Una pastora yo ami
una hija hermoza
de mi chiquez yo la adorí
más que ella no amí.
Un día que estábamos
en la puerta asentados
la dije yo, por ti mi flor
me muero de amor.
En sus brazos me estrechó
y con amor ella me besó
me respondió con dulzor
sos chico para amor;
Me engrandecí y la busquí
otro tomó y la pedrí
se olvidó y me dejó
ma yo siempre la quero.