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ANOTACIONES HISTÓRICAS SOBRE LA ZANFONA

VARELA DE VEGA, Juan Bautista

Publicado en el año 1980 en la Revista de Folklore número 0 - sumario >



I. INTRODUCCION

La zanfona no se perderá en la Historia. Actualmente jóvenes intérpretes de nuestra música tradicional la han adoptado como uno de sus instrumentos favoritos. Varios talleres y destacados artesanos se dedican a su fabricación. Parece afortunadamente definitivo su resurgir. y decimos definitivo, pues hubo otro anterior -más que resurgir, verdadera "resurrección- fruto de la labor impagable de dos ilustres personalidades gallegas: el escritor y gran periodista Jaime Solá, al que se debieron insistentes campañas para el resurgimiento del medieval instrumento, y el abogado y musicólogo Faustino Santalices, el gran artífice de la resurrección, constructor e intérprete.

Jaime Solá Mestre, nacido en Vigo en 1874 y muerte en 1940, estudió Derecho en las Universidades de Santiago , de Compostela y Valladolid. Como literato destacó principalmente en los géneros de la novela y el cuento; pero fue en el periodismo donde su personalidad brilló a mayor altura. Solá escribió reiteradamente sobre la zanfona: "La zanfona" ("Faro de Vigo", agosto de 1925), entre otros artículos.

Desde su juventud el orensano Faustino Santalices Pérez se interesa por los instrumentos populares de su Galicia natal. Estudia de manera exhaustiva, con paciencia increible, la gaita, de la que logra construir modelos de perfecta afinación y de bellísima factura, alguno de los cuales -en ébano con aplicaciones de marfil y plata- hemos podido contemplar en el Museo Provincial de Lugo, y, muy especialmente, La zanfona. La ímproba labor de Santalices sobre este instrumento le supuso el Primer Premio .Internacional de Instrumentos Antiguos, en 1949. Hombre generoso -Santalices jamás negó a nadie sus sabios consejos e inestimable experiencia- donó todas sus plantillas y calibres de gaitas y zanfonas al Taller-Escuela de Lugo, ubicado en una dependencia de la Diputación Provincial. Una familia de Verdaderos artistas, herederos directos del magisterio de Santalices, Jesús Pérez González y su hijo Luciano Pérez Díaz, construyen en dicho taller preferentemente zanfonas y gaitas (1).

En uno de los breves capítulos de su librito "La Zanfona" Santalices nos dice: Después de pacientes investigaciones ha vuelto a sonar. Su voz ancestral de dulce y pastoso sonido, invita al reposo y da la sensación de un eco lejano, suscitando recuerdos de edades pretéritas. Así sonó, en ambiente propicio, el 27 de julio de 1952 en el Palacio de Gelmírez (Santiago de Compostela), con motivo de la inauguración pública de aquella obra románica, tan evocadora. ¡Cuántas veces en la agitada y heroica existencia de aquel formidable Obispo, hallaría solaz y recreo su espíritu, escuchando, en las estancias de aquel Palacio, las tensones las cantigas y los decires de los juglares gallegos al son de la zanfona! Al vibrar de nuevo, en aquella fecha, las ondas sonoras fueron a reflejarse en las columnas, en las bóvedas y en los decorados, tan gallegos, despertando los viejos ecos dormidos en las seculares piedras de aquel recinto. Fue aquella audición una sorpresa para todos los allí presentes, al oír y percatarse de las posibilidades melódicas de la zanfona, e impresionados por lo que constituía una novedad tan vieja, movidos por la emoción del momento, surgió la idea de crear un taller de construcción y más tarde la escolanía de la zanfona. Otero Pedrayo, con tal motivo, publicó una bella crónica en "La Noche"; Borobó reiteró en diversas ocasiones el proyecto; Castroviejo y otros escritores solicitaron apoyo económico de las Corporaciones provinciales y entidades artísticas para hacer viable la idea. .."

En 1960, ala edad de 83 años, fallece Santalices; pero con él no desaparece una ingente labor en pro de la zanfona. Su hijo Faustino, médico oftalmólogo, siguió la tradición de su padre y la técnica de construcción de la zanfona quedó salvaguardada en las expertas manos de los artesanos del citado taller- escuela de Lugo.

II. SINONIMIA

Una de las cuestiones que más llaman la atención en torno a la zanfona es la abundancia terminológica existente para denominarla, no sólo en nuestro idioma, sino también en otros, por lo que, sin ánimo de agotar el tema hemos recopilado el mayor número de vocablos posible, y en los siguientes idiomas: español, francés, italiano, alemán e inglés. De alguno de estos vocablos consta su antigüedad gramatical, como veremos a continuación. Español.-"Armonía", "Cinfonia", "Çinfonía", "Çanpoña", "Chifonía", ,Chinfonia", "Gaita de rabil", "Gaita zamorana", "Lira alemana", "Lira rústica", "Organistrum", "Rota", "Rota britannica", "Sanfona", "Sanfonia", "Simphonia", "Sinfonía", "Symphonia", "Symponia", "Viela", "Viola", "Viola de amor", "Viola de rueda", "Zanfona", "Zanfonia", "Zanfonía", "Zanfoña", "Zamponna", "Zampoña", "Zarrabete".

Resultan impropios los vocablos "viola", "viola de amor" y , "zampoña" (que puede ser una flauta sencilla, una flauta de Pan o una gaita). "Cinfonia" y "zamponna" son empleados por el Arcipreste de Hita en el "Libro de Buen Amor" (1389), según Manuel García Matos. En la edición que de este Libro hemos manejado aparecen: Çinfonía" y "Çanpoña".

En cuanto a la cuestión de la "s" y la "z" en varios de los vocablos reseñados", digamos con García de Diego: la "s" se hace "z", en la palabra "zampoña", por la evolución de sonido "s", o bien por el fenómeno fonético de asimilación de vocales por consonantes.

La palabra "zanfonía" aparece en el Diccionario de la Real Academia Española (2) en una acepción que no corresponde al instrumento conocido como zanfona; éste es realmente definido en dicho Diccionario en la palabra "Gaita" y en su segunda acepción, y en "gaita zamorana". Asimismo, con carácter muy genérico, figura la palabra "sinfonía", en su cuarta acepción.

He aquí las acepciones.

"Zanfonía". (Del latín "symphonia"), instrumento músico de cuerda que se toca haciendo dar vueltas con un manubrio a un cilindro armado de púas.

"Gaita". 2. Instrumento músico, de figura de una caja más larga que ancha, que contiene diferentes cuerdas a la que hiere una rueda que está dentro, al ser movida por una cigüeña de hierro; tiene aun lado varias teclas que, pulsándolas con la mano izquierda, forman .la diferencia de los tañidos.

"Zamorana". Gaita, 2ª acep.

"Sinfonía". 4. Nombre que en la antiguo se aplicaba indistintamente a ciertos instrumentos músicos. Francés.-"Chifonie" (francés antiguo), "Ghironda" (ghironda = lira, en el siglo XII), "Lyre des mendiants" (lira de mendigos = lyra mendicorum), "Organistrum", "Rote" (también pequeña arpa portátil), "Rotte", "Symphonia", "Symphonie" (en el siglo XVII), "Vielle" (en el siglo XV), "Vielle a roue", "Vielle des paysans" (viela de campesinos).

Italiano.-Ghironda" (lira), "Ghironda ribecca", "Lira organizzata" (vocablo impropio, pues la ".lira organizada" es una combinación de zanfona y órgano), "Lira tedesca", "Sambuca", "Sambuca rotata" (sambuca: antiguo instrumento músico de cuerda, semejante al arpa), "Stampella".

Alemán.-"Bauer1eyer" (Bauer = rústico; Leyer = lira; lira rústica o campesina), "Bauerleier (ídem.), "Bawren leyes" (alemán antiguo), "Bettlerleier" (Bettler = mendigo; Leier = lira), "Drehleier" (Dreh =manubrio; Leier = lira), "Ghironda" ("ghironda" = lira), "Kurbelgeige" (Kurbel = manubrio; Geige = violín; violín de manubrio), "Leier" = "Lever" = "Leyre" = "Lyra" (lira), "Lyra mendicorum", "Radleier (Rad = rueda; Leier = lira).

De todos los vocablos citados, el único que da directamente la acepción de "zanfona" (realmente "zanfonía") es el de Kurbelgeige", según Slaby y Grossmann en su "Wörterbuch der Spanischen und Deutschen Sprache".

Por su parte el eminente musicólogo alemán Curt Sachs, primera autoridad mundial en organografía musical, afirma que el nombre que se empleaba para designar el "organistrum" era "Leierkasten", derivado de "Drehleire", añadiendo que el famoso lied de Schubert, "Der Leiermann" se refiere a un organistrum de cuerdas, y no al organillo callejero actual, para el que se emplea también el vocablo "Leierkasten" (3).

Inglés.-"Hurdy-gurdy" (zanfona, organillo, manubrio, tiorba), "Retary lute" (laúd de rueda), "Symbal- címbalo, inglés del siglo XVII), "Symphony" (sinfonía).

"Symbal", término impropio.

Al igual que en el caso de la palabra alemana "Leierkasten", "hurdy-gurdy" se emplea para denominar el órgano callejero (organillo) -también según Sachs-, por el hecho de que el organistrum se toca haciendo girar una manivela (4).

III. ANTECEDENTES

"Organistrum" de hasta seis pies de longitud, en pies castellanos (unos 28 cm. el pie) 1,68 metros, fueron los instrumentos predecesores de las zanfonas que han llegado a nosotros. Entre 1,50 m. y 1,80 m. le asigna Curt Sachs al organistrum del siglo XII, que tenía la forma de una viela y era tocado por dos personas sentadas que lo mantenían sobre sus rodillas Para Sachs, antes del XII, no hay reproducciones de organistrum. No se conoce exactamente la época de su aparición. Algunos intentan probar que el organistrum existía ya en el siglo X, basándose en un texto atribuído a Odón de Cluny, abad de Cluny, que vivió entre el 878 y el 942. De esta opinión es Sachs, que afirma que el abad Odón de Cluny escribió un tratado del instrumento titulándolo "Quomodo organistrum construatur" "De qué modo se construye el organistrum"), "o, en otras palabras, cómo debían colocarse correctamente las varillas en relación a las cuerdas para producir las ocho notas, Do Re Mi Fa Sol La Si bemol Si becuadro". Termina diciendo el ilustre musicólogo alemán: "Así, tenemos pruebas del nombre escolástico y del uso monástico de este instrumento a principios del siglo X; era empleado con certeza para guiar y apoyar a los conventuales" (5). Para otros autores, el texto de Odón de Cluny no es de él. Este abad al que se atribuyen numerosos textos, fue primordialmente un reformador de reglas monásticas, y los textos que se le atribuyen son en parte de un homónimo y, en parte, de anónimos pertenecientes seguramente a una época posterior al siglo X, pues los tratados en cuestión no aparecen hasta los manuscritos del siglo XIII.

Del origen monástico del instrumento nos habla también nuestro ilustre zanfonero y zanfonista, Faustino Santalices, refiriéndose al monje benedictino del XI, Guido de Arezzo, citado por Eximeno en su obra "Del origen y reglas de la música", en la que dice el tratadista español que Guido restituyó y perfeccionó el sistema musical de los griegos, tomando como base el exacordo o sexta mayor, formando así la escala a partir del Sol, con la extensión de dos octavas, que es la de la zanfona, modificada, perfeccionada y hecha individual, y por tanto manejable, por dicho monje, adaptándose las teclas móviles para que una sola persona pudiera pulsarlas y poner la manivela en movimiento.

En la edición que hemos manejado de la mencionada obra de Antonio Eximeno no hemos encontrado tal pasaje alusivo a la zanfona.

En definitiva, lo que si es evidente es su primitivo gran tamaño como lo demuestran diversas esculturas del románico, en especial del románico español: Catedral de Santiago de Compostela, Colegiata de Toro, Palacio Gelmírez, Catedral de Orense, etc.

La zanfona efectivamente era tocada entre dos personas: una pulsaba el teclado y la otra giraba el manubrio.

Según Sachs, durante el siglo XIII el organistrum cambió por completo, al ser desplazado de iglesias y conventos por el órgano, convirtiéndose en uno de tantos instrumentos vulgares y haciéndose popular por su fácil manejo. Su tamaño queda reducido suficientemente para ser tañido por una sola persona. En el XV deja de ser utilizado como instrumento en los conjuntos, sin caer completamente en descrédito -dice Sachs-, pues en ciertas pinturas de principios del XVI se representa la zanfona en manos de ángeles, lo que significa más bien que el instrumento era considerado arcaico, En el XVII se convierte exclusivamente en un instrumento popular, propio de campesinos, ciegos y mendigos.

En Galicia los maestros tocadores de zanfona admitían aprendices, docencia que solemnizaban a través de escritura pública, como la otorgada en 24 de febrero de 1662, en Betanzos (La Coruña), entre el labrador Juan Diego y el ciego Pedro de Coiro, ambos vecinos de Santa Cruz de Mondoy. El contrato se otorgó ante el escribano Francisco Fernández de Neira, en los siguientes términos:

"Por cuanto el dicho Juan Diego tiene un hijo llamado Juan Vázquez, también ciego y falto de vista que pretende deprender a tocar el instrumento de Sanfonia, púsolo para este efecto con el susodicho Pedro de Coiro, quien se obligó a que en el término de tres años daría enseñado al Juan Vázquez, de manera que sepa tocar el instrumento, para lo cual le ha de dar sanfonia que toque con yerros tocantes a dicho oficio como se acostumbra, excepto que si dentro de dos meses conosciere y le pareciere que dicho Juan Vázquez no es a propósito para deprender dicho oficio, le pueda despedir y remitir a dicho su padre, para que le ocupe en lo que le pareciere", El precio de la enseñanza se estipuló en seis ducados mensuales y asimismo se estableció que durante los tres años convenidos el padre "ha de dar vestido al dicho su hijo y criado que con él ande y le asista". (6)

IV. EL SIGLO DE ORO DE LA ZANFONA

Es el siglo XVIII el siglo de oro de la zanfona, que llega a situarse entre los instrumentos musicales cultos de la época. Se pone de moda entre los miembros de la alta sociedad, principalmente de la francesa, ya que el auge de la zanfona es muy superior en este país al resto de Europa, por sus constructores, compositores y tañedores (la misma reina María Antonieta era una experta zanfonista). Princesas y damas de la corte de Luis XV ya se divertían tañendo la asimismo "redescubierta" cornamusa, en representaciones teatrales en las que aparecían disfrazadas de pastoras; lo "bucólico" constituía uno de los caprichos de la más alta sociedad, nobleza y aristocracia. Numerosos talleres y violeros se dedican a la construcción de zanfonas, con tan febril actividad ante la enorme demanda de ellas que destruyen bellísimos laúdes antiguos para transformarlos en zanfonas. De aquí que la tradicional forma de la zanfona francesa sea la de laúd, en contraste con la española que la adoptó de vihuela o incluso de guitarra, o con otras formas de otros países europeos, parecidas a la viola o al violín.

Según Maguy Andral, en Francia gozaban de gran fama las zanfonas construidas en el valle de la Sioule, al sur del departamento de Allier. Proliferaron los excelentes zanfoneros, como Henri y Charles Baton, Pierre y Jean Louvet, Delaunay, Lambert, Vibert; compositores y tañedores, como los hermanos Pierre (1694-1725), Esprit Philippe (n. 1696) y Nicholas (1705- 1782) Chédeville, de los más célebres compositores y tañedores parisienses de "musette" y "organistrum"; el citado Charles Baton, Antoine Terrasson, Jean Baptiste Dupuits, Bodin de Boismortier, Buterne, Naudot y Michel Corrette.

Dos fuertes personalidades destacan de entre todos ellos: Jean Louvet y Michel Corrette. Jean Lou- vet, tercero de la famosa familia, es el más brillante de los zanfoneros franceses. La bellísima factura de sus "vielles" en forma de laúd es singular. Trabaja en París, en el segundo tercio del siglo XVIII. Fue además un destacado violero y constructor de arpas.

Jean Louvet presenta además el gran mérito de dar a conocer en Francia la música de Johann Stamitz, para lo que organiza conciertos y edita su música.

Michel Corrette es quizá el mejor de los compositores para zanfona y su gran tratadista. Organista del Colegio de los Jesuitas de París, en 1738 alcanza notoriedad con la publicación de numerosos métodos de los más dispares instrumentos -flauta, contrabajo, mandolina, zanfona, etc.- así como por las composiciones para aquellos. Sus numerosísimos alumnos, escogidos sin ningún rigor, aprendían tan despacio que, según Fétis, les llamaban "los burros de Corrette".

No le sucedió lo mismo a su método para zanfona, que ha llegado a nosotros como el más interesante exponente de la técnica del instrumento: "La belle vieilleuse. Méthode pour apprendre a jouer de la Vielle".

"La Vielle est un instrument acordes, agréable, brillant et bon pour jouer seul et faire danser". Así comienza el famoso tratado, que Michel Corrette divide, tras una brevísima introducción, en nueve partes "artículos"): "De la posición de la zanfona", "Manera de afinar la zanfoña", "Manera de girar la rueda", "Manera de girar la rueda para las notas con puntillo", "Del teclado de la zanfona y de las notas que corresponden a las teclas", "De la posición de la mano, de la digitación y de la extensión de la zanfona", "Del movimiento de muñeca", "De la cadencia y del punteado" y "De la manera de cuidar la zanfona".

Hoy, gracias a la discografía, es conocido el Concierto para zanfona y orquesta, en Do mayor, que lleva por título "Les récréations du berger fortuné" ("Las diversiones del pastor feliz") que, como dice Roger Cotte, demuestra el extraordinario virtuosismo que debían poseer los primeros intérpretes del instrumento (7).

Dentro de la música culta se han constatado además del concierto de Corrette varias suites para vielle, del gran virtuoso parisino del XVIII, ya citado, Charles Baton; cinco Conciertos para dos organistrum (lire organizzati), en Do mayor, Sol mayor, Sol mayor, Fa mayor y Fa mayor, escritos para el rey de Nápoles por Haydn, en 1786, y siete Nocturnos para dos organistrum (lire organizzati), dos clarinetes, dos trompas, dos violas y bajo, en Do mayor, Fa mayor, Sol mayor, Fa mayor, Do mayor, Sol mayor, Do mayor, que el gran compositor austríaco compuso en 1790; dos danzas alemanas de W. Amadeo Mozart y, de Leopoldo Mozart, unas "Bodas campesinas", para cuerda, dos oboes, dos cornos, fagot, gaita y organistrum.

Nosotros añadimos aquí la balada gallega, para voz y piano, "Lonxe da terriña" "Lejos de la patria"), de Juan Montes, en adaptación de Faustino Santalices; una de las más bellas de las seis Baladas Gallegas escritas por el insigne compositor lucense (8).

V. DECADENCIA Y RESURGIMIENTO

El esplendor de la zanfona en el XVIII se apaga con el siglo. En el XIX ni se crean obras ni instrumentos; la zanfona casi desaparece. Durante la primera mitad de esta última centuria, según Scholes, fue sumamente común en la ciudad de Londres y usada por viejos mendigos españoles (9).

En el Monasterio de San Payo de Antealtares, compostelana fundación del rey Alfonso II El Casto, aledaña a la iglesia que construyó para guardar el cuerpo del apóstol Santiago, existe un Cantoral de 1808, que muestra en una viñeta a unos músicos populares gallegos con "ferreñas" (pandereta sin piel, lo que se llama en Castilla "sonajas"), "tamboril", "gaita" y "zanfona":

Los viejos ejemplares, en mal estado de conservación, van pasando a los museos o a colecciones particulares. Es posible que la causa, o al menos una de las causas de la desaparición de la zanfona -como señala Santalices- fuera el perfeccionamiento del violín, especialmente el conseguido por los grandes violeros de Cremona, Stradivarius, Amati, Guarnerius, etc.

Con la ingente obra de Santalices se abre el resurgimiento de la zanfona, que no sólo reverdece en Galicia, sino que se extiende a otras regiones, entre ellas, Castilla, donde Joaquín Díaz la incorpora a su importante bagaje instrumental. Con ella graba en disco varios romances tradicionales, así como numerosas canciones recopiladas por él, desde la meseta castellana hasta la montaña de Santander. Lo mismo hace en Segovia, donde reside desde hace varios años, el leonés Amancio Prada en sus interpretaciones de romances y temas populares. La música medieval y la renacentista han encontrado, en estos últimos años, jóvenes y entusiastas intérpretes en toda Europa, que incorporan la zanfona a sus colecciones de instrumentos. En España, varias agrupaciones y asociaciones cultivan la investigación, la interpretación e incluso la edición de música "antigua". Por su excelente colección de instrumentos antiguos es de destacar "Atrium Musicae", que dirige Gregorio Paniagua. En su amplio "instrumentarium" no sólo se encuentra la zanfona, sino también el organistrum.

Cabe recordar, finalmente, el nombre de Alejandro Massó quien hace algunos años se interesó vivamente por la zanfona que asimismo incluyó en sus interpretaciones al frente de la Agrupación Instrumental de Música Antigua de Madrid.

VI. BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

BRAGARD, R. y DE HEN, J.: Les instruments de musique dans l'art et l'histoire. Albert de Visscher Editeur. Compagnie BeIge d'Editions S.P.R.L. Rhode-St-Genese (Belgique), 1967.

COUCEIRO FREIJOMIL, Antonio: Enciclopedia Gallega. I. Diccionario Bio-Bibliográfico de Escritores. Vol. III (Editorial de los Bibliófilos Gallegos. Santiago de Compostela, 1953).

DUFOURCQ, Norbert: La Música. Los hombres, los instrumentos, las obras. Editorial Planeta. Barcelona,1976.

ECHEVARRIA BRAVO, Pedro: Cancionero de los peregrinos de Santiago. Centro de Estudios Jacobeos. Madrid, 1971.

EXIMENO, Antonio: Del origen y reglas de la Música. Editora Nacional. Madrid, 1978.

GARCIA DE DIEGO, Vicente: Gramática Histórica Española. Editorial Gredos. Madrid, 1970.

LEON TELLO, Francisco José: Estudios de Historia de Teoría Musical. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto Español de Musicología. Madrid, 1962.

LOPEZ CHAVARRI, Eduardo: Música popular española. Editorial Labor. Barcelona, 1958.

MANGA, János: Hungarian Folk Song and Folk Instruments. Corvina Press. Budapest, 1969.

PEDRELL, Felipe: Cancionero Musical Popular Español. Tercera Edición. Casa Editorial de Música Boileau. Barcelona, 1958.

PEREZ COSTANTI, Pablo: Notas viejas galicianas. "Sindicatos Católicos". Vigo. 1925-1927.

PREVITE-ORTON, C. W.: Historia del Mundo en la Edad Media. Editorial Ramón Sopena. Barcelona, 1967.

RICART MATAS, J.: Diccionario Biográfico de la Música. Editorial Iberia. Barcelona, 1966.

RUIZ. Juan (Arcipreste de Hita): Libro de Buen Amor. M. Aguilar Editor. México. 1976.

SACHS, Curt: Historia Universal de los Instrumentos Musicales. Ediciones Centurión. Buenos Aires. 1947.

SALAZAR, Adolfo: La Música de España. La Música en la Cultura Española. Espasa-Calpe Argentina. Buenos Aires, 1953.

SAMPEDRO FOLGAR, Casto y FILGUEIRA VALVERDE. José: Cancionero Musical de Galicia. "El Museo de Pontevedra". Colección de la Sociedad Arqueológica de Pontevedra. Pontevedra. 1942.

SANTALICES, Faustino: La Zanfona. Esbozo de Método relativo a este ancestral instrumento y breve estudio histórico-literario y técnico con esquemas e ilustraciones para su aprendizaje. Gráficas Bao. Lugo, 1956.

SCHOLES. Percy A.: Diccionario Oxford de la Música. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 1964

SLABY, Rudolf J. y GROSSMANN, Rudolf: Wörterbuch der Spanischen und Deutschen Sprache. Editorial Herder. Barcelona. 1963.

SUBIRA, José: Historia de la Música Española e Hispanoamericana. Salvat Editores. Barcelona. 1953.

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La Catedral de Santiago de Compostela. Editorial Confederación Española de Cajas de Ahorro. Servicio de Publicaciones de la Caja de Ahorros de Santiago. Santiago de Compostela. 1977.

Publicaciones del Instituto de Etnografía y Folklore "Hoyos Sáinz". Institución Cultural Cantábrica. Vol. V. Santander, 1973.

Anuario Musical. Volumen XI. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto Español de Musicología. Barcelona, 1956.

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(1) Otros instrumentos que salen de este taller: flageolet, chirimía, tambor, caja, pandero, "charrasco" (instrumento de percusión muy original), etc.

(2) Diccionario de la Lengua Española. Decimonovena Edición. Real Academia Española. Madrid, 1970.

(3) Curt Sachs: Historia Universal de los Instrumentos Musicales, p. 260.

(4) Loc. cit., p. 260.

(5) Loc. cit., p. 259.

(6) Pérez Costanti: Notas viejas galicianas.

(7) Michelle Fromentau, zanfona. Orquesta de Cámara, dir. Roger Cotte. "Arion" HARS 740 - 05 (LS) / HISPA-VOX.

(8) Faustino Santalices, zanfona. "Columbia" C 7240.

(9) Percy A. Scholes: Diccionario Oxford de la Música.



ANOTACIONES HISTÓRICAS SOBRE LA ZANFONA

VARELA DE VEGA, Juan Bautista

Publicado en el año 1980 en la Revista de Folklore número 0.

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