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MOTIVOS LEGENDARIOS EN LA PROVINCIA DE LEÓN. ANTIGUA PELEA MITICA ENTRE EL SOL Y LA LUNA

PUERTO, José Luis

Publicado en el año 2005 en la Revista de Folklore número 292 - sumario >

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En torno a las leyendas existen muchos equívocos.Uno de ellos consiste en creer que todas tienen desarrollo argumental o narrativo, cuando no es así. No pocas se reducen a simples creencias, o a un mero enunciado; son las leyendas embrionarias, de que hablaba Vicente García de Diego.

Otro de los equívocos consiste en confundir las que proceden de tradición libresca (y en León hay bastantes) y las que se hallan vivas en la tradición oral. Son leyendas de distintos tipos y nada tienen que ver las unas con las otras. Las primeras están muertas, nos llegan por vía erudita. Las segundas podemos aún, por fortuna, recogerlas en nuestros pueblos, de labios de nuestros campesinos.

Y un tercer procedimiento viciado, que se ha cultivado en demasía y que se sigue, por desgracia, cultivando aún, consiste en embellecer (argumental y estilísticamente) las leyendas que en la tradición oral son más escuetas o más simples, así como en añadirles elementos ajenos a ellas. Y todo esto se ha hecho, y se sigue haciendo, no pocas veces.

Nosotros vamos a ir mostrando motivos legendarios, vivos en la tradición oral de la provincia de León, comenzando por leyendas relativas al cielo, que podrían ser calificadas como leyendas cosmogónicas y meteorológicas. Abundan más de lo que pudiera parecer y apenas han sido recogidas.

UN COSMOS ANIMADO

Comenzaremos por exponer –prescindiendo en este caso de referencias bibliográficas– un motivo legendario, vivo entre los campesinos, en determinadas áreas de la provincia de León. Consiste en el relato escueto de una antigua pelea mítica que sostuvieron el Sol y la Luna.

La invención de tal pelea es la explicación legendaria que da el pueblo para explicar por qué tienen manchas tanto la Luna como el Sol y por qué a este último se le ven como “agujas”, según la percepción popular. Tales “agujas” no serían más que un acercamiento al ámbito humano de los rayos solares.

Dentro de lo que es la animación y personificación del universo –un rasgo característico de la mentalidad tradicional del campesinado–, se encuadra la atribución, tanto al Sol como a la Luna, de caracteres y de rasgos animados. Para los pueblos primitivos, el cosmos está animado, está dotado de vida: el Sol, la Luna, las nubes, el arco iris, la tormenta…; todos estos elementos pueden ser favorables o desfavorables, propicios o adversos, de ahí que haya que tenerlos en cuenta, para beneficiarse de ellos o para protegerse, cuando son un peligro.

UNA ANTIGUA PELEA MÍTICA ENTRE EL SOL Y LA LUNA

En la percepción popular, para explicar por qué el Sol y la Luna nunca coinciden, ya que el primero es el astro del día, mientras que la segunda lo es de la noche, se habla de una antigua pelea entre ambos, que expresa, por ejemplo, una copla recogida en Villacidayo:

ETNO–TEXTO

1 La Luna y el Sol riñeron,
perdieron las amistades;
el Sol sale por la mañana
y la Luna, por la tarde.

Pero esta antigua y mítica pelea entre los astros del día y de la noche también la recoge un interesantísimo motivo legendario, conocido sobre todo en determinadas áreas del oeste de la provincia, como son las de Ancares, El Bierzo y La Cabrera.

En el origen, el Sol y la Luna fueron muy amigos. Pero después se enemistaron y tuvieron una pelea mutua, una pelea mítica, que las leyendas leonesas nos describen así:

– La Luna le arrojó al Sol un puñado de cernada (ceniza), porque le tenía envidia, ya que alumbraba más que ella. Es lo que se dice en la localidad berciana de Acebo (ayuntamiento de Molinaseca). Y así se explica que el Sol tenga manchas.

ETNO–TEXTO 2

[¿Por qué el sol tiene manchas?] Porque la luna le echó ceniza, porque tenía envidia, porque alumbraba más que ella.

Dicen que un día la luna, al sol, le echó un puñao de cernada –¿ónde la cogió?, es que no sé ónde la cogió–, porque le tenía envidia, porque alumbraba el sol más que ella.

(Acebo. Josefa Puente Simón, 65 años. 8 de mayo de 2004).

– Tanto en Ancares como en La Cabrera, se dice que el Sol le arrojó a la Luna un puñado de ceniza, de ahí sus manchas; mientras que, como respuesta, la Luna le lanzó al Sol un puñado de agujas, de ahí que se perciban cuando se le mira (en realidad, serían los rayos). Este motivo lo hemos recogido, por ejemplo, en la localidad cabreiresa de Ambasaguas y en la ancareña de Balouta.

ETNO–TEXTO 3

Que eso que era un puñao de ceniza que le había echau el sol a la luna. Y la luna que le había echau aújas al sol. Eso se decía, los viejos. Es lo que decían.

(Ambasaguas. Secundino Villarpriego Carrera, 83 años. 5 de septiembre de 2004).

ETNO–TEXTO 4

Bueno, pues sí que dicen que tenía unas figuras, sí, que tuvieran…, ¡pero eso son cuentos! Que le tirara, el sol que le tirara a la luna un puñao de tierra. Y luego la luna que le tirara al sol unas aújas, que por eso ahora, cuando se ve, se hacen unas aújas. ¡Ésas son historias!

El sol le tiró tierra a la luna y le ha dicho a la luna:

– Retírate, bandolera.

Y la luna le contestó, dice:

– Vale más rondar de noche, que no de día y quemar.

(Balouta. Manuel Álvarez Fernández, 81 años. 5 de octubre de 2004).

Este mismo motivo se conoce parcialmente en localidades de El Bierzo (Compludo…) y de La Cabrera (La Baña…), cuando se indica que el Sol le arrojó ceniza a la Luna, formándole manchas en parte de su superficie visible.

ETNO–TEXTO 5

Pues, mire, lo del sol dicen que si le tiró un puñao de ceniza a la luna. Y es la mancha que lleva la luna, cuando eso. ¿Ve que, cuando se ve de noche tiene aquel, el cerco redondo, pero en el centro siempre lleva una pequeña nube? Y dicen que si fue el sol que le tiró un puñao de ceniza.

(Compludo. Francisco Castaño Brañuelas, 66 años. 15 de septiembre de 2004).

ETNO–TEXTO 6

Contaban algunos viejos –malamente, que no tenían ni idea– que la luna cuando se ponía oscura, que era porque le habían echao un puñao de ceniza. [¿Quién le había echado el puñado de ceniza?] Bueno, otros, otro astro, el sol.

(La Baña. José Martínez Bayo, 69 años. 5 de septiembre de 2004).

– En la localidad de Pereda de Ancares, se nos indica una variación con respecto a este motivo legendario del que tratamos. Las manchas que se perciben en la superficie solar se explican del siguiente modo: El Diablo, por hacerle daño, le lanzó al Sol el borrallo (borrajo, rescoldo) de la lumbre, de ahí que le dejara tal huella.

ETNO–TEXTO 7

Dice que si le habían echau como ahora, le llamamos nosotrus, el borrallo de la lumbri, ¿no?, que el Diablo le había echau el borrallu. [¿Por qué?] Bueno, por hacer daño.

(Pereda de Ancares. Antonio Rodríguez Fernández, 83 años. 25 de octubre de 2003)

EL SOL CALIENTA MENOS QUE ANTES

Y pasaríamos así a una nueva percepción popular, que constituye otro motivo legendario, relacionado con la degradación de los tiempos (de una primordial edad de oro, se pasaría a una siguiente de plata, para terminar en la degradación de la de bronce): el Sol calienta menos que antes, puesto que se ha hecho más viejo, ha envejecido, se encuentra en su ancianidad. De nuevo, estamos ante la animación del cosmos, a través de una analogía que se ha establecido entre el astro solar y el ser humano.

El señor Emiliano, de Valsemana, nos lo expresa así, en un delicioso etno–texto:

ETNO–TEXTO 8

El sol dicen que calienta menos. No sé si es cierto o si no. Que calienta menos que calentaba. Yo se lo he oído decir que el sol que calienta menos que calentaba, que ha perdido calorías. Pero yo, por lo que es, no lo puedo saber. No sé si se acabará también, si no.

(Valsemana. Emiliano García Fernández, 78 años. 10 de marzo de 2002)

Y este motivo se halla extendido en distintas zonas de la provincia de León. Lo hemos podido documentar, por ejemplo, en localidades tan distintas y tan distantes, como Maraña, en los Picos de Europa; Bercianos del Real Camino, en la comarca de Sahagún; la Velilla de Valdoré, en la alta ribera del Esla; Valsemana, en la del Bernesga; o Santiago Millas, en plena Maragatería.

ETNO–TEXTO 9

Nos calienta menos ya. Que nos calienta menos que nos calentaba. [¿Por qué?] Ah, no lo sé, porque están arriba en la luna haciendo algo. O por allí arriba.

(Maraña. Salomé Ordóñez Ordóñez, 66 años. 14 de septiembre de 2002)

ETNO–TEXTO 10

Bueno, sí, eso, dice:

– Esto ya no es lo que era antes.

Como la lluvia, igual. Dice:

– Antes aquí se tiraba –dice.

Ahora el otro día estuvo lloviendo dos días. Y resulta que todos nos subíamos las manos a la cabeza:

– Madre mía, yo no sé qué va a ser esto.

Y, claro, porque decía la gente, dice:

– Pero, bueno, entonces aquí, cuando estábamos en el mes de enero, y estaba todo el mes lloviendo.

Y estábamos tan tranquilos, con las madreñas, aquí madreñas pa arriba, madreñas pa abajo. Y ahora llueve dos días y nos creemos que…

(Bercianos del Real Camino. Olegario Pastrana Mencía, 63 años. 6 de octubre de 2002)

ETNO–TEXTO 11

Pues sería una premonición o yo qué sé qué sería. Como la del sol, que si el sol pierde fuerza, que se apaga, paulatinamente.

(La Velilla de Valdoré. Orencio Recio Díez, 71 años. 3 de agosto de 2003)

ETNO–TEXTO 12

Menus. Y menus verano. [¿Por qué?] Ah, pues no lo sé; pues será la atmósfera que nos mandan pa arriba.

(Santiago Millas. Catalina Casas Turienzo, 78 años. 15 de mayo de 2004)

Tendríamos, así, un relato legendario, en la tradición campesina leonesa viva, que partiría de un tiempo primordial en el que el Sol y la Luna mantendrían una firme amistad, para pasar a un tiempo posterior en el que el primero le arrojó ceniza a la segunda, para tratar de oscurecerla, respondiéndole el astro lunar con un puñado de agujas, ¿para deshincharlo?, o de ceniza, también para que perdiera su luz. Una luz que el Sol ha ido perdiendo, pues ha ido envejeciendo con los siglos.

Perspectivas míticas, vivas en el imaginario tradicional colectivo del campesinado leonés, que nos hablan de un cosmos poblado y habitado por astros y fenómenos con vida y, por tanto, con pasiones; astros y fenómenos que se aplacan o se enfurecen y a los que, por ello, el ser humano –con respeto y temor– ha prestado atención durante tantos siglos.



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PUERTO, José Luis

Publicado en el año 2005 en la Revista de Folklore número 292.

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