Acompaña a tu Dios alma mia
Cual vil asesino llevado ante el juez,
Al autor de la vida contempla
Por ti condenado a muerte cruel.
Dulce Redentor
Para mí era la pena de muerte
Ya lloro mis culpas y os pido perdón.
Madre afligida
De penar no más
Logradnos la gracia
De nunca pecar.