Revista de Folklore

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LA VIRGEN DE LA CASITA DE ALAEJOS Y SU SANTUARIO

URREA, Jesús

Publicado en el año 1984 en la Revista de Folklore número 39 - sumario >

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La Virgen de la Casita no ha sido la única devoción popular que han tenido los vecinos de Alaejos (Valladolid). También Santa Ana contó con una ermita dedicada a su culto que subsistió en el pueblo hasta los días de la guerra de la Independencia (1) y todavía se conserva el Humilladero del Cristo inserto en el recinto del cementerio (2). Pero indiscutiblemente la veneración tributada a la Virgen de la Casita fue la que caló más profundamente, eligiéndola incluso por patrona de la localidad y celebrando su festividad el día 10 de mayo.

Según el P. Juan de Villafañe que escribe en 1726, la devoción se inicia en el año 1490 (3). La Virgen se había aparecido aquel año a Catalina de la Cruz, vecina del lugar, cargada de hijos y con un marido malvado y haragán; la sequía que por entonces padecía la región obligaba a la angustiada mujer a buscar hierbas para venderlas en el mercado; fue durante su trabajo en el campo cuando tuvo la visión que ocasionó inmediatamente el culto religioso. Entre unas retamas, de las que emergía una poderosa luz, apareció la "portentosa figura de una hermosísima Matrona, que no era sino la Madre de Dios" quien pidió a Catalina dijera a los vecinos del pueblo que "en la misma retama donde la aparición se estaba obrando, encontrarían una imagen suya que seria tan grande en portentos como pequeña en estatura" y que deseaba se la edificase allí mismo un santuario. Enterado el vecindario se trasladó al lugar señalado por la mujer y descubrió la escultura prometida por la Virgen, decidiendo ponerla a cubierto de las inclemencias en un pequeño cobertizo o cabaña de troncos y ramas para construir posteriormente un santuario digno.

La aparición fue seguida de abundantes lluvias que reforzaron aún más la idea de la intervención celestial, acrecentada ante la negativa de la imagen a ser trasladada a un edificio más suntuoso, haciendo comprender a los devotos que su voluntad era la de permanecer en el mismo lugar de su aparición, por lo que se determinó edificar allí mismo la ermita O "casita" que era la advocación por la que se comenzaba a conocer a la Virgen.

En la estructura de la ermita tal y como se conserva en la actualidad, se observan rasgos arquitectónicos que permiten comprobar la veracidad de la tradición. En efecto., el muro de cantería que cierra su lado de la epístola, presenta dos ventanas con arcos ligeramente apuntados, mientras que la antigua puerta de acceso, hoy ciega, se resuelve con arquería de medio punto y finos baquetones de perfil gótico en los que se aprecian pequeños capiteles muy desgastados, uno de los cuales ofrece decoración animada, todo ello coincidente con los modelos propios de fines del siglo XV. Además, situada encima de esta antigua portada y cobijada por una moldura a manera de alfiz, existe una inscripción en la que todavía se puede leer en caracteres góticos: "lunes a X días dl mes / maio del ano de VCCCCXC... enora...".

A fines del siglo XVII el santuario sufrió una importante reforma que afectó tanto a su interior como al exterior, en cuyo muro de cerramiento del lado del evangelio se lee, flanqueando un sillar decorado con un medallón sobre el que campea una estrella, la siguiente inscripción: "HIÇOSE ESTA OBRA SIENDo / COMISARIOS EL LDo D. THOMAS / MDEZ l EL LDo LORENZO DE / CASTRO I D. FRANCO / PERLINES ARIAS I / CHRISTOVAL SAN / DONIS 1699" y otra más gastada: " ...GONZALEZ y XP / TOVAL SAN / DONIS I PRO / CURADORES MANUEL DE / ...1699", año en el que se remataría este muro de cantería en el que se abren dos ventanas, con marcos de o rejeras, y una portada ahora cegada (4).

El templo, de considerables proporciones, tiene su interior dividido en tres naves mediante pilares sobre los que voltean arquearais de medio punto que soportan una cubierta de cielo raso en su nave central y bóvedas de cañón en las laterales. Su presbiterio actual se reconstruyó en la primera mitad del siglo XVIII y se cierra con una cúpula ovalada, levantada sobre pechinas y decorada profusamente por yeserías de perfiles muy quebrados y hojarasca abundante, constituyendo un notable interior barroco. Probablemente fue en ese mismo momento cuando se procedió a construir la fachada principal del edificio, enteramente de ladrillo, con dos cuerpos semicilíndricos en sus extremos (5), contrafuertes flanqueando su puerta de ingreso y como remate un frontón truncado sobre el que se alza una sencilla espadaña. Dos óculos y una ventana abierta sobre la puerta son los restantes elementos que integran su alzado.

En el primer tercio del siglo XVIII se tomaría el acuerdo de realizar un retablo nuevo para colocar la imagen de la Virgen titular. Lo acertado de la decisión fue encargar un altar-tabernáculo, reproduciendo con su estructura la idea de cabaña o sencilla "casita". El conjunto en el que se aloja la "Virgen de la Casita" es sin duda una pequeña obra maestra, por lo airoso de su traza y la elegancia de sus elementos decorativos.

Exento y completamente calado en su cuerpo bajo para permitir la cómoda contemplación de la Señora, dispone en su frente cuatro ángeles mancebos de distinto tamaño, sentados sobre mensulones y segmentos de frontón invertido, en atrevidas e inestables actitudes, con sus alas enteramente desplegadas. El cuerpo superior, que oculta la cúpula interior, lo preside una pequeña escultura del Niño Jesús y se remata con una figura alusiva a la Fe. Obra que podemos conceptuar como de gusto rococó, su autor no está lejos de la sensibilidad que protagonizan los arquitectos Joaquín y Alberto Churriguera que como es bien sabido, trabajan en la vecina Nava del Rey, en Valladolid y en Salamanca, ciudad ésta a la que estaba estrechamente vinculada Alaejos.

En el interior de su dorada "casita" y revestida de una sucesión interminable de prendas, se encuentra la escultura de la Virgen, que despojada de los atuendos que disfrazan su figura, ofrece una altura de tan sólo 0,50 m. Se trata de una talla, en madera, que presenta una actitud sedente con el Niño sentado sobre su pierna izquierda y sosteniendo en su mano derecha una manzana. El Niño tiene mutilada la mano derecha que presentaría actitud de bendecir y en su izquierda sujeta la esfera del mundo. El grupo está repintado, sobre todo en sus rostros, pero en los vestidos se aprecia su policromía primitiva aunque con importantes deterioros. Es obra que puede fecharse en la segunda mitad del siglo XIII y aunque muestre todavía supervivencias románicas hay que clasificarla como gótica (6).

En el santuario no se han conservado exvotos que permitan recordar la milagrería de otros tiempos, solamente podemos aportar como prueba de la devoción que inspiró y que sin duda sirvió para contribuir a la difusión de su culto, dos láminas grabadas. La primera abierta en Salamanca por el fraile capuchino Fr. Pedro de Alaejos en 1723, muy interesante no tanto por su calidad como por ofrecer el "rtº de la Milagrosa Ymagn. de Nª Sª de la Casita" tal y como se veneraba en aquel momento, colocada en el interior de un baldaquino similar a una tienda de campaña. La segunda, actualmente expuesta en el Museo parroquial de Santa María de Alaejos y costeada por "un humilde esclavo suio", fue dibujada por Diego de Villanueva, hermano mayor del famoso arquitecto Juan de Villanueva y grabada por Juan Barcelón. La plancha tuvo que ser abierta antes de 1774, año de la muerte del primero, fecha que encaja perfectamente con la simplificación neoclásica operada por Villanueva al despojar al nuevo tabernáculo de todo adorno barroco o convirtiendo a los supervivientes en elementos ortodoxamente clásicos.

Una aparición, una imagen y un santuario.

Un ejemplo perfecto de armónica síntesis entre devoción popular y manifestación artística, hecha posible gracias a la devoción y generosidad de las generaciones que levantaron y mantuvieron vivo uno de los santuarios marianos más interesantes de la provincia de Valladolid (7).

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(1) P. MADOZ: Diccionario Geográfico, tomo I, Madrid, 1846, p. 181. La escultura de Santa Ana se conserva actualmente muy deteriorada en la ermita de la Virgen de la Casita y puede considerarse como obra del siglo XVI. Para el retablo de su ermita, el pintor vallisoletano Francisco Martínez (1574-1626) se comprometió a realizar en 1619 tres lienzos: "que an de ser de las figuras del glorioso San Juachin y Santana a la puerta dorada y en el mismo lienzo para ornato y adorno del en los lejos el mismo santo con su ganado y perros y otros pastores aposentados. ..y otro lienzo...de la ystoria de presentación de Nª Sª en el templo con las quince gradas que subió y los mismos santos con el S. Simeon...y el otro que a de servir para el remate y coronación del dho retablo q. a de ser un dios padre con la magd. de la gloria y angeles...".

Además, en un pilar de la ermita debía pintar al temple "el milagro que por tradición...hizo la dha. Sta. Ana quando quisieron sacar del termº y sitio donde esta para la villa de Madrigal...que a de ser la Santa puesta en un carro y tirando del dos yuntas de bueyes y en la forma que paso el dho. milagro que fue tirando asta reventar los bueyes y un letrero que diga : aunque mas...no me levantes" (cfr. "Archivo Histórico Provincial", Protocolo, nº 13785, fol. 270).

El pintor no cumplió las condiciones del contrato y fue encarcelado en Valladolid (cfr. E. GARCIA CHICO: Pintores, I, Valladolid, 1946, p. 335).

(2) El cementerio municipal se construyó en 1833, cfr. P. MADOZ: ob. cit.

(3) P. JUAN DE VILLAFAÑE: Compendio histórica en que se da noticia de las milagrosas y devotas imágenes de la Reyna de cielos y tierra, María Santísima que se veneran en los más célebres santuarios de Hespaña, Salamanca, año de MDCCXXVI (1726).

Tradiciones posteriores fueron recogidas por B. DIEZ y LOZANO: Historia y noticias del culto a la Virgen en el antiguo reino de León, Oviedo, 1900, reed. 1982 con importante prólogo de J. M. Gómez Tabanera sobre el sentido de las ermitas.

En el presbiterio de la ermita se conserva la tumba de Catalina de la Cruz.

La ermita ha sido inventariada (cfr. J. J. MARTIN GONZALEZ y otros: Inventario artístico de Valladolid y su provincia, Valladolid, 1970, p. 71) y catalogada (cfr. E. GARCIA CHICO y A. BUSTAMANTE GARCIA: Catálogo monumental de Nava del Rey, Valladolid, 1972, p. 117).

(4) A. H. P. de Valladolid, Protocolo nº 13841, fol. 242 : obligación para. la ermita. de Nuestra Señora de la Casita.

(5) El mismo tipo de remates angulares aparecen también en la. iglesia de San Nicolás, de Pollos (Valladolid), obra realizada. en 1751 por el maestro Manuel Diez del Puerto, vecino de Nava del Rey, y seguramente tienen su fuente de inspiración en los contrafuertes cilíndricos del testero de la. iglesia de Santa María de Alaejos.

Este arquitecto trabajaba en 1741 en la obra de las yeserías de la sacristía de la citada parroquia de Alaejos.

(6) la. escultura de la Virgen se había considerado como imagen de vestir y obra del siglo XVIII.

(7) Queremos hacer constar nuestro agradecimiento a don José Guerra, cura párroco de Alaejos, a la doctora doña Julia Ara Gil, a don Jonás de Castro y a don José María Pérez Chinarro por su desinteresada colaboración. El plano ha sido dibujado por don Pedro Nieto Mongil.



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LA VIRGEN DE LA CASITA DE ALAEJOS Y SU SANTUARIO

URREA, Jesús

Publicado en el año 1984 en la Revista de Folklore número 39.

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