Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz

Si desea contactar con la Revista de Foklore puede hacerlo desde la sección de contacto de la Fundación Joaquín Díaz >

Búsqueda por: autor, título, año o número de revista *
* Es válido cualquier término del nombre/apellido del autor, del título del artículo y del número de revista o año.

MAS REFERENCIAS ETNOGRÁFICAS EN TEXTOS MEDIEVALES: EL CAPÍTULO 43 DE LOS CASUS SANCTI GALLI

MARTINEZ ANGEL, Lorenzo

Publicado en el año 2002 en la Revista de Folklore número 257 - sumario >

Esta visualización es solo del texto del artículo.
Puede leer el artículo completo descargando la revista en formato PDF

"...la ley de Cristo ha barrido la ley de los Dioses falsos y mentirosos"

Umberto Eco, Baudolino(1).

En el estudio de la etnohistoria tiene un lugar destacado el análisis de los orígenes y desarrollo de las creencias populares, para cuyo conocimiento, como es obvio, son de interés las noticias escritas de diversas épocas. Habiendo publicado anteriormente en esta misma revista un artículo titulado Sobre referencias etnográficas en textos medievales( 2), en el que recogemos y comentamos noticias de interés sobre costumbres y creencias que se mantienen en la cultura popular, seguimos trabajando en este campo, fijándonos ahora en un pasaje de los Casus Sancti Galli, concretamente el capítulo 43.

La parte que nos ocupa de esta crónica, dentro de la cual se encuentra el paraje en cuestión, del monasterio suizo de San Galo, una de las más interesantes de la Edad Media, fue escrita por Ekkardo IV a mediados del siglo XI(3), es una de las más interesantes de la Edad Media, y muestra la vida, especialmente desde el punto de vista cultural, de una de las abadías más importantes de Europa (4).

El episodio que nos interesa, recogido en el capítulo 43, se fija en un monje rebelde e inquieto, de origen aristocrático, llamado Wolo. Un día, al amanecer, se apareció un diablo a otro monje, Notker, apodado “Balbulus” (tartamudo), maestro del monasterio y famoso en la Historia de la Música, y le dijo:

“Mala noche voy a hacer para ti y tus compañeros. Mala ave suele mostrar mala noticia.” Al oir esto, Wolo se mostró incrédulo, respondiendo: “Los ancianos siempre sueñan cosas vanas.” Pero el caso es que ese día murió por un accidente que, según creían los monjes fue promovido por Satanás. Esto sucedió en el año 876.

El texto es interesante porque, además de hacer mención de un augurio, lo hace asociándolo al diablo. Esto es normal teniendo en cuenta que el cristianismo identificó toda práctica de otras religiones (lo que se suele denominar de modo general como paganismo) al culto del diablo.

¿Por qué en este pasaje se hace referencia a los augurios? En el marco del pensamiento cristiano de los monjes, la culpa del luctuoso suceso relatado se atribuye a Satanás, y en el discurso del diablo aparecido a Notker éste hace referencia a lo que el cristianismo de la época asocia con él, como los augurios paganos, lo cual es lógico en la mentalidad de ese momento.

Hay que tener en cuenta que el paganismo debería seguir presente en el siglo IX al que hace referencia el texto, e incluso en el siglo XI en el que se escribe, bien en sentido estricto, bien habiéndose convertido las creencias religiosas precristianas en prácticas populares. Recordemos al respecto que los comienzos del monasterio, a comienzos del siglo VII, se deben a monjes que estaban predicando el Evangelio entre poblaciones paganas (5), y que la cristianización de pueblos germánicos, como los sajones, se había realizado por la fuerza a finales del siglo VIII por iniciativa de Carlomagno (6). Es decir, que en el siglo IX los monjes, únicos lectores de los Casus Sancti GalIi, conocerían la práctica del paganismo, al menos en los años de su infancia anteriores a su entrada en la escuela monacal. Incluso, entre los servidores laicos del monasterio, ¿se mantendrían algunas prácticas precristianas?

Es más, el texto dice que Wolo no tenía vocación por la estabilidad en la abadía propia de la vida monacal, y de hecho una de las causas de que subiese a la altura de la que cayó (y que, como veremos, fue causa de su muerte) fue ver los montes y los espacios libres más allá de los límites del cenobio; además de ser muestra de su espíritu inquieto: ¿no será esto indicio no ya sólo de una permanencia forzada en San Galo, sino de una religiosidad precristiana, tan impregnada de naturalismo?

Otra cuestión que hemos de considerar es la razón por la cual se da por acertado el augurio. En nuestro artículo citado anteriormente ya analizamos cómo aparecen referencias a augurios en el Cantar de mío Cid y en la Historia Compostelana ( 7). Y también vimos cómo el culto Diego Gelmírez los despreciaba como algo vano, lo cual enlaza plenamente con el pensamiento cristiano oficial, y también, por cierto, con el del monje Wolo. ¿Acaso sostiene Notker una opinión contraria a la Iglesia? No. Lo que sucede es que el luctuoso final de los acontecimientos constituye la prueba de que la visión fue verdadera.

Además, esto hay que enmarcado en el contexto de la personalidad de Notker, ya que la crónica recoge noticias de varias visiones demoníacas que tuvo. Y al comentar su personalidad en la crónica que nos ocupa, se dice que “se solía oponer audazmente a los demonios”(8) y que era “espiritualmente fuerte”(9) contra ellos.

Para nuestra mentalidad actual esto es difícil de comprender y aceptar, y buscaríamos una explicación. Quizá para algunos la falta de sueño o la debilidad en la alimentación pudiesen ser la causa de estas visiones, pues de igual manera que se indican las características anteriores de Notker, también se añade que era “tierno y delicado” en cuestiones relativas al cuerpo como los ayunos y las vigilias ( 10).

Sean debidas estas apariciones a su sensible espiritualidad, o a un debilitamiento provocado por sus ejercicios ascéticos, lo cierto es que el pasaje que analizamos es muestra de la mentalidad de la época y su mensaje está inserto en el codigo lingüístico y referencial de una época y unas circunstancias concretas, lo que provocaría que cualquiere que leyese el texto lo entendería de un modo determinado.

Y tras estos comentarios adjuntamos, como apéndice, nuestra traducción (11) del capítulo 43 de los Casus Sancti Galli.

CASUS SANCTI GALLI: CAPÍTULO 43.

Había, en ese tiempo, en el lugar, cierto joven monje, perfectamente instruido, hijo de un conde, llamado Wolo, inquieto y errante; puesto que ni el mismo decano ni don Notker u otros le hubiesen podido dominar llamándole la atención y frecuentemente hubiese sido corregido con palabras y golpes y nada mejorase, todos se dolían por un hombre de tal naturaleza. Pues, como nunca hubiese tenido San Galo un monje sino por vocación (12), incluso los más nobles se distraían con más frecuencia. Habían llegado al monasterio sus padres angustiados por él; haciendo progresos momentáneamente por sus amonestaciones, de nuevo era el mismo después de su marcha. Pero un día un diablo (13) se apareció al amanecer a Notker: “Mala noche, dijo, voy a hacer para ti y tus hermanos. Mala ave, dijo, mala noticia suele mostrar”(14). Él, por su parte, anticipó las cosas que oyó a sus hermanos, para que aquel día se pusiesen en guardia. Verdaderamente oyendo también esto el mismo Wolo de los que lo comentaban, dijo: “los ancianos siempre sueñan cosas vanas”. Era ese mismo día en el que todos sabían que le había sido ordenado por el decano que no saliese, como solía, del claustro a alguna parte. Sentándose a escribir, era su última escritura: “Comenzaba a morir”. Y saliendo afuera precipitadamente, gritándole los otros:

"¿a dónde ahora, Wolo, a dónde ahora?" comenzó a ascender hacia el campanario por los escalones preparados para nosotros con este fin, para satisfacer o a sus ojos, recorriendo con la vista los montes y los campos, pues tenía el paso prohibido, o a su espíritu errante.

Ascendiendo, en verdad, al llegar sobre el altar de las vírgenes, por impulso de Satanás, como se cree, cayó por la techumbre y se rompió el cuello. Corriendo muchos, que lo habían visto y oído, llevándole apresuradamente el viático, comulgó, tras decir su confesión. Pero queriendo aquellos llevarle y trasladarle a la enfermería , dijo: “dejadme invocar primero a las santas vírgenes. Ellas saben que fui muy pecador de otra manera, pero no conocí mujer”. Mientras, gritando en alto, tras llegar corriendo Notker, le tendió la mano: “a ti, mi señor, dijo, y a las santas vírgenes a las que siempre amabas, encomiendo mi alma pecadora”. Aquél, echándose junto a él, dijo: “santas vírgenes, confiado en vosotras tomo sobre mí los pecados de este hermano y os encomiendo a nosotros dos”. Diciendo esto lloraba y se lamentaba. Y dejándose llevar, delante de las puertas de la iglesia, apaciblemente reclamada, apretando muy estrechamente en la mano a Notker, Wolo dejó salir su espíritu.

____________

NOTAS

(1). Barcelona 2001, 32-34.

(2). Nº. 241 (2001) 32-34.

(3). Puede verse la nómina completa de autores de los Casus Sancti Galli en WALTER BERSCHIN, Literatura latina en Sankt Gallen: La cultura de la abadía de Sankt Gallen, Madrid 1992, 145-156, concretamente p.153.

(4). El P. García M. Colombás ha escrito con respecto a ella: “La famosa crónica titulada Casus Sancti Galli, pese a todas sus imperfecciones, nos permite formarnos una idea de la vida exuberante y polifacética de un gran monasterio carolingio en la segunda mitad del siglo IX.” (La tradidón benedictina. Ensayo histórico. Tomo tercero: Los siglos VIII-XI, Zamora 1991, 242).

(5). FRAY JUSTO PÉREZ DE URBEL, Las grandes abadías benedictinas, Madrid c.1928, 161-162.

(6). ANDRÉ MAUROIS, Historia de Alemania, Barcelona 1966,29-30.

(7). Queremos hacer un breve análisis sobre el comentario que hace el franco Giraldo en la Historia Compostelana sobre los augurios.; escribe Emma Falque (Historia Compostelana, Madrid 1994, 158-159): "Es interesante esa observación sobre la consulta de los augurios (“según costumbres de la tierra”), escrita por Giraldo, un francés al que le son ajenas muchas costumbres gallegas. La zona de Galia conoció una cristianización mucho más temprana y profunda que Germania, aunque como en general, la cristianización fue un proceso, y prueba de ello es la obra, por ejemplo, de Cesáreo de Arlés. Cuando se lee que en el siglo XII un franco hace referencia a los augurios como “costumbres de la tierra” podemos interpretar, como la Profª. Falque, que en el lugar de origen de éste (Giraldo) ya no había este tipo de costumbres, lo cual supondría que el proceso cristianizador habría sido total, acabando con cualquier reminiscencia pagana, lo cual es improbable. O, quizá, más exactamente, que eran más abundantes o se hacían de modo más público estas prácticas en Galicia que en la antigua Galia.

(8). “...demones...quibus quidem se audenter opponere solebat” (Casus Sancti Galli; 33).

(9). “Notkerus autem spiritualiter, ut diximus, fortis quantum Tuotilo in homines, tantum ipse valuit in demones...” (Casus Sancti Galli, 41).

(10). “... alias autem corpore, ut ieiunans et vigilans, tener, ut diximus, et macer.” (l. c.) (11). No existe traducción castellana de esta crónica. El texto latino ha sido editado varias veces en Alemania: -Monumenta Germaniae histórica, SS 2. -HANS F. HAEFELE (ed.), Casus Sancti Galli Darmstadt 1991.

(12). Literalmente “de libertad”.

(13). Como en latín no hay artículos, también podría entenderse “el Demonio”. Tenga el lector en cuenta esto también para los comentarios.

(14). Las aves estaban tan relacionadas con los augurios que incluso la palabra latina “avis” significa tanto ave como presagio o augurio, con lo cual la frase también podría traducirse así: “Mal augurio suele mostrar mala noticia”.



Esta visualización es solo del texto del artículo.
Puede descargarse el artículo completo en formato PDF.

Revista de Folklore número 257 en formato PDF >


MAS REFERENCIAS ETNOGRÁFICAS EN TEXTOS MEDIEVALES: EL CAPÍTULO 43 DE LOS CASUS SANCTI GALLI

MARTINEZ ANGEL, Lorenzo

Publicado en el año 2002 en la Revista de Folklore número 257.

Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz