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Revista de Folklore número

088



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LAS FALLAS DE SAN JOSE, Valencia

LLOP LLUCH, Francisco José

Publicado en el año 1988 en la Revista de Folklore número 88 - sumario >



Síntesis de cuanto oímos, hemos visto y vivido en los setenta años largos que tenemos, en nuestra ciudad natal.

Unos capítulos y un epílogo. Todo veraz. Gozo y dolor de este festejo.

SS. XVI, XVII... Los carpinteros celebran la festividad de su Santo Patrón. Limpieza de maderas viejas, apolilladas, virutas... de sus talleres al llegar el mes de marzo -primavera espléndida en Valencia-.

En una plazuela o cruce de calles cerca o frente a su taller le prenden fuego.

Al centro, alto madero que durante el invierno sostuvo candiles para alumbrarse en su trabajo.

Se le coloca ropa vieja como broma de alguien. Se reproduce su rostro, gorra o cubrecabeza, y se le añaden unos versos -en valenciano-, señalando sus defectos, vicios... para que se corrija.

* * *

S. XIX. Ya no son los carpinteros los únicos...

Ahora unos vecinos siete u ocho, a principios de marzo planean el festejo. Ellos lo idean, lo realizan, lo construyen con el dinero que aportan o con alguna colecta entre los vecinos.

Unas figuras, cuatro, cinco, de tamaño natural, de cartón la cabeza, cuerpo rellenado de paja y virutas; unas ropas idénticas al individuo que quieren avergonzar, las manos con unos guantes... todo ello sobre un pedestal formado de cuatro bastidores de madera forrados por unas telas de unos dos metros de altura, por cuatro de largo, con pinturas alegóricas al asunto tratado o condición de las personas ridiculizadas, y en las esquinas relieves de cartón decorado en colores...

Ellos son -este grupo formado por un dependiente de ultramarinos, un barbero, un carpintero quizá, un albañil, el dueño de una taberna-, la Comisión de la Falla, que con su ingenio y gracia realizan la obra en unos días; otro escribe unos versos que se colocan escritos en unas hojas de blanco papel en las casas cercanas enmarcados en ramos de laurel.

También se edita un "llibret", librito pequeño -tamaño de media cuartilla-, donde se relata en verso y en valenciano la explicación de la falla...la joven atrevidilla, la familia venida a menos por sus vicios, el joven trasnochador, el maltrabaja, el que pega a su mujer, la que obliga a su esposo a los quehaceres domésticos mientras ella lee novelas, el viejo verde... incluso las Autoridades Municipales, Alcalde, concejales, aparecen aquí por su mal comportamiento.

A veces se arrepienten de su proceder, o se cambian de domicilio o arremeten contra la figura que los representa.

Mas llegamos a los años veinte, por 1923. Ya son figuras bien realizadas; rostro de cera, cuerpos modelados, vestidos de tela y diremos "a la medida", manos bien talladas de madera, ya son obras meritorias efectuadas por artistas de renombre, que en un par de meses, al tiempo que se divierten se ganan unas pesetas, pues el grupo constituido en Comisión con su Presidente, Secretario, Tesorero, y varios vocales, recoge dinero entre ellos y el vecindario.

Una banda de música de pueblo amenizará el festejo -el 17 y 18 de marzo-, unas tracas al mediodía y unos petardos para el amanecer despertando a los vecinos-. Se queman la víspera de San José.

* * *

Y ya llegamos por 1929. Ya son obras "monumentales". Necesitan de medio año de trabajo. De las quince o un poco más que se plantaban a últimos de siglo ya tenemos unas cincuenta por toda la ciudad.

Los carpinteros dedican al Santo Patrón, Misa Mayor, sermón y procesión desde su Casa Gremial; un reparto de premios a los aprendices, obsequios a los jubilados...y nada más.

* * *

La razón fundamental de las Fallas siempre ha sido el traer a la vista del pueblo los defectos y vicios de las gentes. Con cierto recato... mas hubo un año en que las Autoridades permitieron excesos...

* * * .

Ya estamos en 1930.

Esta fiesta sigue aumentando. Ya pasarán de un centenar, estos magníficos monumentos que aparecen por todas las barriadas de la ciudad y algunos pueblos de la Región; por su sátira cruda a veces, por cuanto critica el mal ya es de la misma calle, barriada, ciudad... e incluso esto ya viene de antiguo -1889-, contra el extranjero (los yanquis por lo de Cuba y Filipinas y como más reciente, los ingleses por Gibraltar).

Son verdaderas obras de arte de brillante colorido cuyo precio es ya de unas cincuenta mil pesetas las mejores. También hay modestas que son efectuadas o por artesanos más humildes o por los mismos vecinos.

* * *

Desde 1937-39 se intentó colocar unas pocas políticas -poseemos el librito con fotografías y relación en verso- atacando a los "nacionales"; parece ser que se advirtió por radio que como aparecían ridículamente representados los principales generales sublevados..."que ellos las quemarían". Para evitar, no se pusieron.

* * *

1940. Y revivieron otra vez. Dentro de las restricciones, racionamientos y la falta de muchas cosas, volvimos los valencianos a tener Fallas luego de los tres años de la Guerra Civil.

Buenas, mejorando su confección y la sátira (recortada por la censura) mas la alegría y el jolgorio tenía que ir adelante aunque se recordaran tantos desmanes de aquellos tres años y ahora a pagar lo mal hecho.

Yo he sido varios años de estas Comisiones. Como cada vez aumentan los festejos y la calidad en los mismos y la competencia entre las barriadas pues el Ayuntamiento concede unos premios en metálico y varias Agrupaciones ofrecen recompensas; todo sigue subiendo...

* * *

Ya no es solo la falla, música y la pólvora

1) Los artistas que las confeccionan -aunque la idea parte de la Comisión y asesorados por ella-, ya están todo el año trabajando en ellas pues ya llegamos a más de doscientas (y varias decenas de infantiles); las encargamos y las pagamos...

2) La música aumenta también...vienen de fuera, a veces de muy lejos y ya son tres días fiestas en la calle; más adelante vendrá la "Semana Fallera".

3) De unos cuantos petardos por la mañana, se pasa a derroches de carcasas; y al mediodía, de una traca por las calles, a una "mascletá" -ruidos y estrépito y humareda blanca- y fuegos artificiales derroche de sonido y color por las noches.

* * *

(¡!). Y empiezan a actuar las chicas. Por 1948 aparecen vestidas de valencianas (mejor dicho de huertanas), con un esplendor de sedas, joyas, mantillas, abanicos, encajes en delantal y pañuelito, zapatitos del mismo tejido que el traje (que ellas mismas con la venta de lotería y sorteos y funciones teatrales, excursiones y la búsqueda de "Falleros de Honor", solucionan este gasto de su vestuario festivo).

Y llega la presentación de las Falleras en un teatro de la ciudad, sala de fiestas, en las cercanas montañas o cerca del lago de la Albufera...ya en noviembre, a principios de año...Funciones en valenciano, versos ensalzando su belleza, su valencianía (tenemos muchas jóvenes ataviadas con nuestro traje y son de toda España e incluso del extranjero), apoteosis de luz y color y nocturnidad.

También en plenas fiestas el 17 y el 18 de marzo el interminable desfile de ellas, magníficamente vestidas, llevando ramilletes, canastillas, flores y más flores a la Patrona de la Ciudad la Virgen de los Desamparados, con sus insignias y recompensas a su laborar y ellos uniformados con traje a la usanza de estas tierras, chaquetilla de brillo (aunque ahora se opta por la blusa del labrador) y detrás de las Bandas de música, honor y gloria de los pueblos de toda la Región Valenciana.

Y las iluminaciones por las calles y en torno a la falla potentísimos reflectores... más unos programas a todo color alarde de imprentas para avisar la presentación de todas ellas, cincuenta y tantas, más que hombres, presididas por la más decidida y que pueda aportar una buena ayuda económica, más su belleza y juventud -aunque ahora es fácil admirarlas en plena hermosura llevando en brazos o en cochecillo a sus pequeños que también portan su trajecito multicolor-.

Asimismo el "llibret" donde se explica en verso lo que es la falla y sus figuras -muñecos "ninots"-, con traducción al castellano y también en extranjeros idiomas, dibujo, boceto, idea de ambas fallas, ésta y la infantil aquélla de diez, doce o más metros de altura y esta pequeña de tres como máximo y cuyo precio -las pequeñas-, sobrepasa el millón de pesetas.

Fotografías de todas las chicas de la Corte de Honor y las distinciones particulares que da esta comisión de plata o de oro y piedras finas y las de la Junta Central Fallera, que según los años y dedicación de ellas y ellos también les concede su insignia oficial de cobre, plata, oro, o la especialísima de diamantes con hojas de laurel según sus méritos y ayuda.

* * *

1950, 1960, 1970...

Se llega a una esplendidez, derroche y plasmación increíbles.

Lo que puede un grupo de vecinos, que ya durante todo el año trabaja, discurre, aporta sus ideas, esfuerzos particulares y cuotas para su Falla. Estas maravillosas obras de arte -hace años se las galardonó con el título de Fiestas de Arte de Interés Nacional- son ya ahora un prodigio de decoración, esculturas de siete o más metros, figuras inéditas o reproducción de universales piezas, que simbolizan cuanto más abajo se alude y critica, aparte de las de tamaño corriente con su gracia y picardía en sus composiciones y carteles, monumentalidad, arquitectura dificilísima teniendo que actuar grúas por la dimensión y peso de algunas figuras y motivos que componen las varias escenas y lados que forman el conjunto.

Ya se pasó -la falla solamente- de unas trescientas mil, al medio millón, al millón y ahora las últimas, 1988, ya rebasan algunas los OCHO MILLONES. Iluminación, flores, pólvora, músicas, cenas, convites ya se pasa de los QUINCE MILLONES y esto en dos barriadas modestas donde no se vive más que el antiguo ambiente, y una, debido a la destrucción de muchísimas viviendas durante la inundación de 1957, quedó muy despoblada; no comprendemos de dónde se proveen de tanto dinero porque en el centro ciudadano donde se mueven los Bancos, cruce de edificios modernos de muchas plantas, están el de España, Do Brasil, Exterior, Urquijo, Bilbao, Valencia, aquí, si hubo años ha, no pudo proseguir...por falta de ayuda.

* * *

Hemos llegado en dos ocasiones -por 1961 y ahora más recientemente, a una crisis, a un bambolearse este festejo, no el único en Valencia-, pero volvió a revivir por ese afán de fiesta que el clima, carácter que nos imprime el sol, la brisa marítima, el perfume del azahar, las rosas, el jazmín, este modo de ser alegre, festivo...y eso que corrientemente no bebemos vino. Quizá la gente joven y algunos mayores por la propaganda ahora muy sensible usa y abusa de licores extraños.

Y si llegó por otros tiempos, ante la faz del pueblo, a verse botella en mano a algunos falleros, una grandiosa falla lo expuso como mal ejemplo y al menos en público se extinguió....

Puede que aún queden otros aspectos por aclarar, mas vamos a sintetizar en lo posible, lo vivido dentro de la Comisión, ahora con tantísimos compañeros activos falleros y con algunos de la misma Junta Central Fallera, entidad que dirige y regula el festejo.

* * *

Es increíble que estas magníficas obras -trescientas setenta y nueve creemos exactamente fueron (aparte casi igual número de infantiles) de este año 1988-, tan sólo colocadas en las calles unos días, perezcan consumidas por el fuego alegremente, rodeadas de multitudes, en unos quince o más minutos.

La misma Fallera Mayor de cada falla prende fuego a la traca y sus luces de colores que, llegando a rodearla en todo un conjunto de vibrante color y gracia, en un instante queda envuelta en llamas...

Si la calle o replaza es ancha, según el viento llega a un lado, hace retroceder a las gentes y rompe cristales, letreros luminosos, quema toldos de comercios...

Si es estrecha mientras no llegan los bomberos no se empieza a quemar o a su quema (pronúnciese con acento llano, al igual que en valenciano es "créma" sin acento en la a. Quede constancia. Vale).

* * *

Y ahora viene el colofón.

No me sabe mal el decirlo a conocidos y desconocidos forasteros: Las fallas son para quemar todo aquello que degrada al ser humano.

Si reprodujésemos en metal, bronce, terracota, mármol, cabezas, figuras y grupos, aún lo veríamos bien.

Repetimos; téngase en cuenta que este festejo surgió de quemar lo inservible, lo que molesta, lo que no tiene arreglo, lo inútil. Nosotros de niños salíamos al atardecer a pedir objetos rotos, viejos, apolillados, que colocábamos sobre una estera o alfombra ya muy usada y cantábamos... "Per ahí niá una estoreta velleta pera la falla de Sant Chusep..." "por ahí alguien nos da una alfombra y objetos para la falla de San José...".

Más ahora es una obsesión quemar un arte, unas obras irrepetibles...

Artistas, escultores y pintores, decoradores, con premios nacionales algunos como Benedito, Roda, Vicent, Cortina, Esteve Edo, Fulgencio, Más, Fontelles, Huertas, Luna, Gimeno, Agulleiro, Santaeulalia, Puche... Dubón, dibujante y pintor. ..y pléyade de estudiantes de Bellas Artes que copian y reproducen preciosas obras pictóricas de todo tiempo, Velázquez, Goya, Sorolla, Picasso, etc., a gran tamaño... hacen estas obras.

* * *

Y en la mañana siguiente (el 20 de marzo al amanecer) yo he visto cómo un grupo de empleados municipales con mucho esfuerzo, retira en un gran contenedor una masa negrísima de ceniza, algunas maderas, clavos, telas metálicas, sin que nadie de la Comisión asista como avergonzado por la aniquilación bárbara, al final increíble de todo un año de desvelos y sacrificios económicos...

Aunque una cosa era quemar con "gracia", despacio, como arrepintiéndose de lo que se hacía y otra incendiarlo con gasolina, convirtiendo en un segundo todo en una gran fogata, como ahora.




LAS FALLAS DE SAN JOSE, Valencia

LLOP LLUCH, Francisco José

Publicado en el año 1988 en la Revista de Folklore número 88.

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