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El término "reciclar" -no siempre utilizado adecuadamente- se escucha en los últimos años en muy distintos ambientes, si bien en casi todas las ocasiones con el sentido implícito de "reutilizar" materiales, piezas, restos, etc. La situación sólo es novedosa en cuanto que cada día se hacen más abundantes y necesarias esas intervenciones transformadoras dado el exceso de producción que genera la sociedad de consumo, y la urgencia y obligación de aminorar esa demasía a todas luces innecesaria. El problema ya se había contemplado -y en buena parte solucionado- en los siglos pasados, en los que el ser humano convertía o aprovechaba los residuos tras un práctico y depurado proceso de cambio. El mundo contemporáneo ha venido a trastornar ese buscado equilibrio con una huída hacia adelante que requiere una urgente actuación estabilizadora. La verdadera ecología se manifestaba mejor en la utilización inteligente y mesurada de la Naturaleza que en las intervenciones tardías y de compromiso a las que nos hemos tenido que acostumbrar últimamente. En ese aspecto al menos, todavía habría muchas lecciones que aprender de la sociedad tradicional.