Rodrigo, que vio las cartas
que el rey Fernando le envía,
cabalgó sobre Babieca,
muchos en su compañía:
todos eran hijosdalgo
los que Rodrigo traía;
armas nuevas traían todos
y de un color se vestían;
amigos son y parientes,
todos los que le seguían.
Trescientos eran aquellos
que con Rodrigo venían.
El Rey salió a recibirlo
porque mucho lo quería,
Díjole el Rey: -Don Rodrigo,
agradézcoos la venida,
que aquesta Jimena Gómez
por marido a vos pedía,
y la muerte de su padre
perdonada os la tenía.
Yo os ruego que lo hagáis,
de ello gran placer tendría:
os he de hacer gran merced,
muchas tierras os daría.
-Pláceme, Rey mi señor,
don Rodrigo respondía,
en esto y en todo aquello
que tu voluntad sería.-
El Rey se lo agradeció;
desposados los había
el Obispo de Palencia,
y el Rey dádole había
a Rodrigo de Vivar
mucho más que antes tenía,
y amole en su corazón,
que todo lo merecía.
Despidiérase del rey,
para Vivar se volvía;
consigo lleva a su esposa,
su madre la recebía.