En la ciudad de Durango
Sin saber cómo ni cuándo
Se vinieron a encontrar
Don Benito y don Fernando
-Ábreme la puerta Elena
abre con toda confianza
que soy Fernando el Francés
venido desde la Francia.
Al abrir la puerta Elena
Se les apagó el candil
Se agarraron de la mano
Se fueron para el jardín.
-Oiga, señor don Fernando
¿porqué no me habla usté a mí?
¿tendrá usté amores en Francia
o quiere a otra más que a mí.
-No tengo amores en Francia
ni quiero a otra más que a ti
ni le temo a tu marido
que se halla al lado de ti.
-Perdóname esposo mío
perdona mis aventuras
ya que no lo hagas por mí
hazlo por tus dos criaturas.
-De mí no alcanzas perdón
ni encuentras ningún placer,
que te perdone Fernando
que fue todo tu querer.
Vuela y vuela palomita
Dale vuelo a tu volido
Anda a ver cómo le fue
A Elena con su marido.
La pobrecita de Elena
¡con qué lástima murió
de tres tiros de pistola
que su marido le dio!.
-Agarra criada a esos niños
llévaselos a mis padres
si te preguntan de Elena
les dices que tú no sabes.
Señoras, pongan cuidado
Lo que en la ocasión pasó
Que a Elena por cautelosa
Su marido la mató