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Sorprende que el interés mostrado por muchos alumnos españoles (fundamentalmente aquellos que están a punto de abordar sus estudios universitarios) hacia diferentes temas de cultura tradicional, no encuentre posteriormente un campo adecuado en alguna disciplina académica a través de la cual puedan seguir trabajando o investigando en profundidad. En algunas universidades de nuestro país se intenta ahora tímidamente lo que se ha conseguido ya con plenitud en otros lugares: Nos referimos al enfoque global, interdisciplinar, de la tradición que, sin olvidar los tratados antropológicos o etnológicos al uso, va más allá, incorporando la historia como soporte científico y dando a los estudios locales (donde tienen su campo natural de aplicación todos esos conocimientos universales de que hemos hablado), la importancia y el rigor que merecen, desde la perspectiva humana y social que los caracteriza.
Habría que crear o buscar museos o centros que sirvieran de lugar de prácticas para todos esos alumnos que ven en la literatura popular, en la calcografía, en la organología, en la indumentaria tradicional, en la pedagogía infantil que toma como base nuestra cultura musical y poética, en la medicina popular y en tantos otros aspectos interesantes, una vocación o un camino digno para sus aspiraciones científicas o intelectuales, Estamos ante una oportunidad magnífica para dar un sentido moderno y práctico a un tipo de estudios que, por desidia o infravaloración de la propia sociedad, están degenerando hacia abismos anacrónicos, faltos por completo de funcionalidad y escasamente atractivos.