Joaquín Díaz

Juan Soldado


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Juan Soldado

25 cuentos tradicionales

Vinilo
1979 - Movieplay / Serano

Intérpretes: Voz: Joaquín Díaz
Productor: Joaquín Díaz
Técnico de sonido: Audiofilm

Reedición:
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Esto era cuando estaban los hombres ocho años en
el servicio y era uno que se llamaba Juan y al volver
a casa, cuando cumplió, le dieron ocho cuartos por
todo el tiempo que había estao allí. Y hablando con
los amigos del pueblo:
¿Pero no te da verüenza, que has echao ocho
años allí, y ocho cuartos que te han dao? Se
han reido de tí.
Ah, pues yo voy a decirle al rey que tiene una cosa
muy mala.
¿Y qué le vas a decir al rey?
Le voy a decir a sus jodíos morros que está hecho
usté un jodío bolo.
Conque ya, entra en Madrid -de militar había estao
en el Pardo pero se perdió porque había mucha
niebla- y le echaron alto unos señores a caballo;
dice:
¿Quién vive?
España.
¿Quién es usted?
Pues yo soy Juan soldao.
¿Y qué anda haciendo usted por aquí?
Dice:
Nada, que he estao ocho años en la mili y quiero ir
a Madrid.
Y ¿a qué va usté a Madrid?
A decirle al rey a sus jodíos morros que está usté
hecho un jodío bolo, porque ná másme ha dao
ocho cuartos y los tontos que tiene allí se lo come
todo.
Conque era el rey y otros generales:
Pues mire usté, estamos perdidos.
Pues ve allí se vé luz.
Y fueron a una cabaña que se veía luz y era una
casa de bandidos y entran y había una cacerola
cociendo a la lumbre.
Pues muy lejos no están. Vamos a cerrar las
puertas.
Cerró las puertas Juan Soldao y abrió un baúl que
había lleno de escopetas, fusiles y trabucos, y fue y
puso en todas las ventanas atadas con un cordel
todas las armas. Y fue y puso la cena en la mesa y
les dijo:
¡Hale, a beber! Aquí tiene vino blanco.
Y le echaba al rey un vaso:
Echate un cubilete gorrilla.
Le decía el rey, que tenía una gorra. Y los otros le
decían adrede:
Bueno, qué; mañana ya no irás a eso...
Y decía él:
Sí; sí. -¿Y cómo vas a entrar?
Anda, ya me las arreglaré.
¿Y qué le vas a decir?
Y venga, otra vez a decírselo. Conque ya sienten
pasos y empieza él -como había estao ocho años de
servicio sabía mucho de esas cosas que dicen los
militares de las órdenes- y empieza:
Mi capitán, mi coronel: ¡Fuego!
Tirando del cordel. Y dice:
Ahora corriendo nos vamos.
Después que les comieron la cena se marcharon. Y
según salen al camino les echaron dos el alto y
dicen:
¿Saben ustedes si hay por aquí alguna venta?
Pues miren ustedes, nos ibamos a parar en esa
pero está llena de gente.
Y dice uno:
Mía si te decía yo.
Deben ser soldados.
Decía el otro. Y ya, llegaron a Madrid:
Y ¿dónde vas a dormir?
Dice:
En cualquier lao.
Y dice el rey:
No, no; ven a dormir a mi casa.
Y le dio una tarjerte pa que
le dejasen entrar en
palacio.
Con esto ya basta para entrar en palacio.
Con esto ya basta para entrar.
Y llega al palacio.
¿Anda va usté?
Que me han dicho que con lo que llevo en el bolso
me basta pa entrar. Y ya enseñó la tarjeta, se lo
dijeron al rey y le dejaron pasar, pero a todos les
explicó lo que le iba a decir al rey. Conque le meten
en una habitación y dice el rey:
Cuando se despierte ese señor me lo dicen:
Al día siguiente se despierta y era una habitación
toda empapelada que no sabía ni por dónde había
entrao. Conque ya entra el rey vestido y le hace
todas las reverencias -como estaba muy educado
de ocho años-. Y dice el rey:
Bueno, ¿qué es lo que se le ofrece a usted?
Pues mire usté, aquí vengo a decirle a sus jodíos
morros que está echo usté un jodío bolo, porque
he estao ocho años de servicio y me han dao ocho
cuartos y he estao trabajando más que nadie. A mí
aunque me ahorquen.
Y entonces dice el rey:
¿Pero es que no te has dao cuenta?
Se quitó la corona y se puso la gorra de por la
noche. Y dice:
Uy, si es gorrilla...
Conque ya, como les había salvao la vida, pues le
perdonó y le dijo que qué quería; que le pidiera lo
que quisiera. Y dijo que pa él no quería nada, pero
que quería que al soldao raso le hiciera capitán y
al capitán soldao raso.