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Revista de Folklore número

182



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CARNAVAL EN LOS ANDES: EL "ANATTA" DE CANDARAVE (PERÚ)

BENITO, José Antonio

Publicado en el año 1996 en la Revista de Folklore número 182 - sumario >



INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

Al sur del Perú, entre Chile y Bolivia, se alza majestuoso este poblado andino, ubicado a 167 Kms. de la ciudad de Tacna, a 3.500 Kms. de altura, a la sombra del bellísimo volcán Yucamani de 5.500 Kms.

Candarave, junto a otras provincias, como Jorge Basadre, Tacna y Tarata, constituyen la subregión II o Departamento de Tacna cuyos límites son: por el norte la subregión Moquegua, por el sur la República de Chile, por el este la subregión Puno y la República de Bolivia y por el oeste el Océano Pacífico. Tiene una extensión de 14.766,63 Km2 que representan el 15,47% de la superficie de la región y el 1,25% de la nacional. La subregión, junto con Moquegua y Puno, forman la región "José Carlos Mariátegui".

La provincia de Candarave se divide en cinco distritos: Curibaya, Camilaca, Huanuara, Quilahuani y Cairani. Además comprende 11 de anexos que junto con los distritos la tienen por capital de provincia: San Pedro, Talaca (Pallata), Jirata, Mullini, Calleraco, Santa Cruz, Totora, Patapatani, Calientes, Huaytiri, Yacamani.

La más aceptada de las posibles etimologías de su nombre es "tierra raptada por el cóndor".

En la celebración de las diversas festividades, los Candaraveños han permanecido aferrados a sus viejas tradiciones y costumbres, es decir, a su auténtico folklore. Aunque con el transcurso del tiempo las formas hayan cambiado, la esencia misma de cada expresión popular, se mantiene fiel a sus raíces ancestrales, al bello legado de los antepasados.

Las pinturas conservadas en Jirata (Candarave) así como los petroglifos de Tarata o el poblado preincaico de Paramarca en Ticaco son testimonios bien elocuentes de las primitivas culturas. Candarave es un pueblo de ayllus de ascendencia aymara. Existían varios barrios Villapampa, Chulluncallani (Nueva Victoria), Santa Bárbara, salida hacia Totora.

Hacia 1536 Pedro Pizarro pacificó las tierras de Chucuito, Moquegua, Tacna y Taparacá en el levantamiento de Manco II. En 1540 se creó la encomienda a favor del conquistador Hernán Rodríguez de San Juan que debían tributar con sus productos básicos como aves, ovejas, cerdos, maíz, trigo, huevos, leña... Los partidos que figuran son los de llabaya, Cinto, Margarita, Curibaya, Candarave, Icumba, Sitajara, Camiara e Ite.

Hacia 1745 se hizo ya la revista en los repartimientos de llabaya y de Tarata. Figura como cacique Pedro Lupistaca que representaba a los indios de Macalao, Capilluni, Carampampa, Umalso, Huallatini, Sajata, Charachara, Corsa, Tintinaupamapa, Calchuna, Ancacollo, Chajalla, Palca, Acumali, Curibaya, Candarave e llabaya.

Los cacicazgos de llabaya y Candarave se convirtieron en curatos y debido a porfías económicas, el Obispo de Arequipa, el vallisoletano Manuel Abad Illana, en 1776 fijó sus límites. Posteriormente, Candarave fue creado como distrito en época de la Independencia, anexionado luego a la provincia de Tacna.

En 1874 pasa a integrar la provincia de Tarata. En 1875 se desmembran Curibaya y Huanuara para formar el distrito de Curibaya. En 1874 estuvo acantonado el destacamento "Santa Rosa" del comandante Mariano Guerra y Jacinto Aranívar.

Después se produjo la invasión chilena y ocupación del sur peruano en 1880 y la provincia de Tarata queda en poder de Chile durante 49 años hasta 1929 que es devuelta a Perú. Durante la ocupación chilena, Candarave fue capital provisional de la provincia de Tarata.

El 18 de agosto de 1988 se produce la creación de la provincia de Candarave por lo que deja de depender de Tarata. La proclamación fue el 23-X-1988 según Ley nº 24887. Los distritos son Cairani, Curibaya, Huanuara, Quilahuani y Camilaca. Es presidente del Congreso Héctor Vargas Haya. El primer alcalde fue el profesor Guillermo Ticona Avalos (finado) Puentes del 2 de mayo, Arica, Libertad, a quien le siguió en el trienio 1990-93 Hernán Silva Tellería: Parabólica, plazas en anexos, pavimentación de algunas calles y Pl.Grau. Desde el 1-3-1993 Apolinario Quispe Acero. El programa para conmemorar el V Aniversario de la creación política de Candarave como provincia es una buena muestra de su entusiasta quehacer.

Candarave se une a otros pueblos y ciudades mediante vías terrestres, como carreteras, caminos de ganado y caminos de a pie. Un medio muy eficaz de comunicación en esta zona es el teléfono con lo que se ahorran muchas horas de camino para tener que comunicar algo entre dos puntos a gran distancia.

De acuerdo con el proyecto especial TACNA, el Gobierno Nacional y la microrregión Tarata han realizado obras de infraestructura vial en la carretera Tacna-Tarata-Candarave con la firma del Convenio con BING-10-Tacna y los concejos provinciales de estas provincias con la Microrregión Tarata para la construcción de 25 Kms. de afirmado.

La mayoría de las fiestas que se celebran en Candarave se deben a motivos religiosos o civiles. Como fiestas religiosas más importantes tenemos la de Las Cruces (22 y 23 de mayo) en la cual una serie de cruces de madera elegantemente adornadas son paseadas en procesión por el pueblo y sus alrededores. Con ello se manifiesta gratitud y alegría por las cosechas, ayuda mutua y fraternidad. También es importante la fiesta de la Virgen de la Merced (24 de septiembre) que es la virgen venerada en la parroquia, cuya imagen es llevada en procesión.

Entre las fiestas civiles de mayor colorido se encuentran las de carnavales, de las que nos ocuparemos en el presente artículo, y la fiesta del Aniversario de la creación de Candarave como provincia; y las fiestas patrias, es decir el día en que conmemoran la independencia.

Todas estas fiestas van acompañadas de bebidas alcohólicas, tales como cerveza y chicha, caracterizándose los festejos por las manifestaciones de alegría.

EL CARNAVAL

La última edición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua define el carnaval como "fiesta popular que se celebra los tres días que preceden al comienzo de la Cuaresma y que consiste en mascaradas, comparsas, bailes y otros regocijos bulliciosos" (1). Otros términos similares utilizados en España fueron los de "carnestolendas" y antruejo. Pocas celebraciones festivas populares reúnen tantas condiciones a la hora de facilitar tan rica creatividad al folklore de un pueblo. Así se manifiesta en las aldeas andinas.

Presentamos algunas notas del folklore candaraveño, guiados del magisterio del más ilustre hijo de esta villa andina, Fortunato Zora Carvajal, puestas al día por otro hijo de la villa Arturo Cusicanqui Guillen.

El carnaval de antaño, "anatta" en aymara, era un acontecimiento social, en el cual reinaba la alegría. Ricos y pobres se divertían a su manera, durante ocho días de domingo a domingo.

Con alguna anticipación, según era costumbre, se mandaba al "valle" (Locumba-Cinto) por licores y fruta de la estación: uva, duraznos, melones, sandías, higos, granadas, membrillos. Para envasar los licores se empleaban odres y anclotes.

Todos se surtían de los pertrechos necesarios para jugar: serpentinas, mixtura, talco, perfumes, chisguetes.

Los festejos comenzaban a las tres de la tarde del domingo con la entrada de la comparsa "No Carnavalón"; para ello se reunían en las afueras de la ciudad, los varones, especialmente los jóvenes y los músicos, con sus instrumentos. Luego de blanquearse la cara con talco y envolverse con serpentinas y disfraces estrafalarios, iniciaban el recorrido, casa por casa, cantando las viejas coplas apropiadas para cada momento. Acompaña a la comparsa una orquesta compuesta de guitarras, mandolinas, guitarrines, charangos, quenas y zampoñas. Avanzan por la calle principal con dirección a la plaza. Los hombres y mujeres, en parejas, dan la bienvenida al carnaval con estas coplas:

Ay carnavalito
al fin has llegado
para el consuelo
de un amartelado.
Estos carnavales
no se cantan tristes
porque la Cuaresma
luego nos embiste.
Aunque nos critiquen
poco nos importa:
en el carnaval
todo se soporta.

Al llegar a la primera casa donde ya las puertas estaban abiertas, ingresaban cantando:

A esta casa vengo
sin ser convidado
acaso por eso
seré desairado.
Yo no tomo vino
yo no tomo aguardiente
por eso me llamo
muchacho valiente.

Los dueños de la casa, sobre todo las damas, eran atacadas con chisguetes o chorros de bebida -generalmente chicha-, talco, papel picado, mientras seguían cantando:

Hace ocho días
que no tomo vino
el dueño de casa
no tiene cariño.

Era el momento en que las jarras de vino aparecían y todos alegres se servían y otra vez cantaban:

En esta casita
azucena crece
el dueño de casa
corona merece.

En seguida, todos satisfechos se retiraban, para ir a la siguiente casa y así sucesivamente hasta recorrer todas las calles.

El lunes por la mañana se reunían en la casa de una de las familias importantes, todos los invitados y comenzaba la diversión general, hombres y mujeres y quienes más disfrutaban eran los enamorados.

De pronto los de la orquesta tocaban los aires carnavalescos, cantando al mismo tiempo:

Cantemos, bailemos
alegrémonos
las glorias pasadas
acordémonos.
Rueda
rueda general
muchachos y viejos
todos a bailar.
Alégrense niños
háganse pedazos
ya se pasa el tiempo
de los cartuchazos.

En algunos poblados grupos de hombres y mujeres se dirijen a sus chacras (huertos) de papas (patatas) y exclaman: "¡Uruyatana choke!" = "Vamos a festejas las papas". Van de campo en campo danzando el "Anatta cusisi" (carnaval alegre) al son de las guitarras y de las quenas. Hombres y mujeres bailan en rueda, con pañuelos de colores y cogiéndose de las manos. A continuación sigue el "juego de los pepinos" utilizando matas de papas y frutos de la planta silvestre denominada "romaza". Este alegre y desenvuelto paseo busca que la cosecha sea abundante.

El martes era el más importante para las comunidades indígenas, el día de la culminación festiva del "anatta". Se formaban dos grupos de hombres y mujeres que lucían en tal fecha sus mejores trajes. Los varones pantalón azul vistosas "jallpañas", con tirantes cruzados al pecho (bolsas de finos tejidos con hilos de colores); las mujeres, falda azul y blusa blanca, acompañados de grandes pañuelos con membrillos y flores. Cada uno de estos grupos o "partidos" lleva dos guitarreros y dos queneros, y cuatro mujeres cantan en aymara:

Cantasi quitani / Vamos a cantar)
wistasi quitana / (vamos a alegrarnos)
anatau sipansa / (por el carnaval)
narane macutisa / (al año una vez)

A ratos los hombres dedicaban sus coplas a las mujeres en son de piropos o sátiras y ellas no se hacían esperar para responder:

Ellos:

Miren esa joven
que bien ha cantado
será porque tiene
el novio a un lado.

Ellas:

De lo que has cantado
mucho te agradezco
en correspondencia
de palos te ofrezco.

Ellos:

Dime, dime, dime,
dime la verdad,
para yo quererte
con seguridad.

Ellas:

Sabes que te amo
con amor profundo
con amor inmenso
que no hay en el mundo

Ellos:

Ayer por las nubes
no te conocí
ahora que no hay nubes
me muero por ti.

Ellas:

Anda a la cocina
a tomar sustancia
para que tus coplas
tengan consonancia.

Ellos:

Iré a la cocina
a tomar sustancia
pero que no sea
de manteca rancia.

EL BAILE DE LA ANATTA

Otra danza popular era la de los "Anattas", formada por hombres que, en columna de a uno y casi al trote, circulaban por las calles. Encabezaba el conjunto un guitarrista, seguido de otros que tocaban quenas. Cerrando la columna iban varias mujeres. Fuera de la columna iba el caporal provisto de un grueso chicote, con argollas en el extremo. Cuando se encontraban dos conjuntos de "Anattas", se provocaban unos a otros y terminaban formando un gran círculo, dentro del cual se enfrentaban los caporales. Primero ponían una granada en el suelo, para que el más diestro la partiera de un chicotazo. Luego ambos caporales se colocaban frente a frente, se levantaban el pantalón para mostrar que no llevaban canilleros; tan sólo un látigo o zurriago que estaba adornado con hilos de diversos colores, con un grueso nudo al extremo o punta y algunos cascabeles cantarines. Enseguida intercambiaban latigazos o zurriagazos tratando de tumbar al adversario, mientras que las mujeres cantaban y arrojaban flores alentando a los caporales. Antiguamente se designaba un árbitro o juez para presidir el concurso o torneo. Los hombres tomaban sus posiciones y se azotaban en las piernas hasta que uno de los combatientes caía al suelo. Las mujeres intervenían para separar a los combatientes que mostraban las canillas ensangrentadas por las argollas de hierro y las mujeres del bando triunfador se acercaban al vencedor y le arrojaban pétalos de geranios y de rosas. Los perdedores se retiraban tramando la venganza para el próximo año. Otras veces, después de un abrazo fraterno, cada conjunto seguía su recorrido cantando y bailando.

En la mayoría de las celebraciones se ha abandonado el carácter cruento del pasado adquiriendo diversos matices en las distintas poblaciones. Lo habitual es recorrer calles y plazas, visitar familias amigas e incluso enemigas. De esa manera, bailando, tomados de las manos y haciendo un gran círculo con los dueños de las casas visitadas. Al son de un movido huayno, alegre y sentimental a un tiempo, vuelven a interpretar sus canciones:

Una palomita
que yo me crié
viéndose con alas
con otro se fue.
Mañana es Cuaresma,
día de ayunar;
que ayunen los santos
que son de papel.
Cantemos, bailemos,
alegres cantemos:
al año que viene
cuántos faltaremos.
El domingo es uno
y el lunes es dos;
y el martes se acaba
por amor de Dios.

A modo de descanso se servía el almuerzo, en medio de una tertulia general. Después volvían al salón y continuaba la diversión. Al promediar la tarde, regresaban al comedor, esta vez, para servirse fruta, pero en realidad era más para jugar con ella. Luego seguía la jarana hasta muy avanzada la noche.

Cuando desaparecieron las familias que costeaban todo el Carnaval, se introdujo otra modalidad. Un día invitaban los casados adultos, otro día los casados jóvenes y otro día los solteros. De esa manera se compartía el costo de las diversiones.

Paralelamente otro sector de la población festejaba a su manera el Carnaval. Salían a bailar en la "Pandilla" o "cholada", compuesta por numerosas parejas de mujeres y hombres que al son de bulliciosas tarcas se desplazaban por las calles, haciendo caracoles o espirales, ondeando en alto los pañuelos y haciendo los requiebros que los guías indicaban. A ratos avanzaban, a ratos retrocedían o formaban grandes círculos. Visitaban las casas grandes haciendo bailar a los dueños de casa, quienes correspondían agasajándolos con vino. Los jóvenes, hombres y mujeres se disfrazaban de cholos para salir a bailar en la "Pandilla".

Universitarios de la ONG "GAM-TEPEYAC" hemos tenido la suerte de gozar de una pequeña muestra de su rico folklore sobre el carnaval en los festivales (2) que organizamos cada verano al alimón los oriundos de este entrañable pueblo andino con los vallisoletanos que allá nos sentimos como en casa.

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NOTAS

(1) Madrid, 1994, 21ª ed.

(2) Quiero agradecer particularmente a la señora Flora Martínez y a su marido Marcos Vargas Paniagua que nos ofrecieron los textos de las coplas que aquí se ofrecen.

BIBLIOGRAFÍA

BENITO RODRÍGUEZ, J. A.: Candarave, Génesis y evolución de una parroquia andina de Perú. Comunicación al "IV Congreso de Latinoamericanistas", Salamanca, 1994.

CORTÁZAR, P. F.: Tacna. Documental del Perú. IOPPE. Lima, 1971.

CUSICANQUI GUILLEN, Arturo: Candarave, paisaje y tradición, Lima, 1994.

ESPINOSA, A. E. y CHIRE, A.: Historia de Candarave, Coop. San Pedro, Candarave, 1987.

MARTÍNEZ LASECA, J. M.: "Del carnaval que viene y va", Revista de Folklore, nº 4, pp. 44-50.

PANIZO, J.: "Refranes alusivos al carnaval", Revista de Folklore, nº 9, pp.67-72.

ROEL PINEDA, Josafat: "El carnaval Canka", Tradición, I, I, 1, Cusco, 1959, pp.109-118.

ROMERO, Raúl: Música, danzas y máscaras en los Andes. PUCP, Riva-Agüero, Lima, 1993.

VASQUEZ, Ch-VERGARA, A.: ¡Chayraq!; Carnaval Ayacuchano. Tarea-CEDAP, Lima, 1988.

VILLARREAL, E.: "El carnaval y la marcación del ganado", Folklore americano, Lima, 1959, nº 6-7, pp. 94-128.

ZORA CARVAJAL, F.: Tacna: Historia y folklore, Santa María Tacna, 1969.



CARNAVAL EN LOS ANDES: EL "ANATTA" DE CANDARAVE (PERÚ)

BENITO, José Antonio

Publicado en el año 1996 en la Revista de Folklore número 182.

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