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Revista de Folklore número

439



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Artesanos de Trujillo

RAMOS RUBIO, José Antonio / RODRIGUEZ MATEOS, Irene

Publicado en el año 2018 en la Revista de Folklore número 439 - sumario >



Muchas de las actividades artesanas en Trujillo tienen un origen remoto, heredado de los pueblos que se han asentado en esta tierra, cuyos secretos y buen hacer han ido pasando de padres a hijos. La actividad artesanal es rica y variada.

Trujillo es tierra vieja, amplia y habitada desde antiguo. Los hombres que han vivido este gran solar han sabido crear, enseñar y mantener viva la sabiduría artesanal con métodos sencillos y arcaicos. Los materiales son los mismos que usaron nuestros antepasados: fibras, hueso, madera y metal. El producto: telas, bordados, encajes, muebles y joyas. Todo ello dentro del más puro ancestro cual de esta vasta tierra. Desde el pastor que en las horas luminadas o al calor del fuego en las frías noches invernales talla el tosco cuerno de vaca con una simple navaja, hasta el orive preciso y perfeccionista que trueca el hilo de oro en filigrana barroca de riquísimo aderezo. Trujillo tiene artistas del telar, del cobre, la madera, el barro o el cuero.

Cuando el hombre del Neolítico moldeó torpemente en barro su primer cuenco para almacenar o cocinar sus alimentos, comenzó el más útil de los oficios artesanos. Los alfareros trujillanos eran ya conocidos en los mercados españoles y en Iberoamérica en el siglo xvi.

Estos artesanos ofrecen junto a la alfarería en «basto», porosa, roja y áspera, cántaros, lebrillos, ollas, ánforas, cantarillas y otros objetos en «jino», bruñidos y decorados con guijarros que en manos del artista se convierten en delicado pincel.

De la época musulmana se heredó el vidriado o «alvedriao» usando para el color, el brillo verde del cobre, antimonio, plomo, óxidos, manganeso y silicio. El artesano a veces, cubre toda la superficie y el interior; otras, deja que el líquido se deslice a su antojo, y la sencillez del objeto se revaloriza con el trabajo manual en el manejable barro y obligarlo a ser lo que él desea.

La Orfebrería es una rama más de la artesanía trujillana que entra en Extremadura después de la invasión de los árabes. Fueron los árabes los primeros en presentar la filigrana en España y Portugal, pero los orfebres extremeños tardaron varios años para introducir nuevas ideas a sus trabajos, hasta conseguir valiosas piezas.

En nuestra ciudad por los siglos xiv y xv algunos orfebres lanzaban ya a la calle un nuevo modelo único en esa fecha denominado ADEREZO compuesto por collar, gargantilla, pendiente y el colgante llamado ROSICLER o galápago, le venía este nombre porque en el centro posee una barriga o semejanza del caparazón de dicho animal.

Posteriormente, aparece otro adorno o colgante, su nombre cruz de penderique o tembladera los dos nombres son válidos hoy.

En la actualidad se siguen fabricando estas piezas y se fabrican aquí en Trujillo, donde el uso del ADEREZO en Pascuas de Resurrección, que es indispensable en la mujer trujillana ataviada con el traje de pastora.

El telar es la primera «máquina» del arte mobiliar. Unos 4000 años tiene de antigüedad. Aún hoy se fabrican en Trujillo mantas multicolores en los telares -destacando por su antigüedad el existente en un telar de la Plaza Mayor-. De estos telares proceden los refajos y poyeras del traje regional trujillano; también los jubones, faltriqueras y mandiles con recamados de lentejuelas, azabache, abalorios y encajes. En algunas casas particulares se siguen practicando los bolillos, que bailan danzas geométricas entre los rápidos dedos y el ganchillo como varita mágica de recamada malla.

El arte de la cantería

Entre las distintas actividades artesanales que florecieron en siglos pasados en Trujillo hay una que, por su importante desarrollo, bien merece ser destacada, nos referimos al viejo oficio de la cantería, que es tan antiguo en Trujillo que su origen se pierde en la noche de los tiempos, adquiriendo su principal auge en los siglos xvi y xvii con artista de reconocida fama mundial como Francisco Becerra, Sancho de Cabrera, Diego de Nodera, Francisco García o Gabriel Pentiero, entre otros. Incluso, llevaron su arte a América donde estuvieron activos entre mediados del siglo xvi y la primera mitad del siglo xvii, construyendo conventos, catedrales y palacios, un fervor creativo sin precedentes. El berrocal ha sido una gran cantera donde la extracción de la piedra a pie de cantera o mina, ha sido una actividad intensa a lo largo de la historia, actividad en la que se mezcla la artesanía y el arte siendo Trujillo una ciudad sin parangón, donde floreció y florece la auténtica profesión de cantero, donde se mueven los artesanos de la piedra que durante milenios se encargaron de edificar puentes, iglesias, palacios y casas fuertes.

Cuidadosos en la preservación de los secretos de su oficio, de siempre los canteros tuvieron su particular manera de comunicarse entre ellos. Durante toda la Edad Media, cuando eran tenidos como una elite privilegiada dentro de las actividades gremiales, los canteros tuvieron un lenguaje de signos que dejaron escrito sobre las piedras labradas de edificaciones como las iglesias de Santiago o Santa María (signos lapidarios o marcas de cantería). Bastante más tarde, crearon también un lenguaje hablado por el cual se pasaban los conocimientos de padres a hijos, que es el que se ha transmitido hasta tiempo bien reciente y cuyo mejor ejemplo en Trujillo lo protagoniza Manuel Bravo López que comenzó a trabajar la piedra en el año 1982 con su padre Manuel y su socio Vicente. Tuvo que enfrentarse a un trabajo muy duro y además la dificultad de aprender un oficio, mitad artesano, mitad artístico. Manuel corta la piedra de forma artesanal, a base de cuñas, palancas y se lleva al taller donde se le da la forma con punteros, cinceles, macetas y bujardas, según los pedidos de los clientes. Manuel Bravo elaboraba columnas, basas y capiteles, fuentes decorativas, escudos heráldicos, chimeneas, arte funerario, etc. A trabajado para numerosos clientes, entre los que podemos destacar las obras realizadas en el Parador de Turismo de Trujillo, en las Catedrales de Plasencia y Coria, casas de la zona monumental de Trujillo, el Café Concierto La Abadia, varios escudos heráldicos, tallas de santos, entre ellos la Virgen de la Victoria, un medallón de San Pedro, semejante al que hay en la iglesia de San Martín.

Ni que decir tiene, que aquel celo en guardar sus conocimientos, que les llevaba incluso a practicar la endogamia entre los de su profesión, impedía a los canteros transmitir a ningún profano el significado de sus signos y de su léxico. Sólo hoy, cuando el oficio de cantero se halla prácticamente extinguido, o por lo menos está considerado como una actividad artesana digna de recuperarse, podemos acceder, sino al significado de los signos de la piedra, sí al menos al lenguaje hablado.

El arte de la cestería

Como arte que es la cestería es un claro ejemplo de una manifestación del hombre en su búsqueda por cubrir ciertas necesidades. Lo expresa recogiendo los elementos vegetales de su entorno, los moldea y los adapta creando primero un objeto funcional, simple y con el tiempo en uno creativo y/o decorativo.

A su vez es un oficio artesano que, como todos los practicados por el hombre y relacionados con objetos de uso habitual, es de los más antiguos de la humanidad. En todas las culturas encontramos vasijas o recipientes construidos manualmente con fibras vegetales. La cesta ha constituido el elemento auxiliar más primario y más común de la acción del ser humano sobre su propia vida. Según el uso que al recipiente se le da se llama cesta, cesto, capazo o canasto, que se hacen con mimbre y a veces con caña. Se utilizan las varas del mimbre en cestería porque se trata de un arbusto de ramas delgadas, largas y muy flexibles que las hacen idóneas para su manipulación.
La mimbre se cosecha en el campo, se selecciona y luego se mete en la caldera, se cuece, se pela y después se tiende para que vaya cogiendo color. Finalmente se barniza. Luego se almacena y se va secando, se pone a mojo un par de horas y ya está dispuesta para trabajar.

No corren buenos tiempos para los artesanos del mimbre. El abandono de la agricultura y ganadería, la aparición del plástico y la importación de estos objetos de países asiáticos que ha ido sustituyendo los artesanos por industriales, los han relegado a una mera función ornamental.

En Trujillo aún subsiste el último artesano extremeño, un tejedor que entrecruza las varas, a modo de hilos, hasta componer una pieza compacta, que conoce muy bien el oficio y el comportamiento de los materiales que emplea y tiene habilidad para evitar las fracturas en la urdimbre de mimbres o cañas hasta conseguir la pieza y la simetría que para ella pretende. Un artista de la cestería que pone creatividad e imaginación en su trabajo artesanal.

El oficio de mimbrero o cestero se ha convertido en otro más en vías de extinción, en el que solo artesanos como Eduardo Pablos Mateos no se resignan a que desaparezca la sabiduría que heredaron de sus antepasados. El artesano que nació en Trujillo en 1966, especializado en los trabajos de mimbre, formado en el seno de una familia artesana. Eduardo mantiene vivo el oficio, incluso ha impartido cursos de cestería, elaborando una gran variedad de artículos: cestas, cestos y gran cantidad de mobiliario decorativo. Expone y vende sus productos en las siete salas de artesanía abiertas en Extremadura, hace trabajos por encargo, adaptándose a los gustos particulares de cada cliente. Eduardo Pablos, desconectado de la tecnología, aprovecha el amanecer veraniego para que las fibras sean lo más manejables posibles. Quizá el poco cultivo de la materia prima en la región, el precio siempre a la baja o la falta de interés han condenado al olvido el material del sauce que artesanos como Eduardo mantienen respirando aún. La importación también es otro de los factores clave que han condicionado la desaparición progresiva de los talleres artesanales extremeños.

La cestería sigue siendo hoy en día en la mayoría de los países del mundo una creación que aprovecha la abundancia de la naturaleza y la convierte en obras de arte, que aunque algunas de ellas tengan una función específica, no dejan de ser piezas únicas e irrepetibles.

La alfarería

El modelado de piezas de barro y su endurecimiento por medio del fuego constituye una de las experiencias que definen no solo a una cultura determinada sino a la propia experiencia histórica de la humanidad si tenemos en cuenta que con la Revolución del Neolítico, y por tanto con la aparición de la agricultura y la sedentarización de las comunidades primitivas, hace su aparición la cerámica que supone una de las principales manifestaciones de la respuesta de las sociedades neolíticas a las exigencias de las nuevas formas de vida. Desde entonces, la cerámica, es un elemento que ha estado presente en la gran mayoría de culturas.

La actividad artesanal en Trujillo está representada por los hermanos Rodríguez Arías y por Belén de Miguel Sánchez, es uno de los ejemplos más representativos del patrimonio etnológico puesto que nos muestra la relación entre lo material y lo inmaterial, entre el objeto resultante y el conjunto de saberes que hacen posible la creación del mismo y que lo dotan de una serie de rasgos definitorios que lo vinculan a una experiencia -en constante evolución- histórica y cultural.

Hermanos Rodríguez, alfareros, negocio que ha pasado por diferentes generaciones. Son los únicos alfareros que trabajan dicha artesanía a día de hoy en la ciudad, teniendo en cuenta que en el año 1900 hubo en Trujillo 19 talleres de alfarería. Esta familia, de artesanos alfareros, de larga tradición, trascendiendo los conocimientos de padres a hijos, con su correspondiente evolución en el tiempo. En la actualidad trabajan en el taller los hermanos Carlos y Vicente Rodríguez Arias, que aprendieron el oficio de su padre, el cual, adquirió sus conocimientos de sus antepasados. La producción de loza en el taller se basa en la fabricación de piezas como tinajas, cántaros, botijos, anafres, pucheros, ollas, barril de campo; loza que engloba mayormente la producción tradicional de Trujillo.

Con el paso de los años la fabricación de productos ha ido evolucionando hacia la elaboración de productos más elaborados en decoración y esmaltados, como bandejas, ensaladeras, platos decoración, platos de uso cotidiano, menaje cocina, macetas, huchas. En los primeros años del siglo xx se extraía la arcilla de una finca cercana, se trasladaba el barro extraído, junto a la charca de San Lázaro, donde se encontraban los pilones y las eras, para su limpieza, proceso que se denomina colado; con el fin de retirar todas las piedras e impurezas que pudiera tener la arcilla extraída en bruto. Una vez realizado este proceso, al cabo de unos días cuando el barro se podía manejar, es decir, se ha evaporado la suficiente y adquiere dureza para poder ser moldeado se trasladado al taller. El proceso anteriormente comentado tenía una duración de 2 o 3 semanas en pleno verano.

En la actualidad, la arcilla la compran ya elaborada, solamente para trabajarla, lo que les facilita trabajar diferentes tipos de barro, como por ejemplo, terracota para jardinería (macetas), refractario (pucheros y cazuelas), y clásico para el resto tipo de loza.

En el taller, el barro se amasa en relación a las piezas que se quieren fabricar. Una hornada (cantidad de loza que cogía en el horno) se tarda en hacer unos 20 o 25 días. Hasta hace algunos años, utilizaban tornos manuales que eran manejados con el pie y en la actualidad, disponen de hornos eléctricos que facilitan el trabajo, al igual que el proceso de amasado ya no es con las manos, y se realiza con una máquina llamada galletera (amasadora). Durante ese tiempo la loza se iba secando mientras se hacía más, hasta que toda estuviera seca, para posteriormente poder ser introducida en el horno.

El horno era de características árabes, combustión de leña. La duración cochura es de una media de 10 horas aproximadamente, durante las cuales, las primeras 5 o 6 horas se hace a base de palos gordos para que la combustión sea lenta, este proceso se denomina templa, cuya finalizad es la de eliminar toda la posible humedad que tengan las piezas y evitar la rotura. A partir de esas horas, se quema con tablas en mayor cantidad y acabando las últimas horas con escobas, para dar color a la loza.

Asisten a lo largo de año a diversas ferias: Zamora, Salamanca, Valladolid, Benavente, Logroño, Getxo, Barcelona, La Galera, La Bañeza, Barco de Valdehorras, El Escorial, Ávila, ... Y en Extremadura: Don Benito, Badajoz, Zafra, Salvatierra de los Barros, Cáceres, Plasencia, Trujillo, etc.

También se pueden encontrar productos en diferentes salas y centros de promoción de la artesanía, promovidos por las diputaciones de Cáceres y Badajoz. Estos centros y salas están localizados en Cáceres, Trujillo, Plasencia y Guadalupe; y Badajoz, Llerena y Villafranca de los Barros.

Los hermanos Rodríguez Arias han obtenido algunos premios en el Martes Mayor de Plasencia, durante tres años en la modalidad de alfarería. También se han realizado diversas publicaciones sobre el taller en revistas y diarios, así como una tesis doctoral elaborada por Miguel Alba Calzado, Arqueólogo del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida.

Los métodos tradicionales de fabricación comenzaban arrancando la arcilla de la tierra, para posteriormente transformarlo en material sobre el que trabajar. La cual más tarde se dará forma para elaborar los diferentes utensilios que se utilizaban en la vida cotidiana, como por ejemplo: cantaros, tinajas, botijos, anafres y un largo etc.,

Es una actividad artesanal con una presencia destacada dentro de los aspectos identitarios de esta población, así como su propia importancia histórica por cuanto tenemos referencias a la existencia de esta actividad en la población desde la Baja Edad Media.

La artista trujillana Belén de Miguel Sánchez está especializada en cerámica. En los años 80 viaja a la Isla de Ibiza, donde comienza a trabajar como aprendiz en «C´an Rafila», taller de cerámica creativa dirigido por Nacho Revilla.

Tras esta experiencia, ya en los 90, regresa a Trujillo donde instala su propio estudio de cerámica, actividad que mantendrá a lo largo de todos estos años. Es cofundadora de Asociaciones de artesanos y diversos colectivos tanto locales, como regionales.

Los trabajos realizados son con arcillas de baja temperatura y está especializada en trofeos, regalos personalizados, merchandising, etc.

Forma parte del movimiento local Extrujarte, con el cual participa anualmente en la exposición colectiva de artistas trujillanos. En la actualidad se dedica tanto a la cerámica creativa, como a los encargos personalizados, actividades estás que compatibiliza con la formación a través del Colectivo Krear-te, al que pertenece.

En la actualidad es un oficio casi en extinción que a duras penas sobrevive a la sociedad de hoy en día. Trabajo que siempre ha sido de pueblo, humilde y ante todo elaborado con paciencia, dedicación y pasión, de generación en generación. La alfarería, ha sido siempre un arte y es considerado como uno de los oficios más antiguos, este ha permitido al hombre su evolución con la elaboración de piezas tan dispares como botijos, cántaros, tejas, ladrillos, etc. Aplicadas algunas a tareas arquitectónicas.

El principal problema con el que se encuentra este oficio es que en la actualidad se está perdiendo, fundamentalmente por el nacimiento de las nuevas tecnologías que hacen que todo el proceso de elaboración de la pieza se haga con máquinas, sustituyendo el trabajo manual; y por otro lado la falta de aprendices interesados en su aprendizaje. El elevado coste del trabajo manual no hace rentable este oficio, no pudiendo competir con los trabajos mecanizados y es por lo que estos artesanos enfocan hoy día más su labor hacia la decoración.

Este siempre ha sido un oficio que se ha transmitido de padres a hijos, y como se aprecia en el reportaje, nos encontramos con un hombre joven que ha querido seguir la tradición de sus antepasados, a pesar de los tiempos que corren de crisis económica.

Los hermanos Rodríguez Arias son herederos de una saga de alfareros que generación tras generación han pasado sus conocimientos en la modelación de la arcilla en Trujillo, ellos han ayudado a redescubrir un oficio en desuso, el cual ha servido para entender este tipo de cultura. Un arte que sin duda, no se debe perder nunca.

El arte de la forja

El hierro es el metal más difícil de trabajar debido a su dureza ya que se funde a más de 1.500 grados y aunque abunda en la naturaleza no resulta fácil su obtención con medios rudimentarios. El hierro forjado es el metal del herrero por excelencia, hierro soldado y moldeado en el calor de la fragua. El acero templado moderno es más resistente pero se oxida y no dura tanto tiempo como el hierro forjado.

Históricamente se ha datado el uso del hierro por el hombre hacia el 3 600 antes de Cristo, en una zona (El Cáucaso), en Trujillo datamos la utilización del hierro entre los siglos v y iii a. C. Su uso en diversas artesanías e industrias pronto se popularizó aunque con esta difusión perdió parte de su prestigio. Como material artístico en Trujillo encontramos obras diseñadas por Eduardo Herbás en el siglo xix, y aunque a veces es difícil marcar la frontera entre arte y artesanía en objetos como verjas o rejerías, en nuestra ciudad aún existen artesanos de la forja que convierten en arte sus obras, tal es el caso de Julio Corrales Bravo, cuyas esculturas ya lucen en determinados espacios, calles y plazas de algunos pueblos de la provincia de Cáceres. Corrales, poco a poco, se ha ido especializando en obras de gran tamaño. Además, a lo largo de los años, ha conseguido que sus potenciales clientes le den libertad «total» para hacer sus obras. Este hecho se debe, entre otros motivos, a que ve arte en elementos y artículos donde otros mucho no lo ven, aprovechando todo tipo de materiales. Un ejemplo de ello son las diferentes versiones del Quijote.

Por otro lado, el contacto con el metal del artesano lo encontramos en dos talleres de forja trujillanos cuyo trabajo se materializa en el continuo y rítmico martilleo sobre el yunque, de barras y pletinas de hierro incandescente. Golpe a golpe se define con precisión las líneas y curvas que mágicamente dan forma a la obra de forja. Esa transformación de algo durísimo en material maleable que, sometido al fuego adopta sucesivamente toda la gama de los colores cálidos y formas, sigue siendo todo un espectáculo. El artesano previamente a desarrollar su trabajo y elaborar las piezas en forja ha dibujado con precisión unos bocetos que reflejan la idea que tiene de la obra que a continuación va a crear.

El oficio de forjador requiere un dominio exhaustivo de una técnica depurada y de un conocimiento en el tratamiento del hierro.

En Trujillo existen dos talleres que aún mantienen la tradición. El taller de forja de Alvarado en Trujillo, con casi 100 años de historia, fue creado a principios del siglo XX por Juan Alvarado Duchel en una época en la que además de rejas y puertas, se arreglaban carros, útiles de labranza, herramientas, utensilios de cocina, todo ello al calor de la fragua y a golpe de martillo. Su trabajo consistía en elaborar objetos de hierro, utilizando para ello herramientas manuales para martillear, doblar, modelar o cualquier otro método utilizado para dar forma al hierro. La fragua era un lugar de reunión en el que se daba rienda suelta a las opiniones, críticas y bromas haciendo bueno el dicho de «día de agua, taberna o fragua».

Ya en los años sesenta pasaba el negocio a manos de Antonio Alvarado Barquilla, hijo de Juan y aparecen las primeras máquinas eléctricas, soldadores, taladros, radiales, etc., combinando los trabajos artesanales con las nuevas maquinarias. A partir de los noventa pasa a la tercera generación, Antonio Alvarado Solís en una época en la que se revitaliza la artesanía y vuelven los oficios artesanos. Antonio complementa la formación recibida por su padre con la de alumno de las antiguas escuelas taller o de oficios de las que posteriormente será monitor ya bajo el nuevo formato de @pendizex, perteneciendo a diferentes asociaciones de artesanos y exponiendo en diferentes ferias de artesanía, tanto dentro como fuera de nuestra región y abriendo su propia tienda en el centro de la ciudad. En la actualidad se realizan todo tipo de trabajos de cerrajería: puertas, rejas, cerramientos para viviendas. Muebles de interior y exterior, rótulos publicitarios y todo tipo de complementos, veletas, lámparas, faroles, etc. Todas las piezas son diferentes ya que se adapta a las necesidades y gustos del cliente en cuanto a medidas, colores y diseños.

Antonio Alvarado mantiene uno de los últimos hornos de carbón de Extremadura en el que moldea el hierro sin poner límites a la imaginación.

El otro taller de artesanía en hierro le representan los hermanos Martín, una saga heredera de su padre cuyos cuatro hijos comenzaron a trabajar en el taller en los años 90 del siglo xx, una empresa líder en el sector, dedicada a la carpintería metálica, forja artística en hierro, acero inoxidable, portones, barandillas, etc.

La empresa posee una experiencia de 80 años, sirviendo a sus clientes de forma satisfactoria, adaptando los métodos tradicionales de trabajar la forja a las necesidades actuales, aplicando la más moderna tecnología y sistemas de trabajo. Como consecuencia de esto se consigue una empresa moderna heredera de una larga tradición, que realiza desde trabajos sofisticados en decoración, hasta complejas restauraciones del patrimonio histórico, rescatando de lo antiguo su esencia, pero adecuándose a las necesidades de hoy.

Artesanía textil

Rosario Bravo Borreguero, nació el 4 de Noviembre de 1970. Aprendió la profesión a los 13 años de edad. Es la única artesana de bordado con fieltro, trabajos realizados con la técnica y materiales de los trajes típicos de Extremadura, que pervive en Trujillo. Artesana bordadora, del sector textil desde el mes de junio de 2012, cuyo objetivo principal es dar a conocer las raíces del traje típico Extremeño, adaptándole a diferentes complementos, trabajando la exclusividad de cada pieza, y dando la posibilidad a cada cliente de personalizar al máximo el producto a realizar.

Ejemplos: pulseras, broches, pendientes, anillos, colgantes...

Ha obtenido varios premios: Martes Mayor de 2012 otorgado por el Excelentísimo Ayuntamiento de Plasencia por la capacidad de adaptación e innovación de iniciales antiguas a complementos; seleccionada como Mujer Rural Emprendedora, por la Oficina de igualdad y violencia de género de la Mancomunidad de la comarca de Trujillo.

Bajo el lema Sembrando FUTURO, recogiendo OPORTUNIDADES. Día internacional de las mujeres rurales. Mérida 20-Octubre-2012; premio del Martes Mayor de 2013 otorgado por el Excelentísimo Ayuntamiento de Plasencia por la capacidad de adaptación e innovación del traje típico a complementos de decoración como los abanicos bajo el nombre de «Aires de Extremadura»; premio del Primer accésit del 29 de noviembre de 2013 en el XV concurso de Artesanía realizado y otorgado por el Gobierno de Extremadura, a la obra «Herencia de Tradiciones», galardón obtenido por el saber-hacer tradicional; premio del Martes Mayor de 2014 otorgado por el Excelentísimo Ayuntamiento de Plasencia a la capacidad de adaptación e innovación de bolsos como base del traje típico extremeño, naturaleza Extremeña utilizando corcho y el bordado de la flor de «Jara» y fiestas populares como el «Jarramplas»; premio del Martes Mayor de 2016 otorgado por el Excelentísimo Ayuntamiento de Plasencia a la capacidad de adaptación e innovación del bordado a distintos complementos del traje típico extremeño, premio otorgado al trabajo artesano en el rescate de técnicas y saber hacer de nuestros mayores en torno al folklore extremeño.

En su trayectoria, como obras de interés posee la realización de banderas en diferentes telas, diseño y bordado de refajos y traje de hombre, estandarte en terciopelo de la Cofradía del Santo entierro de Torrecillas de la Tiesa (Cáceres), dos estandartes sobre terciopelo bordado con hilo dorado para la Cofradía de la Soledad y Antiguos Cruzados, estandarte, bordado a ambas caras, de la Banda de Música «Antonio Flores» de Trujillo, réplicas de refajos que se bordaron antiguamente y los cuales se han rescatados.

Cuenta con siete puntos de ventas, que son las distintas Salas de Artesanía repartidas por Extremadura (Trujillo, Cáceres, Badajoz, Plasencia, Villafranca de los Barros, Guadalupe y Llerena), además de la venta directa por internet, debido a que dispone de una página web de Artesanía que, a diferencia de las demás, en esta puedes personalizar cualquier producto de los que se encuentran incluidos en la página.

El arte de la orfebrería

Vicente Chanquet Hernández, orfebre perteneciente a una famosa dinastía de orfebres que dejaron sus raíces y su Arte en Trujillo. El arte es tanto más puro y auténtico cuanto más profundamente hunde sus raíces en el alma del pueblo, y eso lo consiguieron los orfebres Chanquet en nuestra ciudad. Miembros de una saga que se remonta a Francia, por azares del destino tuvieron taller familiar establecido en El Gordo y Peraleda, Hipólito Chanquet y su esposa Valenciana Fernández, que habían aprendido el oficio de la filigrana en Ceclavín con el maestro Luciano Morán, escuela insuperable de la orfebrería regional. Desde Peraleda de la Mata se trasladaron a Trujillo, tuvieron 16 hijos, todos aprendieron el oficio. Entre todos ellos destacó Lorenzo, se nació en el año 1922, transmitiendo a sus hijos el oficio de la orfebrería. Muchos de ellos recibieron medallas nacionales y diplomas de honor junto con su padre Lorenzo. Concretamente, en el año 1974 Lorenzo recibió la Medalla Nacional de Artesano Distinguido. Está acreditada familia ha trabajado para personajes famosos del teatro y la comedia, así como para políticos que han llevado sus más apreciadas joyas procedentes de las manos de estos artesanos, Grace Kelly, la princesa de Mónaco adquirió un aderezo, igualmente la condesa de Quintanilla, la hija de Franco, la señora de Calvo Sotelo, de Adolfo Suárez, la Ministra de Cultura Soledad Becerril, la embajadora de Estados Unidos en América, S. M. la Reina de España doña Sofía, las hermanas Koplowitz, así como modistos prestigiosos como Pertegaz, que utilizó en muchos de sus desfiles botonadura y aderezos del taller de los Chanquet. Esta familia ha trabajado para joyerías de de toda España.

Una tradición familiar arraigada desde hace tiempo en Trujillo y que yo personalmente he tenido la suerte de conocerles y ser amigo desde la niñez de uno de sus hijos, Vicente, que con enorme ilusión y nervioso me explicaba cómo había llevado a cabo la limpieza, pulido y ajuste de la corona de nuestra Patrona y la del Niño Jesús, colaborando así con la Hermandad de la Virgen de la Victoria en unas fiestas tan nuestras y en las que por cuestiones profesionales y familiares no había podido disfrutarlas en otros momentos. Su mayor ilusión era regresar a su ciudad natal, Trujillo, inspirado en unos pendientes de su abuelo Hipólito con los que ganó el premio en el XVI Concurso de Artesanía de la Junta de Extremadura. Por fin, este año lo ha conseguido, y todos sus amigos le hemos abierto las puertas.

Vicente Chanquet es el auténtico heredero de una generación de maestros orfebres, hunde sus raíces allá en el año 1844, cuando el clero de Zaragoza mandó llamar a los orfebres franceses, considerados los mejores del mundo, para realizar las joyas de la Virgen del Pilar, esa fue la primera vez que un Chanquet (José) llegó a España, especialista en Arte Sacro como los afamados Granda que realizaron la corona de nuestra Patrona. Esta estirpe de artesanos acabó instalándose en Extremadura como ya hemos explicado. Vicente pertenece a la cuarta generación de esos maestros, una familia dedicada por entero a este oficio. El artista combina la fabricación de piezas artesanales con la innovación constante de diseños y formas. La realización de una de sus piezas suele iniciarse con la compra de oro o plata en estado puro. El trabajo de orfebrería se puede realizar en chapa o en hilo. Para realizar una pieza calada es necesario trabajar en hilo, fundiendo una barra hasta lograr un hilo de un grosor moldeable con una pinza. Después se crea un armazón, siguiendo un diseño previo, que se rellena con hilo doble plano y al que se van añadiendo los adornos. Cada una de las herramientas con las que trabaja el artista, para crear cualquiera de las pequeñas piezas que utilizar, han sido realizadas por él mismo. Una vez que tiene la pieza formada se baña en ácido, para que recupere su color natural, se cepilla y se pule. Pero vigente, además de trabajar el oro y la plata, realiza esmaltes en chapa, diseños de marfil, da baños de oro y plata a todo tipo de joyas y ha realizado piezas para museos y salas de arte, como las que se encuentran expuestas en el Museo de Arte Romano de Mérida. Un artista que combina la tradición y el diseño. Sus obras han dado la vuelta a España, con importantes exposiciones realizadas en Trujillo, Santiago de Compostela, Granada, Cáceres, Barcelona, Moratalaz, Getafe, Canarias, Madrid, Santander, Mérida, en distintos lugares de Portugal y EEUU.

Sonia Hernández Rafael (SONIA HER), diseñadora de joyería contemporánea, se inició en el mundo del arte, realizando trabajos de azulejería tradicional y reproducciones cerámicas del siglo VII Siria. Posteriormente, dedicó gran parte de su tiempo a aprender técnicas de cerámica tradicional española y decoración de piezas tradicionales islámicas y mudéjares. Tiempo después, exploró su propia visión del diseño, con el propósito de realizar una pieza única e inmortal a través del tiempo.

Años después, comenzó a realizar esculturas en acero, esto fue un gran reto personal, este aprendizaje fue un gran descubrimiento que abrió nuevas posibilidades y horizontes para sus nuevas creaciones artísticas; las cuales combinó con sus conocimientos previos.

Actualmente, realiza diseños en joyería, técnica que aprendió de unos maestros orfebres, que adquirieron sus conocimientos de las tribus de los nativos americanos; los Hopi, Dene (País Navajo) y la tribu de los Zuñi, de Los Estados Unidos de América. La ayudaron a realizar piezas de joyería desde su base, a observar e integrar la naturaleza que nos rodea y trasladarlo a sus creaciones. Ha estado diseñando joyas, desde el principio de su carrera profesional en Estados Unidos, pero ha sido hace unos años cuando decidió dedicarme profesionalmente a la realización de joyería contemporánea. Los materiales que utiliza para realizar sus creaciones suelen ser mayoritariamente son, plata, cobre, oro y acero; también trabaja con materiales reciclados, plástico, madera, aluminio, fieltro y papel, expresando y consolidando su visión como orfebre profesional.

Por último, citamos a José Manuel García Sánchez, conocido en el mundo artístico como «Jomi», se mueve en la frontera entre el arte y la artesanía, en este campo realiza colgantes de madera, marca-páginas, libretas, y toda clase de productos que afloran como formas orgánicas cargadas de sentimientos encontrados, con varias lecturas e interpretaciones, en figuras ambivalentes con nervios exoesqueletos, antenas y huecos, todas las formas reconocibles en el interior y en el exterior del alma humana, estando en sus obras siempre presentes el paso del tiempo. De hecho, algunas de sus creaciones sorprende gratamente, puesto que su visión del cuerpo humano difiere de los cánones tradicionales, habituados a los estudios anatómicos o de la sublimación.

Nació en Trujillo en 1970, nieto de artesanos, un abuelo cantero y otro ebanista. Desde pequeño sentía una atracción especial por las artes plásticas y empezando en el colegio, clases de dibujo y pintura, pasando por un taller de maquetas artesanales en madera, durante 3 años, donde aprendió a tallar, 11 años en la Escuela de Bellas Artes «Eulogio Blasco», de Cáceres, con las Diplomaturas de Dibujo, Diseño Gráfico y Escultura, y continuando con cursos de Diseño Gráfico, Infografista de Medios Audiovisuales, etc…

Con obras tridimensionales en diversos materiales como hueso, cuernos de animales, madera, barro, mármol, resinas sintéticas, …, y multitud de obras pictóricas, todas realizadas a la misma vez o entre otros trabajos temporales, entre ellos profesor de dibujo y pintura y restaurador de obras de arte durante algo más de 5 años.

Entre los logros más destacados está el haber sido seleccionado en el Concurso Internacional de Bellas Artes de Chelsea (New York, 2014), en 2 Convocatorias Bienal 100 Kubik en Köln (Alemania), en las Convocatorias del grupo Emotions of the World en Mónaco, Sao Paulo, Milán, New York, Dubái, London, …, en la I Biennial Contemporary Art Marbella 2015, en el primer Certamen de Pintura de Aves SEO/BirdLife en El Rocío (Huelva), en el 8º Premio de Escultura Figurativa Ciudad de Badajoz, haber participado en ferias de arte como New Art Fair París 2013 y exposiciones como Vive-Arte 2013 y 2014 en Villafranca de los Barros (Badajoz), Proyecto IBERarte 9Ocre Arte ê Tendencia en Montemor o Novo (Portugal), ARTE 50, Exposición Internacional de Artes Plásticas Lisboa 2014, Circuito Cultural AUPEX 2012, en museos como el Museo de la Cárcel Real de Coria (Cáceres), etc…

Listado de los Artesanos de Trujillo

EDUARDO PABLOS MATEOS

ALFARERIA RODRÍGUEZ

MARIA DEL ROSARIO BRAVO BORREGUERO

SONIA HERNÁNDEZ RAFAEL (SONIA HER)

CERRAJERÍA ALVARADO

TALLER DE ARTESANÍA EN HIERRO

HERMANOS MARTÍN, TALLER

VICENTE CHANQUET HERNÁNDEZ

BELEN DE MIGUEL SÁNCHEZ

JOSE MANUEL GARCÍA SÁNCHEZ «JOMI»

Sala de Promoción de la Artesanía Convento de la Merced

La Sala de Promoción de la Artesanía «Convento de la Merced» se localiza en la ciudad de Trujillo, uno de los conjuntos histórico artísticos más destacados de Extremadura. Esta sala se ubica en la Iglesia del Convento de la Merced, fundación del siglo xvii, que forma parte de este conjunto monumental.

El Convento de la Merced tiene su origen en la Orden de Redención de Cautivos de La Merced, que estuvo vinculada a la ciudad, a saber, desde el año 1590 en que Fray Juan Pizarro y Fray Diego de Sotomayor, miembros de seculares linajes trujillanos, solicitaron al Concejo fundar casa en la ciudad. No fue, empero, hasta 1594, que lograron el apoyo a la empresa de doña Francisca Pizarro Yupanqui, hija del conquistador del Perú, quien patrocinó la nueva fundación.

El nuevo convento, de estilo Barroco, no llegó a concluirse hasta el siglo xviii. Contó con modernas e ingeniosas infraestructuras, como la escalera del patio, adulcida en cercha, o el propio claustro. La iglesia, inconclusa, fue concebida como un templo cruciforme, con transepto poco desbordante y cúpula sobre el crucero, pero el proyecto quedó en un sencillo cajón con cabecera hemipoligonal. Fray Gabriel Téllez, Tirso de Molina, fue Comendador aquí entre 1 626 y 1 629, es decir, durante los años en que comenzó a erigirse este edificio.

La Sala de Promoción de la Artesanía ocupa lo que fue la antigua iglesia, y que mediante convenio de colaboración con la Diputación Provincial de Cáceres y el Ayuntamiento de Trujillo, este espacio que forma parte de la Red de Centros de Artesanía de Extremadura tiene como objetivos la promoción, difusión y comercialización de los productos y talleres artesanos extremeños. Fue inaugurada en Julio de 2012.

Tiene una superficie de 300 m2 distribuidos en una sola planta, en los que se desarrolla una amplia y extensa exposición comercial de artesanía extremeña.

Esta Sala cumple con unos objetivos de promocionar, divulgar y comercializar las diferentes producciones de las empresas artesanas extremeña. Como tal, es un centro de referencia de la Artesanía de Extremadura. Y en ella el visitante puede dar un paseo virtual a través de las manufacturas artesanas por la geografía extremeña.

Artesanos de las diferentes poblaciones aquí exponen y vende sus productos, haciendo llegar el buen hacer y ofreciendo lo más granado des sus producciones. Encontramos productos de diferentes oficios artesanos: Alfarería, cerámica, talla de madera, ebanistería, carpintería artesana, textil, bordados, piel, marroquinería, fibras vegetales, mimbre, bálago, corcho, vidrio, vidrieras emplomadas, joyería en vidrio, filigrana, joyería, metalistería, forja y herrería, juguetería…

Obras de mas de 60 empresas artesanas integradas en el Registro de Artesanos de Extremadura, bajo la Marca de Artesanía de Extremadura.

Sala de Promoción de la Artesanía

Convento de la Merced

C/ De la Merced Nº 2

10200 TRUJILLO (Cáceres)

Horarios:

Invierno: 10 a 14 y 16:30 a 19:30 h.

Verano: 10 a 14 y 18 a 21 h.

Abierto de Martes a Domingo



Artesanos de Trujillo

RAMOS RUBIO, José Antonio / RODRIGUEZ MATEOS, Irene

Publicado en el año 2018 en la Revista de Folklore número 439.

Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz