Jesucristo iba de ronda a las doce de la noche
vestido de armilla blanca, pañuelo de mil colores.
Llega a la puerta del alma y el alma no le responde
-Respóndeme alma mía que por ti he de ser hombre
que por ti he de pasar las tinieblas esta noche.
Jesucristo las pasó con una cruz bien pesada;
en medio del monumento tres veces se arrodillaba.
Hacia la mano derecha había una corona hecha
en medio de la corona había un cordero sangrando;
¿dónde caía la sangre? Cae en un cáliz dorado,
el hombre que la bebiere será bienaventurado.
Será en este mundo rey y en el otro coronado.