Fueron varios los pasos que se siguieron a lo largo del tiempo hasta llegar al instrumento que serviría de embrión a nuestros actuales acordeones. Parafraseando a Gorka Hermosa en su publicación "El Acordeón en el Siglo XIX", "el órgano de Kirsnik-Kratzenstein de 1780 fue el primer instrumento de teclado de lengüeta libre cuyo fuelle era accionado por el brazo izquierdo del intérprete".
Pero vamos a detener nuestra mirada en 1830. A partir de esta fecha varios fabricantes comenzaron a producir comercialmente numerosos instrumentos basados en el sistema de lengüetas libres y fuelles manuales. Entre ellos M. Busson, que hacia 1840 comenzó a fabricar sus primeras "Flutinas". Con anterioridad , en 1831el constructor "Pichenot le Jeune" había realizado algunos prototipos, En aquel momento una "Flutina" presentaba un fuelle con un mecanismo de llaves accionadas por la mano derecha del intérprete, teniendo en la izquierda un par de bajos, generalmente los de tónica y dominante.
En un principio, y durante varios años, el ambiente de la música "culta" recibió con poco agrado la llegada del nuevo ingenio musical. Si acudimos al diccionario de Felipe Pedrell, editado en Barcelona en el año 1894, encontramos una primera referencia en el término "tipotono", que es un pequeño diapasón de viento que aloja una lengüeta en su interior, y que al soplar suele dar la nota "la". De él dice Pedrell que "tomó origen el terrible acordeón". Pero no es ésta la única referencia negativa, pues son varios los autores que lo desprecian. Su carácter alegre y su capacidad para incitar al baile hace que algunos sectores del clero vasco lo denominen "Fuelle del Infierno" (Infernuko Auspoa), tal y como señala Julio Caro Baroja.
El ejemplar que se exhibe salió del taller de M. Busson, en París, probablemente hacia 1860, y puede contemplarse en el Museo de la Música de Urueña - Colección Luis Delgado.
Pista de audio:
Tema: El Carnaval de Venecia (F. Tárrega)
Intérprete: Cuco Pérez al acordeón de teclado.