La Católica Isabel, viendo venir vencedor
Al famoso Garcilaso, de aquesta suerte le habló:
- Vengáis por cierto en buen hora, nuevo lucero español,
Pues hoy a los de la fama deja atrás vuestro valor.
Hoy sin duda todo el mundo os está en obligación,
Pues una joya como esa se la libráis de prisión.
Dios, mediante esas palabras, en Virgen madre encarnó,
De suerte que ellas sirvieron de sello a la redención;
Y hoy porque el mundo conozca vuestra nobleza y valor,
Venís a ser paraninfo de la voluntad de Dios.
A Gabriel hacéis ventaja, y es evidente razón,
Pues que sacáis del infierno lo que él del cielo sacó.
Gabriel dice fortaleza, y tanta contempló en vos,
Que ese título os compete, y aún pienso que otro mayor.
El a un manso corderillo su embajada declaró,
Mas vos quitáisla este día de las manos de un león.
Merecéis justo renombre de divino cazador,
Pues que cazasteis el Ave que fue vuestra redención.
Como el águila os contemplo que de hito mira al sol,
Pues que dais a un Ave alcance que para sí escogió Dios.
Con razón os llame el mundo caballero del Toisón,
Pues que lleváis en el pecho la oveja que a Dios parió.
Hoy de la insignia más alta sois comendador mayor,
Pues que lleváis la encomienda que Dios a su madre dio.
Justo será que os dé nombre el mundo de redentor,
Pues le redimís la prenda que dio Dios cuando encarnó.
Hoy en la Vega ha salido de vuestra nobleza el sol,
Y así el renombre de Vega por vuestro tendréis desde hoy.
Sólo esto os doy de mi mano, y os prometo por quien soy
De teneros en mi corte en posesión del mejor.
Esto en efecto es muy poco; pero pagaros lo ha Dios,
Pues la joya que él estima le librasteis de prisión.