Fundación Joaquín Díaz
Museo de la Música, Colección Luis Delgado


Instrumentos Musicales en los Museos de Urueña


Instrumentos Musicales en los Museos de Urueña

Celestina


La caja de la Celestina, así como la de otros instrumentos similares que tienen nombres diversos (Melodía, Symphonian, etc.), es característica y similar a la de un pequeño bureau (36 x 40 x 33,5 cms.). La tapa, que se abre hacia atrás, cubre el mecanismo neumático de un organito en el que 20 notas producidas por lengüetas libres suenan alternativa o conjuntamente al leer un rollo de papel en el que se ha codificado una melodía. Una manivela, situada en el lateral derecho de la caja, acciona un cigüeñal que mueve los fuelles y el rollo al mismo tiempo. La misma manivela, extraida ligeramente hacia fuera, mueve el rollo en dirección contraria para rebobinarlo.

Algunas compañías comerciales dedicaron gran atención, a finales del siglo XIX, a la fabricación de aparatos domésticos capaces de reproducir canciones "marcadas" previamente en rollos cambiables de papel perforado. De esta forma sustituían a los populares órganos de manivela con tubos, demasiado grandes para el ámbito de una casa. La compañía Mechanical Orguinette, de Nueva York, incorporó en 1878 al sistema de pequeños tubos unos rollos de papel que, al ser demasiado rígido, no tardó en ser sustituido por otros de papel más duradero y sin embargo más flexible. De todo ello se aprovechó la empresa Aeolian, que se encargó de comercializar la Celestina, instrumento que se hizo muy popular y cuyas patentes estuvieron incorporando novedades sobre la primera que registró John McTammany, hasta 1891. Sobre la base de ese invento, Edwin Votey patentó en 1896 la Pianola, que movía con rollos de papel y aire los macillos de un piano.

Pista de audio: Grabación realizada con el instrumento original expuesto en la Fundación Joaquín Díaz de Urueña.



Todos los instrumentos