleta; "Castañuela" / /3 En Chile, tarreña.
II. SINONIMIA
Dentro de este apartado, recogemos vocablos referentes a instrumentos a veces no idénticos, incluso algo distantes, que aparecen en otros folklores.
Castellano: "Castañuela" (en Chile), "Palillos castellanos", "Tabletas", "Tablillas, "Tarrañuela", "Tarreña", "Tejoleta", "Tejuela", "Texoleta".
Gallego: "Castañola", "Tarrañola".
Portugués: "Castanhola".
Francés: "Castagnettes" (tarrañuelas), "Cliquettes" (tarreñas, tejuelas), "Tesson" (tejoleta), "Tuileau" (tejoleta).
Italiano: "Castagnetta".
Alemán: " Ziegelstück (tejoleta, tejuela).
Inglés: "Castanet".
Chino: "Ch'oung tou", "Phó", "Phó-pán".
Indú: "Chittika", "Hurtar".
III. ANTECEDENTES
Los palillos sencillos (uno por mano) de entrechoque se utilizaban en Egipto como instrumentos acompañantes de grupos militares de trompetas y tambores. Eran muy semejantes a los palillos libios, y éste seria posiblemente su origen, ya que contingentes militares de Libia estuvieron al servicio de Egipto.
Al lado del palillo sencillo, creemos que existía la tablilla doble, como parece apreciarse en el relieve de una tumba de Sakkara, que se conserva en el Museo de El Cairo: Un grupo de mujeres en primer término tocan panderos; en segundo término, dos figuras, mucho menores, percuten una suerte de palillos dobles, un par en cada mano. Al menos esta versión aventuramos, a la vista del grabado de dicho relieve, que presenta Curt Sachs en sus obras " La Música en la Antigüedad" (1) e "Historia Universal de la Danza" (2).
De otra parte, Sachs afirma que los palillos (clappers) egipcios eran de dos formas: la primera adoptaba la forma de pequeña bota de madera cortada longitudinalmente y con muescas en la parte correspondiente a la pierna, mientras la parte del pie servia de mango; la segunda tenia casi la apariencia de la moderna castañuela española, pero menos chata. Añade el insigne musicólogo alemán que ambas formas no eran propiamente egipcias, pues no hay obra de arte que las represente, y que los ejemplares conservados procedieron de tumbas cristianas.
Por los datos que suministra la Arqueología, los crótalos más sencillos, en Grecia y en Roma, consistían en dos palos en forma de pinza, unidos en ocasiones simplemente por la presión de las manos y sobresaliendo su tamaño de los dedos, como ocurre en los de barro cocido -esto seria un claro antecedente histórico de las tejuelas-, que se conservan en la Sociedad Arqueológica de Atenas. Otros crótalos van unidos mediante una charnela o gozne; otros añaden a esto un mango, etc.
Se ha señalado que la tejoleta, como forma primitiva del crótalo doble, es la "chrusmata" de que habla el gran poeta hispanorromano Marco Valerio Marcial, ¿en qué obra?, ¿"De spectaculis", "Epigramas", 'Vir celtiberis"? No hemos podido comprobarlo.
Los palillos griegos tenían la forma de bota o de "L" de los egipcios u otras formas y, según Sachs, se hacían en toda clase de materiales, generalmente de madera. Recibían el nombre de "krotala". Eran tañidos casi exclusivamente por mujeres, en danzas dionisíacas, como aparece en jarrones, ánforas u otros utensilios griegos. Así, en una cerámica del Museo Británico, de Londres, en que figura una tocadora de oboe doble, sentada en un "difrón ocladias" o taburete de cuatro patas torneadas cruzadas, y una danzarina con palillos en ambas manos; o la danzarina en una academia de música, obra del pintor del Fial (440-430 a. C.), en el Museo de BelIas Artes, de Boston; o la ménade o sacerdotisa de Baco en una ánfora del pintor Andócides (520 a. C), en el Museo Metropolitano, de Nueva York.
En China existen tres tipos de instrumentos musicales parecidos a las tejoletas: el "Phó", el "Phó-pán" y el "Ch'oung tou".
El "Phó" está formado por un con¡unto de tabletas de madera dura unidas en dos series y éstas por unos cordones de seda, de tal forma que puedan chocar unas contra otras. Existen dos variedades, el "pho" de la danza "Khing lón" , de tres tabletas ligadas contra una, y el "pho" de la orquesta mongol, de dos tabletas contra una.
El "phó-pán" lo forman doce tabletas planas de madera dura o de bambú, dispuestas en dos haces unidos seis a seis. La tableta tiene unos 28 cm. de largo por 2,5 cm. de ancho, mas bien delgada. Las de cada haz van unidas fuertemente por una correa de cuero y los dos haces entre si por un cordón de seda flojo, de modo que permita el libre juego de ambos haces. La forma de las tablas es de pala, con su anchura mayor en el extremo libre (unos 7 cm¡.
El "Ch'oung tou" es también un grupo de doce tabletas pequeñas, usado principalmente para llevar el compás en las ceremonias religiosas.
Según Curt Sachs el "phó-pán" también era usado por los cantores de los templos. En las tabletas de bambú se grababa el poema sagrado, constituyendo así una forma común de libro religioso escrito, y el primer signo pictográfico para "libro" -dice Sachs- en la escritura de Shang lo reproduce claramente. Y añade: "se decía que estas tabletas conmemoraban la invención de la escritura, especialmente en el sacrificio al cielo, al dar gracias por el don de escribir, así como por los otros beneficios culturales. Esto puede ser cierto; pero nosotros creemos mas bien que para una mentalidad primitiva el poder de las palabras sagradas se acrecentaba al ser éstas cantadas, movidas y escritas al mismo tiempo" (3).
Para Louis Laloy, estos tipos de instrumentos se utilizan en la música popular y en el tearo (4).
Las tejoletas son ya mencionadas en Cervantes. Querol Gavaldá señala la existencia de las "tejoletas".en Cervantes, en el "Coloquio de los perros" y en "Rinconete y Cortadillo", y en Rodrigo Caro: "Tocaban las mujeres públicas de Roma las "tejoletas", como ahora dan con una cañuela en la silleta, haciendo un sonetillo" (5).
En "El casamiento engañoso y coloquio de los perros", escrita posiblemente entre 1603 y 1604, coincidiendo por tanto con su estancia en Valladolid, Cervantes toma uno de los instrumentos populares vallisoletanos: las tejuelas o tejoletas. Al comenzar el "Coloquio que pasó entre "Cipión y Berganza" perros del hospital de la Resurrección, que está en la ciudad de Valladolid, fuera de la Puerta del Campo, a quienes comúnmente llaman los perros de Mahudes", dice Berganza: "Digo que todos los pensamientos que he dicho. y muchos más, me causaron ver los diferentes tratos y ejercicios que mis pastores y todos los demás de aquella marina tenían de aquéllos que había oído leer que tenían los pastores de los libros; porque si los míos cantaban, no eran canciones acordadas y bien compuestas, sino un
"Cata al lobo dó va, Juanica"
y otras cosas semejantes; y esto no al son de chirumbelas, rabeles o gaitas, sino al que hacia el dar un cayado con otro o al de algunas tejuelas puestas entre los dedos. .." (6).
.En cuanto a "Rinconete y Cortadillo", según Rodríguez Marín, la fecha de composición es la de 1601 o 1602, estando Cervantes en Sevilla, y, según Fitzmaurice Kelly, la de 1603 o 1604, fechas, como hemos visto, de la estancia vallisoletana del inmortal novelista. De acuerdo con esto último Cervantes parece ser que vuelve a tomar el instrumento popular vallisoletano de las tejoletas para aquella novela ejemplar, en la que expresa: " Monipodio rompió un plato y hizo dos tejoletas, que, puestas entre los dedos y repicadas con gran ligereza, llevaba el contrapunto al chapín y a la escoba" (7). Y unos párrafos más adelante se dice: "Y luego Monipodio, dándose gran prisa al meneo con sus tejuelas, dijo. .." ; y también: ". ..la Cariharta y la Escalanta se calzaron sus chapines al revés, dejó la escoba la Gananciosa, Monipodio sus tejoletas .." (8).
IV. INTERPRETACION y METODO
Todo instrumento musical tiene su gran intérprete. Las tejoletas o palillos castellanos lo tienen en la persona del vallisoletano Delfín Hernández, nacido de familia oriunda de Rodilana (tierra de Medina del Campo) en 1928. Conocedor desde muy niño de los palillos, vuelve a ellos en 1969. Desde esta fecha Delfín Hernández los ha estudiado de tal forma que hoy es indiscutiblemente su más destacado intérprete y un auténtico virtuoso, hasta el punto de llegar a actuar en repetidas ocasiones con la Orquesta de Cámara de Valladolid y la Coral Vallisoletana. Con la primera, bajo la dirección del maestro rumano Octav Calleya, en obras como "Sevilla", de Albéniz, y "La Boda de Luis Alonso", de Jerónimo Jiménez.
En el repertorio popular y tradicional, Hernández ha dejado muestra elocuente de su excelente arte en grabaciones discográficas, como la "Jota" (con palillos de encina) y "Toque de Jota" (con palillos de haya) (9); "Mambrú", "Casamiento de Blancaflor y Tatin", "Acabada la cena" y "Jesucristo y el labrador" (10).
"Método para tocar los palillos" representa una versión que de su técnica instrumental ha realizado Delfín Hernández en colaboración con el musicólogo ¡Joaquín Díaz. Este método es muy breve, pero suficiente para iniciar al profano. En él se comienza por recomendar al que se inicia "habituarse al tacto" de los palillos, para lo que los autores señalan una serie de ejercicios: colocación de los palillos, flexión de las muñecas, movimiento de las manos, posición de los brazos, repiqueteos y otros efectos rítmicos, toques de "seguidilla" y de "Jota", dobles repiqueteos, etc.
Se añade al método una alusión a la larga y abundante tradición de los palillos en Castilla y León, así como histórica entre griegos, romanos y celtas, y mención de las tejoletas en Cervantes.
Para los autores del Método, los "palillos castellanos" son las "tejoletas de madera" (11 ), y aquél fue elaborado pensando primordialmente en los niños, para que éstos aprendieran fácil y prontamente a tocar este instrumento popular que había que considerar casi perdido
Finalmente, los autores declararon que intentaron con este método contribuir, en la medida de lo posible, a la resurrección del folklore castellano y de los instrumentos autóctonos de la región.
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V. BIBLlOGRAFIA CONSULTADA
CERVANTES SAAVEDRA, Miguel: Obras Completas. Recopilación, estudio preliminar, prólogos y notas por Angel Valbuena Prat. Aguilar, S. A. de Ediciones. Madrid, 1965.
HERNANDEZ, Delfín y DIAZ, Joaquín; Método para tocar los palillos. Editor: los autores.
LACHMANN, Robert: Música de Oriente. Editorial Labor. Barcelona, 1931.
LALOY, Louis: La Música China. Editorial Schapire. Buenos Aires, S. A.
LAVIGNAC, Albert y LAURENCIE, Lionel de la: Encyclopédie de la Musique et Dictionnaire du Conservatoire. Librairie Delagrave. París, 1925.
QUEROL GAVALDA, Miguel: La música en las obras de Cervantes. Ediciones Comtalia. Barcelona, 1948.
RICHTER, G. M. A.: El Arte Griego. Ediciones Destino. Barcelona, 1980.
RODRIGUEZ MARIN, Francisco: Cantos populares españoles. Imprenta Alvarez. Sevilla, 1882.
RODRIGUEZ MARIN, Francisco: Dos mil quinientas voces castizas y bien autorizadas, que piden lugar en nuestro léxico. Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. Madrid, 1922.
SACHS, Curt: La Música en la Antigüedad. Editorial Labor. Barcelona, 1927.
SACHS, Curt: Historia Universal de la Danza.Ediciones Centurión. Buenos Aires, 1944.
SACHS, Curt: Historia Universal de los Instrumentos Musicales. Ediciones Centurión. Buenos Aires, 1947.
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(1) Curt Sachs: La música en la Antigüedad, p. 19.
(2) Curt Sanchs: Historia. Universal de la. Danza, lám. IX, grab. 18.
(3) Curt Sachs: Historia Universal de los Instrumentos Musicales, p. 167.
(4) Louis Laloy: La Música China, p. 86.
(5) M. Querol Gavaldá: La música en las obras de Cervantes, p. 163.
(6) M. Cervantes Saavedra: Obras Completas, p. 1.001.
(7) M. Cervantes Saavedra.: Obras Completas, p. 847.
(8) M. Cervantes Saavedra: Obras Completas. p. 848.
(9) Instrumentos Populares de Castilla Y León. Vol. 1. Movieplay. Serie "Serano". 17.1419/8. Cara A, banda 4: "Jota" .(palillos de encina); cara B. banda 4: "Toque de Jota" (palillos de haya) .
(10) "Mitos, Ritos y Creencias / Joaquín Díaz". Movieplay. Serie "Serano" 17.1402/1. Cara A. banda 2: "Mambrú", 1,17; banda 6: Casamiento de Blancaflor y Tatín, 3,51; cara B, banda 1: "Acabada la cena", 1,53; banda 6: "Jesucristo y el labrador", 2,30.
(11) D Hernández y J. Díaz: Método para tocar los palillos, p. 8.