Esto era una mariposita que estaba barriendo su tejadito y se encontró un ochavo. Y decía:
-¿En qué me lo gastaré? ¿En qué me lo gastaré? ¿En caramelitos?
No, no que me llamarán golosa. ¿En almendritas? No, no, que me llamarán tragona. En un lacito para el pelo y estaré muy linda y hermosa.
Se compró un lacito, se lo puso en el pelo y estaba muy linda y hermosa y se puso a la puerta para ver si buscaba novio. Entonces vino un perro y la dice:
-Huy, mariposita, qué guapas estás.
-Hago bien, que tú no me lo das.
-¿Te quieres casar conmigo?
-y cuando tengamos hijitos, ¿cómo los vas a llamar?
-Guau, guau.
-No, no, que me los morderás
Entonces pasa un gato y:
-Huy, mariposita, qué guapas estás.
-Hago bien, que tú no me lo das.
-¿Te quieres casar conmigo?
-Y cuando tengamos hijitos, ¿cómo les vas a llamar?
-Miau, miau
-No, no, que me les arruñarás.
Y entonces pasa un ratón, y dice:
-Huy, mariposita, qué guapas estás.
-Hago bien, que tú no me lo das.
-¿Te quieres casar conmigo?
-Y cuando tengamos hijitos, ¿cómo los vas a llamar?
-Iii,iii, iii.
-Ay, sí, sí, que me los arrullarás.
Entonces se casaron, fueron las bodas, la mariposita se vistió de blanco, toda muy guapa, y era sábado. Al día siguiente fue domingo y la mariposita le dejó al ratoncito en la cama y le dijo:
-Yo me voy a misa. No te levantes no te vaya a comer un gato, ni te asomes a la olla no te vayas a caer.
Bueno: ya se marchó a misa y el ratoncito estaba tan a gusto, pero dijo:
-Huy, no se vaya a quemar la olla; voy a ver.
Abrió la tapa de la olla y se cayó. Entonces viene la mariposita de misa, le busca por todas partes:
-Ratoncito Pérez, ¿dónde estás?
Y no aparecía. Y ya:
-Pues bueno; me pondré a comer.
Y cuando fue a abrir la olla se encontró a su Ratoncito Pérez en... claro, pues cocido. Y entonces se puso a llorar a la puerta:
-Ay, porque el ratoncito se ha caido a la olla, y yo, mariposita, le gime y le llora.
Y viene un pajarito, y dice:
-Mariposita, ¿por qué lloras?
-Porque el ratoncito se cayó a la olla y la mariposita le gime y le llora. Y dice:
-Pues yo, como pajarito, me corto el piquito.
Entonces iba volando sin piquito y le vió una palomita. Dice:
-Pajarito, ¿cómo vienes sin piquito?
-Porque el ratoncito se cayó a la olla, la mariposita le gime y le llora, y yo como pajarito me corté el piquito. Dice:
-Y yo, como palomita, me corto la colita.
Y fue volando hasta el palomar. Llegó al palomar y le dice el palo
-Huy, palomita ¿cómo vienes sin colita?
-Porque el ratoncito se cayó a la olla, la mariposita le gime y le llora, el pajarito se cortó el piquito, y yo, como palomita, me corto la colita.
-Pues yo como palomar, me echo a rodar.
Y se echó a rodar, a rodar, a rodar, y llegó donde el río. Y le dice el río:
-Huy palomar, ¿cómo vienes tan rodando?
-Porque el ratoncito se cayó a la olla, la mariposita le gime y le llora, el pajarito se cortó el piquito, la palomita se cortó la colita, y yo, como palomar, me eché a rodar. Dice:
-Pues yo, como río, me seco y no crío.
Y se secó y no crió. Entonces llegan las doncellitas del rey con las cantarillas a por agua al río. Dice:
-Huy, río, ¿cómo no traes agua?
-Porque el ratoncito se cayó a la olla, la mariposita le gime y le llora, el pajarito se cortó el piquito, la palomita se cortó la colita, el palomar se echó a rodar, y yo, como río, me seco y no crío.
-Pues nosotras, como doncel1itas, rompemos nuestras cantarillitas. Clán. Rompen sus cantarillas. Entonces llegan donde el rey sin cantarillas. Y dice el rey:
-Huy doncellitas ¿cómo no traéis cantarillitas?
-Pues porque el ratoncito se cayó a la olla, la mariposita le gime y le llora, el pajarito se cortó el piquito, la palomita se cortó la colita, el palomar se echó a rodar, el río secó y no crió, pues nosotras, como doncellitas rompemos nuestras cantarillitas.
-Pues yo, como rey, me echo a correr.
Se echó a correr, a correr, a correr, y llegó donde un fraile. Y dice el fraile:
-Huy, rey ¿cómo vienes tan corriendo?
-Porque el ratoncito se cayó a la olla, la mariposita le gime y le llora, el pajarito se cortó el piquito, la palomita se cortó la colita, el palomar se echó a rodar, el río secó y no crió, mis doncellitas rompieron sus cantarillitas, pues yo, como rey, me echo a correr. Dice:
-Pues yo, como fraile, me cojo las castañuelas y me voy al baile.