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Revista de Folklore número

358



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Las eras de pan trillar, 1918

GARCIA DE ANDRES, Paulino

Publicado en el año 2011 en la Revista de Folklore número 358 - sumario >



En el Catastro del Marqués de la Ensenada, se puede leer lo siguiente: “Una pieza de tierra de eras inmediata a la población contiene ocho fanegas, confronta a tierra de herederos de Pascual García, de poniente la Serna, al norte prado de Joseph de la Puente y al sur camino de la Dehesa, se arriendan para trillar en ocho fanegas de trigo y cebada por mitad y su figura es la del margen”. La figura es casi cuadrada.

Es mediados del mes de Agosto. Los haces de trigo y de cebada ya se han hacinado y desde lejos la Cerca, que así se llamaba a las eras, ya que anteriormente había sido una finca cercada, se asemeja a pequeñas cadenas montañosas amarillas. Aquí los segadores que, al terminar la siega en Andalucía, subían a La Mancha y luego juntos, andaluces y manchegos cerraban su Agosto en Castilla, ponían el trancón definitivo en los pueblos de la Comarca de Tiermes, una de las últimas zonas de la Península en segar los cereales: trigo, cebada, avena y centeno, empleado este último, una vez separado el grano a fuerza de golpes contra algún tablón, para hacer el bálago que se empleaba para atar las gavillas y así hacer los haces. Los acarreadores que lo eran desde los cinco años hasta que aprendían a segar con la hoz, tenían ya bastante tiempo libre para jugar y hacer casitas junto a las paredes que rodean las eras de Tarancueña e, incluso, para ir al río Adante, a pocos metros de allí, al cauce o a la misma presa del Molino de Esteban, siempre que picaba el polvo de la trilla, sobre todo el de la cebada. Uno de los acarreadores de mi tiempo me contó que una vez una veraneanta le invitó a pescar, al tropezarse en el río, en el Pozo Molina. El acarreador la tuvo que decir que no, que tenía que acarrear. Tendrían unos trece años los dos. Me cuenta que piensa que si hubiera ido a pescar con ella, le habría visto las piernas. Este acarreador que tenía que tocar a misa todas las mañanas, subía al campanario con la esperanza de verla, pues a esa hora la chica de la pesca se levantaba y abría la ventana Desde el campanario, que años más tarde tiraron al arreglar el tejado, se la veía asomarse a la ventana, pero nunca se la veía más que su cara, lo cual le satisfacía, aunque no del todo. Fue su primer amor romántico.

Pero volvamos a las eras. Volvamos y demos vueltas a la parva. Alrededor de veinte días trillando. Después una semana más o menos aventando o “ablendando” que de las dos maneras se decía. Cuando yo era niño ya teníamos aventadoras, pero también muchos seguían utilizando las horcas para volver la parva, los bieldos o bieldas y palas para separar el grano de la paja, lanzando al aire la horcada. El grano se media con la media. Unos 20 kilos. Dos medias era una fanega. Después se cargaba en mulas o machos y se subía a la troje o cámara que estaba en la planta superior de las casas. Sin duda se conservaba mejor en esa planta, pero ¡cuánto esfuerzo nos costaba! Con frecuencia alguien de la familia guardaba la era pasando la noche al raso. No eran frecuentes las rapiñas en la era, pero las había. Luego acarreábamos la paja en las redes. En Tarancueña teníamos unos pajares típicos. Con dos entradas. Por la calle de arriba descargábamos la paja y con poco trabajo quedaba ya amontonada en el pajar y no había que palearla. Por la de abajo se cogía en cestas o sacas cada día cuando se necesitaba y se llevaba a hombros hasta las cuadras de los animales, que siempre estaban en la parte de atrás de la planta de entrada a la casa. ¡Qué lástima que la emigración y las fuertes tormentas del verano se llevaran algo tan especial, auténtico e histórico de Tarancueña como eran los pajares. Ahora se ha construido un muro que tardará muchos años en coger el color de los tejados rojos.

En mi casa teníamos dos mulas y un caballo. Para hacer yunta con el caballo, mi padre me mandaba a casa de mi tío Tomás a por el burro. Me sabía muy mal tener que hacerlo, pero iba. Peor le sabía a mi tío dejarnos el burro, porque decía que le poníamos dentro, es decir, en el lado que más toca tirar del trillo. Pero estoy seguro que era su primer repente, porque nos llevábamos muy bien con mi tío. Estos primeros repentes son frecuentes en la familia de los “Riau”.

Cuando se terminaba de eras, debían quedar limpias y pasaban a ser eras comunales, para pasto de los animales del ganado ovino, bovino y mular. Las eras de la Cerca, parece ser que procedían de una finca particular cedida al ayuntamiento y que este se encargó de partirlas y sortearlas entre los interesados. Con el dinero de su venta se construyó la casa del Ayuntamiento, Casa Consistorial, que ahora es bar social en la parte planta de calle, y sala de juntas, charlas y archivo la planta primera. La última planta se usa de almacén de pertenencias del ayuntamiento, una báscula, la manguera contra incendios, una escalera y poco más. Las eras que no estaban en la parte central superior eran particulares a todos los efectos, aunque sus propietarios también entraban en el convenio comunal.

La imagen del ganado mular en la Cerca pastando, sobre todo el primer día de la suelta que era el día de San Isidro, permanece en mí como si fuera ayer. Habían estado cerrados en casa, con poco trabajo durante el invierno y principios de la primavera, y ahora se veían libres, corrían “a los cuatro pies”, se coceaban pero sin llegarse a dar casi nunca. A los más rebeldes por más descansados se les ponía el trangallo para dominarlos y que no se escaparan a los sembrados más cercanos.

En la actualidad, si el año es bueno, se crían muchas setas en las eras. Las ovejas de la familia Ricote García las pastan cuando lo creen oportuno, ya que las tiene arrendadas. En el verano sirven de solaz a los veraneantes hijos del pueblo y propietarios de dichas eras. Los niños pedalean sin cesar y juegan al fútbol. Por cierto que, tanto los niños como los jóvenes, ganan a todos los pueblos de la Comarca. Al estar el suelo algo irregular no pude conseguir que viniera el Numancia B a jugar contra la selección comarcal el XXV Día de la Comarca de Tiermes, que celebramos en Tarancueña en Agosto de 2004 con presencia del presidente de la Diputación, Don Efrén Martínez. Me dijeron que era peligroso para los futbolistas, pues había bastantes hoyos. Si hubiera sido sólo eso, los habría tapado yo.



Escrito del “Convenio para la cesión de la Cerca con objeto de dedicarlo a Eras de pan trillar y pastos para las yuntas”

En Tarancueña.a veinticinco de diciembre de mil novecientos diez y ocho, siendo las tres de la tarde y en convocatoria al efecto, se reunieron en la Sala Consistorial, bajo la presidencia del Sr. Alcalde, Don José García, los tres concejales y contribuyentes ganaderos, quien después de contar el número de concurrentes y resultando mayoría, el propio Sr. Presidente manifestó: que esta tenía por objeto la necesidad de buscar un medio que, sin perjudicar en lo más mínimo no solo los intereses generales sino los recursos del presupuesto para reunir fondos con que poder atenderlos, y estos para terminar las obras de reparación de la Casa Consistorial las cuales se hallan pendientes por falta de aquellos, siendo así que dicha casa es tan necesaria como urgente para colocar en ella el archivo municipal así como una habitación donde instalar las oficinas municipales de las cuales se carece en absoluto, porque siendo el caso en un día no muy lejano no se consienta ocupar la que voluntariamente tiene cedida el Sr. Secretario, esta Corporación se vería en la imprescindible necesidad de alquilar otras, cuyos gastos de alquiler redundarían en perjuicio y con cargo al presupuesto, lo cual procede evitarse puesto que sin grandes sacrificios existen medios para llevar a cabo las obras de dichos locales en la citada casa; por lo que a su juicio sería muy conveniente en atención de haberse dejado la Cerca para pastos de la ganadería, se distribuyera en varios lotes capaces para eras de pan trillar los cuales podrían adquirir los contribuyentes que lo necesitasen porque a no dudarlo además de mejorar sus pastos el importe de las que se adjudiquen vendría a enjugar con el mismo el todo o parte de las citadas obras y sin necesidad de recurrir a otros medios como son un reparto extraordinario que sería enojoso y perjudicial a los contribuyentes, como antes se indicó. Por todo lo cual se estaba en el caso de acordar lo que proceda. Abierta discusión acerca de lo indicado por el Sr. Presidente, considerando muy conveniente y ventajosa la proposición sentada se acordó su aceptación. Para poder llevar a cabo dicha proposición, nómbrese una comisión en unión de la Corporación se encarguen de hacer los lotes y demás trabajos para la subasta de aquellos, una vez hechos se adjudiquen al mejor postor bajo las condiciones siguientes:

1ª El adquiriente será de su cuenta la limpia y arreglo de las mismas a fin de mejorar sus pastos sin hacer en ellos obras de mampostería ni pared.

2ª Tampoco tendrá derecho a dicha era una vez terminadas las operaciones de recolección, trilla y demás hasta extraer la paja y tamos, lo que limpiará sin dejar malla residuos que puedan perjudicar la reproducción de los pastos.

3ª Que la cesión se hace a perpetuidad y que el pago se verificará en el plazo de treinta días a contar desde su adjudicación, para lo cual se le facilitará carta de pago en supresión de venta.

Así conformes lo aprueban y firman todos los Sres. Concurrentes, fecha arriba expresada.

José García, Damián Hernando, Pablo Manzanares, Dámaso de Pedro, Buenaventura Manzanares, Paulino García, Matías Hernando, Lorenzo Andrés García, Federico Ayuso, Martín Andrés, Félix de Diego, Mariano Puente, Casiano Ayuso, Blas Manzanares, Félix García, Francisco Puente, José Arribas, Juan Olalla, Pedro Fresno, Manuel García,, Calixto García, Timoteo de Pedro, Anastasio Vicente, Anastasio Barrio, Ramón Sánchez, Juan José Campanario, Toribio Manzanares, Ignacio Lucia, Valeriano Andrés, Federico Mozas, Inocente Andrés, Tomás Antón, Gregorio García, Fausto de Diego, Benjamín de Pedro, Luis Benito, Saturnino Elvira, Cayetano Puente, Felipe Vicente, Francisco Lozano, Lucas Olalla, Juan Mata, Laureano García, Práxedes Mozas, Ángel Ayuso, Julián Lozano, Leoncio Andrés, Lorenzo Andrés. El Alcalde Accidental Damián Hernando.


Carta de pago, 1920

Recibí de Don José García, vecino de este pueblo la cantidad de ciento veinticuatro pesetas en concepto de cesión de un pedazo de terreno en la Cerca señalado con el número uno trozo y sorteo consta de veinticinco metros lineales, o sea, por cada uno de sus lados con el exclusivo objeto que sólo utilizará para era de pan trillar. Linda por el Este otra del común de vecinos; Oeste otra de Pedro Fresno; Sur pared y Norte otra de Francisco Puente.

El adquiriente queda obligado a dar paso por sus cuatro lados y respetar las bases estipuladas en el contrato de cesión hecho por los contribuyentes para el objeto a que el citado predio ha de destinarse. Esta cesión se hace para siempre para el adquiriente y sus herederos.

Tarancueña a 18 de febrero de 1920

Por #124# pesetas # cents.

El Alcalde José García. El Depositario Dámaso de Pedro.

Tomé razón: El Secretario del Ayuntamiento Estanislao Calvo.

El Regidor Interventor: Buenaventura Manzanares.

Las eras serán en adelante lo que los propietarios quieran que sean, pero bueno sería que, en su mayor parte al menos, siguieran siendo lo que son. Nuestros antepasados tanto la señora que vendió la finca al Ayuntamiento cuanto los que las compraron, nunca pudieron imaginar, a buen seguro, el gran cambio industrial de la segunda mitad del siglo xx, por eso nos deberán perdonar si ahora la dedicamos a algo diferente.



Las eras de pan trillar, 1918

GARCIA DE ANDRES, Paulino

Publicado en el año 2011 en la Revista de Folklore número 358.

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