Joaquín Díaz

San Antonio y los pajaritos


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San Antonio y los pajaritos

Canciones y cuentos para niños

Compact Disc
1996 - Tecnosaga

Intérpretes: Guitarra y voz: Joaquín Díaz
Productor: Macario Santamaría
Técnico de sonido: Macario Santamaría

Reedición:
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Divino Antonio precioso, / suplícale al
Dios inmenso
que con su gracia divina, / alumbre mi
entendimiento
para que mi lengua / refiera el milagro
que en el huerto obraste / de edad de
ocho años.
Desde niño fue nacido / con mucho
temor de Dios;
de sus padres estimado / y del mundo
admiración.
Fue caritativo / y perseguidor
de todo enemigo/ con mucho rigor.
Su padre era un caballero / cristiano,
honrado y prudente,
que mantenía su casa / con el sudor de
su frente,
y tenía un huerto / que es donde cogía
cosechas y frutas / que el tiempo traía.
Por la mañana, un domingo, / como
siempre acostumbraba,
se marcha su padre a misa, / cosa que
nunca olvidaba,
y le dice a Antonio / Ven acá, hijo
amado,
escucha, que tengo / que darte un
recado.
Mientras que yo esté en misa / gran
cuidado has de tener;
mira que los pajaritos / todo lo echan a
perder;
entran en el huerto / pican el sembrado,
por eso te encargo / que tengas cuidado.
Cuando se alejó su padre / y a la iglesia
se marchó,
Antonio quedó cuidando / y a los pájaros
llamó:
Venid, pajaritos, / dejad el sembrado,
que mi padre ha dicho / que tenga
cuidado.
Para que yo mejor pueda / cumplir con mi
obligación
voy a cerraros a todos / dentro de esta
habitación
Y a los pajaritos / entrar les mandaba,
y ellos, muy humildes / en el cuarto
entraban.
Por aquellas cercanías / ningún pájaro
quedó,
porque todos acudieron / a lo que Antonio
mandó.
Lleno de alegría / San Antonio estaba,
y los pajaritos / alegres cantaban.
Ya vio venir a su padre, / luego les
mandó callar.
Llegó su padre a la puerta / y le empezó a
preguntar:
¿Qué tal, hijo amado? / ¿qué tal, Antoñito?
¿Has cuidado bien / los pajaritos?
Antonio le contestó: / Padre, no tenga
cuidado,
que, para que no hagan mal / todos los
tengo encerrados.
El padre, que vio / milagro tan grande.
al señor obispo / trato de avisarle.
Acudió el señor obispo / con grande
acompañamiento,
quedando todos confusos / al ver tan
grande portento.
Abrieron ventanas, / puertas a la par,
por ver si las aves / se quieren marchar,
Antonio les dijo a todos: / Señores, nadie
se agravie;
los pájaros no se van / mientras que yo no
les mande.
Se puso a la puerta / y les dice así:
Vaya, pajaritos, / ya podéis salir.
Salgan cigüeñas con orden, / tórtolas,
grullas y garzas,
gavilanes, avutardas / grullas, mochuelas
y grajas;
Salgan las urracas / tórtolas, perdices,
palomas, gorriones / y las codornices.
Salga el cuco y el milano, / burlapastor y
andarríos,
canarios y ruiseñores, / tordos, carazos y
mirlos;
salgan verderones, / y las boadillas,
y las cogujadas / y las golondrinas.
Al instante se salieron; / todos juntitos se
ponen
escuchando a San Antonio / para ver lo
que dispone.
Antonio les dijo: / No entréis en
sembrado,
iros por los montes, / riscos y los prados.
Y al tiempo de alzar el vuelo / cantan con
dulce alegría,
despidiéndose de Antonio, / de toda su
compañía.
El señor Obispo, / al ver tal milagro,
por diversas partes / mando publicarlo.
Árbol de grandiosidades, / fuente de la
caridad,
depósito de bondades, / padre de inmensa
piedad.
Antonio divino, / por tu intercesión,
todos merezcamos / la eterna mansión.