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ESTUDIO DE UN PAISAJE SONORO RURAL: EL CASO DE URUEÑA (Valladolid)

CARLES, José Luis y PAGAN, Sergio

Publicado en el año 1992 en la Revista de Folklore número 138.

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Grabar sonidos es poner un marco alrededor de ellos. Igual que un fotógrafo enmarca un ambiente visual, el cual puede ser inspeccionado con calma y detalle, así una grabación aisla un ambiente acústico convirtiéndolo en algo repetible que puede ser estudiado.

(R. Murray Schafer. Five Village Soundscapes).

INTRODUCCION

El estudio de paisajes sonoros constituye una disciplina nueva que se basa fundamentalmente en los estudios de campo (situaciones reales) y no en trabajos de laboratorio (situaciones experimentales) como suele ocurrir en los estudios tradicionales de acústica.

En un momento en el que el sentido predominante en nuestra civilización es la vista, sabemos muy poco sobre cuál es la forma en la que otros sentidos, y concretamente el oído contribuyen a nuestra unión con el medio.

Se presenta aquí un análisis en el que se trata de mostrar el comportamiento del sonido en un ambiente típicamente rural, profundizándose en las relaciones entre el hombre, el sonido y el medio y en los efectos del desarrollo tecnológico sobre el paisaje sonoro.

El método utilizado para este trabajo corresponde fundamentalmente a la metodología desarrollada desde hace varios años en el Instituto de Acústica (CSIC) en relación con el estudio de paisajes sonoros y se basa fundamentalmente en:

-La realización de grabaciones,

-La medida de niveles sonoros.

-Estudio de la evolución del sonido escuchado a lo largo del día. Enumeración de sonidos escuchados a lo largo de los períodos de análisis.

-Realización de encuestas de percepción sonora a población escolar.

-Realización de entrevistas a personas mayores en relación con los paisajes sonoros del pasado.

El estudio se realizó en Octubre de 1991.

Al igual que en el mundo animal se dan unas señales sonoras que expresan unas funciones y unos comportamientos determinados, vamos a tratar de mostrar cómo en un ambiente rural se producen unas marcas sonoras que ha ido seleccionando la comunidad con el paso del tiempo y que los habitantes identifican como propias.

El análisis trata de mostrar cómo los ritmos diarios del pueblo, determinados por sus actividades sociales, culturales y económicas, pueden definirse a través de los sonidos, unos que funcionan como señales, otros como fondo sonoro, todos con unos ritmos diarios.

CARÁCTER DEL PUEBLO

Se trata de una villa amurallada con un urbanismo de gran interés, ya que conserva bastante bien su antigua estructura. De carácter fundamentalmente rural, la principal actividad económica de la población es la agricultura (cereal fundamentalmente) y la ganadería ovina.

EL PAISAJE SONORO DE URUEÑA

Este carácter rural queda reflejado en las pautas acústicas que aquí se muestran. Así, la proximidad a la naturaleza queda recogida en el paisaje sonoro escuchado al amanecer en las proximidades de la Iglesia del pueblo, donde un coro matinal de pájaros (estorninos, chovas y gorriones) se reune para cantar en los amaneceres de Otoño.

Hasta las diez de la mañana apenas si se dejan sentir las actividades humanas. A partir de dicha hora algunos vecinos empiezan a cruzarse por la calle donde se producen los primeros saludos del día. Mientras que los coches se escuchan esporádicamente (se contaron 10 a lo largo de la mañana) los sonidos que dominan el ambiente sonoro del pueblo son las voces y los pasos de los habitantes, los cuales aparecen acompañados de sonidos característicos del mundo rural: pájaros, animales domésticos, ganado, gallos al amanecer, tractores, todo ello creando unos ritmos de sonido y silencio, de actividad y reposo.

El máximo de actividad se produce entre las 11 y las 12 del mediodía: paso de vehículos, conversaciones, salida del ganado al campo, salida de tractores...

La señal sonora característica del pueblo estuvo representada siempre por las campanas, que al ser tocadas se erigían en señal sonora, en figura que destacaba sobre el fondo sonoro, Hay dos campanas en la Iglesia. Actualmente, la campana, sonido característico de la comunidad católica, está perdiendo protagonismo ya que sólo se toca los domingos o cuando hay algún acontecimiento destacado en la vida del pueblo (boda, entierro, fiestas...), pero tal como recuerdan los habitantes de más edad del pueblo, las campanas sonaban hasta hace algunos años en diversos momentos del día definiendo de forma muy concreta el espacio acústico (la parroquia) y el tiempo de la comunidad.

Las campanas creaban una unidad marcando momentos del día: toque de oración al amanecer, toque del mediodía para ir a comer, del rosario al atardecer; así como épocas del año, cumpliendo el papel de calendario que anuncia fiestas, nacimientos, defunciones, incendios o cualquier otro acontecimiento social y llegando incluso, tal era el poder y la importancia que se atribuía a este sonido, a existir el toque de "Tente nube" (Contra nublado), todavía recordado por algún campanero de la comarca capaz de "hacer hablar a las campanas" con unos toques que pareciendo decir de forma suplicante "Tente nube tente tú, que más puede Dios que tú" trataban de alejar el peligro de pedrisco que se acercaba con una nube amenazante.

El algunas ocasiones, el sonido de las campanas "sonaba mucho más y daba respeto"; así se expresaban dos habitantes ya mayores del pueblo que coincidían en sus palabras al recordar los sentimientos experimentados cuando, en las noches de ánimas, habiendo terminado tarde las labores del campo, regresaban ya de noche a casa con la sola compañía de las caballerías y el sonido de las campanas de las Iglesias de la comarca redoblaba por campos y valles tocando a difuntos.

Pero todavía, hoy en día, estas campanas de los pueblos vecinos permiten, tal como nos cuenta nuestro informante D. Francisco, conocer los cambios de tiempo:

“Si viene de un lado el aire se siente más el eco: San Cebrián, se sienten poco y cuando se sienten llueve a los dos días de sentirse, Villanueva... frío; La Espina... nieve".

Al margen de la mayor o menor precisión de estos "aires" como predictor climático, este hecho refleja un elemento de gran importancia en el Paisaje sonoro de un lugar y que está relacionado con la penetración en el pueblo de señales sonoras procedentes de áreas más o menos lejanas y que definen su horizonte acústico.

El escuchar estas señales a distancia (pudimos comprobar cómo estos cambios del viento traían no sólo el sonido de las campanas sino también el sonido de la carretera N-VI, situada a unos 5 kilómetros del pueblo) constituye una costumbre antigua muy importante en épocas en las que el hombre, más próximo a la naturaleza, obtenía informaciones a través del oído, de gran importancia para su supervivencia (presencia en las proximidades de alguna amenaza o de alguna posible pieza de caza...), en las que el sistema auditivo sabía estar alerta y percibir con detalle cualquier matiz del ambiente sonoro.

Además, estos sonidos que llegan al pueblo desde lejos le relacionan con su entorno. Por el contrario, en el medio urbano, con niveles sonoros muy elevados, el horizonte acústico es muy reducido, los sonidos lejanos apenas se escuchan ya que no pueden superar el "muro sonoro", a no ser que tengan niveles de intensidad acústica elevados que superen el ruido de fondo.

PERCEPCION DEL PAISAJE SONORO

Junto con las entrevistas a personas mayores del pueblo se realizó una encuesta de percepción sonora a los escolares del pueblo. Los 8 niños que asisten a las clases y que tienen edades comprendidas entre 7 y 10 años nos expresaron los sonidos que más les gustan y los que más les desagrada escuchar en su vida cotidiana.

El análisis de nuestro sencillo cuestionario mostró cómo los sonidos preferidos resultaron ser los sonidos naturales, especialmente los animales siendo el canto de los pájaros el más citado. Paradójicamente, los sonidos rechazados corresponden a animales salvajes (león, tigres o serpientes) obviamente escuchados en la Televisión. La corta edad de los niños puede ser un factor que tenga que ver con este rechazo hacia este tipo de sonidos correspondientes a animales que pueden resultar más amenazantes o inquietantes que los sonidos citados como agradables (pájaros, perros, gatos, grillos...)

Por su parte nuestro informante D. Francisco Pelaz, de 81 años, recordaba así el paisaje sonoro del pasado en el pueblo:

"Las primaveras daba gloria salir al campo. Ahora sales y está todo sordo...Si antes, unos arando, otros segando, otros cogiendo legumbres y cantando... había una alegría en el campo...

Nosotros, que se sembraba legumbres, al romper el día íbamos a cogerlo por la mañana, pero te encontrabas por los caminos con gente pacá y pallá y al amanecer, que ya venía un poco la alegría, pues cantando allí, cantando al otro lao, pues... una alegría...

Después venían las vendimias. Menudo mes de vendimias, unas alegrías por los carros... cantando y... pasaban unos carros pa un lao y otros pa otro y se llamaban, nos llamábamos cosas... Había una alegría grandona. ..se sentían unos cánticos por las eras..."

CONCLUSIONES

Esta visión, o mejor dicho, esta escucha del paisaje sonoro de un pueblo de Castilla constituye una pequeña muestra de un mundo, el de los sonidos al cual debemos "abrir nuestros oídos". En una época en la que predominan las informaciones visuales, debemos recuperar un sentido de gran importancia en el pasado, ya que el medio ambiente sonoro no es un mero subproducto, algo que nos viene dado sin más, sino que, al igual que otros aspectos del medio ambiente, debe ser descrito, estudiado, incluso planificado y diseñado.

En una época como la nuestra, en la que las tecnologías, la urbanización descontrolada, etc. están llevando a una simplificación de nuestros paisajes sonoros, a la desaparición de paisajes sonoros tradicionales, resulta fundamental el conocimiento de nuestro entorno acústico especialmente con enfoques de tipo positivo como el aquí propuesto que lleven a un mejor conocimiento del mismo, de las ventajas de un entorno sonoro saludable, así como a una mejora de las actitudes de escucha de nuestro entorno y que, en definitiva, conduzcan al adecuado diseño y mejora de la calidad del Medio Ambiente sonoro.

Las secuencias sonoras que se grabaron en Urueña fueron:

1.Coro matinal de pájaros (estorninos, gorriones, chovas...) en los alrededores de la Iglesia del pueblo. Gallo a lo lejos.

2.Actividad social por la mañana. Saludos y conversaciones en las calles del pueblo.

3.Actividad económica. Salida del rebaño guiado por el pastor y con la compañía de un gran perro mastín para proteger el rebaño de posibles ataques de los lobos.

4.Campanas. Toque de "Tentenube" (Contranublado), realizado por el campanero Salvador a iniciativa de Joaquín Díaz, director del Centro Etnográfico de Urueña.

5.Conversación con D. Francisco Pelaz en relación con los paisajes sonoros del pasado del pueblo.

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NOTA: José Luis Carles, compositor y licenciado en Ciencias Biológicas (Ecología), trabaja en el Departamento de Acústica Ambiental del Instituto de Acústica (CSIC). Sergio Pagán, músico y experto en el estudio del comportamiento de las aves, trabaja en Radio Z (RNE) donde realiza programas sobre sonidos de animales. El trabajo aquí presentado forma parte de un programa de grabaciones realizado para el CENEAN (ICONA).



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ESTUDIO DE UN PAISAJE SONORO RURAL: EL CASO DE URUEÑA (Valladolid)

CARLES, José Luis y PAGAN, Sergio

Publicado en el año 1992 en la Revista de Folklore número 138.

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