Fundación Joaquín Díaz
Museo de la Música, Colección Luis Delgado


Instrumentos Musicales en los Museos de Urueña


Instrumentos Musicales en los Museos de Urueña

Esquila


Campana de pequeño tamaño que a veces disponía de un mango, de madera o metal, para ser utilizada. Sobre el vaso aparecen frecuentemente inscripciones relativas al uso o al lugar donde fue fundida o a quien la ordenó fundir (son famosas en ese sentido las fabricadas en Malinas, Bélgica, en el siglo XVI). Tiene un pequeño badajo y una forma muy similar a la de su hermana mayor aunque el material que se utiliza para su construcción no sea necesariamente el bronce.

En la Edad Media la usaban juglares y buhoneros aunque también se utilizaba, con un sentido militar, para dar avisos desde las torres, según aparece en el Poema del Cid: Violo el atalaya e tanxo el esquila. En la Vida de San Millán se narra, casi al final del libro, un milagro o vertut grant e maravillosa que hacían dos campanillas colgadas sobre el altar y que sonaban solas cada vez que sucedía "alguna brava cosa" o moría un personaje o se acercaba algún peligro.

Este tipo de campanas se generalizó con el uso de las de torre o espadaña y tuvo, a lo largo de la historia, varias funciones: Las cofradías solían tener una para que el muñidor avisara al resto de los hermanos de algún acto o bien pidiera por las calles para obtener limosna; algunas cofradías como las de San Antón, el Santísimo o Santiago mandaban fundir pequeñas campanillas con su símbolo para venderlas y obtener así recursos. Otro uso era civil: a los ladrones menores de edad se les paseaba por las calles con una argolla al cuello, de la que colgaba una campanilla, que, con el movimiento del reo, iba avisando y al mismo tiempo avergonzando a su portador para que no volviera a delinquir. También los reos de muerte subían al patíbulo precedidos por el toque de una esquila.

Este instrumento se exhibe en la Fundación Joaquín Díaz de Urueña.



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