Es un tubo de madera a cuyos extremos se insertan dos pabellones de cuerno, uno más grande que el otro; el mayor sirve de amplificador del sonido mientras que el pequeño sirve para albergar una caña en la que se ha practicado una incisión para convertirla en el órgano de sonido como lengüeta simple. En el tubo se hacen varios agujeros (habitualmente, tres arriba y uno abajo) que modifican la altura de la melodía. Algunos tipos de albogue, como la alboka vasca, tienen dos tubos (con cinco y tres agujeros) y abarcan una escala de La a Fa sostenido.
Este instrumento aparece en diferentes culturas y, aunque hay autores y estudiosos que son partidarios de su origen asiático, es probable que, como en tantos otros casos, la aparición y difusión de su uso haya sido prácticamente simultánea en diferentes regiones del planeta. En España existen diversos tipos de albogues documentados (País Vasco, Navarra, Castilla, Madrid, Andalucía) y hay noticias acerca de su uso en otros países como Marruecos, Grecia, India, Gran Bretaña (el pibcorn galés o escocés), Rusia, Finlandia e incluso algunas regiones de América del Sur.
La palabra albogue parece derivar del árabe (su traducción sería "la trompeta"). En algunas piezas se observa un asa bajo las cañas para sujetar mejor el instrumento; ejemplos de ello se pueden ver en la Colegiata de Toro (en un instrumento de un solo tubo) y en las Cantigas de Santa María (con una pieza de dos cañas). En el País Vasco todavía se utiliza ese asa o yugo, denominado uztarri, dándose la circunstancia de que se ha convertido además en la seña de identidad de los fabricantes, ya que cada uno utiliza un dibujo y unos adornos distintos para diferenciarse de los demás.
Este instrumento se exhibe en la Fundación Joaquín Díaz de Urueña.