Joaquín Díaz

Perico el de los palotes


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Perico el de los palotes

100 temas infantiles

Vinilo
1985 - Fonomusic

Intérpretes: Voz: Joaquín Díaz
Productor: Joaquín Díaz
Técnico de sonido: Raul Marcos

Reedición: Warner Spain 2015
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Esto era un señor que tenía una hija muy tragona, muy tragona, y un día se la había comido cinco empanadas que había hecho para la cena y se puso a gritar:
-¡Ay!, que mi hija se ha comido cinco empanadas, que mi hija se ha comido cinco empanadas...
Y entra una anciana corriendo:
-Que pasa el rey...
Entonces cuando pasaba la corte del rey por los pueblos, pues toda la gente tenía que salir a verle para aclamarle y todo eso; y entonces ella dice:
-Ay, ¿qué hago yo ahora? Porque la había oído vocear. Y decia el rey:
-Aquí hay una señora que está loca o qué pasa?
Entonces dice:
-No, que va, es que mi hija se ha hilado cinco madejas
-Ah, pues eso es lo que yo necesito, una niña que hile mucho, porque yo tengo muchas madejas para hilar. Mándemela a palacio que tiene que hilarme.
Entonces, la señora toda asustada:
-Ay, qué haré yo, Dios mío; pero si no sabe hilar...
La mujer se marchó a casa, y la niña llorando allí en una habitación que la habían puesto en palacio con un montón de lana para hilar, con muchos vellones. La pobrecita llorando y entró por la ventana un enanito y la dice:
-¿Qué te pasa ¿Por qué lloras?
Se lo contó todo. Y dice:
-Mira, no te preocupes que yo te voy a ayudar a todo. Me llevo la lana y te traigo hiladas cinco madejas tós los días; pero cuando termine de hilarte todo este montón, me darás lo que yo te pida. Dice:
-Bueno, yo te daré lo que tú quieras.
Entonces, todos los días lo hilaba. Lo llevaba al rey y todos tan contentos. Y cuando ya le quedaba muy poco, dice:
-Bueno, ¿qué me vas a pedir?, porque no hemos hablao desto. Dice:
-Pues te voy a pedir que sepas mi nombre y si le sabes no te pediré nada.
Y los últimos días le decía qué sé yo de nombres...
-Te llamas Juan, te llamas Pedro...
No se llamaba de ninguna manera. Entonces llegó una vecina un buen día a hablar con su madre y dice:
-Hija, me ha pasao una cosa más curiosa... Iba por leña al monte, y en el tronco de un árbol sentí que había una rueca. Me acerqué, -dice- claro, él no me vió, y había una enano hilando, -dice- y estaba cantando: "Yo no tengo nombre ni tengo motes, que me llaman Perico de los Palotes". Entonces la madre dice:
-Ay, gracias Dios mío. Es lo que yo quería saber. Se fue corriendo y se lo dijo a la hija. Entonces, cuando llegó el enanito -que ya no le quedaba nada- empezó por otros nombres:
-Te llamas, esto, te llamas lo otro... Dice:
-No, no-no... Ay, el enano daba saltos de alegría.
-Que no, que no me llamo así. Dice:
-Pues te llamas Perico de los Palotes.
Y entonces ¡aaaahhh! se puso todo furioso, todo furioso, se marchó y andando. Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.