Fundación Joaquín Díaz
Museo de la Música, Colección Luis Delgado


Instrumentos Musicales en los Museos de Urueña


Instrumentos Musicales en los Museos de Urueña

Sgra-Snyan


Se trata de un instrumento procedente del Tíbet. Su cuerpo está excavado en una sola pieza de madera, que incluye una preciosa talla en el clavijero con forma de media luna. También presenta a veces un dragón u otro animal mitológico, y más frecuentemente una cabeza de caballo, a la manera del morin khuur de Mongolia, como es el caso del ejemplar que nos ocupa. El mástil del instrumento se halla hueco en su parte inferior, ayudando así a la resonancia del mismo. El sgra–snyan tiene un pequeño parche de piel en la parte más ancha de la caja, sobre el que apoya un puente de madera que amplifica el sonido de las cuerdas. La púa, también tallada en madera, es de escasas dimensiones, y se suele llevar unida al mencionado puente por medio de un cordón.

Su nombre significa sonido armonioso y quizás ello se deba a que su número de cuerdas llega a ser de seis, organizadas en tres órdenes dobles, lo que no es muy frecuente en este tipo de cordófonos asiáticos. Otros nombres del mismo instrumento son danyen, damyen, danyan, etc., y es habitual encontrarlo también en Nepal. El Budismo Tibetano excluye prácticamente a los cordófonos, por lo que es excepcional la presencia de este instrumento, aunque sea en la tradición de la música seglar.

Con relación al remate zoomorfo del clavijero del sgra–snyan, hay que anotar que la presencia de tallas representando animales es común a muchas culturas y se extiende hacia el pasado. En Occidente tenemos desde las tallas zoomorfas y antropomorfas de los instrumentos representados en la iconografía medieval, hasta las primorosas cabezas que adornan los instrumentos del Barroco y del Romanticismo. En América, las culturas precolombinas representan con frecuencia animales en sus flautas y tambores, y en Oriente son milenarias las representaciones de cabezas de dragón en los instrumentos tanto sagrados como profanos. Todo esto se debe sin duda a una referencia que nos conduce al culto a la naturaleza y a la relación existente entre la moralidad de los hombres y la conducta de determinados animales que simbolizan estas actitudes morales. No han faltado estudios profundos, como los realizados y publicados por Marius Schneider en la primera mitad del siglo XX, que hayan encontrado líneas melódicas en la ordenación simbólica de los animales tallados en pórticos y claustros medievales. El examen atento a la ornamentación de los instrumentos musicales, con frecuencia nos revela que nada ha sido colocado allí de forma gratuita, y que todo responde a un orden inicial, a veces de carácter funcional, o a veces de forma puramente ornamental o simbólica.

Este instrumento se exhibe en el Museo de la Música de Urueña, colección Luis Delgado.



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