Los tintinnabula o cacabula eran campanillas de bronce que servían de adorno o de ayuda en algunos rituales religiosos romanos, fuesen realizados en templos o en las propias casas. De hecho, uno de los principales usos de estas campanillas, en particular las que colgaban de un falo de la suerte, era servir –con su sonido y su augurio- de objeto propiciatorio para la salud y la fuerza de la familia a la que daban protección desde la entrada a la casa o a la villa. Esos falos, con patas, con cola y con alas en ocasiones, fueron muy frecuentes en la España romana y aún se siguen encontrando en diferentes excavaciones. Es particularmente famoso un tintinnabulum de Tarragona que tenía una inscripción y que probablemente sería usado en alguna ceremonia. La inscripción rezaba: Cacabulus sacris Augustis, vernaclus nuntius iunior;Seculum bonum s(enatui) p(opulo) q(ue) R(omano) [et populo Romano]; felix Tarraco.
Emil Hübner, el epigrafista alemán que trabajó muchos años en España, estudió el texto y publicó sobre él lo siguiente: “La inscripción de Tarragona nos ofrece una nueva palabra clásica al lado de tintinnabulum, tomada sin duda de la forma del instrumento, semejante al cacabus, la olla ó marmita. El cacabulus (ó cascabel, porque la palabra castellana parece derivada directamente del doble diminutivo cacabellus) sacris Augustis es la campanilla destinada al uso de los sacra Augusta, esto es, del culto, tan floreciente en Tarragona, de los divos Augustos y de los emperadores reinantes. Este culto en las colonias y municipios de las provincias era el centro del culto provincial. Flamines y flaminicae, sacerdotes y sacerdotisas de alto rango, y además numerosos colegios o sodalicios de gente más baja, como los Augustales, eran empleados en este culto; el cual, por supuesto, exigía también empleados subalternos, ministros, como se llamaban, la mayor parte de ellos siervos de los templos, en cuyo servicio se empleaban. Como estos oficios solían trasladarse de padres á hijos, los siervos del templo eran casi todos domésticos, nacidos de familias que desde mucho tiempo vivían del mismo cargo. Esto es la significación de las palabras verna y vernaclus; la forma vernaclus, en lugar de vernaculus, como spectaclum, piaclum, vinclum y otras semejantes se empleaban lo mismo en el latín más antiguo que en el más reciente. El cascabel destinado al culto divino no era propiedad de un individuo, más bien del cargo ó ministerio. El siervo nacido en casa, que debía llamar al culto con el cascabel, tendría el oficio de nuntius senior (sacristán) porque anunciaba los sacrificios mayores; y no faltaría un nuntius iunior (monaguillo), empleado en los sacrificios de menos importancia. Esto es lo nuevo y lo importante que la inscripción de la campanilla Tarraconense nos enseña”.
Este instrumento se exhibe en la Fundación Joaquín Díaz de Urueña.