A las puertas de este templo
estamos con alegría
celebrando a San Antonio
en este solemne día.
Oh glorioso San Antonio
por la devoción que os tengo
hoy os vengo a suplicar
y a explicaros lo que siente.
Cuánto trabajan los padres
para criar a sus hijos
y en lo mejor de la edad
se los llevan al servicio.
La guerra está comenzada
en Melilla con afán
lloran las madres al ver
que sus hijos allí van.
Dos años y algunos días
reina en el pueblo tristeza
por la desgracia de estar
muchos mozos en la guerra.
Así que a vos, San Antón
os pedimos con fervor
les conserves la salud
por esta humilde oración.
Adiós Santo de este día
que ya contentos nos vamos
volveremos a la tarde
para rezarte el rosario.
Adiós párroco querido
venerable sacerdote
que lleves las oraciones
a este Santo en nuestro nombre.
Adiós público amoroso
que me escucháis con anhelo
cuando San Antonio guste
nos veamos en el cielo.