Una niña en un balcón
Le dice a un pastor:- Espera
Que te llama una zagala
Que de tu amor desespera.
-No soy tan enamorado,
-Respondió el niño David-,
mi ganado está en la sierra
con él me voy a dormir.
-Oye pastor amoroso
lo que te habla una paloma
arrímate para acá
no hayas miedo que te coma.
Mira qué hermosos cabellos
Y llevarás qué contar,
El sol se enamora de ellos
Cuando me siento a peinar.
Mira qué pie tan pulido
Para un zapato bordado
Mira que soy niña y tierna
Y después a tu mandado.
Te pago tres pilas de oro
El hato y el almirez
Tan sólo porque te quedes
Esta noche y otras tres.
Te doy una pila de oro
Y dos cañas de marfil
Tan sólo porque te quedes
Esta noche aquí a dormir.
-Zagala, cuando me hablaste,
tus palabras no entendí,
perdóname gran señora
si en algo yo te ofendí.
Cuando quise no quisiste
Ahora que quieres, no quiero,
Llora tú tu soledad
Que yo la lloré primero.
Haré de cuenta que tuve
Una sortijita de oro
Y que en el mar se cayó
Y allí la perdí del todo.