Revista de Folklore

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Organos portátiles, realejos y positivos

DE LA LAMA, Angel

Publicado en el año 1981 en la Revista de Folklore número 10.

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Puede descargarse el artículo completo en formato PDF desde la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

Revista de Folklore número 10 en formato PDF >


2ª Parte
IV. ORGANOS PORTATILES "DE MESA"
(tamaño intermedio)

El siglo XV fue testigo del enorme avance que experimentó el arte de la construcción de órganos, cuyos protagonistas fueron los Maestros organeros flamencos y también los exportadores de dichos progresos. Las profundas relaciones hispano-flamencas trajeron a nuestro suelo no sólo artistas, sino también organeros.

Todos los indicios llevan a asegurar que los flamencos fueron los primeros en encerrar en una artística caja o arca los tubos que anteriormente estaban al descubierto en los órganos portátiles. El órgano ganó en seguridad, se facilitó su transporte y se consiguió una más eficaz seguridad .del instrumento. ¿Será ésta la causa de que aún se conserven algunos ejemplares, que resultan ser los más antiguos instrumentos supervivientes?

El vocablo europeo de "positivo de Mesa" se aplica aun órgano portátil cinco veces más grande que el de miniatura. Sus características principales son: teclado de la misma forma que el actual, aunque con teclas más cortas, octava corta y una extensión de tres y media a cuatro octavas; la base sonora es la Octava; lleva entre tres y siete registros que sobresalen por los costados; el teclado, el secreto y los dos fuelles están en un mismo plano, y todo el conjunto se deposita sobre una mesa.

Es un órgano pequeño, pero completo en sonoridades y en timbres. Hay preciosos ejemplares en la Colegiata de Osuna, Barcelona, catedrales de Toledo y Salamanca (el llamado órgano de Salinas), El Escorial, e imágenes como la del tapiz gótico de la Seo de Zaragoza y de la Adoración de la Forma de C. Coello, entre otros cuadros y piezas de museo.

El positivo de mesa, que entre nosotros recibe el castizo nombre de "Realexo", admite cinco variantes que suponen cinco versiones: los tubos en forma de flauta de Pan y al descubierto (tapiz, Seo de Zaragoza); los tubos encerrados en artística arca o armario; el "Regal" con un sólo juego de lengüetería de minúsculos cuerpos (biberregal); el "Regal" de cuerpos más grandes y caprichosas figuras; finalmente, el que posee juegos de boca o flautas y también de lengüetería con cuerpos cortos (órgano de Salinas y de Felipe II).

La rápida aclimatación de este instrumento en los siglos XV y XVI chocó pronto con la competencia que le hicieron (sobre todo en ambientes cortesanos) los demás instrumentos de tecla y cuerda; su ocaso comienza con el siglo XVII. Mejor acogida y menor competencia tuvo en los ambientes musicales eclesiásticos. Más tarde hablaremos de su uso y de su música.

V. ORGANOS PORTATILES "DE PIE" Y REALEJOS
(tamaño intermedio)

La denominación europea de "positivo de pie" tiene una doble connotación: se trata de un órgano transportable y que tiene, además, pedestal, pie o soporte propio, formando un cuerpo con el teclado, los fuelles, el secreto y la caja. Recibe el nombre de "procesional" por disponer de andas que, en manos de cuatro hombres, lo llevan en las procesiones dentro y fuera de los templos, prestando un servicio musical. Todas estas características tiene nuestro "Realejo".

Los museos europeos y españoles cuentan con un reducido número de estos instrumentos, casi todos construidos en el siglo XVI y XVII .Siguieron empleándose a lo largo de todo el siglo XVIII, decayendo en el siguiente. Sus cualidades musicales sonoras y tímbricas, hoy justamente apreciadas, han logrado que los maestros organeros actuales vuelvan a construirlos en variadas versiones, con destino al estudio del órgano, acompañamiento de coros y conciertos.

Pasemos ahora revista a las características técnicas de este positivo de pie o realejo. Contrariamente a los modelos portátiles anteriores, tiene pedestal propio, en el que se ocultan generalmente sus dos fuelles de cuña. Su forma general es la de un armario más o menos artísticamente decorado, según los usos. Unas puertecitas o batientes ocultan o dejan ver los tubos del secreto, y por ellas se hacen la afinación y reparaciones. Otra puertecita alargada protege el teclado, que sigue siendo de cuatro octavas con la primera corta. Dispone de registros partidos, cuyas correderas (de tres a siete) salen por los costados del secreto. Es portátil, pero necesita para serlo el esfuerzo de cuatro hombres. De su empleo y de su música hablaremos más tarde.

Nuestro "Realexo o realejo" tiene mayor amplitud que su equivalente europeo "positivo de pie", puesto que también incluye el "positivo de mesa", el "procesional" y el "regal".

Pero pasemos al mundo de los sinónimos de "realexo", tal como nos los descubren los documentos. "Los órganos de mano que llaman realexos" también se apodan "organillo", "organito titulado realejo", "órgano chico", "organillo nuevo para las procesiones del Corpus y su octava"...y son expresiones del siglo XVIII. Es curioso el nombre de "órgano de palos" y "de varas" con que le denominan en un convento salmaticense en pleno siglo XVI, por los varales que atravesaban las argollas de los costados para su transporte. En muchas ocasiones se le llama simplemente "órgano" y "órganos", comenzando en el siglo XVI.

"Realexo" irrumpe en el vocabulario de los organeros españoles sin previo aviso, repentinamente, sin precedentes. La interpretación del hecho reviste varias teorías que sintetizaremos.

Los tratadistas sitúan su origen en el europeo "regal", organito portátil compuesto únicamente de lengüetas batientes y pequeños pabellones o resonadores. Según esto, el realejo sería un organito de sólo un juego de lengüetería, pero no es ésta toda su realidad ni todo el contenido de su concepto.

Otros opinan que el realejo es una versión personal española del regal europeo, añadiendo a los elementos constitutivos de éste algunos juegos de tubos de boca o flautas. De este tipo era el realejo que Felipe II llevó en su séquito en su último viaje a Monzón y que "es pequeño y tiene dos pares de flautas y dos pares de dulzainas y dos o tres mesuricas de caños pequeños".

Finalmente, caso de ser realidad la derivación, la versión española del regal europeo llegó más lejos, porque en España se llama también realejo al órgano pequeño portátil aunque no lleve juego o registro alguno de lengüetería, quizás como sinónimo de pequeño tamaño y facilidad de transporte. Hasta aquí constatamos las teorías, sin pretender dilucidar ni dirimir la cuestión.

El P. Nasarre, tratadista, manifiesta en 1724 que el realejo entra en la categoría de "órgano menor". La composición más frecuente es: Flautado tapado de 4 pies Octava Quincena Lleno. El vallisoletano José Alvarez de Villa añadía una Corneta en la mano derecha, el año 1742. Tafall y Miguel, organero y tratadista, añade en 1872 lengüetería de diapasón estrecho, prestando menos atención a los llenos.

Terminamos el párrafo correspondiente al realejo diciendo que entró en España en el último tercio del siglo XV. Los Reyes Católicos poseyeron ya esta clase de instrumentos y sus hijos compartieron el mismo gusto, especialmente la reina doña Juana que en Tordesillas nos legó el realejo más antiguo existente hoy en Castilla.

VI. EL ORGANO "POSITIVO" y "POSITIVO DE CORO"

Se llama órgano "positivo" al instrumento de reducidas dimensiones por comparación y contraposición con el "gran órgano". Ya no se trata de un órgano portátil o realejo, porque su tamaño es mayor y, además, se asienta y fija definitivamente en determinado lugar de un templo o de un salón.

El órgano "positivo" coexiste y se construye simultáneamente con el organito portátil y con el gran órgano ya desde el siglo XII y, desde entonces, lo mismo que sus compañeros, emprende el largo camino de una evolución que llega hasta nuestros días. Su expansión fue al compás de la polifonía y su desarrollo fue paralelo con ella, siendo compañero inseparable y acompañante obligado de los coros de cantores en catedrales, monasterios y templos. Su evolución y configuración definitiva fue obra de los organeros flamencos en el siglo XV, cuando empezó a tener registros y se yuxtapuso en el gran órgano.

Cuando está unido aun órgano grande y forma un cuerpo con él, nuestra lengua lo expresa con castizas palabras: "Cadereta", si está colocado a espaldas del organista, y "Cadereta interior" si se ha instalado en el interior del gran órgano, en cuyo caso también se dice "órgano bajo", "órgano de ecos", "segundo órgano", "órgano menor". En Europa se le reservan otros nombres con equivalencia fundamental:

"Positif de dos" o de espalda, "Rückpositiv", Brustpositiv"... Pero no es nuestro intento tratar del positivo incorporado al gran órgano u órgano principal, sino del positivo que, desde su origen, existe, actúa y se construye como órgano o instrumento independiente.

El positivo independiente y autónomo no tiene nombre especial en la organería española. Se le llama simplemente "órgano", sobreentendiéndose que es del tipo denominado positivo por su envergadura, por el número de sus juegos y registros que basculan entre 4, 7 y más, completos, como término medio, puesto que no tiene reglas fijas.

Creemos necesario advertir que, excepcionalmente, también recibe el nombre de "realejo": ciertamente ya no es portátil como el realejo, pero entra en su categoría por el reducido número y disposición de sus juegos y registros, por su tamaño también reducido y por su destino (como algunos realejos) a capillas particulares en catedrales, colegiatas y monasterios.

Las características técnicas, ornamentales y de ubicación del "positivo" lo distinguen nítidamente de todos los tipos de órgano que hemos ido estudiando, así como también del gran órgano.

La caja tiene como término medio 3-4 metros de altura, 2 de anchura y 0,80 de profundidad. El pedestal suele ser liso y sobrio y oculta los componentes de la mecánica del teclado y de los registros, la reducción. El cuerpo principal luce en la fachada uno o tres grupos de tubos cantantes dispuestos simétricamente, carece de tubos canónigos o de adorno o mudos; la ornamentación consiste en tallas, cornisas y guirnaldas en las pilastras, con dorados y variada policromía. El remate de la caja presenta forma piramidal y luce más tallas.

La airosa caja con todo su contenido sonoro mantiene una ubicación muy concreta: sobre el mismo piso del coro o en una tribuna especial y siempre por lo general en el lado del Evangelio.

Pasando a lo específicamente musical destacaremos tres planos sonoros: un lleno de Principales con unas 8 hileras, la Corneta Real y una modesta lengüetería horizontal vulgarmente llamada "Trompetería". El conjunto no sobrepasa mucho los siete juegos completos.

El teclado de ventana, generalmente con octava corta, se asoma al interior del órgano, dispone de 45 o más notas y está partido en el segundo Do. Carece de Contras o teclado de pedal. Los juegos están divididos en medios registros y su base sonora suele ser una Octava, reforzada en la zona grave por un Violón o juego tapado de 8 pies.

Los fuelles, en número de dos o tres, están a cierta distancia de la caja (uno o dos metros), casi siempre son de cuña y se ponen en movimiento por medio de palancas. Tras las tapas del secreto suele aparecer la inscripción con el nombre de su constructor, la fecha y otros datos.

Habremos observado que se trata de un órgano pequeño, pero muy completo, con cristalina nitidez en su Lleno y con una diferenciación muy colorista en sus otros planos sonoros. Cada registro tiene una acusada personalidad tímbrica, cantando con fuerza y con dulzura. La técnica del medio registro para bajos y tiples multiplica la capacidad de combinaciones y coloridos musicales. Nuestros organeros castellanos no se han dejado seducir por la acumulación de tubos ni por el gigantismo, sino por la calidad de unos pocos registros claramente diferenciados, hermanando equilibradamente el resultado de la buena música y de la economía.

El órgano positivo se ha aclimatado en España desde el primer momento y se ha desarrollado prodigiosamente por toda nuestra geografía, con la excepción de las Catedrales, Colegiatas y grandes templos.

La razón de este hecho podríamos buscarla en el mismo instrumento y en sus cualidades: su aptitud para llenar templos de buque medio, la asequibilidad de su precio, la variedad de registración que ofrecen sus pocos pero bien diferenciados registros partidos, la posibilidad ornamental de su caja y fachada; pero la razón más fundamental es su aptitud para el servicio litúrgico como acompañante de las voces de los cantores y del pueblo y también como instrumento solista, siempre en íntimo contacto con el presbiterio, el coro y el pueblo.

El amplísimo ,desarrollo de este órgano positivo es una realidad palpable en Castilla y León ,y concretamente en Valladolid. Como homenaje póstumo a sus constructores destacaremos a Isidro Gill que tuvo su taller en Cervillego de la Cruz, a Juan Francisco de Toledo y a la familia Otorel de Palencia, a los vallisoletanos Juan Casado Valdivielso, familia Ballesteros y necesariamente nos vemos obligados a omitir a muchos más.

Notables ejemplares de órgano positivo pueden visitarse en Nueva Villa de las Torres, Brahojos de Medina, Mojados, San Román de Hornija, Zaratán, Alcazarén, Cogeces de Iscar, Mayorga (Sto. Toribio), Cuenca de Campos (S. Bernardino), Piñel de Abajo, Tiedra, Medina del Campo (Colegiata, capilla de las Angustias), Medina de Rioseco (ermita de Castilviejo)...

Todo lo dicho resultaría una pálida imagen comparándolo con una visita y una audición en vivo del órgano positivo de San Boal de Pozaldez, construido en 1779, que conserva su material sonoro original de 202 años y que recientemente ha reencontrado su variedad de registración, su precioso sonido y su variedad de timbres.



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Organos portátiles, realejos y positivos

DE LA LAMA, Angel

Publicado en el año 1981 en la Revista de Folklore número 10.

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