Fundación Joaquín Díaz
Museo de la Música, Colección Luis Delgado


Instrumentos Musicales en los Museos de Urueña


Instrumentos Musicales en los Museos de Urueña

Bombo


Bastidor cilíndrico de madera o metal con dos parches en sus extremos. Su tamaño oscila según las épocas, pero lo normal está entre 50 y 60 cm de diámetro y unos 25 a 30 de altura. Como en el caso de otros tambores, desde el siglo XVIII las palomillas metálicas vinieron a sustituir a los tirantes de cuerda y cuero. Se golpea, generalmente, en uno de los parches con una maza recubierta de piel, sujetándose el instrumento con una correa y un tahalí de modo que los parches queden verticales al suelo. Algunos combinaban el sonido del parche con el de unos platillos que iban sobre la parte superior del bastidor. Los golpes de acompañamiento suelen coincidir con las partes fuertes del compás.

Una de las primeras representaciones iconográficas de un pequeño bombo se puede admirar en el pórtico de piedra policromada de la Colegiata de Toro (Zamora). En él, uno de los reyes músicos sostiene, verticalmente y frente a sí, un instrumento de doble parche colgado del cuello, mientras golpea las pieles de ambos lados con dos mazas.

El instrumento seguramente llegó tardíamente a la música tradicional a través de la militar, pasando de ésta a las bandas o agrupaciones civiles que tanto proliferaron en España durante el siglo XIX y a comienzos del XX. Pudo tener su primer origen en la música turca militar, interpretada con instrumentos estruendosos entre los que estaban grandes tambores. A partir del siglo XVIII, por moda, muchas bandas militares europeas comenzaron a imitar a las otomanas, convirtiéndose el bombo de este modo en instrumento imprescindible para esas formaciones e incorporándose después a la música sinfónica.

Este instrumento se exhibe en la Fundación Joaquín Díaz de Urueña.



Todos los instrumentos