Si bien este instrumento también se denomina frecuentemente salterio, atendiendo a los registros literarios y musicológicos conservados, parece más adecuado denominarlo Dulcema, tal y como plantea Ramón Andrés en su "Diccionario de Instrumentos Musicales", que recoge una de las primeras menciones literarias en un texto del Arcipreste de Hita (1283-1350). Gramaticalmente es aún más correcto el término Dulcémele, que esta recogido en el Diccionario de la Real Academia.
El instrumento es un cordófono percutido manualmente por macillos, o a veces pulsado con plectros o con los propios dedos, que presenta un elevado número de cuerdas tensadas sobre una caja de forma trapezoidal. Se encuentra en diversas zonas alrededor del mundo, recibiendo diferentes nombres, pero con leves diferencias en su estructura: Santur en India, Hackbrett en Alemania, Yangqin en China, Santuri en Grecia, Hammered Dulcimer en los países anglosajones, Cymbalom en Hungría, etc.
En Europa gozó de una aceptación notable durante el Barroco, y si bien en sus inicios presentaba solamente una escala diatónica, a principios del siglo XVII ya se encuentran ejemplares cromáticos. Sin embargo, y a pesar de la presencia de virtuosos célebres, como el alemán Pantaleón Hebenstreit, pronto su presencia se atenuaría en la música cortesana, desplazado por los cordófonos de tecla en creciente desarrollo. El instrumento pasó a conservándose principalmente en el ámbito de la música tradicional.
El modelo que presentamos procede de mediados del siglo XVIII. Probablemente se ha conservado en algún convento de monjas, a los que era frecuente presentarlo como dote por las novicias. Este ejemplar, que perteneció a la colección de Patrick Jaques, consta de 26 órdenes quíntuples y su decoración indica un uso cortesano.
Pista de audio:
CD: Música con Salterio
Artista: Karl-Heinz Schickhaus
Tema: Fragmento del Allegro de la Sonata en G para Dulcémele y Clave
Autor: Melchor Chiesa
Nº Catálogo: Tudor 736
Edita: Tudor Recording AG Suiza. Teléfono: 01-491 72 50