Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz

Si desea contactar con la Revista de Foklore puede hacerlo desde la sección de contacto de la Fundación Joaquín Díaz >

Búsqueda por: autor, título, año o número de revista *
* Es válido cualquier término del nombre/apellido del autor, del título del artículo y del número de revista o año.

Madrid. El eco judío en la Fiesta del Niño (1 de enero) (1)

FRAILE GIL, José Manuel

Publicado en el año 2007 en la Revista de Folklore número 319.

Esta visualización es solo del texto del artículo.
Puede descargarse el artículo completo en formato PDF desde la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

Revista de Folklore número 319 en formato PDF >


La celebración pagana del Año Nuevo, con el ruidoso preámbulo de la Nochevieja, ha venido hoy a eclipsar casi a la antigua festividad judeo–cristiana de la circuncisión del Mesías, que la Iglesia conmemora y celebra el día 1 de enero.

Desde que el varón hebreo abre los ojos al mundo, ocho días naturales han de pasar para que sea circuncidado, imprimiendo así en su cuerpecito la señal de la Alianza que Yahvé firmó con su Pueblo Elegido a través del patriarca Abraham. Jesús nació y vivió como hebreo, y por ello, cumplidos ocho días desde su nacimiento en Belén, acudió en brazos de su Madre al templo de Jerusalén para que el piadoso Simeón pudiera morir tranquilo tras haber circuncidado al Mesías que aguardaba con ahínco. Treinta y tres años después, tras la Resurrección y posterior Ascensión de Jesucristo a los cielos (al Cielo, según los últimos dictámenes del Vaticano), aquel diminuto anillo de carne dejado en la tierra pasó a convertirse en la única reliquia corpórea del Nuevo Maestro Rebbí Yehoshua (Yeshu). Pero el problema surge al comprobar que hasta nosotros han llegado dos largas docenas de prepucios que disputan entre sí la pertenencia al cuerpo del Salvador, que está hoy sentado a la derecha del Padre (2).

El llanto que el Niño–Dios vertiría cuando, sobre las rodillas de su sandaq o padrino, sintió en lo más íntimo de su naturaleza humana la cuchilla de Simeón constituye el primero de los siete dolores que sufrió la Virgen y que cantan las composiciones marianas. En Guadalix de la Sierra entonaban estos versos el día de Viernes Santo al son de un viejo órgano de tubos hoy desaparecido:

Cuando presentáis a Dios,
mucho, Madre, os martiriza
la espada, que al Hijo y Vos,
de Simeón profetiza (3).

Lucas (II, 21-32) relata así aquellos hechos: “Cuando se hubieron cumplido los ocho días para circuncidar al Niño, le dieron el nombre de Jesús, impuesto por el ángel antes de ser concebido en el seno. Así que se cumplieron los días de la purificación conforme a la Ley de Moisés, le llevaron a Jerusalén para presentarle al Señor, según está escrito en la Ley del Señor que «todo varón primogénito sea consagrado al Señor», para ofrecer en sacrificio, según lo prescrito en la Ley del Señor, un par de tórtolas o dos pichones. Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, justo y piadoso, que esperaba la consolación de Israel […]”. En realidad el Evangelista mezcla en este pasaje dos preceptos de la Ley Mosaica referidos ambos al nacimiento de un varón primogénito, como fue el caso de Cristo si atendemos a los Evangelios Canónicos. La primera ordenanza alude al compromiso que los padres tenían para con el Templo al nacerles el primer varón o bojor (Éxodo, XIII, 2 y ss.); y la segunda se refiere a la obligación que tenían las mujeres casadas de purificarse tras del parto (Levítico, XII, 1 y ss.). María fue a purificarse a los cuarenta días justos de haber parido a Cristo, salida que conmemora la Iglesia Católica el día 2 de febrero bajo la advocación de La Candelaria o María de las Candelas; de ahí que un villancico muy cantado en toda la tierra madrileña, y diría yo que en media España, enuncie –confundiendo ingenuamente el ritual judío y la liturgia cristiana–:

Esta noche nace el Niño
y mañana le bautizan,
y el día de las Candelas
sale con su madre a misa.

Fue uso común en casi todos los pueblos madrileños la procesión alrededor de la iglesia el día 2 de febrero. Llevando velas y cirios los fieles acompañaban a la imagen de María con el Niño, al tiempo que vaticinaban pronósticos meteorológicos según se apagaran o no las luces que portaban. En Navalagamella decían:

Si la Candelaria implora
el invierno fora (fuera).

a lo que los más sensatos respondían:

Implore la Candelaria
o deje de implorar,
la mitá del invierno
nos queda por pasar (4).

Largos siglos de antisemitismo latente y militante por parte de la Iglesia Católica hicieron que el verdadero significado de la Fiesta que conmemora la Circuncisión de Cristo pasase a un segundo plano, dando lugar a un sinfín de anécdotas y dislates, verdaderos esperpentos de la ignorancia que esta sociedad tuvo, y aún tiene, al respecto (5). Aún así resulta curioso que en pleno Siglo XVII –el que persiguió con más saña las prácticas criptojudaicas en España– saliese la católica Majestad de Felipe IV a celebrar la efeméride en la Villa y Corte: “El primer día de este año [1642], (Dios nos le deje acabar con bien), fue Su Majestad (que Dios guarde) a la fiesta de la estampa de la Compañía de Jesús, donde en el Colegio Imperial se celebra la Circuncisión del Señor” (6).

Salvo en composiciones que de legua y media huelen a la pluma de algún vate –como la anotada en cierto cuadernillo manuscrito que García Matos ojeó en los años 40 del pasado siglo y pude yo aún sostener en Casarrubuelos –, poca memoria queda en el cancionero tradicional madrileño del auténtico sentido que tuvo la berit miláh (7) hebrea que se aplicó a Cristo. Dice así el texto que cantaban en este pueblo sagreño los casados al compás de un tambor:

“Los muchachos (¿?) esta noche
al toque de su tambor
vienen a cantar coplillas
de Dios, la circuncisión.
[..................................]
Un poco atención exijo
de mi auditorio estimado,
y oiréis la circuncisión
del Verbo Eterno humanado.
[...................................]
En los brazos de María
hecho hombre todo un Dios,
apenas nace va al templo
a hacer la circuncisión.
Allí va porque se cumpla
la profecía, el Gran Dios,
y derramando su sangre
la alianza confirmó.
El sacerdote le toma
a este divino Señor.
Jesús le ponen por nombre,
como el ángel anunció.
Con este acontecimiento
la antigua Ley ha cesado,
y la moderna de gracia
a regir ha comenzado” (8).

Cincuenta años más tarde ya sólo alcancé a grabar el comienzo de esa relación, con ligeras variantes (Muestra 2), que guardaba en la memoria una mujer muy anciana: Esta noche los casados, al toque de su tambor, vienen a cantar coplillas, misterio y circuncisión.

Esta noche los casados,
al toque de su tambor,
vienen a cantar coplillas,
misterio y circuncisión.

Otra composición romanceada que aún cantan en Navalagamella (Muestra 6) la última noche del año va recorriendo en sus versos los principales hitos del Nacimiento, la Epifanía y Circuncisión del Mesías. Aunque muy corrompido ya el vocablo que utiliza, conserva memoria clara de cómo es esa ceremonia donde se impone al niño judío el nombre que ha de acompañarle hasta la meará o tumba: El día uno de enero tratan de circunciriarlo, Jesús le ponen por nombre, que ha sido el más elevado (9).

El día uno de enero
tratan de circunciriarlo,
Jesús le ponen por nombre,
que ha sido el más elevado (9).

Por ser precisamente en Navalagamella donde la Fiesta del Niño ha conservado hasta hoy la complejidad perdida en otros pueblos, conviene recalar un tanto en el ritual que allí se observa la noche de San Silvestre y en la primera mañana del Año Nuevo. Cuatro mayordomos se repartían, en otros tantos bandos, las calles del pueblo y el conjunto de los mozos: cinco para cada uno, en caso de haber veinte jóvenes varones dispuestos al menester aquel año. En primer lugar cantaban todos el romance navideño (muestra 6) en las puertas del alcalde y más tarde frente a la casa el cura, donde se encabezaba la copla con el siguiente exordio: Por ser cabeza mayor y gobernador del pueblo le venimos a cantar al sacerdote el primero.

Por ser cabeza mayor
y gobernador del pueblo
le venimos a cantar
al sacerdote el primero.

Dispersándose luego los cuatro grupos para seguir su canto por todo el caserío. Las gentes daban algunas monedas que, una vez reunidas, servían para sufragar el gasto de la festividad y el organillo, que últimamente se alquilaba en Madrid; pero los más entregaban productos eleborados en la matanza casera y dulces, que los cantores pedían con versos tan sugerentes como estos:

Aguardaros, compañeros,
que en esta casa hay doncella,
nos tiene un bollo que dar
más blanco que la azucena,
masado con aguardiente,
anís, azúcar y almendras.
Cuando nos le salga a dar
aquí, esta (10) noble doncella,
gusto será ver al bollo,
más gusto será verla a ella.

Para alcanzar la dignidad de mayordomo era –mientras duró la obligatoriedad del prestación militar– venir cumplido del servicio. Los danzantes fueron durante mucho tiempo los quintos tallados que próximamente debían abandonar el pueblo camino de la milicia, mientras que hoy asumen ese papel los garzones de catorce o quince años que danzan con el floreo de la dulzaina y el redoble de la caja delante de la Imagen del Niño. Son cuatro muchachos que avanzan danzando con sus castañuelas, haciendo cruces periódicos por las calles del Lugar [Fig. 1] delante de un Niño Jesús que pasea la primera y fría mañana de enero orlado de mandarinas y caprichos de papel [Fig. 2]. Es adorno imprescindible para estas cuatro figuras el sombrero de ala ancha cuajado de rizadas cintas [Fig. 3] que dejan caer sus cabos multicolores por la espalda y que ellos hacen revolotear en las venias que realizan al entrar y salir de la iglesia. Cubren además sus hombros con un mantoncillo multicolor que recuerda la estampa de otros danzantes, que con palos y castañuelas caligrafiaron danzas masculinas en pueblos madrileños no muy distantes como Chapinería o Villamantilla (11).

Difuminado ya su referente bíblico, la Fiesta del Niño se convirtió en una celebración esencialmente masculina, oficiada casi siempre por los solteros o mozos; limitándose, en la mayoría de las localidades madrileñas, su ritual a las peticiones de aguinaldo –harto reglamentadas, eso sí– que realizaban los mozos en la noche–víspera de la fiesta. Llamaban a la dádiva aguinaldo del Niño: aguinaldo por ser propina obtenida en plena etapa navideña, y del Niño por dedicar a su culto buena parte de lo allegado. Por todo ello rezuman rancio arcaísmo estas postulaciones masculinas que son, en el fondo y en la forma, los últimos vestigios de un código en el hacer y de unas fórmulas en el hablar que murieron con la sociedad tradicional.

Fijémonos despacio en la muestra 3 recogida en Cervera de Buitrago. Comienza su enunciado aclarándonos que la obligación de entonar las demandas a repique de tambor recaía en los “hijos de vecino”:

Si no fuera obligación
de los hijos de vecino,
no se viniera a cantar
el aguinaldo del Niño.

Ese tratamiento era el que se daba en el Siglo XVII a los naturales, que no forasteros, del lugar, casi siempre gente de recursos. Sabemos por ejemplo del alumbramiento de una infanta, hija de Felipe IV e Isabel de Borbón, en diciembre de 1623: “A dieciocho se levantó de parida la Reina nuestra señora, hizo un festín en su casa el Marqués de Alcañices y convidó toda la Corte, y el Rey y sus hermanos estuvieron detrás de la celosía. Hízose una comedia con diferentes saraos, bailarines y máscaras, todos de hijos de vecino, los más diestros. Fue fiesta muy entretenida. Después les dio una gran colación y se continuó dos días para que lo viesen las señoras” (12).

Respecto a las coplas que enfila esta petición de Cervera, resulta curioso encontrar la imagen del “águila fiera” que maltrata entre sus afiladas uñas al inocente cordero, como si todo el poder del Olimpo descargara con sadismo su altanería en la figurilla de un cristo manso e inocente, verdadero Agnus Dei. Dicen así las estrofas que ahora comento:

Por lo más alto del cielo
pasaba un águila fiera,
con un cordero en las uñas
que grandes balidos pega.
Vivo le saca los ojos,
vivo le saca la lengua,
y para mayor dolor el corazón le atraviesa.

Esta imagen sanguinaria, ese agredir y mutilar al contrario mientras aún está vivo, es un lugar común en las terribles venganzas que el romancero tradicional reserva para quienes han osado ultrajar los símbolos del cristianismo o el código del honor. En una espléndida versión del Saco de Roma que recogí en Cedillo de la Torre (Segovia), rematada por una tirada de versos de El robo del sacramento, encontramos la misma sentencia:

...........................................

–Desde allí marché a la ermita
donde Cristo está enclavado,
y le harté de puñaladas,
que sangre quedó chorriando.
–¡Vivo te corten los pies,
vivo te corten las manos,
vivo te saquen los ojos,
vivo te anden arrastrando!– (13).

Lope de Vega fue el poeta que manejó con singular destreza estos tropos poéticos que tomó del pueblo, devolviéndoselos a veces corregidos y aumentados. En efecto, el águila que sobrevolaba el cielo velazqueño de Cervera, fue la protagonista de un romance –asonantado en (áo)– que el Fénix debió de escribir en Alba de Tormes cuando anduvo allí desterrado en la Corte ducal en la última década del Siglo XVI. El fragmento romanceado que ahora nos interesa dice así:

Sobre unas tajadas rocas
que al cielo sus hombros prestan,
a quien mira el sol primero
y a quien a la postre ciega,
tan estériles que dellas
ni un árbol solo no cuelga,
cubiertas de ovas peinadas
que arrastraban por la tierra,
en lo más alto de todas
se vía un águila fiera,
con un cordero en las uñas,
balando con voces tiernas.
Para haberle de matar,
por los ojos le comiença,
y cuando ciego le tuvo
al coraçón dio la vuelta (14).
....................................

Mucho me costó recoger el manojito de muestras que a continuación encontrará el lector amable. Sé que fueron bastantes más los pueblos que celebraron la fiesta y que hoy ni siquiera recuerdan el canto de los mozos en demanda de aguinaldo. Sirva como ejemplo de este olvido generalizado el testimonio recogido en Horcajuelo de la Sierra: Dice que salían los mozos pidiendo las Pascuas, con un Niño Jesús; iban a dar las Pascuas, y llevaban el Niño adornado con unos haces de cintas de colores, y la gente les daba; dicen que iban cantando con almireces y eso, pero yo ya no lo he conocido (15).

MUESTRA 1

Recogida en BERZOSA DE LOZOYA. Cantada por Juan Yagüe Martín, de 60 años de edad. Fue grabada el día 16 de junio de 1994 por José Manuel Fraile Gil, Marcos León Fernández, Juan Manuel Calle Ontoso, Ricarda Cantarero Sánchez y Héctor Martínez López (16).

1. Esta noche es San Silvestre,
y los mozos del Lugar
(y) han tenido la costumbre
del aguinaldo cantar.
2. (Y) el aguinaldo del Niño
para nosotros no es,
el día de Jueves Santo
en la iglesia lo veréis.
3. (Y) el aguinaldo del Niño
esta noche le cantamos
y si no nos dan mercedes,
a la mañana tornamos.

4. (Y) al revolver una esquina
me llevó la capa el viento,
¡alabado sea Dios
y el bendito sacramento!

MUESTRA 2

Recogida en CASARRUBUELOS. Cantada por Mercedes Vara Palomeque, de 89 años de edad. Fue grabada en Griñón (Madrid) el día 22 de Diciembre de 2003 por Jose Manuel Fraile Gil, Pablo Martín Jorge y Alberto Rodríguez Rodríguez.

1. Esta noche los casados
al toque de su tambor
vienen a cantar coplillas,
misterio y circuncisión.
........................................
2. Mañana por la mañana
antes de tocar a misa
nos daréis el aguinaldo
para aumento de la rifa.

NOTA: La Nochebuena eran tres fiestas: la primera Nochebuena (24 de diciembre), la segunda Nochebuena (31 de diciembre) y la relación de los Reyes. La primera era la de los solteros, la de los mozos; la segunda, la de los casados. Salían siempre con un tambor y cantando. Por la noche era cuando cantaban y luego por la mañana iban a pedir y decían: –Tenga usté felices días, felices Pascuas, espirituales y temporales. Y llevaban dos canastos, y allí la gente les echaba lo que les parecía: longaniza, chorizo, dulces…, y luego todo eso se subastaba y era para comprar cera. Con esa cera luego adoraban al Niño las tres Nochebuenas, se ponían los hombres en fila, en la iglesia, con la vela en la mano, e iban pasando. Cuando los chicos se hacían ya mozos y empezaban a ir con los solteros, el primer año que iban decían: –A tomar hacha.

MUESTRA 3

Recogida en CERVERA DE BUITRAGO. Cantada por Paulina García García, Gabina Acebedo Martín, Lucía García Nogal, Rosa García Nogal, Basilisa Acebedo Martín, Felisa García Nogal y Asunción Sanz. Fue grabada el día 25 de septiembre de 1994 por José Manuel Fraile Gil, Marcos León Fernández, Juan Manuel Calle Ontoso y Enrique Santarén Jiménez (17).

1. Si no fuera obligación
de los hijos de vecino,
no se viniera a cantar
el aguinaldo del Niño.
2. El aguinaldo del Niño
esta noche le cantamos
y a por las lindas mercedes
(y) a la mañana tornamos.
3. A la mañana tornamos
con la cesta y la navaja,
a pedir el aguinaldo,
¡por dios, no seas escasa!
4. El aguinaldo del Niño
para nosotros no es,
es para Dios y su Madre
y el bendito San José.
5. El bendito San José
y la Virgen de la O.
En el Valle Josafá
nos echen la bendición.
6. Por lo más alto del cielo
pasaba un águila fiera,
con un cordero en las uñas
que grandes balidos pega.
7. Vivo le saca los ojos,
vivo le saca la lengua,
y para mayor dolor
el corazón le atraviesa.
8. Al pasar por tu ventana
me llevó la capa el viento,
¡por siempre sea alabado
el bendito sacramento!

NOTA: Esto era cosa de los hombres, de los mozos. Salían con un tambor, lo principal era el tambor, salían de noche a pedir,
cantaban y se les daba lo que se podía a la mañana siguiente.

MUESTRA 4

Recogida en GANDULLAS. Recitada por María Lobo
Sanz, de 88 años de edad. Fue grabada el día 20 de
agosto de 1995 por José Manuel Fraile Gil, Juan Manuel
Calle Ontoso y Susana Weich-Shahak.

1. El aguinaldo del Santo
para nosotros no es,
es para lucir al Santo
y al bendito San José.

NOTA: Salían los mozos a cantar por la noche y luego salían a pedir con dos cestos la mañana del día Año Nuevo. En uno
echábamos lo del santo y en el otro lo que se daba pa ellos. Y luego lo que se había dao al Santo se subastaba el día Los Reyes.

MUESTRA 5

Recogida en HUMANES. Cantada por Felisa Varela
Caballero, de 67 años de edad. Fue grabada el día 5 de
diciembre de 2000 por José Manuel Fraile Gil, Paz Gómez
Fernández y Marcos León Fernández.

1. El día de San Silvestre,
último día del año,
que venimos a cantar
pa que nos den l’aguinaldo.

MUESTRA 6

Recogida en NAVALAGAMELLA. Cantada por Alejandro Ventura Serrano, de 49 años de edad. Fue grabada el día 7 de mayo de 1994 por José Manuel Fraile Gil, Juan Manuel Calle Ontoso y Marcos León Fernández (18).

Por ser cabeza mayor
y gobernador del pueblo
le venimos a cantar
al sacerdote el primero.
.................................
Para celebrar la Gloria
del Mesías Soberano
2 damos principio a esta noche,
por ser vísperas de año.
Entre cuatro mayordomos
así nobles como honrados,
4 celebramos muy gustosos,
con alegría cantamos,
las penas y sentimientos
que en el camino pasaron
6 la Soberana María
y su dulce Esposo amado.
Para llegar a Belén
cinco días caminaron
8 y por no encontrar posada
se salieron del poblado.
En un humilde aportal
que a nulo estaba arruinado,
10 nació aquel Sol de justicia
de fríos todo temblando.
En sus pechos lo reclinan
por haberlo sustentado.
12 El día uno de enero
tratan de circunciriarlo,
Jesús le ponen por nombre,
que ha sido el más elevado.
14 A los seis días siguientes
tres Santos Reyes llegaron,
que venían del Oriente
por una estrella guiados,
16 mostrando pechos por tierra
humildes se arrodillaron,
ofreciéndoles sus dones,
su bendición alcanzaron,
18 la del Reino de los Cielos
que es la que más deseamos.
******************
Aguardaros, compañeros,
que en esta casa hay doncella,
nos tiene un bollo que dar
más blanco que la azucena,
masado con aguardiente,
anís, azúcar y almendras.
Cuando nos le salga a dar
aquí, esta noble doncella,
gusto será ver al bollo,
más gusto será verla a ella.

MUESTRA 7

Recogida en PAREDES DE BUITRAGO. Recitada por María Sanz Moreno, de 71 años de edad. Fue grabada el día 30 de octubre de 1994 por José Manuel Fraile Gil y Marcos León Fernández.

1. Si no fuera obligación
de los hijos de vecino,
no se vendría a cantar
el aguinaldo del Niño.
2. El aguinaldo del Niño
para nosotros no es,
el día de Jueves Santo
en el altar lo veréis.

MUESTRA 8

Recogida en ROBLEDILLO DE LA JARA. Recitada por Elisa, de unos 70 años de edad. Fue grabada el día 12 de octubre de 1994 por José Manuel Fraile Gil, Marcos León Fernández y Salvador Alonso de Martín.

1. El aguinaldo del Niño
para nosotros no es,
que es para lucir al Niño
y el bendito San José,
Mañana si vas a misa
en el altar lo veréis.
2. Cuatro puertas tié la iglesia,
entrando por la mayor,
haciendo la reverencia
al santísimo Señor;
3. Cuatro puertas tié la iglesia,
entrando por la chiquita,
haciendo la reverencia
a las ánimas benditas.

NOTA: El día de Nochevieja, que es la noche de San Silvestre, pues esa noche hacían una luminaria los mozos. Cada mozo tenía que llevar una carga de leña y las colocaban así, muy colocaítas en un montón. Llamaban al señor cura que le bendecía y luego
la prendían la luminaria, la luminaria de San Silvestre que la llamaban. Y luego los mozos iban pidiendo el aguinaldo por las calles, como de ronda, cantando cantares. Luego al día siguiente, que era el día Año Nuevo, venían recogiéndolo por las casas y con lo que les daban hacían cena, llamaban al señor cura y al ayuntamiento, y hacían cena, y luego baile, claro. Y por la mañana venían también los chicos en pandas y a esos se los daba cosas de chicos: castañas, nueces o chocolate; y esos cantaban:

Danos, danos, danos,
si nos has de dar,
que venemos tarde
y hay mucho que andar.
Danos aguinaldo,
no nos des bellotas,
mira que traemos
las alforjas rotas.

MUESTRA 9.

Recogida en SAN MAMÉS (Ayto. Navarredonda). Cantada por Jesús y Vicente Ramírez García, de 76 y 73 años de edad respectivamente. Fue grabada el día 21 de octubre de 2005 por José Manuel Fraile Gil, Marcos León Fernández y Teresa Domingo Martín.

1. Buenas noches a la una,
buenas noches a las dos,
buenas noches, buenas noches,
buenas noches nos dé dios.
2. El aguinaldo del Niño
venimos cantando en ronda,
para que el Niño no pierda
(y) esta bendita limosna.
3. El aguinaldo del Niño
le venimos a cantar
para que el Niño no pierda
lo que le solían dar.
4. El aguinaldo del Niño
para nosotros no es,
mañana, si vais a misa,
(y) en el altar le veréis.
5. El aguinaldo del Niño
para nosotros no es nada,
que es para lucir al Niño
y a la Virgen Soberana.
6. ¿Qué es aquello que reluce
por cima del campanario?
Ni es estrella, ni es lucero,
que es la Virgen del Rosario.
7. ¿Qué es aquello que reluce
por cima de la campana?
Ni es estrella, ni es lucero,
que es la Virgen Soberana.
8. ¿Qué es aquello que reluce
por cima de la veleta?
Ni es estrella, ni es lucero,
que es la Virgen de Secreta. [sic]
9. Al revolver de esta esquina
me llevó la capa el viento,
para siempre sea alabado
el Santísmo Sacramento.
10. Estas puertas son de pino
y el cerrojo de oro y plata,
aquí vive un caballero
que alumbra a la Virgen Santa;
11. Estas puertas son de pino
y el cerrojo es de latón,
que aquí vive un caballero
que alumbra a nuestro señor.
12. Cuchillito, cuchillito,
bien te veo relucir,
las tajás del lomo y magro
bien te las veo partir;
13. Cuchillito, cuchillito,
bien te veo relumbrar,
las tajás de lomo y magro
bien te las veo cortar.
14. Ya se sube en el banquillo
la mujer del hombre bueno,
ya se sube en el banquillo
para darnos el torreno;
15. ya se sube en el banquillo
la mujer del hombre honrado,
ya se sube en el banquillo
pa darnos el aguinaldo.

16. Perdonarán los señores
por lo poco y mal cantado,
pues soy nuevo en el oficio
y no estoy esaminado.
Me quisiera esaminar
con una niña ‘e quince años,
y aunque tenga dieciséis
por un año no reparo.
Que tenga los ojos negros
y los labios encarnados,
y los dientes de su boca
como piñones mondados.
17. Pajarillo lisonjero,
bajas a beber al río,
te paras en la arboleda
y con ésta me despido.

NOTA: Éramos los hombres los que cantábamos, porque era a la una o las dos de la madrugada del día 1 de enero, y entonces las mozas estaban acostadas. Iba uno tocando el almirez, y el que mejor cantaba iba por delante y los otros contestaban. Se cantaba en tres o cuatro sitios del Lugar: En la solana, en las Cortes de León (en el curato, que decíamos), en la calle del Nuncio, y así... Y luego por la mañana iban dos, cada uno con una cesta, iban recogiendo garbanzos y judías secas en una cesta, y en la otra les echaban chorizo y tocino, que eso era para los mozos, para comer los mozos. A la que se salía de la iglesia, de la misa, se subastaba los garbanzos y las judías, y con aquel dinero comprábamos una vela grande, que llamábamos el velón, era como de a metro y como mi brazo de gordo; aquel se colocaba en la iglesia y se encendía todos los domingos y duraba too el año.

MUESTRA 10

Recogida en VILLAMANTILLA. Cantada por Tomás Núñez Lozano, de 46 años de edad. Fue grabada el
día 11 de junio de 2005 por José Manuel Fraile Gil y Alberto Rodríguez Rodríguez (19).

1. Nuestra Señora del Prado,
patrona de Talavera,
quédese con esta dama,
que ésta es la jota postrera.
2. Señora, dispensará
por lo poco y mal cantado,
que la noche de los Reyes
se desharán los agravios.
3. Después de haberte cantado,
todos juntos te pedimos,
que a la mañana nos des
aguinaldo para el Niño.

MUESTRA 11

Recogida en ZARZALEJO. Cantada por Victoria Manzano Pizarro. Fue grabada el día 4 de junio de 1993 por José Manuel Fraile Gil, José Luis Rodríguez Pérez, Álvaro Fernández Buendía y Marcos León Fernández (20).

1. Madre, a la puerta hay un Niño
más hermoso que el sol bello,
y dice que tiene frío
porque el pobre viene en cueros.
Anda, dile que entre,
se calentará
porque en este mundo
ya no hay caridá
ni nunca la ha habido,
ni nunca la habrá.
2. Entró el Niño y se calienta
y mientras se calentaba,
le pregunta la patrona:
–¿De qué tierra o de qué patria?
–Mi Padre es del Cielo,
mi Madre también,
yo bajé a este mundo
para padecer.
3. –Hasle la cena a este Niño,
para si quiere cenar.
–No quiero cenar,
no quiero cenar,
mi Madre de pena
no podrá cenar
y aunque ganas tenga,
no tendrá que echar.
4. –Hasle la cama a ese Niño
para si quiere dormir,
–No quiero dormir,
no quiero dormir,
mi cama es el suelo
desde que nací,
y mientras yo viva
ha de ser así.
5. A otro día por la mañana
el Niño se levantó
y le dijo a la patrona
que se quedaran con dios.
–Y si alguien viniera
por mi preguntando,
digan que en el Templo
estoy implorando.
6. La Virgen buscaba al Niño
por caminos y veredas
y a todo el que se encontraba
le dice de esta manera:
–¿Quién ha visto al Niño,
al sol de los soles,
al que nos alumbra
con sus resplandores.
Si a mi me dijeran
mi Hijo ánde estaba,
de rodillas fuera
hasta que lo hallara.
7. San José dijo a la Virgen:
–Tú te has ido con tu Hijo,
y a mi me hais dejado sólo,
el corazón me hais partido.
8. Con esto queden con dios
y dencansen en la cama
y darán el aguinaldo
al Niño por la mañana.

NOTA: Esto se cantaba el día de Nochevieja, por la noche, porque el día del Niño es el día uno; y luego por la mañana iban pidiendo por las casas, a las casas en las que habían ido cantando. Iban con las zambombas y todo eso.

____________

NOTAS

(1) El germen de este artículo quizá aparezca en el Vol. II. del Cancionero Tradicional de la Provincia de Madrid. Ciclo Festivo Anual, Ed. Consejería de Cultura y Deportes - Comunidad de Madrid. Col. Biblioteca Básica Madrileña. Madrid, (en prensa, no sé por cuánto tiempo).

(2) Acerca del tráfico de reliquias originado en la Edad Media, y más concretamente sobre el tema que nos atañe, véase la obra de ESLAVA GALÁN, Juan: El fraude de la Sábana Santa y las reliquias de Cristo, Ed. Planeta, S.A., Barcelona, 1997. Cap. II: El Santo Prepucio.

(3) Puede escucharse en el C.D. Madrid Tradicional. Antología. Vol. 14. Guadalix de la Sierra. Ed. SAGA, S. A. (KPD10/2057). Madrid, 2000. Corte 11. Son estos los seis dolores restantes: la huida a Egipto con Jesús y José ante la degollación de los inocentes, la pérdida de Jesús en el Templo, el encuentro con Jesús en la calle de la Amargura, la crucifixión y agonía de Jesús, la lanzada de Longinos y el abrazo al cadáver de Cristo, el entierro de Jesús y la soledad de María.

(4) Recitado por Ascensión Arévalo Casado, de 68 años de edad. Fue grabado el día 2 de septiembre de 1994 por J. M. Fraile Gil y J. M. Calle Ontoso.

(5) De los muchos botones de muestra que podría referir en esta nota, voy a ofrecer un par de ellos al lector que son harto representativos por diferentes motivos. El primero se lo debo a la excepcional memoria de una sefardita llamada Esther Cohen Nahón, de casada Aflalo, nacida en Tánger en 1918: “Cuando nos vinimos a Madrid, tuve una muchacha trabajando en casa, que me la había traído alguien de un convento, a esta niña. Un día me dijo: –Señora, la madre superiora quiere hablar con usted. –Con mucho gusto, ¿cuándo quiere que vaya? –Cuanto antes, que quiere hablar con usted. Bueno, me recibe la madre superiora y empezamos a hablar de la Guerra de los Seis Días [1967], por ahí empezó… Habló muy bien de los judíos, y cuando ya se hartó de echarme galones, se levanta, cierra la puerta, se sienta y me dice así: –Ha llegado el momento. –¿De qué señora? –De que usted me explique lo que es la circuncisión, porque yo no lo sé. –¡Cómo!, ¿usted no sabe lo que es la circuncisión? –No, ¿a quién se lo voy a preguntar?, me da vergüenza del sacerdoe, a los parroquianos… No voy a llamar a un señor, y como me enteré que usted es judía, usted me lo va a explicar. –Con mucho gusto. Cogí un guante y le expliqué: …por aquí cortan… Y ella me preguntó: –Y eso, ¿no perjudica al hombre? Y le contesté: –Señora, yo nací”. (Entrevista realizada en Madrid el día 9 de febrero de 2004, grabada por J. M. Fraile Gil, S. Weich Shahak y D. Caloca Puente). El segundo testimonio me fue dictado por una extraordinaria mujer de firme credo católico, que nada tuvo de beata ni oscurantista. Se llamó María Luisa Fernández de la Cotera y nació en el estío madrileño de 1909. Recordando su infancia me contó un día: “Yo estudié todo el bachillerato con las monjas de Ramales [Ramales de la Victoria – Cantabria]. Eran monjas Mercedarias, y con ellas aprendí mucho. Hacíamos además obras de teatro: La hija del rabino, Fabiola… Hicimos muchas […]. Un día le pregunté a la madre Cervellón: –Madre, en la fiesta de la Circuncisión…, ¿qué se celebra? Entonces la madre, arreglándose los pliegues del hábito, me dijo: –Pues es que… verás, a los niños judíos, cuando nacían, les llevaban al templo y allí el Sacerdote, les daba una palmadita en la espalda; y a Jesús, pues también se la dieron“. (Entrevista realizada en Bilbao durante el verano de 1989). Sin comentarios.

(6) PELLICER, José de: “Avisos”. Col. Temas de España, nº 31. Ed. Taurus, S. A. Madrid, 1965. Edición a cargo de don Enrique Tierno Galván.

(7) La traducción literal de esta locución hebrea sería “pacto de la palabra”, entendiéndose en su más amplio sentido como compromiso del hombre –del niño varón recién nacido– con la Ley Escrita o Torá. La ceremonia se practicaba antaño en la casa familiar, donde la parida y el niño permanecían acostados, acompañados por un grupo de hombres que distraían la espera cantando, y protegidos por filacterias y talismanes, pues tanto ella como el recién nacido podían ser víctimas propicias e indefensas para la ainará o mal de ojo. A la hora de practicar la pequeña operación, el padrino o sandaq se sienta en la silla que llaman del profeta Elías (Kise Eliahu), colocando sobre sus rodillas un mullido cojín en el que hace reposar a la criatura, para facilitar su cometido al mohel. Entre los sefarditas del Norte de Marruecos era costumbre arrojar el pañizuelo esmaltado con la sangre del bebé contra el talamón colgado en el cuarto de la sercusión, al tiempo que las mujeres proferían agudas y sonoras barwalás (prolongados gritos guturales) que ahuyentaban al espíritu del mal.

(8) GARCÍA MATOS, Manuel: Cancionero Popular de la Provincia de Madrid. Vol. I. Ed. C.S.I.C. – Instituto de Musicología. Edición crítica por Marius Schneider y José Romeu Figueras. Barcelona - Madrid, 1951, Nº 34, p. 14.

(9) Por ser muy pocas las referencias al ceremonial judío de la Circuncisión, que aún conservan las relaciones entonadas en nuestros pueblos, traeré a colación uno de los romances navideños que cantan los “Ranchos de Pascua” en San Bartolomé (Isla de Lanzarote. Archipiélago de Las Canarias).En uno de ellos se hace relación del Nacimiento de Cristo, intercalando entre sus hemistiquios el siguiente pareado: Hoy es la circuncisión / del Divino Redentor. Y, como de pasada, se menciona también en el romance la imposición del nombre en la ceremonia: […] en donde fuese judío, / que Jesús se le llamó. Puede escucharse en el C.D. Rancho de Pascua. San Bartolomé de Lanzarote. Ed. Centro de la Cultura Popular Canaria - Cabildo de Tenerife. Ed. Tecno C.D. (CCPC CD 182) 1992. Corte 6. Con una introducción de Maximiano Trapero.

(10) Seguramente corrupción de aquesta, demostrativo que se usaba todavía en tierra madrileña hasta mediados del siglo XIX, y que hoy resulta arcaico y hasta incomprensible para los cantores.

(11) Respecto a la estructura de la fiesta García Matos disiente un tanto de los informes recogidos por nosotros en el pueblo. Véase lo dicho por el profesor en su: Cancionero... Op. Cit. Vol. I. Introducción, p. XII. En el Archivo General de la Administración –fondos de la Sección Femenina– se conserva la ficha que la instructora levantó de esta Celebración, a la que llama «Danza del Rey Niño».

(12) Noticias de Madrid (1621-1627). Ed. de Ángel González Palencia. Sección de Cultura e Información. Artes Gráficas Municipales. Madrid, 1942.

(13) Versión recitada por Andrea de Pablo González, de 90 años de edad. Grabada el día 30 de julio de 1995 por J. M. Fraile Gil, J. M. Calle Ontoso y V. Herrero Heras. El texto íntegro puede consultarse en FRAILE GIL, José Manuel: Conjuros y plegarias de Tradición Oral. Ed. La Compañía Literaria – Centro de Documentación Etnográfica “Joaquín Díaz”. Madrid, 2000, p. 269. Versión. Nº 573.

(14) Transcribo según la versión publicada en el Romancero General (1600). Ed. del C.S.I.C. Madrid, 1947. Tomo I, p. 290. Nº 442. Edición a Cargo de Ángel González Palencia. Para el estudio del romancero lopesco, y en concreto sobre los que el poeta compuso en su destierro salmantino, véase la obra de GOYRI, María: De Lope de Vega y del Romancero. Ed. Librería General. Zaragoza, 1953, especialmente el capítulo titulado “El Duque de Alba en el Romancero de Lope de Vega”, pp. 175 y ss.

(15) Informes dictados por Felisa Sanz González, de 66 años de edad. Grabados el día 9 de abril de 1994 por J. M. Fraile Gil, J. M. Calle Ontoso y M. León Fernández.

(16) Puede escucharse en el C.D. Madrid Tradicional. Antología. Vol. 11. Ed. SAGA, S. A. (WKPD-10/2022). Madrid, 1997. Corte 3.

(17) Puede escucharse en el C.D. Madrid Tradicional. Antología. Vol. 11. Ed. SAGA, S. A. (WKPD-10/2022). Madrid, 1997. Corte 2.

(18) Puede escucharse en el C.D. Madrid Tradicional. Antología. Vol. 9. Ed. SAGA, S. A. (KPD-10.922). Madrid, 1994. Corte 1.

(19) Puede escucharse –con un novedoso acompañamiento instrumental– en el C.D. Música Tradicional de Villamantilla. Ed. del Ayto. de Villamantilla. 2002. Corte 2.

(20) Puede escucharse en el C.D. Madrid Tradicional. Antología. Vol. 8. Ed. SAGA, S. A. (KPD-10.911). Madrid, 1993. Corte 13.



Esta visualización es solo del texto del artículo.
Puede descargarse el artículo completo en formato PDF.

Revista de Folklore número 319 en formato PDF >


Madrid. El eco judío en la Fiesta del Niño (1 de enero) (1)

FRAILE GIL, José Manuel

Publicado en el año 2007 en la Revista de Folklore número 319.

Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz