Se trata de un tambor en forma de reloj de arena o de cáliz, con un solo parche en la boca superior, que suele ser de piel de cordero o de pescado. Es un instrumento muy extendido en las zonas islámicas de Oriente Medio y del Magreb. Pertenece a una familia de tambores que, con una forma similar, reciben diferentes nombres dependiendo de los países: en Turquía se denomina "dumbelek", en Irán "zarb", en Egipto "tabla" o "dohola" -según su tamaño-, en Marruecos, Argelia y Túnez "derbuka", en Irak existe una variedad de pequeño tamaño llamada "khisba", etc.
Su nombre probablemente proceda del término árabe "darba", que significa golpear, y sus orígenes mas remotos aparecen en las culturas Babilonias y Sumerias, hacía el año 1100 a.C.
El instrumento se fabrica tradicionalmente en cerámica, metal o madera, y los sistemas de fijación y tensión del parche abarcan desde los trenzados de fibra, tripa o tendón, hasta las llaves mecánicas o el simple pegado con cola adhesiva.
Modernamente la darbuka ha experimentado cambios fundamentales en su construcción, habiendo ganado estabilidad en la afinación y precisión en el timbre con la incorporación de materiales sintéticos a su proceso de fabricación.
La ejecución del instrumento se realiza apoyando su costado sobre la pierna del intérprete, aunque las de pequeño tamaño se tocan sobre el hombro, tal y como aparece también en alguna representación medieval. Algunos percusionistas occidentales la colocan con frecuencia entre las piernas, ganando así agilidad en ambas manos.
La darbuka es en la actualidad el instrumento árabe de percusión por excelencia, habiendo alcanzado una enorme popularidad también en músicas ajenas al ámbito árabe.
El ejemplar que aquí se presenta es una hermosa pieza de artesanía realizada e Marruecos.
Pista de Audio:
Intérprete: Luis Delgado
Tema: Música Andalusí. Ritmo del Mizan B'tayhi