Joaquín Díaz

Velarde y Valdovinos


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Velarde y Valdovinos

Romances españoles

CD
2002 - Tecnosaga

Intérpretes: Voz y guitarra: Joaquín Díaz
Clarinete y Flauta: Jaime Muñoz
Michel Lacomba: Bajo

Productor: Macario Santamaría
Técnico de sonido: Macario Santamaría

Reedición: Tecnosaga 2002
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Tan alta iba la luna como el sol al mediodía
cuando el buen conde Velarde de sus batallas venía.
Cien caballos trae de rienda, todos los ganó en un día
y los echara a beber a la reguera de Hungría.
Mientras los caballos beben de esta manera decía:
-Si cien gané en una hora ¡cuántos ganara en un día!
Bien lo oyera un tío suyo y uno de ellos le pedía.
-Téngalos todos mi tío, yo ¿para qué los quería?
-Detente un poco, Velarde, no hagas tanta valentía
no hagas lo que Valdovinos, que se fue y que no volvía:
o le cautivaron moros o en Francia tenía amiga;
vete a buscarle, Velarde, ve a buscarle, por tu vida.
-Eso no lo haría yo por cuanto en el mundo había
¿cómo he de ir a buscar a quien tan mal me quería
que me robó anillo de oro y un diamante que tenía
que me iba a buscar a casa y al campo me desafía?
-Vete a buscarle, Velarde, llevarás bendición mía.
-Si llevo bendición suya, yo a buscarle marcharía.
Le busca de valle en valle y de vallina en vallina
y luego lo viera estar a la sombra de una oliva.
-¿Quién te ha herido, Valdovinos, que te ha hecho mortal herida?
-Del moro que a mí me hirió líbrete santa María,
comer comía por ocho, vino por nueve bebía
y el aliento de su boca parecía una nublina.
Asomóse a una collada, la más alta que veía
y allí le fuera a encontrar en casa de la su amiga.
Mientras que holgaba con ella, de esta manera decía:
-He matado a Valdovinos, tras de Velarde corría...
-Mientes, mientes, perro moro, mientes, mientes y es mentira;
en mi tierra había un uso y aquí no sé si lo habría
que el que al otro le dice mientes al campo lo desafía.
Monta el moro en su caballo parece una palomita;
toma el moro la su lanza, viene el aire y la desvía,
tira Velarde la suya, la tiró con gallardía:
Le quitó pecho y espalda y el galardón de la silla.
Le cortara la cabeza, la lleva a casa su amiga.
-Ah, malhayas tú Velarde, y toda tu valentía
que has matado al mejor moro que había en la morería.