Mañanita de San Juan cuando el cielo enarbolaba
iba la Virgen señora a una fuentecita clara
a lavarse los sus pies a lavarse las enaguas
y viendo que terminaba la bendición echó al agua.
La hija del rey que lo oye desde el balcón donde estaba
se quitó el traje de seda y se vistió de serrana.
Se cogió el cántaro de oro y se fue a la fuente clara
y en el medio del camino con la Virgen se encontrara.
-¿Dónde va mi serranita tan prontito de mañana?
-A esa fuente voy señora a por un cántaro de agua.
-Yo lo que vengo a saber si eres soltera o casada.
-Casadita no, por cierto, pero bien enamorada.
-Tres hijos has de tener los tres para una batalla
y una hija has de tener monjita de santa Clara.