¡Oh bien Jesús!, yo creo firmemente,
que por mi bien estás en el Altar,
que das tu cuerpo y sangre juntamente,
al alma fiel en celestial manjar,
al alma fiel en celestial manjar.
Indigno soy, confieso avergonzado,
de recibir la Santa Comunión,
Jesús, que ves mi nada y mi pecado,
prepara Tú mi pobre corazón.
¡Oh Buen Pastor! amable y fino amante,
mi corazón se abrasa en santo ardor,
si Te olvidé, hoy juro que constante
he de vivir tan sólo de tu amor.
Dulce maná y celestial comida,
gozo y salud de quien Te come bien,
ven sin tardar, mi Dios, mi luz, mi vida;
desciende a mí, hasta mi pecho ven.
Espero en Ti, piadoso Jesús mío;
oigo tu voz que dice “ven a Mí”,
porque eres fiel, por eso en Ti confío,
todo, Señor, espérolo de Ti.
Pequé, Señor, ingrato Te he ofendido:
infiel Te fui, confieso mi maldad;
contrito ya, perdón, Señor, Te pido,
eres mi Dios, apelo a tu bondad,
eres mi Dios, apelo a tu bondad.