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Si es cierto que la Historia tiene en la heurística uno de sus recursos fundamentales, también lo es que la búsqueda de documentación no puede ignorar las fuentes orales. Un caso aparentemente menor como el de Juan Lorenzo de Acunha, caballero portugués llamado "el de los cuernos de oro" pues dicen que los lucía con orgullo en su cimera en la corte de Castilla, nos puede servir de ejemplo. Juan Lorenzo estaba casado con Leonor Téllez de Meneses, pariente suya quien comenzó a sufrir acoso por parte del monarca portugués Fernando I -apodado "el gentil"-. Parece que una vez que Leonor estuvo segura de las intenciones de Don Fernando, resolvió aceptar las cosas como venían y decidió por propia voluntad separarse de su legítimo esposo aduciendo que había ido al matrimonio engañada, pues Juan Lorenzo no le había hablado de su parentesco ni había pedido la correspondiente licencia a Roma. La separación parecía el mejor camino y el destierro para el marido engañado la mejor solución, evitando así posibilidades más cruentas que también hubiesen estado al alcance del rey.
De las muchísimas versiones orales que todavía conservan los sefardíes sobre este asunto -nótese que los textos peninsulares se han perdido- la que mejor describe el hecho sin apartarse demasiado de sus circunstancias es la que envió Carlos Coello a Menéndez Pelayo en 1885 desde Constantinopía y que después éste publicó en su Antología de Poetas Líricos Castellanos.