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Pervive todavía en varios pueblos la costumbre de cantar los Reyes la noche del cinco de enero. En unos pueblos, los jóvenes van al caer la tarde recorriendo las calles y visitando a los niños; en otros, como en Antigüedad (Palencia), se cantan los Reyes muy entrada la noche.
Antiguamente solo cantaban los pastores, tal vez porque fueron los primeros que adoraron al Niño. Después continuaron la tradición los mozos del pueblo. Salvo algún intervalo breve, en Antigüedad siempre se han cantado los Reyes.
Los pastores cantaban a pulmón. Ahora se acompañan con música, generalmente con acordeón, panderetas y almirez. Y, además, intercalan la música de acordeón entre estrofa y estrofa.
La noche del cinco al seis de enero, hacia las cuatro o las cinco de la mañana, los mozos, partiendo de la casa del alcalde,
Con licencia del Señor
y del señor alcaide
vamos a cantar los Reyes
esta noche por las calles
hacen el recorrido por todas las calles del pueblo e incluso si hay ganas, se cantan más de una vez. A lo largo del recorrido se afinan las voces estrujando la bota. No olvidemos que hay que mojar la garganta y combatir el frío.
Al transmitirse de padres a hijos, es lógico que existan variantes en la letra y también distintas versiones. He cotejado dos versiones muy similares. Pongo aquí la mas larga, que a la vez me parece la mas autentica.
Con licencia del Señor
y del señor alcaide (bis)
vamos a cantar los Reyes
esta noche por las calles (bis).
Los Reyes ya son venidos,
los Reyes ya son mañana (bis),
la primera fiesta del año
en tol mundo es celebrada (bis).
Caminaba San José
por una oscura montaña (bis)
y le dijo dame hermosa
tus purísimas entrañas (bis).
Andaban de puerta en puerta
por ver si posada hallaba (bis)
hasta que llegó a un mesón
donde dentro gente hablaba (bis).
¿Da posada usted a un viejo
y a una doncella ocupada? (bis)
con cara muy enfadada (bis)
Le respondió el mesonero
Gente que no trae dinero
no lo admito en mi posada (bis).
Caminó de allí el buen viejo
con las sus barbillas canas (bis).
Como la nieve era mucha
y era muy cruel la helada (bis),
como la nieve era mucha,
todas las sendas tapaba (bis).
En el portal de Belén
nos aguarda una zagala (bis),
todos según van llegando
la enhorabuena le daban (bis)
Por haber nacido allí
el redentor de las almas (bis)
ha nacido el Niño Dios
en unas hermosas pajas (bis).
La mula se las comía (bis),
la vaca se las llevaba.
¡Oh, maldita seas, mula! (bis).
De ti coman los milanos.
¡Oh, bendita seas, vaca!
De ti coman los cristianos (bis).
Allá arriba en aquel castillo
hay un castillo pintado (bis),
no le pinta un carpintero
ni hombre de carpintería (bis),
que le pintó San José
para la Virgen María (bis).
Tiene sus cimientos de oro
de almena y plata fina (bis),
entre almena y almena
dos mil ángeles había (bis)
y entre la almena más alta
está la Virgen María (bis)
con su niñito en los brazos,
mas callarlo no podía (bis).
¿Por qué callarlo, luz del día,
si lloras por los pañales
o lloras por las mantillas? (bis).
No lloro por nada de eso
ni por más que me dirías (bis),
lloro por los pecadores
que van en mi compañía (bis).
Que el purgatorio está lleno
y la gloria está vacía (bis).
Ya baja por la escalera
la mujer del hombre honrado,
desatado el pañuelito
para darnos los aguinaldos (bis).
A las doce puso el punto
si los gallos no se yerran;
dio a luz la Virgen María
y en Belén quedó doncella (bis).
Quedó más limpia que el sol,
la luna y las estrellas,
y el alma cuando amanece
nos significa con ella (bis).
Y con esto, Amén, Jesús,
los Reyes ya se acabaron
y con esto, Amén, Jesús,
nos iremos a otro lado (bis).
Terminada la CANCION DE LOS REYES, los mozos se reúnen para calentar el cuerpo con unos buenos tragos.
Estas canciones sólo las entonaban voces masculinas, quizá pensando en la equivalencia de sexo con los Reyes -esto es lo que nos han dicho en el pueblo-, o tal vez porque así los niños se imaginan que es la cabalgata de Reyes la que pasa. Es una forma de crear una ilusión en los niños, al principio con la voz y luego con la voz y la música.