Danos el agua, Señora,
aunque no lo merezcamos
que si por merecer fuera
ni la tierra en que pisamos.
La Virgen es una espiga
que nunca se desgranó;
ella tuvo a Jesucristo
y ella Virgen se quedó.
Virgen Santa de Luguillas
teneis el pozo en la ermita,
danos el agua, Señora
que el campo lo necesita.
Las puertas se cerrarán
con fuertes clavos de acero;
la Virgen los abrirá
con agua que cae del cielo.
La Virgen tiene dos lazos,
uno blanco y otro azul.
En uno dice María
y en otro dice Jesús.
Por allí viene una nube
toda vestida de blanco:
Es la Virgen de Luguillas
que viene regando el campo.