Fundación Joaquín Díaz
Museo de la Música, Colección Luis Delgado


Instrumentos Musicales en los Museos de Urueña


Instrumentos Musicales en los Museos de Urueña

Ginebra


Es un instrumento formado por una serie de ocho a catorce huesos de cordero, enlazados en sus extremos por un cordel o un alambre, que se cuelgan al cuello o se colocan sobre el pecho, en forma de escalera. Con un palo o una castañuela sujeta con la mano derecha, se va rascando arriba y abajo de esa escalera, produciendo el ritmo deseado. En algunos lugares se hace de madera o de cañas (este último se denomina, en Tierra de Campos, escalinata), pero normalmente se hace de huesos, lo que motiva que en muchas regiones donde se toca se le conozca como huesera o bandurria de huesos (Cataluña).

Aunque pudiera pensarse que este instrumento es una degeneración de un tipo de XIlófono que al cambiar de materiales perdió la posibilidad de obtener notas de diferente altura, parece obvio, sin embargo, que se trata simplemente de un rascador, similar a los que se construían en civilizaciones primitivas haciendo muescas en huesos de grandes animales.

La primera mención conocida de la palabra ginebra la hace el vallisoletano Gabriel del Corral en su obra La Cintia de Aranjuez (1629). Diego de Colmenares en la Historia de Segovia (1636) también describe el instrumento dentro de una procesión cívica, y Vélez de Guevara, en El diablo cojuelo, trae a colación la ginebra mezclada con castrapuercas, cascabeles, cencerros y gaitas zamoranas, pintadas a la puerta de una casa de locos. En Francia, España y Portugal se aplica ese mismo término de ginebra, lo que hace pensar en un origen etimológico común que bien podría ser la palabra francesa genèvre = ruido. En unos villancicos de la catedral de Málaga (1751) se habla de genebras y genebreras, lo que abundaría en esa misma teoría.

Este instrumento se exhibe en la Fundación Joaquín Díaz de Urueña.



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